DISCLAIMER.

Algunos de los personajes de mi historia son propiedad de Stephenie Meyer, mientras que otros de los personajes son inventados por mí.

Ante todo dedicar mi historia a una de mis mejores amigas, ya que es la que me ayuda a retocar mis historias con sus consejo y apoyo para que siga escribiendo. Ella ya sabe que me refiero a ella, asi que… GRACIAS.

Hace ya cuatro años desde que llegué a Alaska con mi madre, mi hija Lucy, que ya tiene nueve años y con mi recién encontrado padre.

Al principio me pareció todo muy precipitado. Cruzar medio mundo solo porque, supuestamente, una vampiresa sádica y sedienta de venganza viniera a por mi familia,

Ya no me arrepiento de haber venido. Solo con ver a mi madre sonreír de nuevo soy feliz. Y Lucy parece muy amiga de Renesmee, la sobrina de mi tío Jasper. Aunque tenga ya catorce años, la muchacha parece muy responsable, siempre cuida de Lucy, aunque nada la obligue a ello.

Toc, toc.

Llaman a la puerta, quien será?

- Adelante.

- Hola Clara. – dijo mi padre asomando la cabeza.

- Hola papá, pasa. – le dije haciendo un gesto para que se sentara a mi lado.

- Va todo bien?

- Si, porque?

- Has estado muy callada ésta mañana. Parecías preocupada por algo.

- No es nada. Es solo que estoy planeando la fiesta para Lucy, aunque creo que lo ve venir.

- Seguro que le encanta aunque así sea.

- Lo que no se es a que amigos suyos invitar. Es todo tan complicado…

- Creo que Lucy se conformaría con que invitaras a Renesmee.

- Si, eso es lo que me preocupa. Lucy parece no querer hacer ningún amigo.

- No te preocupes, aún es una niña. Tiene tiempo para hacer nuevos amigos.

- Si. – dije sin convicción.

- Bueno, voy con Lucy y Renesmee al cine. Johana también vendrá, así que tienes la tarde libre para prepararlo todo.

- Gracias.

Mi padre salió de la habitación dejándome a solas con mis pensamientos y preocupaciones.

Cuando se marcharon los cuatro, salí de la casa en dirección a una casa cercana, una casa que conocía muy bien desde hacía cuatro años. Llamé a la puerta con insistencia hasta que una cara conocida me abrió la puerta.

- Hola Bella. – dije feliz de verla. Era justamente la persona que estaba buscando.

- Hola Clara. Ocurre algo?

- No, nada. Solo venía a verte.

- Quieres que vayamos a dar un paseo? – me preguntó visiblemente preocupada.

- Claro, porque no?

Bella entró en la casa para avisar de que se marchaba y vino corriendo a mi encuentro.

- Cuéntame, que sucede? – me preguntó de nuevo.

- Estoy preocupada por Lucy. Me alegra mucho su amistad con Renesmee, pero creo que debería tener amigos de su edad. En el colegio está siempre muy sola.

- Tranquila, aun es pequeña. Estoy segura de que hará muchos amigos.

- Es lo mismo que dice Lucas. Pero no se…

- Tú tranquila y hazme caso.

- Vale.

- Como va la fiesta de Lucy?

- Bien. Estaría bien hacer una fiesta con la familia.

- Eso suena bien. A Lucy le va a encantar.

- Eso espero.

- Cuando planeas hacerlo?

- Esta tarde.

- Jo! –se quejó Bella.

- Ocurre algo?

- Un viejo amigo viene de visita.

- Ah! Podría venir si quisiera.

- Ya, pero es que no viene solo.

- Bueno, por mi no hay problema. Aunque podría hacerlo otro día si no os va bien hoy, no importa.

- De verdad que no te importa que vayan? Solo serán dos más a la fiesta.

- No. Tus amigos son mis amigos. Ya lo sabes.

Bella me abrazó, cogiéndome por sorpresa.

- Se lo diré en cuanto lleguen. Será genial que al fin puedas conocer a Jacob. Necesitas que te ayude en algo?

- No hace falta. Solo tengo que preparar comida para cinco personas.

Bella y yo nos reímos y fuimos de vuelta hacia su casa. Ella debía macharse al aeropuerto a buscar a sus amigos.

Me marché a toda prisa hacia mi casa. El salón de casa estuvo listo en apenas unos minutos. Unos cuantos globos de decoración y una pequeña mesa con comida y algo para beber para los pocos que comeríamos algo de comida humana.

Salí de casa a toda prisa de vuelta a la casa de los Cullen. Ésta vez fue Edward quien me abrió la puerta.

- Hola Clara.

- Hola Edward.

- Ahora íbamos a ir hacia tu casa pero hemos sufrido un pequeño retraso – dijo mirando hacia el interior de la casa.

Del salón venían unas voces y risas desconocidas para mí.

