Aquí les dejo mi primer Fic, nunca había escrito algo así que espero les guste. Los personajes son propiedad de Stephanie Meyer, pero la historia me pertenece….aquí se las dejo.

Mi corazón se fue contigo.

Conociéndonos.

Nueva York era la ciudad que habían elegido para vivir, tenían todo lo que necesitaban allí, Bella tenía su trabajo como fotógrafa en una de las revistas más prestigiadas a nivel mundial. Su trabajo era su pasión y gracias a su dedicación y entrega hoy contaba con gran prestigio y reconocimiento incluso en el extranjero, siempre se la jugaba el todo por el todo y contaba con una habilidad innata para captar las mejores imágenes, dándole a cada una de sus fotografías un toque personal, así fuera un edificio, un río, un paisaje de ensueño o el desolado resultado de una catástrofe natural, ella siempre veía algo más y el ojo de su cámara era su cómplice y su más fiel e imparcial crítico era la persona a quien más amaba en la vida, su gran y único amor, Edward.

Por su parte, Edward había logrado su mayor anhelo hasta el momento, ingresar al FBI como detective en el departamento antidroga. Esta había sido su meta desde la juventud, luchar contra aquellos criminales que llenaban el país y el mundo de estas sustancias que consumían el alma y el cuerpo de tantos niños, jóvenes, hombres y mujeres, sin importar edades ni sexos ni estatus social, si llegaba a tus manos y la recibías, estabas perdido, te encadenabas a una vida de dependencia que muy pocos podían librar y él lo sabía bien, demasiado bien para su desgracia. Luego de 5 años de carrera era considerado uno de los mejores elementos dentro del departamento. Su habilidad para idear y planificar redadas le habían hecho merecedor de un gran respeto entre sus pares, sin olvidar que era un excelente tirador, manejaba las armas como ningún otro.

Ambos llevaban una vida llena de alegría, de amor y se complementaban tan bien, habían conseguido desarrollarse profesionalmente con éxito en sus carreras y eso los hacía felices… pero aún faltaba dar el paso más importante y de lo cual habían hablado largas horas durante las noches, formalizar su relación.

Edward y Bella se conocieron en el edificio del FBI. Bella había sido designada para fotografiar las instalaciones y atrapar el lado humano de quienes se preparaban para formar parte de uno de los departamentos gubernamentales más importante del país. Luego que el Director en persona acompañara a Bella por las dependencias, llegó el momento de visitar los lugares de práctica de tiro, donde los agentes eran capacitados en todo el manejo de armas de fuego así como también realizaban diferentes y exigentes ejercicios que ponían a prueba el estado físico y mental de los hombres y mujeres que habían elegido aquella carrera. Bella estaba algo nerviosa ante el movimiento de todos los agentes y el ruido de las armas, que nunca es grato, la tenían muy ansiosa, pero ante el desafío de captar todo aquello se preparó y alejó de su mente el nerviosismo, tomó su cámara y buscó una buena posición para comenzar su trabajo. El director la guió hasta un lugar seguro y de un momento a otro le pareció estar en una de esas escenas de películas de acción, empezó a enfocar su cámara y encontró a un hombre que llamó su atención, era alto, llevaba un chaleco antibalas con las iniciales FBI, pantalones al estilo militar de color negro, con muchos bolsillos y una polo blanca muy ajustada que dejaba ver unos espectaculares brazos, su pelo era de un llamativo color bronce algo despeinado pero que le daba un toque especial, lástima que su rostro no lo pudo ver bien ya que llevaba unos grandes lentes protectores, pero aún así podía verse que estaba totalmente concentrado en lo que estaba haciendo.

-Srta. Swan – dijo el Director – prepare su cámara, está a punto de ver a uno de nuestros mejores tiradores en acción - y así lo hizo.

¡Ahora!, se escuchó una voz grave en alguna parte y vio como aquel agente salía corriendo, esquivando golpes, refugiándose de las balas y saltando enormes objetos que hacían de barrera, de pronto comenzó a disparar a todo aquel señuelo señalado evidentemente, como "los malos" y él no vaciló ni un momento al disparar su arma, era increíble su agilidad física y su destreza con el arma. Pero ella no se quedó atrás, su cámara disparaba el flash como nunca, quería captar toda la esencia y la adrenalina de aquel hombre.

Al terminar el ejercicio se escucharon fuertes aplausos y vítores en señal de admiración desde donde estaba el resto de los agentes. Al unirse al grupo de hombres y mujeres que estaban ahí, notó como dos de ellos chocaban sus puños en señal de amistad y felicitaciones, logró captar con su lente aquel momento y fue una de las fotos elegidas para el reportaje donde quedaba de manifiesto el compañerismo y la amistad entre los tan temidos agentes. Luego conocería a esos dos compañeros, eran Jasper y Emmet, amigos inseparables desde que los tres ingresaron a la academia y de ahí al FBI.

-Agente Cullen - llamó el Director.

-Sí señor - respondió al momento de estar frente a su superior - quiero presentarle a la Señorita Isabella Swan, fotógrafa de la revista encargada del reportaje que les hablé en la reunión de ayer.

Edward se quitó los lentes protectores y Bella quedó prendida de los ojos más hermosos y profundos que había visto nunca, aquellas esmeraldas verdes eran una invitación a ser admiradas cada día durante las 24 horas del día.

-Un gusto conocerla Srta. Swan - oyó casi como un susurro al estar tan pendiente de aquel par de ojos y de su dueño.

–El gusto es todo mío - ¿ella había dicho eso?, oh por Dios!! De inmediato sus mejillas alcanzaron un tono rojizo difícil de superar porque simplemente no había algo más rojo que eso!! Ella era tímida y cauta ante los hombres y de buenas a primera sale con que el gusto es "todo" mío!!! – trágame tierra - pensó.

Ambos se miraron y Edward sonrió ante aquella muestra de …¿vergüenza?, ¿qué chica es capaz de sonrojarse ante un simple comentario en pleno siglo XXI?....esto no estaba bien, nada bien, esa chica es sinónimo de peligro – lo doy firmado - pensó para sí.

Tan peligrosa resultó Bella, que Edward no pudo separarse de ella desde ese día, no le temía al peligro y más aún si tenía forma de mujer y esa mujer era Bella. Estaba perdido, cayó ante el embrujo de aquellos tiernos y sinceros ojos chocolate, ante la belleza de su blanca piel y su fino y muy bien formado cuerpo. Ambos se amaban y se entregaban lo mejor de sí mientras estaban juntos, porque sus profesiones exigían a veces que los dos viajaran. Lo habían asimilado puesto que se conocieron así, ninguno le pediría al otro más tiempo del que se daban, porque no sería justo ni para uno ni para el otro. Pero los días o las horas que compartían estaban llenos de puro amor, de comprensión, de amistad, aprovechaban todo el tiempo juntos para conocerse y lograr comunicarse incluso con las miradas.

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Bueno este es el primer capítulo de mi historia, estoy feliz de poder por fin publicarlo y esperaré ansiosa sus comentarios. Quiero agradecer infinitamente a Lilia por su paciencia y buenísima voluntad para enseñarme a manejar esto, ya que soy principiante y realmente estaba hecha un lío para poder publicar jejejeje!!

Shanny.