Una semana en Tokio

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Capitulo 1: No es lo que yo esperaba.

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Mayo uno de los meses más cálidos. Donde los pájaros revolotean entre fuentes, ávidas por agua. Donde las cigarras tocan melodías entre los juncos y pastizales. Y más que nada por ser el mes en el cual se efectúa el festival de Sanya, un festival que ha sobrevivido año con año, combinando lo tradicional junto con lo moderno.

Para algunas personas era motivo de felicidad, otras, no tanto.

Eso era complicado, pensaba el Señor Dickenson, quien tenía ganas de llevar al equipo G-Revolution a que se divirtiera. Realmente se lo merecían, sino fuera por ellos, tal vez, ahora, la BBA no estaría en pie, ni siquiera habría niños ilusionados por querer girar un beyblade. Tal vez, por eso quería compensarlos, el problema era un jovencito demasiado reacio para querer divertirse, con lo cual le complicaba las cosas a Dickenson.

Y mientras tomaba un poco de café en su escritorio, revisando montes de papeles, se podía escuchar el movimiento de las agujas del reloj acompasándose con sus neuronas en movimiento. De un rato, se acordó de algo importante, así que empezó a sacar papeles y papeles del cajón, debía de estar ahí. Si, ahí estaba, un buen concurso para los competitivos chicos y si usaba bien sus cartas, Kai también se apuntaría.

-Señor Dickenson, le hablan por teléfono, es el...

-Dile que no estoy- le dijo a su secretaria-. Voy a salir. Quien llame dile que salí por asuntos de suma importancia- terminó diciendo muy apresurado, tomó su sombrero y bastón para luego encaminándose a la salida de la sede.

En cuanto llegó a la limosina, le dijo a su chofer que fuese a casa de los Kinomiya. El chofer asintió, manejando tranquilamente. El señor Dickenson miraba fuera de la ventana, estaba emocionado, hizo unas llamadas y cuando por fin se le dibujo un sonrisa de triunfo, vió a la pequeña Hilary caminar cerca del río, seguramente para ir a casa de Tyson.

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-¡Tengo hambre!- gritó un chico desde alguna parte de la casa.

Exaltados, todos derramaron un poco de su bebida haciendo que algunos se ensuciaran.

-¡Tyson!, ¡deja de gritar!- bufó Hilary sin notar la mancha que ahora tenía su blusa-. No estamos tan lejos.

-Si, lo único que tenías que hacer era venir a la cocina- dijo Kenny mientras se limpiaba los lentes.

-¡Hombre!- exclamó Tyson a la par de que sentaba en la mesa junto a Rei-. Como si no me conocieran.

-Pero eso no significa que lo grites a los mil vientos, Tyson- continuó Hilary enfadada, notando por fin la suciedad-. Ahora tendré que ir casa a cambiarme la blusa.

-Pero siempre te ves igual.

Al oír el comentario de Tyson, Hilary se molestó bastante y sin decir nada salió del comedor.

-No debiste decir aquel comentario- habló Rei dejando los cubiertos a un lado.

-¿Qué dije? Bueno no importa. A comer- dijo Tyson demasiado hambriento para preocuparse por sentimentalismos.

-Oye, Tyson- llamó Max-. ¿No quieres sazonar tu desayuno con mayonesa?

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Hilary caminaba muy rápido cerca del río, en el cual a veces hacían barbacoas. Estaba enojada, además de sucia. ¿Por qué los hombres son insensibles? "No tenía por qué haber dicho eso" pensó la chica pero a la vez recordaba que era su culpa. Ellos se habían convertidos en amigos, grandes amigos para ella, debía acostumbrarse, pero pensándolo bien, Tyson era exasperante, aún si le tenía estima.

-No debió decir eso- murmuró.

-Hilary, ve por donde caminas- dijo un voz pero Hilary la escuchó muy tarde. El suelo no existía ya para sus pies después de haberse resbalado por el lodo. Tapó sus ojos esperando el trancazo, sin embargo, unos fuertes brazos la atraparon antes de que cayera.

Volteó para arriba. Era Kai.

-¿Estas sorda?- continuó Kai mientras la subía y la ponía en un lugar más seco.

-Ay, gracias, Kai- dijo muy aliviada Hilary-. Estaba distraída.

"Eso se nota" pensó Kai.

-Oye y ¿qué haces por aquí?- preguntó Hilary-. ¿No deberías haber llegado ya a casa de Tyson?

-No hay gran diferencia.

