Capítulo 1

Todo se veía borroso. Pero claramente estaba en un lugar peligroso. Había dos personas peleando en el aire. Uno era un hombre desarmado, y la otra persona estaba envuelta en una capa extraña negra, sostenía una hoz enorme. En medio de plena batalla se detuvieron a hablar. No podía escuchar lo que decían, pero…

De repente el hombre preparo un enorme ataque de energía; pero en el último momento giro y disparo a otro lado. Disparo hacia dos personas que estaban mirando la batalla, el ataque iba a llegarles pero en el último segundo una sombra se puso en medio y recibió el ataque.

Todo termina con una persona de rodillas frente a una figura tirada en el piso…

Este es el sueño que se ha repetido una y otra vez, desde hace unos meses.

Mi nombre es Alice tengo 16 años. Vivo con mi mamá y mis hermanos, ellos son los únicos parientes que tengo, no se nada de mi padre o de otros familiares. Mi mamá es hermosa, tiene el cabello negro y los ojos dorados, yo soy idéntica a ella, pero tengo tres extrañas líneas blancas en mi cabello en el lado derecho, siempre las escondo con una traba para el cabello. Sin embargo no me parezco en nada a mis hermanos Erick y Rick, son gemelos, cabello café chocolate y ojos verdes. Junto con nosotros vive Wes, tiene una apariencia muy misteriosa; su cabello es blanco y sus ojos son rojos. Toca el violín muy bien. Después esta su esposa Gwen, es pelirroja y de ojos celestes. Esa es mi familia, a pesar de que es extraña, la quiero mucho, y soy feliz a su lado.

Por eso siempre sentía que faltaba algo, que algo no estaba bien…me sentía vacía…

Lo que me despertó fue el increíble calor que hacia, y también la risa muy peculiar del sol.

Calor, calor, calor – replique, estaba haciendo demasiado calor para mi gusto, al parecer Rick me cargaba en su espalda- ¿Qué sucedió?

Te desmayaste… -me baje de su espalda.

Lo siento, me siento mejor ya

¿Segura? – pregunto Erick

Si…-mire el piso, que estaba cubierto completamente de arena, estaba usando un vestido color durazno con manchas cortas y también llevaba un maletín pequeño colgado, todo encima de una capa blanca; igual que los gemelos - ¿eh? –mire a mi alrededor – estaba en medio de un desierto de arena. - ¿Aun nos falta mucho?…

Creo que si… -dijo Rick- esto es muy diferente a Nueva York… -era cierto en Nueva York no hacia tanto calor, como en ese lugar

¿No se supone que esto es Nevada? –deje tratando de entender porque le habían puesto ese nombre a ese lugar tan caliente- cuando me dijeron que tendríamos que atravesar un desierto, creí que se referían a un desierto de hielo o nieve.

Bueno este es uno de los pocos desiertos que hay aquí.

Entonces mire a la distancia y vi una figura a lo lejos…Corrí hasta llegar a un montículo donde podría ver con mas claridad, los gemelos me siguieron. A lo lejos se podía ver la figura de una enorme ciudad, más parecía una fortaleza y en la cima había un edificio con torres extrañas y unos picos.

Esa es…esa es…esa es…¡la DEATH CITY! – dije alegre

Ya llegamos –comenzamos a apresurar el paso, pero no había caso; hacia demasiado calor. Nos detuvimos en una parte con sombra-. A este paso llegaremos en días…-algo interrumpió a mi hermano, una música que se acercaba cada vez mas bulliciosa- no…será – entonces por encima de nosotros salio volando algo parecido a un trineo y en él un chico rubio con un traje de sacerdote o algo así. Se percato de nuestra presencia y se acerco, estaba escuchando música con unos auriculares

Es ¡Justin! – dijimos sorprendidos, no esperábamos encontrarnos con él, el otro se quedo quieto y se quito los auriculares y apago la música

¿Cómo están? – pregunto

Acalorados…-dijimos al mismo tiempo.

¿Quieren que les de un aventón?

¡Si! – cuando nos subíamos al extraño trineo que tenia una tumba detrás, Justin miro de repente a todas partes, había sentido la presencia de alguien mas. En cuanto estábamos listos, partió rumbo a la gran fortaleza. Al llegar, nos dejo bajar:

Muchas gracias Justin –le dijimos los tres.

