Maldición: Kekkei Genkai
Prólogo
Sentí mi cuerpo temblar. De nuevo.
Era demasiado el dolor que sentía, a partir de un momento, sólo me enfoque en tratar de convertirlo en energía para seguir peleando. No me daría por vencida ahora que por fin estaba siendo reconocida por mi clan y la aldea misma.
Pero era muy difícil, cada vez que creía lograr darle a un punto de chakra al hombre peleando contra mí, él ni siquiera demostraba sentirlo.
Así de poderoso era.
Así era Itachi Uchiha.
Siempre fue un digno representante de lo que significa ser un shinobi, un verdadero ninja.
Un prodigio real.
Al menos eso pensaban todos los que conocían al chico, inclusive los que no tenían el honor pero habían escuchado hablar sobre él, igualmente lo creían. Sabían que era único.
Entre muchas generaciones, muchos clanes y genios de estos, él, indudablemente era el mejor de todos y cada uno de ellos, sin importar de dónde vinieran y lo que supieran hacer.
Eso pensaban, hasta antes de que llevara a cabo la masacre de su clan.
Después de eso era el más temido de todos.
Tan sólo pensar en que había sido el responsable de todo el asesinato de su propio clan, era algo escalofriante hasta para los de otras villas.
No solo mato a toda su familia, mato al posible clan más poderoso de todos en esta aldea.
Doloroso de tan siquiera pensarlo.
Los Uchihas fueron exterminados por su misma sangre. Por su misma mano.
Un día hablaban de él con orgullo, respeto y cariño, y al otro era todo un traidor, un sanguinario hombre sin corazón, un monstruo.
Susurraban su nombre con horror y ya no con admiración. Ya no era conocido por su fortaleza ni su grandeza, ahora era conocido por aquella obra tan cruel.
Nadie parecía notarlo. Nadie parecía conocerlo ni un poco.
Yo no simplemente lo admiré, tuve la dicha de poder platicar con él una vez, pero eso me basto para saber que el azabache jamás haría algo así por voluntad propia.
De las cosas que más orgullo le daban a Itachi, una de ellas era su familia, todos y cada uno de ellos.
Pese a las habladurías acerca de la alta arrogancia de los Uchiha, él sabía la verdad, él sabía que eso no era del todo cierto.
Confiaba en ellos y era mutuo ese sentimiento.
A pesar de ello nadie nunca se interrogó el porqué de sus acciones, nunca se preguntaron el motivo por el cual una persona tan amable y confiable como él, pudo hacer algo tan horrible como aquella masacre.
Nadie, excepto yo.
Escena retrospectiva.
El lago de Konoha reflejaba la luz de la luna de manera tenue, el chocar del agua con las rocas que rodeaban la orilla creaba una refrescante brisa. Agua y viento se unían para disipar un poco aquel inaguantable calor.
Me senté en la raíz de un árbol cercano y dirigí mi vista a la luna resplandeciente. Estiré mis piernas para poder descansar un poco mejor. Me quité la sudadera color crema que llevaba puesta, mis sandalias y pantalón ninja no eran tan frescos como hubiera querido, pero al menos sin la sudadera me sentía menos sofocada.
Eso sin mencionar el agotamiento físico y mental que tenía.
Tan sólo siendo una niña mis entrenamientos requerían de mayor esfuerzo que el de los demás niños.
Pero ese no era el verdadero motivo por el cual había venido aquí.
Mi clan era la razón. Me culpaban a mí por la muerte que planificó el consejo, me culpaban por la muerte de mi tío, Hizashi Hyuga.
Sólo tenía 3 años en ese entonces, y ya era una escoria para ellos.
Habían pasado ya 2 años desde aquel trágico hecho y no había podido hacerlos cambiar de parecer.
Lentamente cerré los ojos, con la imagen de la luna en mi cabeza, despejando todo pensamiento negativo de mi mente.
Suspiré tranquila, al menos por una noche no tendría que preocuparme por alguien o algo más.
O al menos eso creía.
Abrí mis ojos rápidamente al escuchar a alguien acercándose a mí.
Me levanté y me puse en guardia, aunque estaba temerosa por dentro.
Concentré mis sentidos al máximo.
—Puede bajar la guardia, no tengo intención de hacerle daño alguno, pequeña Hyuga.
