Título: Tras las líneas enemigas

Capítulo 1.- Lágrimas y una promesa

Canción: "Elegy"

Disco: The Vinland Saga

Artista: Leaves´ Eyes


Silent tears of a woman (Lágrimas silenciosas de una mujer)

Make a warrior cry (Hacen a un guerrero llorar)

Heaven, I beg you (Cielo, te ruego)

Please release hopes from fears (Por favor libera las esperanzas de los miedos)

Todo había ido mal desde el principio, desde que bajaron aquel maldito planeta envuelto en el caos de una guerra a escala mundial, con dos superpotencias enfrentadas; una de ellas era la de los tipos malos y la otra, a la que la TSAB brindaba su apoyo y sus fuerzas, eran los tipos buenos, ¿la diferencia?, que los chicos buenos tenían un nada desdeñable archivo de Lost Logias en su poder, pues llevaban años investigándolas con fines científicos y arqueológicos; de hecho, en más de una ocasión habían colaborado con el Bureau en algunas de sus investigaciones y cedido parte del material que tenían en sus museos y laboratorios. Mientras, los chicos malos querían hacerse con los antiguos e inestables artefactos para volver las tornas del poder en aquel mundo a su favor. Pese a los esfuerzos diplomáticos de la TSAB, la confrontación había sido inevitable y la escala de hostilidades simplemente se había incrementado hasta cotas insoportables para los aliados del Bureau, que pidieron formalmente su ayuda contra los invasores.

Y allí estaba Fate T. Harlaown, al mando de una pequeña unidad de reconocimiento en el límite de una de las avanzadillas aliadas, montando guardia, esperando el nuevo ataque de los enemigos; hacía tres días que aquella posición había sido atacada hasta el punto de casi perderla, sin embargo bajo el mando de la Enforcer, lograron mantener las defensas, aún al costo de varias vidas. Desde entonces estaban esperando refuerzos, pero no tenían ninguna pista de cuándo iban a llegar estos. Fate apretó el puño enguantado sobre el mango de Bardiche, si algunas unidades no venían pronto, cuando lo hicieran no iban a encontrar mucho que defender.

Dejó escapar el aire en un quedo suspiro y miró a sus hombres, magos de alto rango todos ellos, cansados y cubiertos de sangre reseca y suciedad, pero listos para entrar en acción de nuevo. Entre ellos había una cara conocida, una mujer joven de pelo moreno y ojos ambarinos, cuyo dispositivo era un tridente; la última vez que Fate la había visto era una cabo recién ascendida tras una peligrosa misión en un mundo distante sumido en el olvido, desde entonces habían pasado cinco años y sus caminos no habían vuelto a cruzarse hasta ahora. La miró por un momento y sus ojos se encontraron.

—Seguro que llegaran hoy.

—Ojalá tengas razón, Navara —trató de sonreírle de vuelta, pero lo único que asomó a sus labios fue una sonrisa torcida.

Porque todo iba de mal en peor, podía sentirlo, sabía que el enemigo caería sobre ellos antes de que sus refuerzos llegaran. Un escalofrío recorrió su espalda y no por el frío relente del amanecer que despuntaba sobre el puesto de avanzada; no era la primera vez que estaba en una misión como aquella, dura, peligrosa, de una duración indeterminada y casi desesperada, pero sus aliados habían sido desbordados por el armamento de sus enemigos y ahora se encontraban en una situación demasiado desfavorable… Empezaba a tener que admitir que Nanoha había tenido razón esta vez; todavía podía recordar sus palabras y mucho más de aquella tarde en que recibió la orden de presentarse en el SSV Dark Wing I al día siguiente para partir en su próxima misión.

Nunca era fácil para ellas separarse, pero aquella vez estaba resultando aún más difícil, Nanoha apenas podía contener sus lágrimas y Fate podía sentir sus manos temblando entre las suyas; al menos Vivio no estaba en casa todavía para presenciar la escena y que se preocupase todavía más, además, la rubia dudaba seriamente de ser capaz de lidiar con sus dos chicas llorando por su causa a la vez.

