Este fanfic participa en el "Festival Literario SasuNaru 2014" en la categoría "Poder de la Juventud" ¡Entren y difundan el amor que sentimos por esta bella pareja! :D
Advertencias: Posible Three-shot, Yaoi, Crossover, AU inspirado en la película '¿Qué pasó ayer?', mención de OC (personaje original), posibles spoilers del juego e intento de humor/parodia.
Disclaimer: Naruto y Dramatical Murder no me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto y Nitro+Chiral.
Si aún sigues aquí a pesar de las advertencias, ¡felicidades! Espero disfrutes de este fumado fanfic n.n
¿Qué hicimos anoche?
Capítulo I
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Sentía el cuerpo rígido y entumecido, como si no se hubiera movido en mucho tiempo. Los párpados le pesaban y un dolor palpitante en la cabeza no lo dejaba en paz. No sentía bajo su peso la característica suavidad del colchón, ni siquiera del sofá. Trató de mover la mano derecha, pero algo frio y metálico alrededor de esta impidió cualquier movimiento.
Gruñó, fastidiado, e hizo un esfuerzo para entreabrir los ojos. Apenas lo logró los cerró de inmediato, la luz del día cegándolo brevemente. Los entrecerró de nuevo y parpadeó lentamente hasta acostumbrarse a la irritante luz.
Una vez hecho, trató de enfocar a su alrededor. El techo estaba completamente gris, algo enmohecido debido a la humedad y se notaban algunas grietas. Frunció el ceño al darse cuenta que, definitivamente, no estaba en su hotel. Y, siendo la persona impulsiva que era, se apoyó en el brazo izquierdo y se sentó de golpe.
Inmediatamente se arrepintió de haberlo hecho, ya que la cabeza le palpitó como si se la golpearan contra la pared. Cayó de espaldas al duro piso de concreto, provocando un sonido sordo y seco.
Emitió un gemido de dolor, la cabeza y espalda le estaban matando. Uso su mano libre para masajear su frente, y volvió a abrir los ojos que había cerrado debido al golpe. Esta vez se tomó su tiempo y le dio un vistazo al extraño sitio donde se encontraba.
Las paredes y el suelo eran también grises, la habitación era algo grande, lo suficiente para albergar unas cinco personas. Había una especie de camas con colchón pegadas a las paredes de ambos lados, como si fueran literas. Atisbó una especie de lavamanos en una esquina, un espejo arriba de esta y una pequeña ventana alta de donde provenía el haz de luz que impactaba justamente en su rostro.
Apretó los dientes y cerró los ojos ante otra punzada en su sien. Su vista seguía algo borrosa y apenas notó un par de cosas, pero aun no sabía dónde rayos estaba. Además, ¿Cómo había llegado allí en primer lugar?
—¿Naruto?
Abrió los ojos de golpe e instintivamente giró la cabeza en dirección a la voz tan conocida para él, todo resquicio de dolor olvidado al vislumbrar a la última persona que esperaba ver allí.
—¿Aoba? —murmuró de vuelta, completamente azorado.
El chico, de largo cabello azul y ojos marrón claro, se encontraba en una de las camas más bajas, recostado de lado. Se veía fatigado, pero también sorprendido. La boca desencajada y la expresión de somnolencia con asombro lo delataban. Pero ver a su amigo peliazul solo lo hizo confundirse más, ¿por qué Aoba estaba ahí?
Y como si le leyera la mente, el susodicho habló nuevamente.
—¿Por qué estas aquí? Y… —se detuvo de súbito, y miró detenidamente algo al lado derecho de su amigo rubio.
La vista le fallaba y tenía una severa migraña que apenas lo dejaba descansar, aun así el sonido sordo de la caída del rubio fue suficiente para despertarlo. Seguía asombrado de verlo ahí con él, pero se las arregló para alcanzar a distinguir a alguien conocido justo al lado de Naruto.
—¿Por qué estas esposado a Sasuke? —Completó finalmente.
—¿Eh? — fue lo único que atinó a contestar.
¿Esposado a… a….?