-¡Claro que sí!- exclamó Hilary señalando a Kai con un dedo-. Se la pasan diciendo, "¿Y el gruñón donde está?" "Esto amerita los reclamos de Kai" "¿Dónde está Kai cuando se le necesita?"- Kai se le quedó mirando escépticamente-. ¿Ves?, siempre te solicitan- pero al verle la mirada, Hilary se tensó, nunca debió decir aquello.

- ¿Y nunca te has preguntado?- ironizó Kai sin dar signos de importancia a la rigidez de la chica-. ¿Si lo dicen cuando realmente me necesitan o no?

Hilary agachó la cabeza. Tenía razón siempre hablaban de él cuando lo solicitaban, si no, ni se acordaban.

-Esta bien, tú ganas- se resignó la castaña-. Pero deberías ir, nunca hacen nada sino tienen a alguien con mano firme.

-Si, claro- ignoró Kai y se fue dejando a Hilary atrás-. La próxima vez mira por donde caminas.

Hilary frunció el ceño, a veces podía ser igual de exasperante que Tyson pero a su manera.

"Hombres" pensó la chica, eran todos iguales, unos patanes, y Kai que se suponía era tan observador ni se fijó en lo sucia que andaba. Pero no era que le importase mucho, no, claro que no, es más, ni le importaba, pero mínimo hubiera dicho algo aunque fuese un sarcasmo por su aspecto para saber que la vió así. "Olvídalo", Kai la ignoraba olímpicamente a menos de que se le ocurriese una excelente idea (además de que eran contadas) por ello ni se hablaban, casi. Resignada, se fue directo a su casa, ya regresaría cuando estuviera más calmada y limpia.

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-Milagro, Kai- dijo Tyson en cuanto llegó al jardín del Dojo-. ¿Vienes a complacernos con tu presencia?

-¿Intentas ser gracioso?- preguntó el aludido-. Ese estilo no te queda.

-Debía intentarlo- resignó Tyson-. Pero ya, ¿Hoy que haremos? Tengo ganas de ir al balneario.

-Venimos a entrenar, no a jugar.

-Uy, si quisiera eso, mejor trabajo- habló Tyson y al segundo alzó los brazos muy emocionado-. ¡Vamos, Kai! No seas aguafiestas, tenemos una larga vida por delante. Hay que jugar, comer y dormir.

-¿Sólo eso, Tyson?- preguntó Max que andaba viendo los nuevos peces del estanque, lo cuales habían sido comprados por el abuelo.

-¡Claro! Son los tres preceptos primordiales.

-¿Para quién?- preguntó fastidiado, Kai-. ¿Para un holgazán?

-Kai- Tyson se puso serio, asustando a Kenny un poco-. Lo que pasa es que tienes miedo a ser feliz- ahora señalando con su beyblade en mano-. ¡Eres un anciano amargado!

Kai alzó una ceja y con una mano alejó a la otra haciendo que Dragoon cayera al suelo.

-¿Cómo pudiste?- dramatizó el peilazul-. Eres tan cruel, por eso te rechazan todos.

-Tyson deja de jugar- dijo Rei rodando los ojos-. No debiste ver tantas novelas.

- Ja, pero soy genial- dijo Tyson muy satisfecho- Entonces, ¿Qué?, oh todo poderoso.

-Sigue así, Tyson- Kai se acercó al ojiazul amenazadoramente-. Y ganarás un boleto al panteón.

-Vaya, Kai dijo más de tres monosílabos. ¡Hay que hacer fiesta!

-¿En donde me quedé?- dijo Kai luego de golpear severamente la cabeza del dueño de Dragoon-. No es tiempo de jugar, pronto...

-Eso, será otro día- interrumpió el señor Dickenson quien estaba acompañado de Hilary y el abuelo.

-Hola, señor Dickenson- habló Rei a la par en que iba hacia él para saludarlo.

-¿Qué lo trae por aquí, señor Dickenson?- dijo Max que también fue a saludarlo.

-No mucho- el señor puso una de sus sonrisas típicas-. Sólo que quiero invitarlos al festival de Sanya en Tokio.

-¿En serio?- hablaron casi todos al unísono.

-¿De que trata el festival?- preguntó confundido un Rei.

-Es un festival tradicional de Japón- explicó Hilary antes de que lo hiciera Kenny, además de intentar olvidar que todos ni se inmutaron de que llegó junto con el señor Dickenson-. Es un festival donde se hace una procesión en la cual se transporta un mikoshi para recordar nuestras viejas tradiciones.