Es otra misión, nada más —le dijo suavemente, mientras apretaba sus manos.

Ambas sabemos que no es sólo una misión más, Fate-chan, he leído los informes y los datos que te han enviado… Puede que sea una de las misiones más peligrosas que vayas a llevar a afrontar, vas a un mundo en guerra…

No es la primera vez que lo hago… —la cortó, sólo para ser interrumpida a su vez.

Pero esta vez la situación es realmente desfavorable para vosotros, esa gente está ya desbordada por su enemigo, apenas mantienen un puñado de puntos clave que una vez caigan, no habrá nada que hacer.

Razón de más para ir, debemos evitar que esas Lost Logias caigan en malas manos, tenemos que asegurarlas.

Tú no vas a sellar Lost Logias, tú vas a luchar a la primera línea de combate… Vas directa al lugar más peligroso —las lágrimas comenzaron a rodar por las mejillas de Nanoha y Fate no pudo más que abrazarla, estrecharla entre sus brazos, acariciando su pelo y su espalda tratando de calmarla.

Todo irá bien —le susurró al oído—, todo irá bien.

¿Me lo prometes?

Fate se apartó unos centímetros para poder mirarla a los ojos y asintió.

Te lo prometo. Ésta será otra misión más. Todo irá bien y volveré con vosotras.

Y aquella noche se despidieron de la forma en que solían hacerlo siempre, como si en el fondo de sus corazones sintieran la necesidad de decírselo todo, de dárselo todo por si no había otro mañana; sin embargo, ninguna de las dos quería pensar que aquellos besos tenían el sabor de una despedida incierta, era mejor creer que las últimas caricias y abrazos que habían compartido guardaban el calor de un "hasta mañana", que sus miradas volverían encontrarse en unos días, para pederse de nuevo en la infinitud azul y carmesí de sus ojos.

Los primeros rayos del sol bañando su cara, trajeron de vuelta a Fate al presente, quizás está misión no fuera tan habitual como las demás, pero no iba a dejar que el miedo ganara la partida.

Y con la luz del día llegó también el inequívoco sonido de cientos de hombres y máquinas marchando, el ataque que esperaban había llegado. Ocupando sus posiciones, Fate y sus hombres se prepararon para mantener la primera línea de defensa, mientras alertaban por radio al resto de soldados y a la ciudad que se alzaba a unos pocos kilómetros tras ellos. Cuando las demás unidades llegaron hasta a su altura, la Enforcer no pudo reprimir un sentimiento de abatimiento, eran pocos, muy pocos para hacer frente a lo que se les venía encima. Y su rostro se oscureció al oír los aviones del enemigo acercarse por el cielo.

Sin dudar, dio varias órdenes y tomando a varios magos aéreos consigo, se alzó en el aire, confiando en que su magia fuera suficiente para hacer caer aquellos cazas.

—¡Navara, voy a necesitar algo de tiempo! —le gritó a la joven de ojos ambarinos.

—Aye aye, señora.

La teniente se ocupó entonces de liderar la formación de combate, mientras Fate ascendía hacia una posición segura y comenzaba a invocar la fuerza de la tormenta, oscureciendo los cielos sobre ella. Si su plan funcionaba, puede que los cazas no fuesen un problema por mucho más tiempo. Mientras, a sus pies la batalla había comenzado, el ruido bronco de las armas y los gritos de los hombres lo llenaban todo.

—Arukas, Krutas, Eygias… —comenzó a salmodiar, Bardiche palpitó entre sus dedos—. Dioses celestiales que iluminan todo, descended hasta nosotros ahora que yo os guío. Baruel, Zaluel, Browzel… Golpea con el relámpago y ruge con el retumbante trueno. Arukas, Krutas, Eygias.