El peliazul solo señaló con la mano un cuerpo acostado boca debajo, aparentemente dormido –o quizá inconsciente-. Unas esposas los mantenían unidos de las manos. No había reparado en él hasta ahora, de hecho, ni siquiera reparó antes en él joven Seragaki, demasiado concentrado intentando saber dónde se hallaba como para si quiera notar a la persona a su lado.
Tragó saliva y movió al chico del hombro hasta colocarlo boca arriba. Su sorpresa aumento cuando identifico ese cabello azabache en puntas y el rostro blanco como el marfil. Ese era su bastardo mejor amigo-rival-enamorado, Uchiha Sasuke.
¿¡Pero qué demonios!?
—¡Teme! —exclamó, más que nada por impulso, sacudiendo al azabache del hombro.
Recibió un gruñido de respuesta, haciéndole fruncir el ceño. Ya era raro encontrar a Aoba ahí, pero ¿a Sasuke? ¡Necesitaba respuestas!
—¡TEME! —Gritó, sacudiéndolo con más fuerza.
Grave error.
Todo se sintió pasar en cámara lenta.
Sasuke abriendo los ojos de golpe, todo su cuerpo tensado y el puño alzándose en dirección a la cara Naruto. La expresión de desconcierto de este, el sonido del impacto retumbando como eco en la extraña habitación. Y, finalmente, un cuerpo desplomándose al suelo –de nuevo-.
Varios segundos de completo silencio transcurrieron, con el sonido de las respiraciones agitadas de fondo. Aunque fueron solo segundos, Aoba los sintió como horas. El shock que tenía por el repentino ataque de Uchiha, junto con el tenso ambiente, se cortó ante el grito colérico de Naruto.
—¡Sasuke-teme, maldi…! ¡Auch, mi nariz! — Se interrumpió, cubriéndose con ambas manos la parte afectada.
Sasuke mantuvo el puño en alto, aturdido al ser despertado de manera tan brusca. Su primer impulso apenas abrir los ojos fue defenderse, pero nunca espero toparse con un sangrante Naruto en el suelo. Parpadeó repetidas veces, bajando la mano y llevando la palma a la cabeza al sentir un molesto pinchazo en las sienes. Hasta ahora notó el dolor que cargaba, opacado por la impresión inicial.
—¿Dobe? — susurró, adolorido. —¿Qué demonios te pasó?
Una venita palpitante apareció en la frente de Naruto al escuchar semejantes palabras. ¡¿Es en serio?!
—¡¿Qué que me pasó?! ¡Me rompiste la nariz, bastardo, eso pasó dattebayo! — masculló entre sus alaridos de dolor.
Sasuke alzó una ceja, incrédulo, pero luego reaccionó a lo dicho por su amigo al revisar su mano derecha. Efectivamente, tenía algo de sangre en los nudillos, eso junto a ser el único cerca de Uzumaki confirmaba la veracidad de sus palabras.
El sonido de pasos le hizo alzar la cabeza instintivamente. Un chico de cabello azul se acercó tembloroso a su rubio acompañante. Se agachó a su altura e hizo que apartara las manos que sujetaban con fuerza su nariz.
—Ya, deja que te revise. No creo que Sasuke te la haya roto —Rebuscó algo en los bolsillos de su pantalón— Pero primero tienes que sentarte —indicó suavemente Aoba, sacando finalmente un pañuelo.
Obediente, Naruto se sentó a duras penas. Emitió un débil quejido cuando las manos del peliazul se posaron en sus mejillas y sus dedos palparon el tabique nasal.
Sasuke se sintió repentinamente molestó sin ningún motivo (según él). Frunció el ceño al ver como Naruto se dejó tocar tan obedientemente, y la manera tan familiar en que le hablaba ese tipo que nunca había visto en su vida. Debían de conocerse de antes, ya que el blondo nunca era tan obediente con desconocidos.
¿Quién es este tipo? Tsk, dobe, ¿por qué te dejas tan a ligera? Pensó irritado, apartando la mirada.
Aoba tocó y apretó un par de veces el área, se sentía algo hinchada, pero nada estaba fuera de lugar o roto, como supuso. Con el pañuelo limpió el pequeño cumulo de sangre que salió por el golpe. Finalmente enrolló el pañuelo y con la mano libre de Uzumaki (la izquierda) le indico que lo sostuviera debajo de su nariz.
