Disclaimer: Nada me pertenece salvo la trama. El resto es de los creadores, guionistas, productores y demás trabajadores que han creado una serie tan maravillosa como ésta.

N/A: ¿Helo/Athena? BEST OTP EVER. Sí, soy una shipper consumada de estos dos (y una fangirl histérica de Helo), así que no podía dejar de escribir de ellos. Es que... se quieren TANTO. Cualquier comentario, fangirl o no, será bien recibido


Es un cylon.

Helo no lo planeó. Si hubiera podido elegir, quizás todo hubiera sido más fácil de no haber ocurrido. Pero no pudo elegir y ahora se siente como un traidor. Porque él lo intenta, lo ha intentado una y otra vez. Recordar y tener fresco en la memoria lo que hicieron los cylons. Porque no debería, bajo ningún concepto, amar a un cylon.

Ellos atacaron las colonias. Redujeron la humanidad (miles, cientos de miles; no, millones de personas) a nada. A poco menos de cincuenta mil personas cruzando el universo, agarrándose con uñas y dientes a una esperanza efímera de la que nunca podrían fiarse del todo. Ni siquiera saben si la Tierra existe realmente. Mucho menos, dónde está. O si es posible siquiera vivir allí.

Todo por ellos. Los cylons.

Por eso se siente culpable cuando ve a Sharon. Cuando la toca. Cuando la besa. Ni hablar de cuando le hace el amor, lenta, apasionadamente. Porque sabe que los suyos son máquinas. Y asesinos. Creaciones del ser humano que osaron levantarse contra él. Prototipos fallidos que les estallaron en la cara. Máquinas, cables, cosas programadas. Y que mataron a los suyos. Sin piedad, sin compasión.

O quizás, más que saber, quiere saber.

Porque la jodida realidad, la que a él le estalla en la cara cuando se levanta y la ve a su lado, es que no ve cables. No ve un robot, ni una máquina. Y mucho menos un prototipo fallido. La ve a ella, simplemente. Ve a Sharon, Athena, a la mujer más bella que ha conocido nunca, por dentro y por fuera, a la única persona que al besarla, hace que se le erice el vello y se le acelere el corazón.

Y, sí, claro, es un cylon. Lo sabe. Pero no le importa. Ni le importa tampoco las miradas de la flota. Ni los susurros cuando camina por los pasillos. La quiere, la ama, y eso no va a cambiar. Nada va a cambiarlo. Pelearán por lo que tienen. Y lo harán hasta el final.