No fue nada, espero que disfruten de la Death City – se fue a otra parte- los veré luego.

Asi que esta es la Death City…-mire a mi alrededor, entonces vi en la cima al gran edificio en la cima de la ciudad

Nosotros iremos al Shibusen ¿Vienes?

El Shibusen… ¿me atreveré a ir? – di un paso adelante pero de inmediato di dos atrás – Vayan ustedes – dije dándoles la espalda- yo iré a recoger el equipaje y de ahí nos vemos en…

En…la entrada del Shibusen –dijo Rick

No

¿Eh? ¿Por que?

Quiero estar lo mas alejada del Shibusen en todo caso

Bien –dijo Rick, me lanzo una nota con una dirección escrita – ahí debes recoger el equipaje, esta a nombre de Wes. Recuérdalo -los dos se alejaron. Mire el papel, pero no conocía las calles, asi que preferí ir en busca de ayuda. Camine unas cuantas calles hasta que me detuve en un mercado, me senté en una banca.

La ciudad es mas grande de lo que me imaginaba…tal ves es hora de pedir ayuda. – me fije en una tienda de verduras donde atendía una anciana – ella tal vez sepa – pero cuando me dirigía a ella se cruzo en medio una mujer alta rubia, con un parche extraño y un vestido negro. Sin querer choqué con ella he hice caer lo que llevaba en una bolsa de papel- lo siento mucho…-me agache para recoger todo, ella también lo hizo

No es nada…

En verdad lo siento mucho…-la mire mejor y la reconocí- usted es una…una Death Scythe

Asi es, soy Marie. Mucho gusto…- me miro también un momento- ¿Cómo te llamas?

Alice…Leiria

¿Leiria? ¿No son tus hermanos Erick y Rick?

Si…los conoce…

Bueno –dijo levantándose- supuestamente ellos se quedaran en nuestra casa durante un tiempo…

¿En su casa?...

Si, Stein me lo dijo hoy…

Esos dos…no me dijeron nada al respecto –pensé molesta

Asi que tu debes ser su hermanita…en ese caso; ven conmigo, te llevare a casa

Gracias…que golpe de suerte…-Marie llevaba 2 bolsas con comida, y decidí ayudarle llevando una. Estuvimos caminando y hablando, me pregunto sobre mis hermanos y sobre Nueva York. Poco a poco nos fuimos llevando bien, era una persona tan amable y calida. Así llegamos a una casa engrampada en todas partes, se veía algo sombría, y tenia aspecto de un hospital abandonado - ¿esto es una casa?

Pasa – me dijo Marie

Gracias –adentro también parecía algo sombrío, habían algunas plantas en los rincones, también material de laboratorio.

¡¿Chrona? –gritó Marie- ya llegué… ¿Estas ahí?

¿Chrona?... ¿Quien? –Marie se perdio un momento y luego regreso algo pensativa y angustiada

¿Adónde habrá ido esa chica?

¿Es su hija? –pregunte sin saber de quien hablaba

No…bueno algo parecido Chrona es nuestra hija adoptiva…de Stein y de mí…

Ah…seguro habrá salido… ¿No esta en el Shibusen?

No…bueno es algo complicado…actualmente ella esta en espera…

¿En espera?... –entonces me contó que Chrona había cometido traición al Shibusen, por lo que había sido expulsada, pero aun no le habían autorizado volver al Shibusen hasta entonces, y recién se vería si ella podría entrar al Shibusen- pero eso me perece muy cruel…¿hace cuánto que fue esto?

Hace ya unos meses… -dijo muy afligida

¿Meses?...

Es cierto, es muy cruel para ella…a demás no puede tocar el territorio del Shibusen, ni verse con estudiantes o profesores del Shibusen; a excepción de nosotros dos, hasta el día de su reunión con Shinigami-sama

¿Qué?... ¿Y cuándo es esa reunión?

Mañana en la tarde –en ese momento alguien entro en la casa.

