Pareja: Allen Walker x Lenalee Lee
Desclaimer: Ningún personaje me pertenece, todo es de Katsura Hoshino.
Prólogo
Ese día ella, fue a la biblioteca. La que se encontraba en su escuela siendo más precisos. Este último sus notas habían tenido un descenso notable, todo por culpa del bullicio que creaba su hermano, con las cosas que creaba, - escuchar una explosión en su casa, haciéndola entrar en pánico, - era algo que tal exagerando un poco, - un poco, - pasaba todos los días. Así que ella, sinceramente, pensó que lo mejor que podría hacer, era ir a un lugar más callado, y así poder concentrarse.
Y el plan estaba funcionando, se encontró a sí misma resolviendo problemas de matemática, que se supone no entendía, y sus ojos se fijaron en las demás hojas de tareas no echas, botó un suspiro que se diluyó en el aire. Y sonrió un poco para sí misma, mientras pensaba en las dificultades que encontraba en casa, para algo tan sencillo como estudiar, cambió de página en menos de un segundo, y cuando agarró un lápiz para escribir, la concentración se diluyó, y vio como alguien le tocaba el hombro, y tenía una sonrisa en su rostro, - grande, muy grande, - y con ese tipo de felicidad atípica le habló.
— Linda, ¿me puedo sentar a tu lado?
Era un chico osado, lo más seguro, uno de esos tantos ligones dispersados en la escuela. Pero este sonreía bonito, y de verdad traía un libro bajo su brazo, además, ella era ella, la chica que no podía ser tocada por nadie, ya que tenía a un hermano que venía todos los días a recogerla, y gritaba a todo el mundo, - haciendo que se muera de vergüenza, - que alguien tan santa, y bella como ella no podía ser tocada, siquiera vista por ojos descarados, de desgraciados con mente libidinosa. Es por eso que Lenalee, a pesar de tener unos 16 años, no podía ser vista como algo más. No podía. Era un poco triste, pero su realidad, mientras su hermano entendiera que no era una niña que necesitaba su protección al menos. Botó un suspiro, al pensar en ello, y acomodó uno de sus cabellos que se dispersaban de forma disimulada en su rostro. Y entonces se encontró con los ojos verdes del chico que le miraban interesado. Pero después la mirada, bajó hasta las hojas que tenía en la mesa.
— Mira, aquí, — señaló, con uno de sus dedos, a un ejercicio ya hecho, — te has equivocado, en realidad debes hacerlo de esta forma, — explicó, mientras borraba, y rehacía el ejercicio, — no es un gran fallo, pero ten más cuidado para la próxima.
Lenalee infló los carrillos un poco ofendida, pero después se dio cuenta que estaba siendo infantil con el chico, no parecía malo, es más la había ayudado. Así que dejó salir un poco de aire de sus labios, y después de ver el ejercicio corregido, desvió su mirada a él. Ese chico de llamativo color rojo, y ojos esmeralda que parecían brillar en el ambiente. Nunca lo había visto, o al menos no recordaba haberlo hecho.
— Gracias, — rió un poco, era una sonrisa de niña, más fresca que el aire primaveral, esa que embaucaba a más de uno, sin darse cuenta, y aún así nunca se enteró de tal cosa, — si no fuera por ti, estaría seguro que mi erro es correcto.
Él rió un poco, se rascó la cabeza en el proceso, no nervioso, porque eso no iba con él, pero tampoco estaba muy cómodo.
— No, es solo una manía mía esto de corregir esas cosas, — guardo silencio por un momento, — supongo que Panda me metió esa maña.
Ella estrechó los ojos, y no borró la sonrisa de sus labios. Era algo bueno hablar con otro chico, alguien nuevo, que no sea su hermano, los amigos de este, o bien Kanda, - aunque a todos los quería, eso no cambiaba. Y entonces ella sabiendo que era el momento, dijo:
— Mi nombre es Lenalee Lee.
Él asintió, y solo respondió lo deseado.
— Y yo soy Lavi.
La china hizo una mueca de disgusto con los labios, al no escuchar un apellido.