El cielo rugió sobre ella, los relámpagos rasgaron las nubes y los truenos restallaron con violencia al tiempo que descargaba aquel gran ataque sobre los cazas, que nada pudieron hacer para esquivar los rayos que se abatieron sobre ellos; varias aeronaves estallaron en llamas, otras cayeron al suelo sin control. Fate jadeaba tratando de recuperar el aliento, aquel ataque drenaba seriamente sus reservas de poder, pero no había tenido más remedio que usarlo.

Eso ha estado increíble, Fate —le llegó la voz mental de Navara, que seguía dirigiendo ahora su defensa sobre el cielo, asistiendo a las tropas de tierras.

La Enforcer se permitió una sonrisa, que murió en sus labios al escuchar la voz mecánica de Bardiche.

—New flying units are moving towards us, sir.

Fate miró en lontananza y dejó escapar una maldición al constatar que dos escuadrones más de cazas se abalanzaban sobre ellos a gran velocidad.

Navara, preparaos, vienen más amigos a jugar.

—En seguida estamos contigo.

Fate trató de juntar todas sus fuerzas y prepararse para el inminente ataque, por el momento no podía volver a usar el conjuro de antes, pero tenía otros con los que defenderse. El resto de su unidad se plegó a ella y tras recibir unas someras indicaciones, salieron al encuentro de los aviones enemigos.

Luchar contra máquinas no tiene nada que ver con hacerlo contra otros magos, en algunos sentidos era más sencillo, pues ellos tenían mayor capacidad de maniobra y evasión, pero los cazas contaban con una importante fuerza de ataque y armas de fuego lo suficientemente potentes como para reducirlos a partículas. Así que lo importante era mantenerse en continuo movimiento y arrastrar a los cazas hasta el rango de tiro de sus baterías antiaéreas. La táctica estaba funcionando, aun a pesar de que las tropas de tierra estaban a punto de ser sobrepasadas.

Fate evadió otra ráfaga de tiros, mientras Navara se colocaba a la cola del caza que la perseguía.

—¡Iron Arrow!

Flechas de energía salieron disparadas hacia las alas del avión, partiéndolas por la mitad, haciéndolo caer.

—Uno menos —sonrió la teniente, al tiempo que se separaba de Fate para evadir cualquier ataque y buscar una nueva presa.

Fate hizo otro tanto y se encontró de frente a un caza, sin tiempo si quiera para pensar alzó a Bardiche y atacó.

—¡Arc Saber!

Varios arcos amarillos desmembraron el avión en varias piezas, haciéndolo explotar en una bola de fuego y cegando su visión por unos preciosos segundos.

—We are targeting, sir.

—¿Dónde?

Pero la respuesta de Bardiche nunca llegó, Fate sintió una enorme fuerza golpear su barrera, con su energía mermada por los ataques previos a penas pudo mantenerla el tiempo suficiente para desviar el impacto antes de perder el conocimiento y caer al vacío.

Teardrop on a fragile eyelash (Lágrima en una frágil pestaña)

She's looking like a dream (Ella está mirando como un sueño)

Hoping for some understanding (Esperando por un poco de comprensión)

And answer or at least (Y la respuesta o al menos)

Cunning word a single sentence (juiciosa palabra, una sola frase)

To restore her heart (Para restaurar su corazón)

Aching since the day I left her (Dolorido desde el día que la dejé)

Crossing lonely seas (Cruzando mares solitarios)

Cuando abrió los ojos, lo primero que sintió fue un dolor agudo recorrerle el brazo izquierdo y extenderse por su pecho, boqueó conteniendo el grito que pujaba por escapar de su garganta. Alguien se movió a su lado y se encontró unos ojos ambarinos sobre ella.

—Por fin despiertas —dijo Navara ayudándola a incorporarse.

—¿Qué ha ocurrido? ¿Dónde estamos? —preguntó reprimiendo varios gruñidos de dolor. Se miró el brazo, lo tenía entablillado y vendado.