—¿Y bien? —gruñó Naruto, esperando el veredicto de su herida.
Seragaki solo sonrió—Una pequeña hemorragia debido al golpe, pero no te rompió la nariz, Naruto.
El blondo suspiro de alivio al oír esas palabras. Más le valía al teme ¡Porque si no…!
Un toque en su hombro lo desvió de sus insultos hacia cierto Uchiha. Aoba se había acercado mucho a su persona, posando sus irises marrones en los suyos cerúleos. La expresión seria de su amigo no le dio buena espina, pero Aoba no era de los que invadían el espacio personal de las personas, por lo que debía estar a punto de decirle algo importante.
—Naruto —comenzó, su tono serio y preocupado— necesito que me contestes esto. ¿Cómo llegaron tú y Sasuke a prisión?
—¿Eh?
"¿Cómo llegaron tú y Sasuke a prisión?"
"Tú y Sasuke a prisión…"
"Prisión…"
Apenas pudo digerir aquellas palabras, su expresión se transformó completamente en una de pánico. Abrió la boca de la impresión y, repentinamente, se hecho a reír histéricamente.
—¡Jajaja! ¡Buena broma, Aoba! ¿En prisión? ¡Si claro 'ttebayo! — exclamó, nervioso.
Pero toda risa se esfumó cuando su muñeca derecha fue repentinamente jalada hacia atrás, alejándolo de su amigo por el frio metal de las esposas. ¡Ya hasta las había olvidado con todo lo que pasó!
Volteó la cabeza solo para ver a Sasuke fulminando con la mirada al chico de ojos claros, el ceño fruncido y los labios apretados.
—¿Cómo que en prisión? —gruño Uchiha, demandante.
Seragaki solo suspiró hondo y se dejó caer sentado al duro piso. Aun le dolía la cabeza y no recordaba muy bien como él llego a parar a esa celda, pero por sus propias experiencias vividas en su adolescencia –algo de lo cual no estaba muy orgulloso-, sabía a la perfección como era la celda de una prisión.
—¿Acaso no han visto los garrotes? Es más que obvio que estamos en una celda —explicó sin más, señalando con la cabeza los mencionados garrotes.
Ambos chicos observaron, horrorizados, la verdad en las palabras de Aoba. Naruto quiso darse un golpe por no haberlo notado antes. ¡Estaban en prisión!
¡¿Cómo pasó?! ¡¿Cuándo, por qué?! Eran los pensamientos de ambos, demasiado sorprendidos como para hacer algo.
Pero como siempre, el silencio no duró en la habitación, ya que ambos chicos iniciaron lo que mejor sabían hacer…
—¡Esto es tu culpa, maldito Usuratonkachi! —acusó el Uchiha de improvisto. ¡Claro que todo debía ser culpa de Naruto!
—¡Yo no hice nada 'ttebayo!
—¡Claro, aparecimos mágicamente en la cárcel? ¡¿Verdad?!
…discutir.
—¡Bastardo, como si yo supiera como llegamos aquí en primer lugar!
—¡¿Quién fue el que tuvo la "brillante" idea de venir a Las Vegas por el cumpleaños de una chica que apenas me agrada?!
—¡Oye, Zaphira-chan* también tiene sentimientos dattebayo! ¡Deberías estar agradecido que me dejara traerte, teme!
—O-oigan —intento llamarlos Aoba. Pero fue rotundamente ignorado.
—¡Tú fuiste el que me arrastro aquí en contra de mi voluntad! —siguió atacando Sasuke.
—Awww, ¿el gran Sasuke Uchiha admitió que no pudo resistirse a mis encantos y terminó cediendo a este viaje por mí? ¡Que halago 'ttebayo!
—¡Serás dobe!
—¡Y tu un teme!
—¡Usuraton…!
—¡Suficiente! — un gritó enfadado junto a un chirrido metálico corto la discusión.
Ambos giraron sobre si mismo y, efectivamente, el chirrido provino de la patada que un furibundo Aoba le dio a una de las camas. Se había parado y ahora los observaba fijamente. Un escalofrió les recorrió todo el cuerpo al observar el rostro crispados por los nervios y cólera del peliazul. ¡Hasta jurarían que por un momento sus ojos se tornaron de un dorado aterrador!