- Ya veo. – dije sonriendo. Bella me había contado que Edward no sentía mucha simpatía por su mejor amigo Jacob, sobretodo desde que éste había empezado a salir con su hija Renesmee, aunque lo llevaba mejor de lo que aparentaba. Seguramente para actuar como lo haría cualquier padre con el novio de su hija adolescente. – bueno, venid cuando queráis. Aún tardarán un rato en volver del cine. – dije refiriéndome a mis padres y a las niñas.

Alguien apareció de repente tras Edward.

- Buenas tardes Clara. – dijo Carlisle sonriendo ampliamente. – ahora íbamos a ir hacia tu casa.

- Si, Edward me lo estaba diciendo ahora.

- Entonces, vamos? Bella vendrá enseguida con sus amigos.

- Claro, vamos.

Edward y Carlisle salieron de la casa, seguidos de Esme y Alice, las cuales yo no había visto llegar. Miré hacia el interior de la casa, en busca del resto de la familia. Edward se percató de mi inquietud.

- Emmet, Jasper y Rosalie han ido de caza. Llegarán en pocos minutos.

- Genial – dije aliviada.

Los cinco nos fuimos hacia la casa de mi padre en silencio. A los pocos minutos llegó el resto de la familia Cullen. Estuvimos un rato hablando, a la espera de que llegaran Bella y sus dos amigos, cuando de repente oí el motor del coche de Lucas. Estaban a punto de llegar.

Estaba tan nerviosa que no pude disimularlo. Edward se acercó a mí y me susurró al oído.

- Bella está al caer.

- Como puedes saberlo?

- Les oigo venir. Entrarán por la puerta de atrás en unos segundos.

- Creí que no podías oír los pensamientos de Bella.

- Pero si los de sus acompañantes y no son nada silenciosos. – me dijo sonriendo.

De repente noté una mano en mi espalda. Me volví y vi a Bella, acompañada de un chico imponente. Un chico moreno, de pelo corto y negro, al igual que sus profundos ojos. De piel rojiza, increíblemente alto y musculoso.

- Clara, éste es Jacob. – dijo Bella a modo de presentación.

- Hola.

- Hola, gracias por la invitación. – dijo con una deslumbrante sonrisa.

- No es nada. Creí que vendrías acompañado. – pregunté intentando ver si había alguien detrás suyo.

- Así es. Está en la puerta,.

- Porque?

- Le da vergüenza pasar.

- Vaya tontería.

- Eso es lo que le he dicho yo. – dijo Bella sonriendo.

Todos nos volvimos hacia la puerta. Ésta se abrió y entraron cuatro personas.

- Sorpresa! – gritamos todos los presentes al unísono.

Lucy pareció realmente sorprendida. Abrazó a Renesmee y salió corriendo hacia mí y se lanzó a mis brazos.

- Gracias mami! Has invitado a las personas que quería!

- Felicidades Lucy. – dije dándole un beso en la frente y dejándola de nuevo en el suelo.

Fue corriendo a abrazar a todo el mundo y por último fue a por Jacob. Estuvo unos segundos mirándolo antes de hablar.

- Tu eres Jacob? – preguntó Lucy sin vergüenza.

- Si, soy Jacob.

- Eres enorme!!

- Vaya! Gracias! – respondió Jacob divertido.

- Has venido solo?

- No, he venido con un amigo.

- Y donde está?

- Me acompañas? – preguntó Jacob tendiendo su mano a Lucy. Ésta la tomó sin vacilar y se dirigieron hacia a puerta de atrás. Bella, Renesmee y yo los seguimos, bajo la atenta mirada de los demás.

- Lucy, éste es mi amigo Seth. Ha venido a felicitarte pero al final le ha dado vergüenza.

- Porque?

- Porque teme no caerte bien.

- Vaya tontería.

Jacob rió y se acercó más a su amigo.

- Felicidades Lucy. – dijo el tal Seth, entregándole un paquete a Lucy, algo que no alcancé a ver. En realidad no pude ver ni a Seth ni a Lucy, ya que Jacob estaba delante de mí. Solo alcanzaba a ver uno de sus brazos. Parecía tan fuerte como Jacob.

- Gracias!

Lucy abrió el paquete y en cuanto vio su contenido se lanzó al cuello de Seth.

- Me encanta, gracias!

Todos sonreímos. Jacob y Bella rieron al ver la cara que puso Seth.

De repente noté que alguien ponía su mano sobre mi hombro y me di la vuelta.

- Clara, puedes venir? - Dijo mi madre llevándome hacia un lugar apartado de la gente.

- Que ocurre? – pregunté preocupándome por momentos.

- Que hacen esos aquí? – me dijo con una cara que iba de la preocupación al enfado, cruzando los brazos sobre su pecho.

- Son amigos de Bella.

- Es que no sabes que son?

- Ya empezamos con los prejuicios? Son personas y son muy agradables. Con eso me basta por ahora.

- Clara, pero es que no lo ves?

- Qué es lo que no veo, mamá? – pregunté a la defensiva. Estaba empezando a cabrearme.

- Clara son…

- Vaya, estáis aquí! – dijo una voz familiar, interrumpiendo nuestra discusión.

- Lucas, estamos hablando de algo importante – dijo mi madre con un tono de voz cortante.