—Estamos en una especie de viejo almacén abandonado, a unos kilómetros de nuestra posición original. Tras tú caída el enemigo no tardó mucho en acabar con nuestra resistencia, realmente nos sobrepasaban en número. Los supervivientes nos reunimos en el punto de encuentro acordado por si perdíamos y nos hemos refugiado aquí.

—¿Me recogiste tú? —echó un vistazo alrededor, no eran más que treinta soldados, veinte de ellos magos, los otros diez aliados, todos estaban heridos de diversa índole.

—Sí, te encontré al tomar tierra un momento antes de partir para el punto de encuentro. Ten, bebé un poco de agua.

—Gracias —dio un sorbo y le devolvió la cantimplora—. Situación.

—Somos treinta y cinco personas, hay cinco soldados de guardia ahora mismo, estamos tras las líneas enemigas, no podemos contactar por radio, ya que podrían captar nuestra transmisión. He intentado contactar telepáticamente con alguno de nuestros compañeros, pero no he tenido suerte. Disponemos de agua y comida para dos días, cuatro si la racionamos excesivamente. Es probable que la ciudad que defendíamos haya caído ya. Si no reportamos en cuarenta y ocho horas se nos dará por…

—Desaparecidos en combate —musitó Fate débilmente.

Silent tears of a woman (Lágrimas silenciosas de una mujer)

Make a warrior cry (Hacen a un guerrero llorar)

Heaven, I beg you (Cielo, te ruego)

Please release hopes from fears (Por favor libera las esperanzas de los miedos)

This is my elegy (Esta es mi elegía)

Do you know what I feel?(¿Sabes lo que siento?)

This is my elegy (Esta es mi elegía)

Do you believe it's real?(¿Crees que es real?)

Will I hold you in my arms again?(¿Voy a tenerte en mis brazos otra vez?)

A su mente acudió la imagen de Nanoha aquella tarde y por un momento temió no poder cumplir la promesa que le había hecho, se llevó una mano al rostro, cubriendo sus húmedos ojos; perdidos tras las líneas enemigas, heridos, agotados, sin apenas comida o agua, sin posibilidad de contactar por radio o telepáticamente, refugiados en un destartalado almacén que seguramente sería inspeccionado más tarde o más temprano por el enemigo… Ahogó un gemido y respiró hondo, tratando de mantener a raya la desesperación.

—Fate —la llamó Navara suavemente.

—¿Si? —la miró tras enjugarse las lágrimas.

—Será mejor que liberes tu barrier jacket por el momento, necesitas descansar un poco más y…

—Estoy bien —protestó.

—Y —siguió Navara sin hacerle caso— centrar tus pensamientos para poder tomar una decisión más tarde sobre lo que vamos a hacer. Es mejor afrontar las cosas descansado y con la mente clara.

—¿Es una orden? —sonrió la Enforcer.

—No creo que yo pueda darte órdenes —rió Navara a su vez—. Es un consejo.

—Está bien. Supongo que necesito ese tiempo.

Navara asintió y la dejó a solas.

—Bardiche, mode release.

—Yes, sir.

—¿Cómo estás? —le preguntó a su dispositivo, tras cambiar su barrier jacket por el uniforme de campo.

—Fine, sir. All conditions green.

—Bien.

Fate volvió a rodar la vista por el almacén, los hombres parecían agotados, la expresión de la mayoría era abatida, conscientes de la precaria situación en la que se encontraban. Desaparecidos en combate, volvió a pensar la Enforcer, si eso llegaba a pasar, si les daban por perdidos, no les quedarían más esperanzas que las de salir de allí por sus propios medios. Sintió una punzada en el corazón al pensar en su familia, ¿qué haría Nanoha cuando recibiera la noticia? Sin dudarlo pediría más información, una evaluación de la situación y después se ofrecería voluntaria para embarcarse en una misión de rescate. Los labios de Fate se curvaron en una media sonrisa, su pelirroja haría cualquier cosa por que esa misión fuese aprobada y llevada a cabo, aunque tuviera que ir ella sola, aunque no obtuviese el permiso y significara el fin de su carrera…