Di un paso atrás pero sin bajar ni un poco mi defensa, aquella voz me era familiar, pero no podía confiar en alguien que ni siquiera se mostraba. Aún.
Un temblor invadió mi cuerpo.
En un abrir y cerrar de ojos un miembro ANBU apareció frente a mí envuelto en una nube de humo, llevaba una máscara de cuervo cubriéndole el rostro y su acostumbrada protección.
—No debe temer.
Quería preguntarle su nombre, pero sabía que no iba a tener una respuesta, era una de sus reglas.
—¿Qu-qué es lo que qui-quiere?
—Nada malo, se lo aseguro. Solamente creo que una niña como usted no debería estar sola en un lugar como este, y menos a estas horas de la noche, nunca sabes qué tipo de gente puede estar merodeando con malas intenciones.
—Y-yo...
—No sé cuál sea el motivo por el cual esté aquí, pero no creo que sea conveniente que se quede por más tiempo.
—¡No!
Él ladeo la cabeza.
—D-discul-pe p-pero no qu-quiero ir-me todavía.
—¿Por qué no? ¿Le pasa algo malo?
—No es nada...
—Yo tampoco confiaría fácilmente en alguien que apareció de repente. No se sienta obligada en decirme.
Una vez más, fallaba a mí clan confiando en un completo desconocido, pero era mi única oportunidad de desahogarme.
—Es mi clan, parece que nunca seré de su agrado, sin importar cuanto lo intente.
Esa fue la primera vez que hablé con alguien sin titubear, pero tristemente no fue la última.
—Nadie dijo que vivir sería sencillo. La vida de un shinobi siempre estará acompañada de mucho esfuerzo y sufrimiento, pero lo que hace a un verdadero ninja, o en este caso, una verdadera kunoichi, es la fortaleza para no darse por vencida, sin importar lo difícil que sea su camino, su futuro.
Con un rápido movimiento, aquel chico se encontraba detrás de mí, tocando ligeramente mi hombro derecho.
—Puedo deducir por tus ojos, que eres una Hyuga. Hiashi Hyuga es líder de ese clan y fue él quien tuvo niñas por herederas, sé que la mayor puede tener la edad de una persona cercana a mí, y la menor no debe pasar los 3 años. Así que, si no me equivoco, tú debes ser Hinata Hyuga, su hija mayor y heredera, y siendo así, permítame darle un consejo: cuando deje de esforzarse por ellos, cuando su verdadera motivación para luchar sea usted, su futuro y no su clan, ese será el momento en que se hará más fuerte. Únicamente haciéndolo de esa manera ya no suplicará por aprobación, la tendrá.
—Ta-tam-bién lucho p-para proteger a mi, mi hermana.
—Entonces luche por ella y por sigo misma, algo me dice que será fuerte cuando crezca.
Un viento fugaz pasó detrás de mí.
—Hasta luego.
Se había ido.
Más tarde, también se iría de la aldea.
Serían años después los que pasarían para que supiera la verdad, aquel incomparable chico, había sido Itachi, Itachi Uchiha.
Flashback.
Ahora tal vez jamás podré compartir el secreto con nadie más, ni siquiera con Neji, la única persona que tiene toda mi confianza.
En este preciso momento me encuentro frente a él, frente al Itachi que todos temen. Aquel que con el simple hecho de mover un dedo, puede transportarte a un universo lleno de dolor y sufrimiento que parecen eternos, cuando en realidad, podría haber pasado un segundo en la vida real. Fuera de aquella ilusión podría hasta matarte y no sabrías siquiera el momento en que lo hizo.
Estoy delante de él, comprobando su grado de poder.
Simple y sencillamente impresionante.
Sé que hacen falta 2 rápidos movimientos para que acabé conmigo, como lo hizo con el resto del escuadrón especial ANBU.
No soy la capitana, pero sí la última que queda por matar. Gracias a mi descendencia aún sigo viva.
Los duros entrenamientos y el dolor que todos los de mi clan me hicieron pasar, al fin me servían para algo bueno. Sobrevivir.
Lástima que no podré agradecerles por eso. No creo que pueda siquiera ponerme en pie.
Aunque eso no tenga importancia para ellos. El luto no les durará mucho, pondrán a mi hermana menor como la heredera y así se cerrará el ciclo de mi vida.
