Hola! Bueno, este es mi primer intento de FanFic en español. Espero les guste y apreciaría leer que les pareció esta historia.
-.-.-.-.-.-
Capítulo 1
Era una noche completamente oscura, sin estrellas y de luna nueva, el viento silbaba canciones lúgubres y de vez en cuando las voces de los búhos cantaban canciones tristes. Era otoño y el frío se hacía notar, en las calles a esas altas horas de la noche ningún alma se asomaba, o por lo menos ninguna que se considere inteligente. Una chica de unos 19 años de edad, cubierta por una largo tapado negro con capucha, caminaba despreocupadamente entre la oscuridad, como si estuviese disfrutando de una pequeña caminata nocturna. En la soledad de la noche dejaba divagar a su mente entre mundos fantasiosos, aventuras épicas y malvados villanos con poderes sobrenaturales.
Su vida desde la muerte de su hermano mayor le había hecho "madurar" o eso habían creído todos... "Tontos" pensaba cada vez que recordaba la vez que escucho a sus padres hablando sobre ella, analizando la nueva situación de la familia, y de como la tristeza había hecho madurar a la única hija que les quedaba. Ambos adultos creyeron que su hija había abandonado la costumbres de imaginar, de soñar y "perder el tiempo" (como ellos decían) leyendo novelas de fantasía. Cuando Armide les dijo que quería estudiar auto-defensa, sus padres se sorprendieron gratamente, la chica casi no hacía ejercicio, así que le dieron la vista buena al nuevo emprendimiento de la chica de doce años.
Esa no era la verdad, tampoco cuando ella simuló tirar todas sus novelas, o sus figurillas, sus dados de rol y demás objetos con los que ella solía pasar tardes enteras en mundos imaginarios. Cuando ella dejó de hablar de dragones, elfos y de sus sueños, cuando dejo de hablar de déjà vus y de premoniciones, todo creyeron que había madurado. Una sonrisa de satisfacción enmarcaba su cara cada vez que pensaba en cómo había logrado engañar a todos, de cómo su habitación estaba llena de fondos falsos, huecos en los pisos, paredes y techo, cómo se las había ingeniado para organizar todas sus cosas y sus nuevos objetos en lugares inaccesibles para sus padres. Aunque ella ya era una "mujer adulta" según la ley, la fachada de vivir con sus padres, le resultaba conveniente, sobretodo añadía una pizca de peligro a sus paseos nocturnos de los cuales nadie tiene idea.
Una luz en un callejón le llamó poderosamente la atención, y la alejó de su mundo fantástico, donde se encontraba en una misión de recuperación, debía encontrar un objeto escondido en el corazón de un laberinto guardado por una esfinge. Pero ahora la realidad era mucho más interesante, se adentró sigilosamente en el callejón encontrando, para su sorpresa, una librería abierta.
"Suerte la mía" Pensó Armide "Hacía días que quería comprar un libro nuevo"
El lugar estaba a unos 6 metros de la calle, el frente era de madera pintada de un verde oscuro, el vidrio del escaparate tenía pintado el nombre del lugar Owen's. Parecía sacada de una película, al abrir la puerta sonó una campanilla y Armide se quitó la capucha.
-¿Puedo ayudarla señorita?- Preguntó un hombre anciano, de cabellos blancos y lentes redondos con mucho aumento.
-Pues, la verdad me gustaría curiosear por la tienda, si es que no esta por cerrar, claro. - Contestó la muchacha con amabilidad.
-La verdad que estaba por cerrar, pero puedes tomarte tu tiempo hay muchas reliquias ocultas entre las estanterías- El hombre le guiñó.
Armide sornió ampliamente. -Muchas gracias!- Comentó con sinceridad y comenzó a examinar las estanterías.
Los libros formaban intrincados mosaicos en las repisas, todos eran diferentes, en forma, grosor, color, diseño. Había libros con tapas de cuero, de papel, de cartón y unos que parecían forrados en piel de animales. Algunos tenían intrincados diseños en sus tapas y lomos, algunos estaban escritos a mano y otros a máquina. La variedad era impresionante en cuanto a temática, biología, historia, demografía, apicultura, y la lista seguía. De pronto, algo hizo ruido en la mente de Armide, se dio cuenta de que no había una sección de novelas. Sin embargo, títulos como "Los Tres Mosqueteros", "El Conde de Montectristo" y muchos otros se encontraban en la sección de historia.
-Disculpe Señor- Se dirigió Armide hacia el mostrador - ¿Por qué...
-¿Por qué los libros de "ficción" se encuentran en la sección de historia?- Terminó el dueño.
-¿Cómo supo?- Preguntó Armide confundida.
-Es una pregunta que me hacen todos los que vienen a este lugar. Vera señorita, todas son historias, no existe la ficción, todas esas historias de verdad pasaron.
- Ya veo...- Fue lo que en un susurro pudo decir la chica y volvió a las estanterías, ahora ya sabía donde buscar. Entre las estanterías colgaban otro tipo de objetos, colgantes, aretes, gargantillas, cintas, amuletos varios y cada tanto se veía entre los libros a modo de separador algún artefacto curioso, bolas de cristal, pirámides, cofres, y algunas otras cosas. Armide se debatía entre un colgante con un orbe transparente y dos libros. Analizando pensó que era mejor los dos libros, ya que eran pequeños. Uno estaba forrado en un cuero rojo, suave pero texturado que en letras doradas y elegantes decía "Laberinto" y otro en cuero marrón un poco más grueso donde se leía grabado "Guía del viajero".
El hombre sonrió cuando ella le entregó los libros que había seleccionado.
-¿Piensas viajar a algún lado?- Comentó con picardía y ella sonrió.
-Eso espero. ¿Esta abierto todos los días a esta hora?- Preguntó con curiosidad.
-Sólo si hay clientes. Pero puedes venir siempre que quieras y los jueves vienen libros nuevos. - A Armide se le iluminó la mirada, el lugar era perfecto y se sintió como el niño de la "Historia Sin Fin" -Los jóvenes de estos días ya no leen.- comentó el viejo con tristeza.
-Los adultos tampoco- Repuso la joven en suspiro.
Enseguida que Armide abandonó el callejón donde se encontraba la librería, en un vortex de glitter plateado una figura apareció y entró al lugar.
-¿Crees que es conveniente Owen?- Habló el extraño que entraba a la tienda de libros, su voz era masculina y arrogante.
-Buenas noches, Majestad- Saludó el viejo con una pequeña reverencia. - Usted la vio, ella misma eligió el libro sin dudarlo y usted sabe que los libros en este lugar eligen a sus dueños y no viceversa.
-Owen, no me desafíes. No estas a la altura, eres sólo un bibliotecario y sólo perteneces a este lugar. - Dijo el hombre, era rubio con el pelo largo alborotado y parado, su voz era nuevamente arrogante y sus palabras duras. Pero el viejo, con toda una vida de tratarlo ya estaba acostumbrado, la paciencia es un don que solo la edad puede otorgar y Owen tenía paciencia de sobra para tratar con el Rey.