-Oh, ya veo. Gracias, Hilary.

-Si, si lo que Hilary diga- dijo Tyson aburrido por la lección de historia-. Pero dígame señor Dickenson, no querrá que nos vistamos con la ropa típica ¿Verdad?

-Claro que si- respondió el dueño de la BBA-. Será divertido. Además, habrá un concurso en el que les encantará participar y lo podrán hacer los seis.

-Yo no me apunto.

-Kai, será divertido- dijo Rei para ver si convencía a Kai de que... -. Pero señor Dickenson, nosotros somos cincos, ¿no recuerda que Daichi se fue a visitar su pueblo?

-Si lo recuerdo, pero está Hilary, ella también es del equipo.

-De todos modos les va a faltar uno- interrumpió Kai-. No iré.

A Rei se le notaba el remordimiento. "Seguro se olvidó de mi" pensó Hilary.

-Pero es una beybatalla- habló Tyson emocionadísimo-. No te puedes perder eso, ¿o si Kai?

-Yo creo que lo que quiere decir Kai es que no le gusta lo concurrido- dijo Kenny.

-Si es una beybatalla, Hilary no puede participar- interrumpió Max con su mirada de lo más inocente. No se había dado cuenta de la metida de pata puesto que Hilary se indignó. Todos pensaban que era una buena para nada.

-Chicos, no es una beybatalla, es un concurso de obtener pins- aclaró el señor Dickenson-. Tienen que pasar por una serie de pruebas durante una semana y quien llegue primero a la Torre de Tokio con más pins, será el ganador.

-Oigan, eso suena divertido- dijo Max muy emocionado dando saltitos en su lugar-. Yo me apunto.

-Si no es beyblade, yo no voy- dijo Tyson-. Lo grandioso son las beybatallas.

-Y que en ellas ganes, ¿Verdad?- siguió Rei.

-Pues claro, soy el campeón mundial- y empezó a reírse estrepitosamente.

-Bueno pues ni modo- dijo el señor Dickenson-. Pensé que participar seria muy bueno. Pero no importa, el primer premio para comer todo lo que quieras en el mejor restaurant de lujo de todo Tokio con un acompañante no es nada.

En es instante, Tyson dejó de reír. ¿Había dicho comida?

-Entonces me apunto, voy a ganar ese concurso.

-Yo también voy- dijo Rei con los ojos encendidos por la emoción-. Quiero conocer el festival de Sanya.

-Y yo- dijo Kenny.

-¿Y tú Kai?- preguntó el señor Dickenson-. ¿No quieres participar?

-No- atajó contundentemente.

-Así sólo seremos cinco, ¿no podrías por esta vez?- contó Kenny.

-No, no le veo nada de grandioso a ese juego.

-Yo diría que los premios- prosiguió el anciano no dueño del Dojo-. Son muy buenos, oí que iban a entregar unos pixoles y que yo sepa son un manjar exquisito.

Kai se le quedó viendo al señor Dickenson, ¿unos pixoles? Pero si estaban en peligro de extinción.

-¿Qué son los pixoles?- preguntaron algunos.

-Los pixoles son unas aves muy raras pero su carne es demasiado sabrosa, sólo los de la alta sociedad los comen por ser un platillo caro.

Todos miraron a Kai. Él era rico.

Él los miró amenazadoramente o eso se vió.

Necesitaban convencerlo. ¿Pero cómo?, Hilary no quería parecer rogona y Kai no estaba dispuesto a ceder, entonces pensó en que debía tener un talón de Aquiles el cual poder usar pero no.

Se estaba frustrando, el señor Dickenson, cuando se lo topó de venida para acá, le había comentado del dichoso concurso y que tenía un plan para convencerlo, sin embargo, ella no veía que el plan, cualquiera que fuese, diese resultado.

Debía notarse la frustración en su cara ya que Kai se le quedó viendo por una milésima de segundo antes de cerrar sus ojos para pensar o algo así.

-Ándale, Kai- dijo tímidamente-. Será divertido y tal vez hasta te puedas relajar.

-En eso tiene razón, Hilary- dijo el señor Dickenson que no dejaba de sonreír-. Además te necesitamos para que jueguen todos, cada equipo se compone de dos personas.

-Pues, entonces...- todos se emocionaron-. Será decepcionante para uno de ustedes.

-Pero Kai- se le salió decir a Hilary.

-No.