No habrá lágrimas ni desolación, eso no sería digno de un Hyuga.
Trató de levantarme pese a los golpes recibidos, no sabía que más pensar ni hacer, aunque algo estaba claro, si él quisiera matarme ya lo habría hecho.
—Ni siquiera lo intentes, no te queda mucho tiempo en este mundo.
Se acercó lentamente a mí, y pateó mi estómago con tal fuerza, que mi cuerpo se impactó contra un árbol, separándolo por la mitad.
—Lo malo de las kunoichis, es que aman demasiado su cabello como para entender, que si haces este tipo de misiones nunca debes tenerlo así, al fácil acceso del enemigo.
Rápidamente se posicionó a mi lado, tirando de mi cabello y levantándome algunos centímetros del suelo.
Concentré chakra en mi mano y traté de alejarlo de mí.
—Eso no funcionará y lo sabes.
Me levantó totalmente del suelo, y me arrojó varios metros.
Llegaba a mi límite, lo podía sentir.
Me arrodillé. Estaba a la mitad de una serie de sellos cuando volvió a golpearme, ahora en las costillas.
Escupí la sangre que empezaba a acumularse en mi boca.
—Ríndete, no tienes más alternativa. Date por vencida y tal vez no te mate tan dolorosamente.
Traté de mover mi brazo para sacar mi arma ANBU, pero no llegué muy lejos. Esta vez me golpeó en el rostro, haciéndolo girar.
—¿Por qué sigues intentándolo, no vez que sólo estas alargando lo inevitable?
Estaba levantando su mano para otro golpe cuando la vi, mi hermana hizo una leve aparición en mi mente y entonces me levanté, saltando a la rama de un árbol.
Él gruñó.
—¿Por qué sigues luchando? ¡Dímelo!
Me lanzó kunais envenenadas que logré esquivar, o al menos la mayoría de ellas.
Dos se encontraban en mi brazo derecho, impidiéndome hacer cualquier sello.
Suspiré.
—¡Dímelo ahora!
Lanzó una última kunai que me fue imposible desviar, dándome bajo el corazón.
—"La vida de un shinobi... siempre estará acompañada de mucho esfuerzo y sufrimiento... pero lo que hace a un verdadero ninja... o en mí caso... una verdadera kunoichi... es la fortaleza para no darse por vencida... sin importar lo difícil que sea su camino... su futuro".
Iba a matarme de un golpe cuando se detuvo.
—Tú, ¿Eres Hinata, Hinata Hyuga?
Le sonreí suavemente. Notando sólo en ese instante la sangre que escapaba a borbotones de mi boca.
—Hasta luego cuervo, o debería decir, Itachi Uchiha.
Fue entonces que me rendí.
Dejé que el dolor y el cansancio se apoderaran de mí.
Cerré mis ojos, tal vez por la que sería, la última vez.
Nota de autora:
¡Hola! Es un gusto estar con ustedes después de tanto tiempo, la verdad es que no había podido publicar la historia antes porque no me sentía ni en el momento ni en la situación para hacerlo pero parece que por fin siento que estoy haciendo lo que quiero hacer, o al menos una de tantas cosas que quiero realizar.
Esta idea surgió un día de repente en mi cabeza y nada la había sacado de ahí pero hoy fue el momento.
Tarde un día completo en hacerlo, corregirlo y hacer que me fascinara por completo, agradezco a mi hermana por su gran ayuda, sin ella no habría podido escribir esta historia, Gracias hermana, siempre te amaré.
Así que le dedico esto a ella y a todas las que me siguen por los fanfics que estoy escribiendo o escribí sobre el anime Naruto, esto va para ustedes. Han estado para mí y yo estaré para ustedes.
Iré editando mis fics pasados, actualizaré en los que estoy trabajando y también subiré nuevos, tanto de Naruto como de Harry Potter.
Sin más que decir me despido por ahora esperando que esta historia será de su agrado y que empiecen a amarla como yo lo hago.
Un abrazo y un besito en la frente, ¡Hasta pronto!
* Casi se me olvidaba esto.
Naruto, sus personajes y mundo le pertenecen a Kishimoto yo sólo los tomo prestados con el fin de entretener un rato.
Los recuerdos están escritos de esta forma sin mencionar que al inicio y así final tienen la palabra Flashback.