- Vale, vale. Volveré luego. – dijo avergonzado y un poco contrariado.

- No hace falta. Hemos terminado. – dije tajantemente y marchándome hacia donde estaban. Bella y sus amigos.

A que venía todo esto? Nunca había visto así a mi madre.

- Mami! Mira que me ha regalado Seth! – dijo Lucy corriendo hacia mi. Llevaba un hermoso atrapa sueños en sus manos.

- Es precioso.

- A que si? – dijo Lucy, feliz, marchándose con Renesmee escaleras arriba. Supuse que iban a su dormitorio.

Me acerqué a Jacob y ella. Estaban solos.

- Y Seth? – pregunté. Aun no había tenido la oportunidad de conocerle y agradecerle el regalo de Lucy.

- Ahora vendrá. Está en el jardín hablado por el móvil.

- Ah! Solo quería agradecerle el detalle que ha tenido con Lucy. Bueno, y a ti también.

- No hace falta. Con ver su cara de felicidad me conformo.

- Aun así, gracias.

- De nada. – me dijo sonriendo enseñando sus perfectos dientes blancos.

Bella se marchó con Edward y Jacob y yo estuvimos un buen rato hablando. Jacob me contó como era su vida en la reserva. Bastante rutinaria, según me explicó.

De repente sentí algo extraño. Sentía como si me estuvieran observando. Me volví y miré hacia la puerta que daba al jardín. Vi unos grandes ojos oscuros mirarme a través de la puerta de cristal y en cuanto me vio dirigirle la mirada, se escondió.

- Pero, qué?

- Ocurre algo? – me preguntó Jacob sorprendido.

- Me disculpas un momento? – dije a la vez que me dirigía hacia la cocina para salir al jardín.

- Claro.

Rápidamente salí hacia el jardín en busca de la persona a la que había sorprendido mirándome unos segundos antes.

Miré en derredor en su busca, pero no vi a nadie. Olfateé el ambiente y noté un extraño olor que provenía de detrás de mi. Me giré y vi a un muchacho al lado de la puerta, sentado en el suelo. Tenía la cabeza hacia atrás, apoyada contra la pared, tenía los ojos cerrados.

Me acerqué lentamente. De repente noté una extraña sensación en el estómago. Una sensación que hacía muchos años que no sentía, pero aún así ésta sensación era más intensa. Noté como mi corazón se aceleraba. Que me estaba pasando? No conocía de nada a ese chico. Su rostro… su piel… esos músculos, podría ser éste el amigo de Jacob?

Decidí evitarlo y me dirigí hacia la puerta, de vuelta al interior de la casa. Entré embalada y topé con un cuerpo rígido y fuerte. Levanté la mirada y me di cuenta que con quien me había topado era Jacob.

- Perdona, no te vi. – me excusé, intentando marcharme.

- Va todo bien? Estás temblando! – dijo Jacob a la vez que ponía sus manos sobre mis hombros. Noté un intenso calor al colocar sus manos sobre mi piel.

- Si, estoy bien. No es nada. – dije esquivándolo y marchándome a toda prisa hacia mi dormitorio. Nadie se percató de mi carrera escaleras arriba, al menos eso es lo que me pareció a mí.

Una vez estuve sola, me senté en la cama y puse mis manos sobre mi estómago. Me tumbé y me quedé así un buen rato. Cerré los ojos y vi su rostro inexpresivo, relajado. Parecía que me estaba adormilando cuando de repente alguien empezó a gritar.

- Que es lo que le has hecho?! Silencio.

- Quieres mirarme cuando te hablo?! Que es lo que has hecho?!

La voz venía del jardín. Me levanté a toda prisa y miré por la ventana. Vi a Jacob y a su amigo discutiendo. Bueno, más bien era Jacob el único que hablaba. Su amigo parecía con la vista clavada en el suelo.

Bajé corriendo por las escaleras y vi que el salón estaba vacío. Toda la familia habría salido al jardín. Salí corriendo y vi que me había equivocado. Allí solo estaban Jacob y Seth.

En cuando Jacob me vio, bajó el tono de voz. Seth se dio la vuelta y, al verme, volvió a bajar la vista y se marchó corriendo, dejándonos solo a Jacob y a mí en el jardín de mi casa.

Me quedé paralizada y noté una punzada de dolor en el corazón. Cuando Jacob vio que alzaba la mano para posarla sobre el corazón, se acercó a mí.

- Donde están los demás? – pregunté mientras se me quebraba la voz.

- Se marcharon a casa, querían darle a Lucy su regalo de cumpleaños.

- Ah!

- Bella está preocupada.

No respondí.

- Te vio marcharte corriendo escaleras arriba. Iba a seguirte, pero Edward la retuvo.

Edward debió oír mis pensamientos y acertó al pensar que quería estar sola.

- Yo también estoy preocupado.

- Porque? – pregunté sorprendida, saliendo de mi estado de estopor.

- Seth te ha hecho algo?

- Que?! No! Si ni siquiera le conozco.

