UN MAL SUEÑO

-¡Avada Kedavra!

-¡Expelliarmus!

El estallido retumbó como un cañonazo, y las llamas doradas que surgieron entre ambos contendientes, en el mismo centro del círculo que estaban describiendo el punto de colisión de los hechizos. Harry vio cómo el chorro verde lanzado por Voldemort chocaba contra su propio hechizo, vio cómo la Varita de Saúco saltaba por los aires, girando sobre sí misma hacia el techo encantado como antes la cabeza de Nagini, y dando vueltas en el aire retornaba hacia su dueño, al que no mataría porque por fin había tomado plena posesión de ella. Harry, con la infalible destreza de un buscador de quidditch, la atrapó con la mano libre, al mismo tiempo que Voldemort caía hacia atrás, con los brazos extendidos y aquellos ojos rojos de delgadas pupilas vueltos hacia dentro. Tom Ryddle cayó en el suelo con prosaica irrevocabilidad, el cuerpo flojo y encogido, las blancas manos vacías, la cara de serpiente inexpresiva y sin conciencia. Voldemort estaba muerto, lo había matado su propia maldición al rebotar, y Harry se quedó allí inmóvil con las dos varitas en la mano, contemplando el cadáver de su enemigo.

Entonces fue como si un latigazo centelleara en su frente, haciéndole escocer la cicatriz como si hubieran puesto encima un hierro al rojo vivo. Las manos le temblaban y las varitas cayeron al suelo, sus fuerzas parecían haberse esfumado. Escuchó vítores a lo lejos, como si de repente se alejara de todos a gran velocidad. La vista se le nublaba y no podía hacer ningún movimiento, se quedó allí, tambaleante. Escuchó a Hermione gritándole algo a lo lejos, pero no podía resistir más, las rodillas se le doblaron y chocaron de lleno contra la fría piedra del suelo del Gran Comedor. Entonces dos brazos le sujetaron de los hombros y pudo ver claramente por un instante el rostro de su amiga que continuaba gritando con lágrimas corriendo por sus mejillas. Sintió que se le cerraban los ojos y no sabía si podría volver a abrirlos para verla de nuevo, por lo menos se alegraba de caer a su lado... Abrió los ojos con tremenda dificultad y sintió que Hermione lo abrazaba fuertemente, mientras él no tenía fuerzas para rodearla con los brazos por última vez y besarla de nuevo. Todo parecía dar vueltas a su alrededor.

Ron acababa de coger la varita cuando la puerta del compartimento se abrió otra vez. Había regresado el chico del sapo, pero llevaba a una niña con él.

-¿Alguien ha visto un sapo? Neville perdió el suyo.

Tenía la voz ligeramente cansada, pero severa. El largo pelo castaño de la chica caía a ambos lados de su cara. La muchacha ya llevaba la túnica de Hogwarts.

-Ya le hemos dicho que no- dijo Ron, pero la niña no lo escuchaba. Estaba mirando la varita que tenía en la mano.

-Oh, ¿estás haciendo magia? Entonces vamos a verlo.-se sentó. Ron pareció desconcertado.

-Eh… de acuerdo.- se aclaró la garganta.- «Rayo de sol, margaritas, volved amarilla a esta tonta ratita.»

Agitó la varita, pero no sucedió nada. Scabbers siguió durmiendo, tan gris como siempre.

-¿Estás seguro de que es el hechizo apropiado?- preguntó la niña.- Bueno, no es muy efectivo, ¿no? Yo probé unos pocos sencillos, sólo para practicar, y funcionaron.- apuntó a Harry con su varita.- ¡Oculus Reparo!- murmuró.

Y antes de que a Harry le diese tiempo a asustarse, sus gafas rotas, gracias al trabajo de Dudley, y que sus tíos remendaron con celo para no tener que comprarle otras, se arreglaron súbitamente.

-¡Gracias! ¡Fantástico! – dijo sorprendido, ella sonrió radiante.

-Nadie en mi familia es mago, fue toda una sorpresa cuando recibí mi carta, pero también estaba muy contenta, por supuesto, ya que ésta es la mejor escuela de magia, por lo que sé. Ya me he aprendido todos los libros de memoria, desde luego, espero que eso sea suficiente… Yo soy Hermione Granger. ¿Y vosotros quiénes sois?

Dijo a una velocidad pasmosa.

Harry miró a Ron y se calmó al ver en su rostro aturdido que él tampoco se había aprendido todos los libros de memoria.

-Yo soy Ron Weasley.- murmuró Ron.

-Harry Potter.- dijo Harry.