Ya llegué… -dijo con una voz débil y triste. Marie fue a su encuentro desesperada

¡Chrona! ¿Adónde fuiste? Estaba preocupada…

Lo siento…fui a comprar unas golosina para Ragnarok…

¿Ragnarok? ¿Su perro?... –me imagine al perro basándome en su nombre, no era un perro muy amigable…

Ven, tenemos una invitada –dijo Marie trayendo a Chrona a la sala- ella es Alice Leiria Se quedara con nosotros por un tiempo –pasó una chica casi de mi tamaño, su cabello era rosa pálido y era algo corto y desigual sus ojos eran oscuros, tristes y melancólicos. Me sorprendió ver esa mirada tan triste. Se acerco y me miro y después miro a otro lado.

...m…mucho gusto…-dijo con una voz tímida- soy Chrona… -me quede un momento mirándola, era una chica muy simpática pero se notaba que había tenido una niñez diferente a la de otras chicas, mi niñez tampoco había sido tan normal que digamos, me sentía vacía y tenia la impresión de que ella también. Sonreí y me extendí mi mano amistosamente:

Un gusto conocerte Chrona –dije muy alegre, me miro un momento algo sorprendida y tomo mi mano con lentitud, se la estreche- espero que seamos buenas amigas.

Estuve casi todo el resto de la tarde hablando con Marie, Chrona no participaba mucho de la conversación:

¿Stein es un profesor del Shibusen? –pregunte.

Si y es mi compañero –dijo Marie

¿Y tu Chrona? ¿Quién es tu compañero?

Mm.… -entonces de su espalda salio una masa negra y tomo la forma de algo parecido a un muñeco negro con manos de un peluche

Soy yo…-dijo con una voz chillona- Ragnarok

¡Ah que lindura! –dije

¿Qué dijiste? –dijo molesto.

Ya más tarde me acorde de que tenia que recoger el equipaje, me disponia a salir cuando Marie me llamó en secreto:

Sabes Alice, el cumpleaños de Chrona será en 5 días y le planeamos hacer una fiesta sorpresa entre todos; sin embargo tengo que hacer algunos arreglos a la casa para eso, y no puedo hacerlo cuando esta aquí; porque se pone a hacer preguntas y la verdad ya no sé que escusas más ponerle...

¿Quiere que la distraiga?

Si no es mucho pedir...

Claro... –me dirigí a la sala de estar donde estaba ella mirando por la ventana- Chrona… ¿Quieres acompañarme? –le pregunte a Chrona- tengo que ir a una parte a recoger el equipaje y no conozco las calles.

Bueno yo…esta bien –nos despedimos de Marie y salimos a la calle, de vez en cuando salía Ragnarok a molestar a Chrona, le jalaba el cabello y se golpeaba con esas manitas suyas, Chrona le daba un dulce y recién se calmaba y se iba. Cuando llegamos al lugar, me entregaron, 2 maletas, una mía y la otra de los gemelos. Chrona me ayudo llevando la mía que era más liviana. Estábamos en una plaza, cuando sonó una alarma, Chrona sacó un reloj de su bolsillo.

¿Sucede algo?

Es la hora de salida en Shibusen, mejor vamos a un lugar alejado.

Esta bien –nos alejamos un poco del Shibusen, pero cuando cruzamos una calle, al frente estaba un grupo de estudiantes. Dimos media vuelta, y fuimos por otro camino, pero volvió a pasar lo mismo. Entonces llegamos a la esquina de una calle algo llena- no veo a estudiantes, si cruzamos esta calle nos escabulliremos por ese callejón que hay en la esquina. ¿Te parece?

Es que...cr-creo que v-vi a un-os estudiantes entrar al café de ahí –señaló un café cerca de la otra esquina, podrían vernos desde adentro a través del cristal. A demás Chrona estaba temblando de miedo.

No te preocupes... –le dije poniendo mi mano en su hombro para transmitirle valor. Corrimos por la calle, pasamos en frente del café, y podría jurar que sentí que alguien nos había visto; pero no escuche a nadie salir del café o gritar el nombre de Chrona. Nos escabullimos por los callejones sin ningún problema y llegamos a casa, Marie nos recibio preocupada y se disculpo con Chrona por haber olvidado la hora de salida del Shibusen.