- Cuando salí al jardín, después de toparme contigo, le encontré aquí. Estaba raro, esquivo. No quiso decirme nada.

No dije nada, no entendía nada.

- No te dijo nada?

Negué con la cabeza, con la vista clavada en el suelo.

Jacob se acercó a mí y me abrazó con delicadeza. Rodeé su cintura con mis brazos, devolviéndole el abrazo. Inexplicablemente, comencé a llorar. Jacob debió de notar mis lágrimas porqué me separó de él y me miró fijamente a los ojos. Limpió mis lágrimas con sus gruesos dedos y me abrazó de nuevo.

- No merece la pena – me susurró al oído.

- Ni siquiera le conozco – dije en un susurro apenas audible – porque me siento así?

- El amor es algo inexplicable. No tiene sentido.

Amor? Me separé de él y le miré fijamente a los ojos. Vi algo inexplicable en ellos. Ira, tal vez?

- Deberías ir con tu familia. Lucy te estaba buscando antes. Seguro que está deseando enseñarte tus regalos.

- Si, pero…

- Tranquila, yo me encargaré de él. No irá muy lejos.

- Vale. – me volví y me dirigí como pude hacia la casa de los Cullen.

Antes de que pudiera llamar a la puerta, Alice la abrió. No me dijo nada, simplemente se abalanzó sobre mí y me abrazó con fuerza.

- Que te ocurre? – me preguntó con voz preocupada.

- No lo se – dije llorando de nuevo.

Alice me acompañó hacia uno de los bancos de madera que decoraban el jardín, y nos sentamos.

- Quieres contármelo? Bella está muy preocupada, y yo también.

- No se lo que me pasa. Es todo tan extraño…

- Tranquila.

- Ni siquiera le conozco – repetí, como si eso fuera a calmar mi dolor.

- A quien no conoces?

- Es tan joven… - dije en un susurro, haciendo caso omiso a la pregunta de Alice.

- Clara, pero que es lo que te pasa? – preguntó ahora con preocupación manifiesta.

Me abracé a su cuello con fuerza. Alice me dio unos golpecitos en la espalda pero de repente su cuerpo se puso en tensión. Liberé a Alice de mi abrazo y me di la vuelta. Allí estaba mi madre. Alice se levantó y, tras besar mi frente, se marchó hacia el interior de la casa.

- Que ha pasado? – me preguntó con tono cortante.

- Nada – dije secando mis lágrimas y poniéndome en pie.

- No se llora por nada.

- Solo es alergia.

- No digas tonterías Clara. Te han hecho algo?

- Que?!

- Ese perro te ha hecho algo, verdad?

- Pero que dices!?! No se a que viene todo esto, pero ya basta! Porque eres tan cruel?

- Cruel? Yo? – parecía sorprendida y dolida por mis palabras.

- Si. Porque tienes la estúpida idea de que uno de ellos ha tenido que hacerme algo? – dije temblando, levantando cada vez más la voz.

- Clara, son animales.

- Por mi como si son hombres- rata! Me da igual. Son personas y no permitiré que les insultes y les trates así.

- Clara – dijo poniendo su mano sobre mi hombro.

- Déjame – dije alejándome de ella – hasta que no cambies de parecer, no te acerques a mí.

Me marché de nuevo hacia la casa, corriendo. Necesitaba estar sola. Subí a mi cuarto a toda prisa. Cerré la puerta por dentro y me tumbé sobre la cama.

Lloré hasta dormirme.

Cuando me desperté, noté la presencia de alguien en mi dormitorio. Me levanté y vi a mi padre sentado en la silla de mi escritorio, mirándome.

- Ocurre algo? – me preguntó con preocupación.

- Porque no dejáis de preguntarme lo mismo una y otra vez? – dije a la defensiva.

- Tu madre está preocupada por ti.

No dije nada, de haberlo hecho lo habría hecho en un tono nada apropiado.

- Cree que te pasa algo. Que alguien te ha hecho algo.

- Nadie me ha hecho nada.

- Entonces…

- Que?

- Porque te comportas así?

- No me comporto de ninguna manera en especial.

- Porque defiendes tanto a los amigos de Bella?

- Se han portado muy bien con Lucy y conmigo.

- Pero…

- Ya empiezas tu también? Ya se que hay algo extraño en ellos, pero que más da? Más rara soy yo, que soy medio vampiro y nadie me juzga por ello.

- De acuerdo. Tienes razón. – dijo mientras se levantaba lentamente y se dirigía hacia la puerta.

- Vale.

- Pero ves con cuidado.

- Si. Lo haré.

Mi padre salió de mi cuarto y me dejó sola de nuevo.

Me quedé sentada en la cama, mirando hacia la ventana. Me dirigí hacia ella y miré al jardín. Que esperaba ver allí? Intenté no pensar más en ello, pero mi corazón dio un vuelvo. Esa era la respuesta.

Fui corriendo hacia la puerta de mi dormitorio y bajé en busca de mi padre.

- Suerte que te encuentro. Donde está Lucy?