—Sólo te doy problemas… —musitó Fate para sí—. Debí haberte escuchado esta vez, supongo… Pero ambas sabíamos que habría venido igualmente… Aunque cada vez que pienso en las lágrimas que derramas por mi causa, se me parte el corazón… Quizás hubiese sido mejor si tú y yo nunca… nunca…

Mas el simple pensamiento de no tener a Nanoha en su vida, junto a ella, estremecía todo su ser; ella era su luz, su guía, quien la mantenía íntegra pese a todo cuanto veía y era testigo; eran sus palabras y sus caricias las que lograban calmarla en los peores momentos, las que le daban consuelo; era su amor lo que calentaba su alma, lo que le daba fuerzas siempre. La necesitaba y si ahora no se rendía era por ella; saldría de aquello, volvería junto a su familia, secaría sus lágrimas con sus manos y la abrazaría fuerte entre sus brazos.

—Sólo espero poder volverlo hacer…

—We will do it, sir —le llegó la voz de Bardiche, consiguiendo que al final su sonrisa fuera completa. Apretó la gema suavemente en su mano.

***

Los días se sucedieron vertiginosamente para Fate y los soldados supervivientes; tuvieron que abandonar el almacén al amanecer siguiente al ataque, una patrulla de reconocimiento enemiga había seguido su rastro allí y ahora se acercaban para tomarlos por sorpresa, afortunadamente, los hombres de guardia les avisaron a tiempo para salir de allí y perderse en un extenso bosque en busca de un nuevo refugio. Llevaban dos días de marcha por aquella floresta, apenas les quedaba comida ya, aunque merced a los arroyos que cruzaban la fronda, contaban con agua más que suficiente. El terreno había comenzado a ascender ligeramente, señal de que se acercaban a una zona más accidentada, con un poco de suerte encontrarían una elevación desde la que poder intentar comunicarse con los suyos; pese a que Fate sabía ya que oficialmente habrían sido dados por desparecidos en combate, pero debía mantener la esperanza, no era momento de rendirse aún.

—Esto me trae recuerdos —comentó Navara junto a Fate, ambas, como el resto de magos, vestían las barrier jackets para poder afrontar rápidamente cualquier ataque por sorpresa.

—Esperemos tener más suerte que entonces —dijo la Enforcer, recordando que aquella vez su escuadrón salió bastante mal parado.

—Con los años acabas por darte cuenta de que la suerte se la labra uno mismo… Al menos en situaciones como ésta.

Fate no pudo más que asentir a las palabras de Navara, la maga había cambiado bastante desde aquella misión que compartieron en el pasado, se había vuelto más reflexiva, ya no actuaba tanto por impulso y su carácter se había tornado algo más reservado y realista. Su poder también había crecido, su rango era doble A, y su hoja de servicios era extensa, con reconocimientos y menciones de los oficiales bajo los que había servido; Fate estaba segura de que muy pronto la promoverían a Capitán. Muy pronto, si sobrevivían a aquella misión, no pudo evitar el oscuro pensamiento.

Siguieron caminando durante horas, hasta que la noche cayó sobre las húmedas naves del bosque, y aun así continuaron un trecho más, hasta que Fate dio la orden de parar para pasar la noche en un pequeño claro protegido por un afloramiento de rocas y un prieto grupo de árboles, una posición a cubierto y fácil de defender. Se repartieron los turnos de guardia y todos se aprestaron a pasar la noche lo mejor posible sobre el frío suelo de hierba. Fate se echó sobre su capa, ignorando el dolor de su brazo roto y sus costillas fisuradas, le dio una queda orden a Bardiche y una pequeña pantalla flotante se abrió sobre ella, mostrando una foto de su mujer y su hija, sonriendo a la cámara, a ella; una lágrima fugitiva escapó de sus ojos, no había mayor deseo en su corazón que volver junto a ellas.

—Lo conseguiremos, Fate —le llegó la suave voz de Navara, tumbada a unos centímetros de ella.

—¿Optimista ahora?