-o-
— Lo conocí en la biblioteca, — recibir algo más, que una mirada, que le indicaba que era escuchada, era lo máximo que podía pedir de Kanda, por el momento, — es un buen chico, y gracioso, e inteligente, no sé, hoy me siento feliz por haberlo conocido.
El japonés revolvió los ojos, claro que conocía a ese imbécil, era su compañero de clases, así mismo era ese idiota osado, que lo llamaba siempre por su nombre pila. Lavi Bookman, era uno de los tipos más insoportables que conoció en la vida, y ahora amigo de Lenalee, eso no era algo bueno.
— Quisiera que lo conozcas, y buscar alguna forma, de que pueda entrar a nuestro medio, y no corra el riesgo de ser castrado por Nii-san, así como tú.
— No me agrada la idea, ya lo conozco y es un indeseable.
Lenalee puso las manos en las caderas, y le vio con una expresión seria, que se supone no era parte de ella, era un enfado al nivel "Lenalee," y no era algo precisamente bueno.
— Pues a mí me cae bien, y me vale un pimiento si a ti no, Kanda, — él boto un siseo que se difuminó por el aire, y ella volvió a sonreír algo enternecida del nunca cambiante humor del chico, — y además, apuesto que si lo conoces mejor de agradará.
— No.
— Lo hará, yo quedé encantada con él.
Una pregunta que Kanda no diría nació en su mente: "¿Te gusta el imbécil ese?," la sonrisa de la china respondía muchas cosas no preguntadas, y los ojos azules de él se fijaron en ella, meterse con el ligón aquel no era algo bueno, pero puede que sea algo bueno que ella aprendiese sola aquello. Solo esperaba que no saliera mal parada.
….
….
..
Lenalee no podía salir mal, Lavi se la pasó un año convenciéndose de avanzar y no lo hacía, y al final riéndose de sí mismo, siempre se quedaba con una propuesta en la garganta, y çel no era así, siempre fue directo en estas cosas, pero ella era distinta, no le quería hacer daño. Y ella parecía delicada, más no lo era, y era esa aura maternal que envuelve a muchos, y acoge sin precedentes, Lavi que miraba en todas direcciones, a los paisajes benignos de todas las calles, - a las largas piernas, y cinturas estrechas, pechos firmes, y abultados, - se encontró con una gran lío de emociones, sin saber si decidir en la caricia dulce de la chica, o el mundo basto de opciones, entre problemas que empezaban a sumirlo. Pero un día, solo dejó salir de sus labios, el: "Siempre he pensado que eres muy linda," y por la mirada que ella le dirigió de ahí en adelante, y los ojos matadores de Kanda que le decían que haga algo, decidió dar fin a esta odisea que no debería ser de esa forma. Le pidió una cita. Y le pidió más, y ella le pidió otras. Y así estuvieron en una relación dos años.
Y nadie sabe cómo, ni el por qué, las cosas iban bien, al menos lo suficiente, o eso parecía, pero entonces llegó un día de primavera, y Lenalee se encontró tomando su desayuno en un cafetería, donde tardaban milenios en darle su pedido, debido a un cliente que pidió todo el menú, y era extraño como sus ojos se quedaron encerrados en el blanco impoluto de los cabellos de alguien. Estaba fuera de plan, siempre lo estuvo, pero… así es la vida.
Bien, esta es una nueva historia, que no sé si tendrá éxito, me temo que no. Pero… yo soy fan de lo que no me intoxica, o sea, en su mayoría he de tener predilección, a las parejas no favoritas del fandom, ya que no me hacen sentir como ahogada, y sofocada, además les encuentro una magia muy distinta, que me encanta. El Allena, es una pareja no cannon, pero a mi opinión tiene mucha madera para llegar a ese punto, - opiniones de cada uno, supongo, - así que, si bien, habrán notado no soy la mejor usando a los personajes, ni relatando, quiero hacerlo, quiero crear una historia entre estos dos que al menos me guste a mí, y algunas personas compartan ese mismo gusto conmigo.
Si bien este episodio tiene Lavlena, - que pasó de una manera rápida, y tajante, - la historia no es de ellos, esto es un Allena, tendrá otras parejas que se irán formando, supongo, pero… esto es más de ellos dos. Entonces… alguien está dispuesto a seguirme?
