No estaba siendo un día normal para la diosa del caos, había recuperado su verdadero cuerpo tiempo atrás pero había sido vencida por ese "pollo volador negro" que tanto odiaba. Pandora, la soberana del caos, estaba sentada en la Fuente de la Juventud terminando de sanar sus heridas y maldiciendo aquel día que se le ocurrió hacer una copia de Pit.
"Haré una copia, dije. Luchará contra él, dije". ¿¡Pero a quien se le ocurre?!
Pandora era la clásica diosa semi-malvada con un buen gusto para las masacres y un sentido del humor amargo, aunque tenía bastante paciencia.
Bien, bien, recuerda las clases de yoga… no dejes que dos pájaros carpinteros blanco y negro empiecen a taladrarte la cabeza…
-Cuando se hubo tranquilizado se levantó de la fuente y se teletransportó a su infame guarida-mazmorra-casa, el Laberinto del Engaño. Mientras lo recorría se fue fijando en todo lo que había cambiado, había marcas de pisadas, quemaduras en las paredes hechas por armas y varios Exotanques hechos ceniza.
-Fantástico- murmuraba ella entre dientes mientras recorría los pasillos- 25 años de limpieza a la basura.
Después de mirar corredores, abrir cámaras y examinar mecanismos la pobre Pandora se fue a su habitación en el centro del laberinto. Entró y cerró la puerta. Miró al fondo de la estancia y vio algo que le trajo malos recuerdos.
-Así que seguías aquí… dijo mientras pisaba un trozo de cristal de lo que parecía un espejo para partirlo-. Condenado cacharro, casi me cuestas la vida.
Su mano se convirtió en una bola de fuego azul dispuesta a reducir ese espejo a cenizas cuando algo la deslumbró en los ojos.
-¿Pero qué…?-se quejó ella algo confusa-.
Agachó la cabeza y vio que lo que llamó su atención era otro trozo de cristal del espejo que brillaba con una luz azul tenue. La diosa se agachó y lo cogió malhumorada.
Su mente empezó a maquinar de mil formas como acabar con el "pollo volador negro" que la había mantenido tanto tiempo presa en sus alas. Al ver una pluma blanca en el suelo una siniestra bombillita se encendió en la mente de la diosa.
Cogió la pluma del suelo y la acercó al trozo de espejo que tenía en la mano, la pluma atravesó la superficie de cristal y se quedó dentro mientras el brillo del fragmento pasaba a un rojo ascuas.
-Si esto no es malvado, dejo el caos y me hago definitivamente vegetariana.
Levantó el trozo del espejo y una sacudida hizo que la habitación entera retumbara.
A una distancia casi abismal un ángel se levantó de la cama sobresaltado. Su nombre era Pit y estaba maldito.