Da miedo Pensaron al unisonó, tragando saliva. La voz de Aoba no daba lugar a replicas**, era mejor quedarse quietos y calladitos.
—¡Nadie tuvo la culpa de nada! ¡Nadie sabe cómo llegamos aquí! ¡Y, claramente, nadie sabe porque estamos aquí! ¡¿Oyeron?! — gritó desesperado. ¡Esos dos eran insufribles!
Ambos asintieron repetidas veces, sentándose rectos cual soldado a general. No se arriesgarían a desatar la furia del mayor nuevamente.
Seragaki respiró hondo, intentado tranquilizarse al haberlos controlado.
—A menos que nos calmemos lo suficiente, jamás sabremos como acabamos aquí, y eso es lo importante ahora. —terminó, cerrando los ojos y dejándose caer de nuevo al piso.
Se llevó una mano a la sien al sentir varios pinchazos de dolor. Ren, ¿Dónde estás? Te necesito rogó internamente. Nada le haría sentir mejor que su novio a su lado, especialmente con ese par tan peculiar.
Un momento.
¡Ren!
Tan rápido pensó eso, se puso de pie. Lamentablemente fue demasiado rápido y se mareo, cayendo inevitablemente de rodillas al suelo. Respiró a grandes bocanadas por el esfuerzo y el dolor de cabeza aumento por sus bruscos movimientos.
—¡Aoba! ¿Estás bien? —preguntó Naruto, preocupado. Se levantó a duras penas y arrastró a Sasuke con él, ignorando los gruñidos de protesta de este.
—Ren —murmuró una vez ambos chicos se supieron a su lado —Ren —repitió—¿Dónde está Ren? ¡Oh Dios, Ren! —exclamó alterado.
Naruto no entendió muy bien de que hablaba Aoba. Se limitó a colocar su mano en el hombro del peliazul, intentando reconfortarlo. Ren, ese nombre se le hizo conocido, ¿Dónde lo había oído?
Un repentino dolor de cabeza le ataco y recordó algo…
"—¡Hola, soy Uzumaki Naruto 'ttebayo! —exclamó enérgico, tendiéndole la mano al pelinegro mayor que él.
El joven miró curioso la mano extendida, pero aun asi levanto la propia y la estrecho.
—Mucho gusto, Naruto-kun, yo soy Ren —se presentó sin más, y sonrió levemente, dejando ver unos curiosos caninos puntiagudos."
El recuerdo pasó como un flechazo en su cerebro, arrancándole un quejido. ¡Claro, ahora se acordaba!
—¿Ren? ¿El chico que vino contigo de Midorijima? —indagó, queriendo asegurarse.
—Si —susurró Aoba, intentando controlar su agitada respiración.
Uchiha solo les miró con el ceño fruncido, ¿Ren? ¿Otro tipo desconocido? ¡¿Por qué Naruto no le hablo de ellos antes?! ¿Acaso no confiaba en él?
Tsk, maldito dobe, esta me las pagaras se dijo a sí mismo. Tan pronto lo pensó, agitó la cabeza. ¡¿En que estaba pensando?! Naruto podía tener tantos amigos como quisiera y a él no le importaría. No, definitivamente no le importaba que el Usuratonkachi tuviera nuevos amigos y no le hablara de ellos, después de todo él era una persona poco sociable, ya tenía suficiente con el blondo.
Si, el dobe no le debía explicaciones, por muy mejores amigos que fueran. No era de su incumbencia en los más mínimo con quien se juntara Naruto, nunca lo haría, y definitivamente no le…
—¡Claro, el chico guapo y de increíbles colmillos! Sabía que me sonaba de algo. Es muy agradable 'ttebayo.
…importaba.
¡A la mierda!
—¡Dobe! —sin pararse a pensarlo, simplemente se le arrojo encima. ¡Iba a matarlo en ese instante!
—¡Argh, teme! ¿¡Que mierda te pasa 'ttebayo?! —logró hablar Naruto. ¡Ya era la segunda vez que lo arrojaba al suelo!
—¡¿A mí?! ¡Eso debería decirlo yo, inútil!
—¡No puedo saber lo que te pasa si te me lanzas encima, idiota!