- Tu madre se la llevó a Canadá.

- Que?

- No recuerdas que tenían planeado el viaje desde hace meses?

- Ah! Si! – lo había olvidado.

Esme, Johana, Lucy y Renesmee se iban a Canadá. Un viaje abuela-nieta. Eso facilitaba las cosas.

- Papá, has visto mi móvil? – mi padre lo cogió de encima de la mesa de la cocina y me lo lanzó e inmediatamente llamé al móvil de Johana. No fue ella quien contestó.

- Mami!

- Hola, cariño. Como ha ido el viaje de ida?

- muy bien. Ahora nos vamos al hotel.

- Siento no haber podido despedirme.

- No pasa nada. Espero verte pronto.

- Yo también, pero disfruta del viaje. Y pórtate bien.

- Siempre. Te llamaré!

- Cuando quieras – contesté con una sonrisa. Lucy parecía estar disfrutando.

Lucy colgó y yo le devolví el móvil a mi padre. Me dirigí hacia la puerta.

- A donde vas? – me preguntó mi padre.

- A casa de Bella. Habíamos quedado ésta tarde.

- Vale.

Cerré la puerta y corrí sin detenerme. Me encontré con Alice en la puerta de su casa.

- Ahora íbamos las tres a buscarte.

- Para que? – pregunté sorprendida. Alice y Rose también vendrían?

- Para salir ésta noche.

- Y me ibais a buscar ahora?

- Tenemos que prepararnos. En principio solo saldremos las chicas. Ya es hora de que nos divirtamos un poco, no? – dijo con una gran sonrisa y empezando a bailar.

- Vale, lo que tú digas.

- Vamos.

Me cogió de la mano y me arrastró escaleras arriba, hacia su dormitorio. Allí estaban Rosalie y Bella. Estuvimos un buen rato probándonos unos cuantos modelitos. La verdad es que fue una tarde divertida. Tardamos cerca de dos horas en estar listas.

- Saldremos a bailar! Yuhu! – dijo Alice a la vez que cogía a Bella y comenzaba a bailar de nuevo. - Toda la noche!

- Para vosotras es muy fácil pero yo acabaré con los pies reventados – dije cogiendo los zapatos que Alice me había prestado. Tenían 9 cm. de tacón.

- Exagerada! Sigues olvidando que no eres del todo humana.

- Y que vamos a hacer antes? – pregunté, ya que aún quedaban unas horas para que abrieran las discotecas.

- No se, podríamos ir a dar una vuelta por la ciudad.

- O podríamos ir al cine – sugirió Bella – será una manera entretenida de pasar el tiempo.

- La verdad es que hace mucho tiempo que no hacemos algo tan normal. – dijo Rosalie retocando sus dorados cabellos.

- Vale. Iremos al cine y después de fiesta! – repuso Alice, bailando de nuevo por todo el dormitorio.

Terminamos de arreglarnos y nos marchamos a la ciudad en el coche de Rosalie.

Llegamos bastante deprisa. Aun faltaba al menos una hora para que empezara la película. Mientras Alice y Rosalie miraban unos escaparates de ropa de última moda. Bella y yo nos sentamos en un banco a hablar.

- Que te sucedió ayer? – me preguntó Bella.

- No lo se. Fue algo muy extraño. De repente empecé a encontrarme mal, pero me tumbé un rato y se me pasó. – dije intentando desviar a Bella del tema. En realidad si que me encontraba mal, pero de una forma muy distinta a la que ella creía. Como semi-vampiro que soy, no acostumbro a enfermar.

- No fue nada, entonces?

- Nada de nada. – mentí lo mejor que pude.

- Vamos, chicas! Debemos coger unos buenos asientos! – gritó Alice, corriendo hacia las taquillas y comprando las entradas.

Nos dirigimos hacia la sala sin saber que película íbamos a ver. Conociendo a Alice podíamos esperar cualquier cosa.

Entramos en la sala todas menos Alice, que susurró algo al oído de Rose y se quedó en la puerta, como si estuviera esperando a alguien. Nosotras tres nos acomodamos y vi como Rosalie dejaba nuestros bolsos en dos asientos al lado de Bella, mientras que colocaba otro a su lado.

- Viene alguien más? – pregunté a Bella. Me sonrió.

- No lo se – me dijo mintiéndome descaradamente.

Empecé a temerme lo peor cuando Alice entró en la sala acompañada de dos chicos morenos, altos y musculosos, de piel y ojos oscuros.

Por puro acto reflejo llevé mi mano sobre mi corazón, que había empezado a latir descontroladamente. Bella se dio cuenta y cogió mi mano.

- Te encuentras bien? Estás temblando!

- No pasa nada.

- Esto no parece no ser nada.

En ese momento, las luces se apagaron y comenzó la película. Por lo que pude ver durante los primeros cinco minutos es que se trataba de una película romántica bastante empalagosa.

No té como si alguien me estuviera observando, pero cuando me volví, vi como todos los ojos estaban fijos en la pantalla. Mi mente me estaría jugando una mala pasada.