-¿Eres tú realmente?- dijo Hermione-. Lo sé todo sobre ti, por supuesto, conseguí unos pocos libros extra para prepararme más y tú figuras en Historia de la magia moderna, Defensa contra las Artes Oscuras y Grandes eventos mágicos del siglo XX.

-¿Estoy yo? – dijo Harry, sintiéndose mareado.

-Dios mío, no lo sabes. Yo en tu lugar habría buscado todo lo que pudiera.- dijo Hermione.- ¿Sabéis a qué casa vais a ir? Estuve preguntando por ahí y espero estar en Gryffindor, parece la mejor de todas. Oí que Dumbledore estuvo allí, pero supongo que Ravenclaw no será tan mala… De todos modos, es mejor que sigamos buscando el sapo de Neville. Y vosotros dos deberíais cambiaros ya, vamos a llegar pronto.

Y se marchó, llevándose al chico sin sapo.

-Cualquiera que sea la casa que me toque, espero que ella no esté.- dijo Ron. Arrojó su varita al baúl.- Qué hechizo más estúpido, me lo dijo George. Seguro que era falso. ¡Harry!

-¿Qué? - Harry se había quedado con la mirada perdida en dirección a la puerta y sonriendo como un idiota.- ¿En qué casa están tus hermanos? – quiso cambiar de tema.

¿Ese sería su último pensamiento? ¿El primer viaje en el expreso de Hogwarts? ¿Su primer encuentro con ella…? Un recuerdo tan bueno no podía ser el antecedente de su muerte.

Harry escuchó de repente sollozos ya conocidos para él, era Hermione y decía algo entrecortadamente, como disculpándose. Los párpados le pesaban como si fueran de plomo, cada centímetro de su cuerpo le dolía de forma insoportable. Cuando logró despegar los párpados y enfocar la oscura enfermería ante él, vio la silueta de Hermione caminando con lágrimas en los ojos hacia la puerta de salida al pasillo y con algo brillante en su mano.

Intentó decir algo o agarrarla, pero el dolor lo tenía petrificado en la cama y resistía con los ojos abiertos a duras penas. El simple esfuerzo de intentar levantarse de la cama le provocaba un dolor de una intensidad que nunca creyó posible . Pero tan pronto sonó el portazo tras la salida de la muchacha, el cuerpo de Harry reaccionó bruscamente y se levantó todavía con el horrible dolor que le hizo necesitar apoyos hasta llegar a la puerta. Cuando llegó a ésta, las manos con las que se había apoyado hasta allí le sangraban por la palma, al igual que las plantas de los pies. Nada más abrir la puerta se cayó de rodillas y miró en ambas direcciones del corredor. Allí yacía, inerte, en el suelo. Se acercó arrastrándose, dejando un rastro sangriento tras él. Todo el dolor que había sentido volvió a intensificarse al ver su pálido rostro con los ojos enfocando a algún lugar por encima de su cabeza y la boca entreabierta. Un brillante cuchillo estaba clavado en su pecho y cuando Harry comenzó a llorar no lloró lágrimas sino sangre que pronto le comenzó a brotar de cada poro de su piel. Estaba asustado y el dolor estaba llendo mucho más allá de lo físico. Aquella escena superaba cualquier cosa que hubiera visto, Hermione empapada en un charco de sangre.

-¡NOOOOOOOOOO!

Aquel grito desgarrador salió desatando el nudo que le agarrotaba la garganta. Sintió unas manos agarrándole los hombros con fuerza. Se miró las palmas de las manos y ya no había sangre, pero el cuerpo seguía doliéndole intensamente y notaba sudor frío bajándole por la cara. El techo de la enfermería se cernía sobre él como una manta que le impidiera respirar. Estaba moviendo los brazos espasmódicamente como si intentara disipar un humo inexistente y ni siquiera se daba cuenta. Hermione fijó sus ojos en los de Harry, y aunque estaba llorando intentó transmitirle tranquilidad con la mirada. Harry pareció enterarse de la presencia de su amiga enseguida, incorporándose en la cama y al hacerlo sufrió un horrible y súbito pinchazo en el cuello. Volvió a apoyar la cabeza en la almohada todavía nervioso y llorando desatadamente.

-Harry…- escuchó una suave y entrecortada voz.- Harry… tranquilo… estás a salvo… estás conmigo.

-Her…mi…one…- consiguió pronunciar Harry antes de que sus fuerzas volvieran a abandonarlo y sus párpados se cerraran de nuevo.

Gracias a SaraLailaHalliwell porque si he quitado mi anterior Fic para poner este es gracias a su comentario.

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