—¡Porque eres tan descerebrado que es la única manera de hacerte entender las cosas!
—¡¿A quién llamas descerebrado?! ¡Maldito teme!
Empezaron a rodar por la celda, lanzando patadas, mordidas y puñetazos a diestra y siniestra.
Aoba solo suspiró, resignado, y choco su palma contra su frente. ¿Por qué ese tipo de situaciones solo le pasaban a él? Y esos dos, a pesar de no conocerlo muy bien, era más que obvio que Sasuke se había puesto celoso con solo la descripción del rubio sobre Ren. ¿Así de posesivos eran los Uchihas? No quería ni imaginarlo.
Bueno, mientras ellos peleaban, él debía pensar y organizar sus prioridades. Asintió para sí mismo y fue contando.
Primero: Lo primordial en ese momento, debían hallar la manera de salir de ahí.
Si estaban en prisión, debió ser por un motivo. Tal vez cuando un guardia pasara debido al alboroto que estaban haciendo ese par, él tranquilamente (o los más tranquilo que pudiera) preguntaría porqué los encerraron. También exigir su derecho a una llamada para pedirle ayuda a Ren o, si no había más opción, a Zaphira.
Bien, ese plan no sonaba mal. Ahora seguía…
Segundo: Una vez afuera, encontrar a Ren.
En el hipotético y terrorífico caso de no poder contactarse con su pareja, tendría que ponerse manos a la obra y buscarlo. Pero siendo sinceros, si ni siquiera recordaba como llego a prisión, ¿Cómo podría guiarse para encontrarle?
Hay entraba el tercer punto.
Tercero: Una vez los chicos dejaran de pelear, persuadirlos para saber si alguno de ellos recordaba algo de los eventos ocurridos la noche pasada.
Tenía imágenes muy borrosas de lo que pasó la noche anterior. Por más que lo intentara, solo lograba recordar lo más básico.
Ese día iban a celebrar oficialmente el vigésimo primer cumpleaños de Zaphira, amiga suya y de Naruto. La chica los había invitado con una semana de antelación al pequeño viaje que su padre le regalo debido a su mayoría de edad. Las Vegas, un lugar muy raro para llevar a su hija recién entrada en la edad adulta.
"Solo lo hizo por conveniencia" recordó que la chica le dijo por video llamada "necesitaba sacarme de la casa ¿Qué mejor manera que utilizar de excusa mi aniversario? Este hombre es tan obvio" acompañado de un suspiro y una mueca resignada.
Luego de eso Ren y él empacaron sus cosas y se marcharon al aeropuerto, no sin antes despedirse de su abuela y prometerle que no haría nada tonto.
Bueno, al parecer no cumplió esa promesa después de todo.
Salió repentinamente de sus cavilaciones al oír sonidos de pasos acercándose a la celda.
—Agh, ¡suéltame, maldito dobe! —ordenó Sasuke, siendo apresado por el blondo, con la espalda contra el suelo.
Naruto se había posicionado sobre sus caderas impidiendo cualquier intento de huida y sus manos tomaban con fuerza las muñecas pálidas. El tener las esposas hacia más difícil el poder golpearse libremente, ya que prácticamente los mantenía a menos de unos centímetros separados.
Uzumaki frunció el ceño ante el insulto, pero no dijo nada. Acerco su rostro al contrario hasta que prácticamente sus narices se rozaron. Contuvo una mueca de dolor, aun le dolía el golpe que Uchiha le había propinado nada más despertar.
—No te voy a soltar hasta que aclaremos las cosas, teme —susurró amenazador, fijando sus orbes azules en los negros contrarios.
Se quedaron inmóviles por un largo intervalo de tiempo, ni siquiera sabían si habían pasado segundos u horas, pero ninguno aparto la mirada de los ojos ajenos.
De un momento a otro ya no estaban forcejeando, Naruto había soltado su agarre de las muñecas y Sasuke dejo de moverse. Casi inconscientemente, Naruto poso su mano izquierda en el pecho del pelinegro, apoyándose, enviándole un placentero escalofrió por su columna. Sasuke hizo lo propio al llevar su mano libre (la derecha) a la cintura ajena, apenas rozándolo.