Todos empezaron a hablar al mismo tiempo, a reclamarle y decirle medio montón de sandeces. Posiblemente de hasta lo que se iba o morir, tal vez hasta eres un nerd, un incomprendido social que no tuvo infancia y quien sabe que más cosas. Eso le disgustó pero él...

-¡Esta bien¡- le bufó a medio mundo-. Si con eso dejan de fastidiarme- Kai hizo una mueca risueña demasiado discreta-. Con una sola condición, no me vestiré con esas ropas.

-Si con eso vas, esta bien- dijo el señor Dickenson muy sonriente.

-Muy bien, entonces hay que hacer los equipos- dijo Hilary muy ilusionada, iba a demostrarles que no era alguien más del equipo.

-Yo soy con Max, para divertirme- soltó Tyson-. O mejor con Kenny, él es muy inteligente, con él la tenemos ganada- luego vió a Kai de arriba para abajo-. Con él no, es como pedir clases a domicilio y eso me recuerda que Hilary tampoco.

-¡Ya basta!- gritó Hilary-. ¿Por qué siempre tienes que decir las cosas sin pensar?

-Chicos, dejen de pelear- habló por fin el abuelo de Tyson-. Para que todos estén conformes, lo haremos con una rifa, ¿de acuerdo?

-Si- dijeron algunos.

-Muy bien, haré los papelitos.

Todos esperaron a que el abuelo escribiera los nombres de todos en los papelitos, ya hasta algunos pensaban en cómo debían ser los retos y en cómo ganar.

-Muy bien chicos- dijo el abuelo agarrando la gorra de Tyson para poner los papelitos. Por allí se escuchó un "¡Abuelo!"-. Yo sacaré el primer papelito y quien le toque elegirá otro papelito y ese será su pareja- revolvió los papelitos y sacó uno-. Rei.

El pelinegro se acercó a la gorra de Tyson para agarrar un boleto-. Me tocó con Tyson.

-¡Que bien!- vociferó a todo pulmón Tyson-. Por lo menos no me tocó con Kai o con Hilary.

-Ya tenemos la primera pareja- dijo el señor Dickenson-. Ahora yo saco el siguiente. Te toca Kai.

Kai revolvió los papeles y luego sacó uno. Se le quedó viendo momentáneamente alzando una ceja. No dijo nada, se alejó de la gorrita y le dio el papel a Hilary.

-¿Te tocó con el amargado?- dijo Tyson que le había arrebatado el papel -.Ja, ya quiero ver lo que sufrirás, Hilary.

-¡Cállate!- chilló la única chica del grupo, esto no era nada bueno.

-Eso quiere decir que me toca con Kenny- dijo Max-. ¡Grandioso!

-Ya están todos los equipos. Entonces los espero el sábado en la BBA, de ahí nos vamos. Llegan temprano, chicos.

No supo cuando se fue el señor Dickenson, estaba demasiado conmocionada, le había tocado con Kai, el más apático. ¿Cómo le iba a ser? Decidida fue junto con él.

-Bueno, Kai- respiró hondo-. Nos has tocado juntos.

-Si.

-Bueno, lo que quiero decirte es que hay que echarle ganas y así obtener el primer premio.

-No lo quiero ganar...

-¿Qué?- preguntó Hilary rápidamente-. Pero ¿por qué? Tú no eres de lo que les gusta perder.

-¿Y?- dijo Kai fríamente y después agregó: No importa si no lo entiendes.

Kai dejó a Hilary para ponerse a beybatallar con Max. Eso la puso triste, a Kai no le daba nada de emoción el concurso y ella creyendo que si ganaban la iban a tomar más en cuenta. Así que al final del día supo que no fue lo que esperaba.

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Hola:

Primeramente, es un fic sencillito que he andado escribiendo en mi trabajo (en un ciber) además de morir en la enfermedad, ¡Rayos!, nunca trabajen cuando esten así (se te botan las ideas y ni piensas bien).

Ahora los pixoles son inventados míos (no se si eso es bueno), he insisto no trabajen así.

La trama es sencilla, nada de pensar con la cabeza (o eso creo,¡Oh, como me gustan las de misterio y acción e intriga!) y se supone que es romántica ( soy amateur en ello), haber como se desenvuelven (ya ando puliendo el segundo cap.)

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Documentación:

Tenía que encontrar un festival y de aquí lo saqué(solo quiten los espacios).

Festival de Sanya en Tokyo.

h t t p: / / w w w . j a p o n a r / c u l t u r a / a r t i c u l o s / f e s t i v a l e s . h t m l