Bueno, primer fic que subo a esta cuenta nueva (porque olvidé la contraseña y básicamente todo de la vieja, ni el usuario me acuerdo, lol). Es una... deformidad humana con letras y chirimbolos, en realidad, un regalo que estoy haciendo a una amiga (aka: Minto), a la cual le dije que iba a escribir un fic de ella relacionándose con un miembro del Shinsengumi (o unos cuantos, vamos, que quien estuviera, se voltearía a más de uno). Sin más, si no les gustan este tipo de historias, los invito a retirarse.
Disclaimer: Ningún personaje de Hakuouki Shinsengumi Kitan me pertenece, Minto le pertenece a Vivi y Sergio (por suerte), así que lo único de mi propiedad es la idea, y mi aparición (holaaaa, soy Silvi! 8D).
–¡No la soporto! ¡No la soporto más! –exclamó hastiada una chica alta, esbelta, de pelo semi largo… y un mechón azul.
–Calmate boluda, es una serie… –suspiraba su acompañante, medio divertida aún así por la situación.
–¡No! ¡Pero te juro! ¡Si yo estuviera ahí no sería tan pete! –seguía protestando la primera.
–Pero no estás.
–… cierto.
Que Minto protestara contra Chizuru mientras veía Hakuouki Shinsengumi Kitan con su amiga, era normal… pero que el monitor de la computadora donde veían dicha serie, explotara en silencio, con una luz blanca misteriosa que bañara el cuarto, y al extinguirse Silvi se diera cuenta de que su amiga ya no estaba… eso… eso… ¡ESO SÍ QUE ERA AWESOME!
–Faaaaa boluda, ¡qué buena onda! ¡Te abdujo un OVNI! –admiró Silvina ante la inminente ausencia de su amiga, claro, porque los OVNIs vivían en el año 1800, y usaban haoris turquesa.
–Entonces, ustedes son aliens… ni-hao, –comenzó saludando Minto, en chino, a la parva de hombres del antiguo Japón, que se hallaban "reunidos" a su alrededor, admirándola… bueno, no estaban reunidos, estaban cenando, y no la admiraban, es que Minto había caído encima de su preciada carne –yo ser Minto, venir en paz, ¿quién ser ustedes?
–¿Qué mierda dice? –susurró Shinpachi a Heisuke.
–¿Qué se yo? Yo no sé koreano. –erró el aludido.
Minto los miraba con cara de… retraso mental, pero un retraso feliz, eh. Todo el Shinsengumi se alzaba imponente frente a ella… todo el Shinsengumi se encontraba sentado cordialmente frente a ella… ¡BUENO! ¡BUENO! ¡ESTABAN TODOS TIRADOS RASCÁNDOSE EL HIGO! Okita tosía, Shinpachi eructaba, Heisuke se sacaba un moco, Hijikata se pintaba las uñas… ¡¿qué? ¡Todo espadachín cuida bien sus manos! Okita tosía y escupía sangre, Sano tomaba alcohol hasta por las rodillas, Kondou leía una novela romántica, Saito intentaba por todos los medios comer con la mano derecha… Okita se moría agonizante en el piso… y Minto… miraba a la nada mientras una mosca le volaba alrededor.
Cierto es que nadie tiene ganas de leer cómo aceptaron a Minto ahí, no les quedaba de otra, yo escribo, yo mando. Además de que a muchos ya el hecho de tener una chica en casa les hacía ilusión, no más lavar ropa, no más limpieza, no más cocina, ahora que había una mujer entre ellos, ella se encargaría de –precisamente- ser mujer… que equivocados estaban…