Durante los siguientes cinco minutos seguí notando como alguien me observaba. Podía notarlo sobre la piel. Me estaba poniendo cada vez más nerviosa. Me volví rápidamente y sorprendí a Seth mirándome fijamente. Su mirada irradiaba ira.

Noté una fuerte punzada en el corazón. Por que me sentía así? Por que me odiaba tanto ese chico?

No pude soportarlo más. Me levanté y me marché a toda prisa. Al pasar por delante de Seth, noté como su pierna tocaba la mía y sentí un escalofrío, a pesar de que su piel irradiaba calor. Salí de la sala y me marché corriendo hacia la calle. Sentí como si el corazón se me fuera a salir por la boca. El aire golpeaba violentamente mi rostro repleto de lágrimas de impotencia.

Sentí unos murmullos a mi alrededor. Levanté la mirada y vi a dos chicos delante de mí, me miraban fijamente de arriba abajo. Di media vuelta con intención de volver al interior del edificio, pero me encontré un chico que me barraba el paso.

- Que te pasa? Podemos ayudarte? – dijo burlonamente el chico que iba solo.

- Si, que necesitas? – dijo otro a mis espaldas.

No sabía como actuar. Era perfectamente capaz de dejar KO a los tres, pero en ese momento me sentía tan débil y vulnerable que no era capaz de moverme.

Se iban acercando cada vez más, me estaban rodeando. Podía notar el olor a alcohol que emanaba de su aliento.

De repente, y rompiendo el silencio de la noche, oí algo semejante a un gruñido. Me di la vuelta y vi acercarse a toda velocidad a un muchacho de piel rojiza. Se lanzó sobre uno de los chicos que me acorralaban. Lo tiró al suelo de un solo manotazo, lanzándolo a unos metros de distancia. Se volvió hacia los otros dos, pero éstos se marcharon corriendo, dejando atrás a su amigo, tirado en el suelo, inconsciente.

Caí de rodillas al suelo y Seth vino corriendo hacia mi, sujetándome por la cintura para evitar que cayera de bruces. Levanté la mirada y no pude evitar quedar hipnotizada por sus profundos ojos oscuros que me miraban fijamente. Sus ojos ya no mostraban ira sino algo muy distinto.

Intenté levantarme pero él me detuvo.

- Deberías sentarte. No estás en condiciones de ir a ningún sitio – dijo hablando por primera vez delante de mí.

Intenté liberarme de nuevo y, al ver mi resistencia, me soltó. Me puse en pie y fui a grandes zancadas hacía el edificio de los multicines. Me volví para mirar atrás y me choqué con su escultural cuerpo.

- Soy perfectamente capaz de andar sola, gracias. – dije dándome la vuelta de nuevo.

Me cogió del brazo con suavidad, me acercó a él y me abrazó. Puse mi cara sobre su pecho. Pude notar el calor que emanaba de su cuerpo contra el mío. Me quedé inmóvil. Ni siquiera pude devolverme el abrazo, que era lo que deseaba en esos momentos.

Separó su cuerpo del mío unos centímetros y me miró a los ojos.

- Deberías sentarte. El corazón te va a cien. – dijo todavía rodeándome con sus brazos.

- No quiero sentarme.

Me di la vuelta como pude y avancé unos pasos. Ésta vez nadie me sujetó.

- Lo siento – dijo Seth en un susurro apenas audible, cayendo de rodillas en el suelo.

- El que? – pregunté con fingida indiferencia.

- Todo. Todo lo que ha sucedido.

Sin pensarlo, me acerqué a él y me arrodillé delante de él. Puse mi mano sobre su mejilla. Estaba ardiendo. Levantó la vista y me miró e instintivamente y sin pensármelo dos veces le besé. Al contrario de lo que creía que iba a hacer, Seth me devolvió el beso, suave, dulce y ardientemente. Rodeé su cuello con mis brazos, acercando mi cuerpo al suyo, mientras que él acariciaba mi pelo, bajando su mano por mi espalda. Me acerqué más a él. En ese momento puso sus manos sobre mi rostro y separó sus labios de los míos.

- No puedo hacer esto – susurró.

- Porque?

- Mañana me marcho.

- Tan pronto?

- Debo hacerlo.

- Quédate – dije en tono suplicante, besándole de nuevo. Sucumbiendo a mis deseos.

- No puedo. El deber me obliga a irme.

- Que deber? Eres demasiado joven como para tener obligaciones.

Seth se levantó y tendió su mano para ayudarme a levantar. Se volvió, dándome la espalda.

- Es que no sabes lo que soy?

Él también. A que venía todo esto?

Lo único que se es que desde el primer momento en que te vi sentí algo dentro de mi, algo que no me permite dejar de pensar en ti y que cuando no estás cerca me siento como si algo dentro de mi muriera. – dije sabiendo que sonaba de lo más cursi, pero aún así era cierto.

- No sabes lo que dices. – me dijo seth. El dolor quebraba su voz. – No sabes lo que soy.

- No me importa. Solo se que te quiero.

