Diabolik Lovers no me pertenece, es propiedad absoluta de Rejet.
¡Hola a todos! Aquí nuevamente con otro fic de ¡nuestros queridos vampiritos! ¡XD! Este Fic está un poco raro, pero bueno, me gusta escribirlo, ¡espero a ustedes también les guste leerlo!
Advertencias: rango T, no voy a poner OoC (fuera de personaje) ya que trataré de poner sus verdaderas personalidades sin cambiarlas. Este fic está inspirado en Theory of Fear, un juego que me gustó mucho.
¡Comencemos!
Prólogo
–No quiero hacer esto…–Repitió por tercera vez la joven.
–Tranquila, debes desahogar tus miedos, para eso has venido ¿no?–Trató de calmarla el doctor, pero aquella pequeña sonrisa que él llevaba en sus labios le daba desconfianza–Háblame de ti–
Ella suspiró acostada en la camilla. Cerró sus ojos y volvió a abrirlos lentamente llenándose del valor que le faltaba.
–Me llamo Yui Komori–Se presentó–Vivo en una mansión alejada del pueblo y las carreteras, a media hora de llegar a la Academia en coche, nos mudamos a ella cuando tenía 7 años. No tengo muchos recuerdos de mi infancia, pero puedo asegurar que viví bien esa etapa de inocencia–Afirmó–El problema comenzó cuando cumplí 10 años–
– ¿Sucedió algo que marcara tu vida?–Preguntó el doctor con aparente interés.
Ella asintió lentamente mientras su mirada se notaba melancólica–Mi madre…mi madre se volvió loca–Susurró.
– ¿Por qué lo dices?–
–Al principio no era nada grave, solo demoraba más en despertar, a veces padre y yo teníamos que zarandearla fuerte para eso–Ella suspiró agotada–Pero después de unos meses se levantaba gritando, muchas veces pude verla desde mi cuarto correr por los pasillos como si algo o alguien la persiguiese, a veces amanecía en lugares como la sala, el cuarto de baño, en los jardines, incluso en alguno de los cuartos que sobraban que de por sí estaban cerrados con candado y ni nosotros teníamos las llaves, era como si simplemente se abrieran para recibirla. Se veía cada día más anémica–
– ¿Ella no les decía nada?–
–Decía que la seguían, no importa donde estuviese, ellos estaban ahí–
– ¿Quiénes eran ellos?–Preguntó nuevamente.
–Siempre que trataba de decirlo sucedía algo con ella, se desmayaba o comenzaba a toser sangre sin que la dejase hablar–
– ¿Y no llamaron a un médico?–
Ella asintió–Padre llamaba uno distinto cada semana frustrado de que el medicamento que le mandaran no funcionara, por más que ella comiera, bebiera y tomara sus medicamentos no la veíamos avanzar, se hundía cada vez más, así pasamos alrededor de casi un año, ya cumplía 11 años–
– ¿Qué sucedió entonces?–
–Mi madre murió–Confesó sintiendo como se le quebraba la voz–La encontramos en la pequeña capilla detrás de la mansión, estaba sobre un centenar de pétalos de rosas rojas–Se abrazó a sí misma–Lo más extraño fue que se veía feliz, no estaba ojerosa ni huesuda, más bien parecía una muñeca de porcelana, lo único que hacía contraste con su blanca piel era la sangre que aun emanaba de la herida en el medio del pecho, como si la hubiera traspasado un cuchillo delgado y filoso. Los policías no encontraron ningún signo de lucha que les dijera que fuera un asesinato, por lo que decidieron decir que se había suicidado–
–Debió de ser difícil–El doctor le brindó un poco de agua a lo cual aceptó–Por lo menos tienes a tu padre–
–Él se marchó cuando cumplí 16 años–El doctor ni se inmutó, al parecer ya esperaba esa reacción del padre–Dijo que no iba a volverse loco–Ella encogió sus hombros–Me dejó sola, pero no iba a deprimirme por eso, ya que iba a ingresar en la mejor Academia. –
–Debías ser fuerte–Apoyó.