Chrona y yo estábamos en su cuarto, su cama estaba pegada a la pared en una esquina, ella estaba apoyada contra la pared en su cama, abrazando la almohada.

Lo siento Chrona…creo que nos arriesgamos mucho, espero que Stein no te riña luego.

No, no tienes porque disculparte –dijo con voz baja- mañana…tengo que ir al Shibusen…

Yo igual…

¿Uh?

Tengo que inscribirme al Shibusen…Mañana…vayamos juntas… ¿Si?

Si…

Más tarde llegaron Stein y los gemelos, Marie le contó lo que sucedió a Stein, un hombre de pelo gris, usaba una bata blanca de laboratorio, lentes y tenia un ¿tornillo en la cabeza? Cuando terminó Marie, volteo hacia Chrona y la pregunto si se sentía bien, Chrona le dijo que no pasaba nada.

Esa noche, mi primera noche en la Death City, tuve el mismo sueño que antes, pero esta vez, había algo diferente, ya no se veía tan borroso, podía ver claramente a las personas peleando. Una era un hombre, llevaba puesto un saco rojo y unos pantalones negros, su cabello era negro con manchas blancas, y sus ojos eran negros y llenos de rencor, tenía algunas vendas envueltas en algunas partes del cuerpo. La otra persona más parecía un espectro negro con una mascara extraña, estaba enojado, agarraba una hoz grande negra. Entonces llego el momento en que se detuvieron a hablar, trate de escuchar lo que decían, pero aun nada, entonces llego el momento en que disparaba a esas dos personas.

Esta vez pude verlas bien, era una mujer delgada vestida casi de negro, usaba lentes y u cabello era negro, a su lado estaba un chico probablemente de mi edad, lo más sorprendente de todo era que se parecía a mi y a mi madre, los ojos dorados y la piel pálida, tenia las tres líneas pero en lado izquierdo de su cabello. Cuando el ataque iba a llegarles, el espectro se puso en medio y los protegió, dejando que el ataque le diera directo a él. Después el chico se tiro al suelo mirando al espectro que estaba en el suelo malherido.

Alice… -escuché la débil voz de Chrona desde la puerta de mi habitación. Ya era de día, el sol se filtraba por las cortinas

Chrona…

A desayunar…

Bien, gracias –me vestí lo mas rápido posible y me dirigí a la sala donde todos tomaban una taza de café (en recipientes de laboratorio). Stein y mis hermanos, se prepararon para salir, Marie también lo hizo y nos dejaron a las dos. Estuve organizándome en mi nueva habitación, le había hecho perder un poco esa apariencia sombría, a mediodía, me dirigí al cuarto de Chrona, y toque su puerta.

Si…-escuche, así que abrí la puerta, para mi sorpresa todo estaba oscuro.

¿Chrona? –entre y me dirigí a la ventana y abrí las pesadas y oscuras cortinas, dejando que la luz entrara. Chrona estaba en la esquina de su cama como la anterior vez-, Chrona ¿Estas enferma?

No solo nerviosa…

¿Por lo de hoy? No te preocupes, todo irá bien…ya lo veras

Si…

De todas formas, vamos a salir a comer algo, yo invito –salí con una falda negra y unas botas negras, y una polera azul marino con capucha de mangas largas, pero Chrona salio con la misma ropa que había usado el día anterior, ese vestido negro largo- pero Chrona ¿no tienes mas ropa?

Es que…

Entonces, vamos a ver ropa ¿Bien? – le tome de la mano y la lleve a alguna tienda de ropa.

Estuvimos caminando por las calles, hasta dar con una tienda de ropa, Chrona dijo que no lo necesitaba pero seguí insistiendo. Creí que si iba a ver al tal "Shinigami-sama" debería ir más presentable y con una nueva apariencia. Hice que se probara mucha ropa, la mayoría ella la rechazo, porque decía que era o muy llamativa o muy provocadora. Hice que se pusiera un nuevo cambio de ropa, pero encima se puso un abrigo negro, para que "no llamara mucho la atención. Claro ahora estaba mostrando algo de sus piernas, tenia piernas largas, lo cual me pareció bueno.