- No digas eso. No quiero hacerte daño, es por eso por lo que debo irme.

- No…

- Debo irme. Ahora.

Me acerqué a él. Apoyé la cabeza en su espalda y rodeé su cintura con mis brazos.

- Si te vas, no podré soportarlo.

Noté como seth comenzaba a temblar. Se soltó de a mi abrazo y se alejó de mi.

Seth temblaba de arriba a bajo. Cerró los puños con fuerza.

De repente noté una mano sobre mi hombro.

- Aléjate de él – me dijo la voz de Jacob al oído, poniéndose delante de mi – Seth, relájate.

Jacob iba acercándose a Seth, que seguía dándonos la espalda. Jacob se puso delante de él, puso sus manos sobre los hombros de Seth y le dijo algo que no alcancé a oír. Seth se deshizo bruscamente de las manos de Jacob y se marchó corriendo.

Jacob volvió al instante hacia donde yo me encontraba.

- Que ha pasado? – pregunté mirando hacia donde había estado Seth hacia apenas unos segundos.

- Le he dicho que se marche. – dijo cogiendo mi mano y estrechándola entre las suyas con suavidad – Que te ha hecho?

Solté con rabia a Jacob y di unos pasos atrás.

- Que has hecho qué?

- Que te ocurre? – Jacob se sorprendió al oír mis palabras.

- Ah! Primero le dices que se vaya y ahora me preguntas si me ha hecho algo? Seth me ha rechazado. Le he dicho lo que sentía por él se ha alejado de mi. Eso es lo que ha pasado, vale? Contento?! – pronto me di cuenta de que había comenzado a gritar.

A pesar de que Jacob no tenía ninguna culpa, sentía tanta rabia y tanto dolor que no pude contenerme.

- Que te ha rechazado? Clara, seth es muy joven, no sabe lo que hace. Bueno, no es tan joven como aparenta pero… no vale la pena. Lo mejor es que te olvides de él.

- A que te refieres?

- No te ha dicho nada?

- Respecto a que? – dije a la defensiva. Ya estaba harta de que todo el mundo supiera algo que yo no sabía.

- Eso debe decírtelo él, no yo.

- No creo que eso ocurra. Me ha dicho que se va mañana así que… no creo que lo vuelva a ver.

Noté una presencia detrás de mí. Bueno, más bien noté tres presencias.

- Me voy a casa – dije sin pensarlo. Ni siquiera me di la vuelta para mirar a las chicas.

- Porque? – preguntó Alice, poniéndose ante mi y examinando mi rostro – no te encuentras bien?

- No me encuentro con ánimos de ir de fiesta. Mañana me contáis que tal ha ido, vale? – dije sonriendo, intentado evitar que las chicas se preocuparan más de lo necesario.

- Pero como vas a marcharte?

- A pie. Me vendrá bien dar un paseo.

- Pero…

- Tranquilos. Disfrutad los cuatro de la fiesta. Mañana me contáis.

- Estás segura?

- Si – dije mientras comenzaba a caminar.

Mientras me marchaba pude oír a Rosalie decir algo que no llegué a entender con claridad. Solo pude entender que le echaba la culpa de todo esto a Jacob. Quise volver y defender a Jacob, pero no tenía fuerzas para pensar en Seth ni en lo que había sucedido.

Si tanto odiaba mis sentimientos hacia él, entonces podía marcharse donde quisiera esa misma noche. Debía olvidarle, continuar con mi vida como si nunca la hubiera conocido.

Anduve un buen rato y cuando me di cuenta ya me encontraba en la puerta de mi casa. Entré y me fui directa a mi cuarto.

Me tumbé sobre la cama y me dormí en apenas unos minutos.

Me desperté cuando ya era de día. Me cambié de ropa y salí de mi cuarto con la intención de ir hacia la casa de los Cullen. Las chicas merecían una explicación.

Salí del dormitorio y oí unas voces. Me dirigí hacia las escaleras pero no bajé. Me quedé escuchando, intentando oír y entender cada palabra.

- Como se atreve a tratarla de ésta manera? Le abre las puertas de su casa y la trata como si fuera basura. – dijo una voz que reconocí como la voz de Rosalie.

- Creo que es algo más que un simple rechazo – dijo Bella.

- Me dejáis hablar? – dijo la voz de Jacob. Parecía preocupado – Seth se ha marchado ésta noche. Apenas logré que me contara nada de lo sucedido en los últimos dos días. Se ha estado comportando de un modo extraño.

- Y eso ha afectado a Clara. Se ha pasado toda la noche ablando en sueños y ayer también. Incluso se peleó con su madre, cosa que no había sucedido nunca hasta ahora – dijo mi padre.

Me sorprendió que estuviera allí, hablando con Rosalie, Bella y Jacob.

- Creo que Seth se ha enamorado de Clara. – dijo Jacob.

- Que? – dijeron cuatro voces al unísono. Oí la voz de Alice. Así que ella también estaba allí.

Enamorado? Pues vaya manera más pobre de demostrarlo.