–El primer y segundo semestre lo pasé sin ningún trabajo, salía bien en casi todo–El rostro de ella comenzó a sombrearse–Empezando mi tercer y último semestre de mi primer año comenzaron a ocurrir algunas cosas que…que no eran normales–
– ¿Pasó algo más?–
–La escuela era nocturna, por lo que tenía el resto del día libre. Antes de la hora de almuerzo, podía escuchar el leve sonido de un violín en la sala abandonada de música, la cual estaba cerrada con candado, me era imposible entrar, padre las había cerrado todas cada vez que mi mamá lograba entrar de alguna manera, ya que siempre el candado abierto se encontraba en el piso, solo teníamos que volver a colocarlo. Cuando intentaba forzarla, el ruido paraba y siempre creí que era mi imaginación, ya que era el único ruido que escuchaba por el día–
– ¿Y en la noche?–
–A las 6, casi siete, bajaba a comer, no me extrañaba encontrar la mesa servida, siempre había sido así desde que tenía uso de razón. El problema era que a las 7:30 siempre podía oler aquel olor tan característico de los takoyaki, lo cual me extrañaba, pues a mí no me gustaba el takoyaki–
–Seguramente alguno de sus empleados se lo preparaba a sí mismo–
–Pensé en esa posibilidad. Creyendo que se quedaban incluso cuando ya no tenían nada más que hacer, los llamé, pero ellos no respondían. Entonces, oí los utensilios y el olor a takoyaki, tal vez estaban en la cocina, por lo que bajé a ella…–Estuvo unos momentos en silencio–Cuando entré no había nadie–Afirmó temblando levemente–Pero aun oía el sonido de los utensilios que se utilizaban para la preparación del takoyaki–
– ¿No revisaste la casa?–
–Busqué en todas partes a los empleados que, según yo, siempre habían estado ahí. Cuando encontré el cuarto de los empleados este estaba sellado…–Se mostraba asustada.
–No había más nadie en esa casa a aparte de ti–Afirmó el doctor anotándolo todo en un papel.
–Me asusté tanto que corrí hacia mi habitación y me encerré ahí. "¿Quién me había estado dando de comer hasta ahora? ¿Por qué el refrigerador nunca estaba vacío, lleno de comida y hasta dulces empalagosos de aquellos que me gustaban comer? ¿Por qué todo parecía tan limpio?... ¿De verdad estaba sola?" Todas esas preguntas me azotaron en ese momento, tal fue mi frustración que falté a la escuela ese día, me reincorporé al día siguiente cuando vi que por lo menos el chofer sí estaba ahí, tal vez él lo hacía todo y eso me tranquilizó–
– ¿No sentiste nada más?–
–A veces podía oír pequeñas risas, de aquellas que da un niño pequeño cuando está jugando con su muñeco favorito, en el pasillo derecho, nuevamente dentro de una de las habitaciones cerradas–Apretó los puños–A veces el olor de alguna sustancia fuerte mezclada con el té de rosas proveniente del estudio que había estado usando mi padre inundaba la casa y mis pulmones a las 5 de la tarde, me mareaba. Encontrarme con grietas en las paredes, como si la hubieran golpeado con alguna bola de acero y que al otro día ya estuviera arreglado se hizo más común…–
–Aún hay algo que aún no me dices–El doctor le sonrió–Tómatelo con calma–
Ella pareció sentir fuerzas en esas palabras–Cuando regresaba de la escuela, cuando ya iba a la cama a dormir, podía sentir como me tocaban–
– ¿No pensaste que fuera el chofer?–
–Lo sospeché, por lo que una vez fingí que dormitaba y justo cuando sentí que comenzaba por mis pantorrillas encendí la luz de las lámparas de mesita de noche…pero no había nadie de nuevo, y yo aún podía sentir que me tocaba–Se abrazó a si misma temblando–Tenía tanto miedo, pues revisé las sabanas una y otra vez tratando de encontrar algún insecto que quizás me estuviera rozando, pero nada…nada–
– ¿Y no pensaste que se pudieran estar adentrando?–
–Lo hice, revisé cada una de las puertas y ventanas que podía, pero todo estaba tan bien asegurado que me parecía absurdo lo que hacía, revisándolas cada noche con la esperanza de que aquellas cosas cesaran sin resultado alguno. El tiempo pasó y así cumplí mis 17 años. Ahí comenzó mi pesadilla–
– ¿Qué quieres decir?–El doctor le prestó más atención dejando de anotar lo que estaba anotando.
– ¿Recuerda que le había dicho que mi madre decía que ellos la perseguían?–El doctor asintió–Los conocí, a ellos–El hombre se mostró sorprendido mientras ella temblaba.
–Especifícate mejor–Pidió.
–Fue después de clases, me quedé despierta hasta las 7 de la mañana arreglando cosas para los primeros trabajos aprovechando que después de un año de tortura al fin había silencio en la casa durante una semana. Mi error fue acostarme a dormir…–
-o-o-o-
Esto es solo el prólogo, ¿Qué le esperará a nuestra querida Yui-chan? ¡Espero sigan leyendo!