Sus corazones latieron con fuerza casi de manera sincronizada, los escalofríos recorrían su piel y ninguno se atrevía a moverse. Y, como si fuera unísono, ambos acercaron lentamente sus rostros. En un acto reflejo, cerraron los ojos, esperando el contacto que tanto anhelaban por años.
Naruto conocía perfectamente sus sentimientos por el azabache, no por nada pasaron por tantos momentos juntos, felices, tristes, con peleas y reconciliaciones. Pero jamás se atrevió a revelarle sus sentimientos por miedo al rechazo. Tantas vivencias y recuerdos con él, era demasiado como para echarlo todo a la borda.
Pero ahora, sentía algo que nunca creyó sentir. Esperanza, esperanza de saber que no le era indiferente al Uchiha, que los roces de manos y las miradas fijas que tantas veces se dirigían no eran solo imaginaciones suyas.
Estaban tan cerca, el aliento de Sasuke acariciaba sus labios suavemente, casi podía sentir la textura de sus labios contra los suyos. Hasta que… el momento se arruino.
—¡Ustedes tres, levántense ahora! —gritó la imponente figura recién ingresada.
El oficial abrió de golpe la reja que los aprisionaba, provocando un fuerte y estridente ruido que hizo que ambos, rubio y azabache, saltaran del susto. Naruto cayó de espaldas, jadeando de la impresión. Debido a las esposas, seguían prácticamente pegados, pero eso no evito que ambos se sentaran de manera sincronizada y, nuevamente, apartaran la mirada.
Qué... ¿Qué mierda estuve a punto de hacer? Pensaron, sonrojados y nerviosos.
El oficial hizo como si un hubiera visto nada —¿No me oyeron? ¡Pagaron su fianza! ¡Así que levántense si aún quieren salir de aquí!
Esas palabras fueron como un interruptor en la mente de los tres chicos. Salir de ahí…
Y, como las personas competitivas que eran, Naruto y Sasuke se levantaron prácticamente corriendo a la salida.
—¡Libertad dattebayo! —gritó eufórico el blondo, con Sasuke siguiéndole el paso.
Aoba se levantó despacio y suspiró, rendido.
—¿Por qué a mí? —murmuró para sí mismo, saliendo tranquilamente de la celda.
Solo esperaba que ese par se diera cuenta que no llevaban nada de sus objetos de valor encima, al igual que él. Si ya había pasado por la experiencia de estar en la cárcel, era obvio que conociera el procedimiento de quitarle todas sus pertenencias a los reclusos antes de encerrarlos.
Cerró los ojos y se dirigió a la puerta que conectaba con el recibidor del lugar. Ese día prometía ser muy largo.
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* ¿Quién será esta chica que menciona Naruto? Lo descubrirán pronto ¬u¬
** Las que hayan jugado el juego o mínimo visto el anime, entenderán la gracia en esto -w-
¡Hola a todos los que leyeron esta fumada idea!
Si me preguntan "¿de dónde rayos nació esto?" les responderé "Mi reciente obsesión con DMMd y el pronto final de Naruto, sumado al FLSN, hicieron una explosión de ideas en mi"
No pude evitarlo, tenía que incluir si o si a mi pareja favorita de DMMd, y ya que me dijeron que los crossovers podían participar en el festival, siempre y cuando los principales fueran Sasuke y Naruto, me dije "¡Adelante!".
Como escribí al inicio, esto posiblemente sea un Three-shot, ya que no me decido si dejarlo así o agregarle un capi más. Depende de cuánto escriba en cada capítulo.
Espero les haya gustado el inicio de esta loca y fumada historia, los invito a pasarse por la página del festival en Facebook, no solo por mi historia, si no por muchas más que participan. Pueden nominar a sus favoritas y mucho más, para más información entren a la página :3
Por último, ya que soy una mujer despiadada, les dejare algunas incógnitas: ¿Qué fue lo que hicieron los chicos para acabar en prisión? ¿Por qué Sasuke y Naruto están esposados? ¿Dónde está Ren? ¿Quién pagó la fianza? ¿Y quién es la tal Zaphira?
Para saber todo esto y más… ¡descúbranlo en el próximo capítulo de "¿Qué hicimos anoche?"! (Que nombre tan original XD)
¡Nos leemos! ^w^