Chrona se veía muy cambiada, pero se veía muy bien, pero aun tenía esa actitud tímida y solitaria. Después de comer algo, y de pasear y hablar, llegó el momento decisivo. Era hora de que Chrona volviera al Shibusen, pero en su camino a la Death Room, no debía hablar con nadie, menos con sus amigos. Nos aproximamos a la gran fortaleza, lentamente, Chrona se ponía mas nerviosa contad avanzábamos.

Hasta que llegamos a esas gradas que antecedían a la gran estructura. Note que Chrona comenzo a temblar asi que puse mi mano en el hombro para transmitirle mi confianza. Chrona sonrió, era la primera vez que le veía sonreír era una sonrisa débil; pero era sincera, no pude evitar sonreír también. Comenzamos a subir esas gradas hasta que por fin llegamos arriba.

Muchos se sorprendieron al ver a Chrona en el Shibusen, y también se preguntaban quien era yo. Nos dirigimos a la Death Room sin hacerles caso a los demás, hasta que los gemelos aparecieron. Pero había algo diferente en ellos, Erick parecía feliz y Rick estaba levemente sonrojado.

¿Y a ustedes que les paso?

Bueno muchas cosas...

Eh...bueno nosotras nos vamos. Los veré en casa.

Bien –los dos se fueron- Chrona...-dijo Erick volteando

¿Si?...

Buena suerte.

G...gracias –todo siguió normalmente, pero al llegar a la puerta. Nos encontramos con algunas personas, que parecían habernos esperado. Había una chica rubia ceniza, sus ojos eran jade y llevaba puesta una gabardina negra y una falda escocesa, y una botas, también había un chico de cabello blanco y ojos rojos, tarde segundos en darme cuenta de que se parecía demasiado a Wes. Después había otro chico de cabello celeste, peinado en puntas y ojos celestes. Por otra parte estaba una chica de cabello negro, largo y peinado en una colita, sus ojos eran color morado oscuro. Todos nos miraron sonriendo, Chrona se quedo mirándolos.

No te preocupes –dijo el chico de cabello blanco- sabemos que no puedes hablar con nadie. Solo estábamos aquí para darte ánimos y que sepas...

Que cuentas con nosotros para lo que sea –continuo la de cabello negro con una sonrisa.

¡Y recuerda puedes pedir la ayuda del Gran Ore-sama! –dijo el chico de cabello celeste, parecía alguien muy enérgico. La rubia se quedo callada y después le entrego una gran sonrisa. Al parecer a Chrona le dieron ganas de llorar, pero se contuvo y sonrió, entro a la Death Room, pero antes:

¡Chrona! –dije, ella volteo a verme- todo saldrá bien...ya lo veras –no tenia idea que algo iba a contradecir mis palabras más tarde. Chrona me miro y asintió. Entonces la puerta se cerró. Ya no había nada que yo pudiera hacer solo esperar, y tener fe.

Después estuvimos en el balcón, todo comenzaron a presentarse:

Yo soy Maka Albarn –me dijo al rubia.

Yo soy Soul Eater –me dijo el de cabello blanco.

Oh...crei que lo había encontrado –pensé.

Yo soy Tsubaki, mucho gusto –dijo la de cabello negro.

Y yo...-se subió en el borde del balcón- ¡Yo soy el gran Black Star que superara a los dioses! –dijo gritando a todo pulmón- ¿Qué tal te parece mi gran grandiosidad?

Eh...tienes estilo –dije sonriendo.

Asi que notaste mi gran grandiosidad.

Si... yo soy Alice Leiria

¿Leiria? –pregunto Maka.

¿Cómo Rick y Erick?

¡Ah! ¿Los conocen?

Si están en nuestra clase.

No tenia ni idea. Bueno nosotros somos hermanos...aunque no precisamente de sangre... –sentí acercarse algo a lo lejos. Mire hacia el desierto y vi en el cielo un punto que se acercaba a gran velocidad -¿Y eso?

No es posible...-dijo Maka algo sorprendida- sino me equivoco... esa es el alma de una bruja.

¿Una bruja?

Y viene con...otras tres almas extrañas... –sonó una alarma en toda la ciudad, y se oyo una voz algo graciosa en toda la ciudad:

Atención, a todos los estudiantes prepárense para una posible alerta de ataque!