Nas!!

Bienvenidos a éste fanfic sacado de mis más retorcidas ideas xD En vista de que nunca encontré un(a) beta para ésta historia, me he visto en la penosa necesidad de hacerlo yo misma, dos años después de haberlo escrito así que... veamos que resulta. Trataré de corregir muchos de los errores que me hicieron notar las maravillosas personas que dejaron reviwes. Gracias a todos por leer.

Desclaimer: Los personajes no me pertenecen, ni la historia original propiedad de Kishimoto, y no obtengo ningún beneficio económico de escribir éste fanfic. Es puramente la suma de mi ocio, con mi obsesión insaciable de KakaSaku, aderezado con ItaSaku...

En fin...

- Diálogos.

Pensamientos

"inner de Sakura"

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Flashbacks

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Triángulo Peligroso

PRÓLOGO

(Auto-beteado)

Hace muchos años que dejé de sonreír de la misma forma ingenua que acostumbraba, siempre alegre, siempre entusiasta, me robaron esa alegría, me robaron ese entusiasmo con que vivía. Me sé de memoria la vil mueca que asemeja una sonrisa pero es solo una aberración, una maligna distorsión de lo que debe ser una sonrisa.

Solía creer que la vida era perfecta, que todo a mí alrededor era como yo quería que fuera, bueno, casi...solo me faltaba él, Sasuke-kun. Sin embargo siempre mantuve la esperanza de que algún día "descubriera" que también el me quería como yo a él, pero no lo hizo, me abandonó, me abandonó al igual que todas las personas a las que amaba.

Llegué a creer que lo hicieron porque era débil, porque nadie querría estar cerca de alguien tan débil e inútil como yo. Y no los culpaba, nadie necesita a un estorbo a su lado o en el mismo equipo, un estorbo al que se tiene que estar salvando del peligro todos los días.

Pero había aprendido la lección durante aquel examen en el bosque, donde Orochimaru marcó a Sasuke-kun, y donde nuestras vidas cambiaron por completo. Ahí fue cuando comprendí que a pesar de todo, debía seguir luchando, que no permitiría que me salvaran por siempre. Yo también los protegería.

Y a pesar de que ahora todas esas personas a las que pensaba proteger, me abandonaron, aún así seguiré luchando por mí al menos. Porque definitivamente ya no soy débil. A base de sudor y sangre, y gracias al duro entrenamiento de Tsunade-sama, quien se convirtió en mi sensei, adquirí conocimientos médicos que no habría podio aprender en ningún otro lado, además de la nada despreciable fuerza bruta que me ayuda a desahogar mi ira.

El famoso equipo 7 había quedado en un pasado lejano e irreal.

Naruto no ha regresado de su entrenamiento con Jiraya-sama, (el famoso escritor de Icha Icha Paradise) mejor conocido como ero-sennin por sus costumbres pervertidas.

De alguna forma entendiendo el porque quiere volverse mas poderoso, aunado a su eterno sueño de convertirse en Hokage, está el hecho de que Akatsuki sigue tras su pista para obtener al bijuu sellado en sus interior, es decir el Kyuubi y además, y mas importante que nada, está la promesa que me hizo de traer de vuelta a Sasuke-kun aun tuviera que romperle brazos y piernas según decía.

Es mi mejor amigo pero aún así no puedo dejar de pensar que de uno u otro modo igual me abandonó…

De Sasuke-kun ni hablar pero en cuanto a lo que resta del equipo 7, es decir, Kakashi-sensei, no lo he visto desde que Naruto se fue, y aún tengo fresco en la memoria el último día en que lo vi y no entiendo porque, pero no puedo lograr olvidarlo por más que intento quitarlo de mi cabeza...

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A través de los largos pasillos de la torre Hokage, y a gran velocidad, una silueta esbelta se dirigía a la oficina principal, donde seguramente se encontraba su maestra. La entrega de los documentos que le había pedido se había retrasado demasiado debido al desorden caótico de los archivos. El miedo empieza a deslizarse por sus sentidos, no hay peor pesadilla que la Godaime enojada.

Cuando por fin llego a la puerta de sus oficina se da cuenta de que se oyen unas voces dentro, así que decide esperar, de todas formas se había retrasado bastante, no abría tanta diferencia si esperaba unos minutos...igual iba a recibir castigo.

- ¡Nas Sakura Chan! ¿Porqué esa cara?.

- ¡Kakashi-sensei! – Había aparecido de la nada y la miraba con la misma expresión despreocupada de siempre, que se podía notar debido al arco que formaba su único ojo visible.

- Hola pequeña, y bueno, ¿no me vas a responder?

- Ah…, pues lo siento, pero es la única que tengo... – Le contesté con una vena marcándose dolorosamente en mi frente.

- Soka... En fin, tengo que hablar con la Godaime. ¡Ja ne Sakura-chan! – Hizo un gesto de despedida con una mano y desapareció con rapidez por la puerta de la oficina.

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Nunca me imaginé que no lo volvería a ver, cualquiera pensaría que por lo menos tendría la decencia de despedirse de su última alumna que quedaba en la aldea, pero creo que eso no va con el...

Tal vez creyó que sería mas doloroso para mi, pero mas lo fue el pensar cada día el porque no lo hizo.

Es irónico pensar que derramé mis últimas lágrimas por el, por terminar alejándose de mi lado al igual que los demás pero con la diferencia que no pude siquiera decirle adiós.

A veces escucho algunos rumores en la oficina de la Godaime de que se había infiltrado en la Aldea del Sonido como parte de una misión de rango S, y misiones como esas suelen durar meses y hasta años como lo a sido este caso.

Recordarlos ahora...al equipo 7...me da rabia...me hace sentir frustrada, mas que nada por que sus rostros, sus presencias, por mas que lo intente, parecen perseguirme sin darme tregua.

No, ya no sonrío como antes. ¿Pero de que me sirve sonreír si no tengo con quien compartir esa sonrisa?...

El tiempo pasa demasiado lento, a mi alrededor todo se mueve de una forma descontrolada, pero en lo referente a mi parece que hasta el aire se vuelve mas denso y difícil de aspirar.

Por todos lados se escucha el ruido de gente en constante actividad, pero yo me sumerjo en un silencio frío y oscuro.

Mientras la gente intenta socializar conmigo, yo me siento completamente asilada... lo único que me mantiene cuerda es el entrenamiento, entre mas duro entreno, mas cansada termino y solo así duermo.

Aprendí a no hablar si no es totalmente necesario, a observar y analizar todo fríamente y después de tantos años por fin he logrado eliminar toda lágrima que aún pudiera retener en mi interior.

Después de todo soy una Kunoichi de Konoha y una de las tantas reglas de la aldea es que un ninja jamás debe mostrar sus sentimientos, y así lo he hecho.