—Tratando de mantener la esperanza —no la veía en la oscuridad, pero supo que la teniente estaba sonriendo.

—¿Alguien que espere tu regreso?

—Sólo mi madre y un mago aéreo al que le encanta pilotar un viejo caza.

—Así que consiguió hacerlo volar.

—Sí —dejó escapara una suave risa—. Eh, cuando todo esto acabe y volvamos, le puedes pedir ese paseo que te prometió hace cinco años.

—Estaría bien —sonrió la Enforcer—. Gracias, Navara, por devolverme los ánimos.

—Lo que sea, señora.

Fate asintió, aunque sabía que la otra mujer no podía ver el gesto, e hizo desaparecer la foto que aún tenía abierta. Regresarían, lo conseguirían.

Dewdrops on a single rosebud (Gotas de rocío en un único capullo de rosa)

This purity of rain (La pureza de la lluvia)

Reminds me of the moment I left her (Me recuerda el momento en que la dejé)

Kisses filled with pain (Besos llenos de dolor)

And if I should leave her waiting (Y si yo debería dejarla esperando)

For another year (Por otro año)

Will she ever know the answer? (¿Sabrá ella la respuesta alguna vez?)

Will she follow me? (¿Me seguirá?)

La lluvia les acompañó los dos días siguientes, volviendo su camino más fatigoso e incómodo, el hambre les acuciaba ahora a todos, aunque ninguno se quejaba todavía en voz alta, había cosas más importantes de las que preocuparse; hacía un día que se sabían perseguidos, eran la presa de su enemigo, que había seguido sus pasos en aquel bosque. Fate los guiaba hacia unas montañas cercanas, sabía que era peligroso, pues si éstas resultaban demasiado escarpadas e impracticables, quedarían atrapados entre los riscos y sus perseguidores, aunque al menos tendrían la espalda cubierta; volar podría resultar peligroso si llevaban armas de largo alcance, sin embargo, si la situación se tornaba desesperada, deberían contar con ello. Pero si lograban subir a lo alto de una de las elevaciones, podrían intentar contactar con los suyos. Mas por ahora, sólo les quedaba caminar, seguir por delante de sus enemigos y alcanzar esas montañas, que distaban todavía un día de viaje.

Y aunque Fate intentaba mantener su mente centrada, no podía evitar pensar en Nanoha, en aquella mañana cuando se despidieron; era muy temprano, ni siquiera había salido el sol todavía, pero Vivio también estaba levantada, no quería que su madre se fuera sin despedirse de ella. La Enforcer se enternecía cada vez que recordaba los ojos entrecerrados por el sueño de su pequeña, el abrazo que le dio y de las lágrimas que rodaron por sus mejillas. Y después el abrazo y el beso de Nanoha, largo, profundo, lleno de tantos sentimientos, mas nunca el beso de una despedida, se repetía una y otra vez, era el beso de una promesa, la del regreso…

Pero habían pasado ya tantos días, ¿seguiría Nanoha esperando noticias suyas?, ¿o se habría puesto en movimiento como había pensado unos días atrás? No quería que la siguiera a aquel infierno, no quería que viera aquel mundo envuelto en los fuegos de la guerra, donde los aliados estaban a punto de perder, si es que no lo habían hecho ya… O quizá los refuerzos habían llegado y las tornas se estaban volviendo, ¿quién podría saberlo? Mas aun así, no deseaba que Nanoha fuese en su busca, porque no quería que corriera ningún peligro.

Finalmente, al día siguiente alcanzaron las montañas, pero el enemigo los alcanzó a ellos al mismo tiempo; no tuvieron ni siquiera unos minutos para pensar o dar órdenes, simplemente para actuar. Les superaban en número y Fate supo que no había esperanzas, que aquella iba a ser la última resistencia que podrían oponer. Era el final, pero al menos debía intentar una cosa más. Telepáticamente contactó con Navara.