- Tengo una teoría. – dijo Jacob, hablando de nuevo. – Seth me dijo que si se quedaba solo haría daño a Clara. Creo que se ha enamorado de ella, pero tiene miedo de imprimarse y romperle el corazón. Como les sucedió a Sam y Leah.

- Pero tal vez nunca sufra la imprimación. – dijo Bella poco convencida de lo que estaba diciendo.

- Yo creo que seth se ha imprimado de Clara, pero no está seguro de lo que siente. – continuó diciendo Jacob.

Me di la vuelta para volver a mi dormitorio pero me tropecé y caí escaleras abajo. Como podía ser tan patosa? No se supone que el tener sangre de vampiro debería evitar este tipo de percances?

- Que te ha ocurrido? – dijo Bella corriendo hacia mi y ayudándome a ponerme en pie.

- No se. Me caí?

- Clara. Lamento lo sucedido anoche. – dijo Jacob acercándose a mi.

- No. Yo lo siento. Debo pediros perdón a todos por mi comportamiento. Se que no he sido yo éstos últimos días pero eso va a cambiar.

- Clara, Seth…

- Jacob, no sigas. Por favor. Quiero que todo vuelva a la normalidad y eso no podrá ser si le mencionas, vale?

- Vale, lo siento.

- No lo sientas. Gracias por preocuparte. – dije acercándome a Jacob y dándole un abrazo – Me alegro de haberte conocido. No me extraña que Bella te quiera tanto.

- Gracias, yo también me alegro de haberte conocido. Espero que volvamos a vernos pronto.

- Cuando te marchas?

- Esta tarde.

- Espero que vuelvas pronto. – Le di un beso en la mejilla y me dirigí hacia donde estaba mi padre – lo siento – le dije abrazándole.

- No tienes que pedirme perdón. Lo has pasado mal y no tienes ninguna culpa de lo que sienta tu corazón.

Mi padre me dio un beso en la frente y yo fui hacia donde estaban las chicas. Me acerqué a Alice, Bella y Rosalie y me disculpé. Ellas se acercaron a mi y me abrazaron las tres a la vez.

Esa misma tarde Jacob se marchó de vuelta a los EEUU, a La Push. Le acompañemos al aeropuerto y cuando Jacob subió al avión nos marchemos de vuelta a casa. Las chicas intentaron animarme, queriendo hacerme salir de casa pero no me apetecía. No era por la persona que estaba empeñada en olvidar, ni por lo sucedido con él, simplemente quería quedarme en casa, con mi padre, hablando.

- Creo que deberías salir con las chicas – dijo mi padre, sentado a mi lado en el sofá del salón.

- Prefiero quedarme aquí, contigo. Hace mucho tiempo que no hablamos.

- Tienes razón. Pero creo que deberías divertirte.

- Estoy bien. Cuando volverán Johana y Lucy?

- En una semana. Cogieron un viaje bastante largo.

- Si. Hecho de menos a Lucy.

- Si. La casa está muy tranquila sin Lucy por aquí, revoloteando por la casa.

- Si. Sabes que? Me lo he pensado y creo que iré a la casa de los Cullen.

- Genial. Te acompaño, voy a ir a ver a Jasper.

Nos fuimos juntos hacia la mansión. Alice nos estaba esperando en la puerta.

- Jasper te está esperando en el garaje.

- Bien. Hasta luego pequeña – dijo dándome un beso en la frente y seguidamente se marchó hacia el garaje en busca de su hermano.

- Ocurre algo, Alice? – pregunté.

- No. Quieres subir? Los chicos están arriba.

- Claro.

- Vale, vamos. – dijo con una sonrisa, un poco sorprendida de mi respuesta.

Pasamos toda la tarde maquillándonos y peinándonos unas a otras.

La verdad es que los próximos días fueron de lo más entretenidos.

Por fin llegó Lucy.

Decidí que debíamos recuperar el tiempo perdido y nos marchamos de excursión.

- Me lo he pasado muy bien estos días con la abuela y Esme y Renesmee.

- Me alegro mucho de oír eso.

Fuimos caminando bastante rato. Lucy no pareció cansarse.

- Sabes que Jacob es el novio de Nessie? – me pregunté con ganas de contarme algo.

- Si, eso he oído. No es muy joven para salir con un chico tan mayor?

- Jacob solo tiene 16 años. Bueno. Más o menos.

- Que?

- Nada. Aunque no son novios formales. Solo salen de vez en cuando.

Bien. Dije algo confusa. Que era eso de que Jacob tenía 16 años?

- Tu no sales con nadie?

- No. Sino lo sabrías.

- Cuando volveremos a casa?

- Cuando quieras Lucy.

- Ahora.

- Vale. La verdad es que hemos caminado bastante por hoy.

Pronto volvimos hacia casa. Lucy fue a buscar a Renesmee y fueron al cine junto a Edward.

Los días fueron pasando.

Lucy seguía creciendo y madurando demasiado deprisa para su edad.

Por fin comenzó a hacer amigos en el colegio.

Eso era justo lo que necesitaba.