Vuela hacia uno de los picos a nuestra espalda, nosotros te cubriremos, y desde allí intenta contactar con quién sea, por radio o telepáticamente, pero haz saber que seguimos con vida…

Por ahora.

No nos matarán —contradijo Fate; estaba bastante segura, unos magos vivos de la TSAB eran mucho más útiles que un montón de cadáveres; si la guerra aún no había terminado, serían una valiosa moneda de cambio para el enemigo. Y por la forma en que les estaban intentando reducir, todo apuntaba a que tenía razón.

Haz lo que te digo, contacta y dales nuestra posición aproximada. Después, intenta escapar.

Pero…

Es una orden, teniente —imprimió a su voz mental un fuerte matiz de mando.

Aye, aye, señora.

Silent tears of a woman (Lágrimas silenciosas de una mujer)

Make her warrior cry (Hacen llorar a su guerrero)

Heaven, I beg you (Cielo, te ruego)

Please release hopes from fears (Por favor libera las esperanzas de los miedos)

This is my elegy (Esta es mi elegía)

Do you know what I feel? (¿Sabes lo que siento?)

This is my elegy (Esta es mi elegía)

Do you believe it's real? (¿Crees que es real?)

Will I hold you in my arms... (¿Te tendré en mis brazos...)

Hold you in my arms again? (tenerte en mis brazos otra vez?)

Debían intentarlo, conseguir que alguien de los suyos supiese que estaban vivos y que el enemigo iba a apresarlos. Era una débil esperanza, pero esperanza al fin y al cabo; su intento final por seguir cumpliendo su promesa, para regresar, para volverla a tenerla entre sus brazos, para no ver más aquellas lágrimas que conmovían su corazón. Por no dejarla sufriendo con el temor de no saber nunca qué le había ocurrido

Con Navara ascendiendo hacia los cielos, Fate entró en su Sonic Form y, con la ayuda de sus demás hombres, distrajo la atención del enemigo de la maga del tridente. Lucharon durante una larga media hora, acabando con varios soldados enemigos antes de verse rodeados y demasiado agotados ya como para seguir oponiendo resistencia; de los treinta y cinco quedaban veinte con vida, todos magos. Sin más opciones que tirar las armas y rendirse, Fate dejó que le colocaran un extraño collar metálico en el cuello, en cuanto el dispositivo se cerró, su barrier jacket desapareció.

—Un generador de AMF… —musitó sorprendida.

—No sabemos cómo hacer funcionar vuestros juguetes, pero con esto tampoco podréis usarlos vosotros —señaló el soldado que ataba con rudeza sus manos a la espalda, provocándole oleadas de dolor en el brazo roto—. Así no nos daréis más problemas, magos del demonio…

Lo siguiente que notó Fate fue un fuerte golpe en la parte de atrás de su cabeza, la noche se hizo en sus sentidos y ya no supo más. Su último pensamiento fue para aquellas que esperaban su vuelta o al menos una palabra sobre la suerte que había corrido.

Cunning word, a single sentence (Juiciosa palabra, una sola frase)

To restore her heart (Para restaurar su corazón)

Aching since the day I left her (Dolorido desde el día que la dejé)

Crossing lonely seas (Cruzando mares solitarios)


Nota de la Autora: Éste va a ser un fanfic corto, no más de cuatro capítulos seguramente, y es un pequeño "experimento", ya que cada capítulo está escrito en base a una canción que se ajusta a lo narrado en él. Espero que sea de vuestro agrado (y si dejáis reviews para saber qué os parece, me haréis muy feliz ^^).

Una curiosidad, la canción escogida para este primer capítulo está inspirada en los viajes que, se cree, hicieron los vikingos a Norteamérica mucho antes de que Colón la descubriera (de hecho, todo el disco de The Vinland Saga está basado en esa gesta).

Y otra curiosidad, Navara es uno de los personajes originales que creé para la Destructora de Mundos, he querido sacarla de nuevo porque me gustó mucho en su momento :)

En cuanto a la traducción de la canción, he hecho lo que he podido xD