Primer encuentro con las asesinas
La tensión podía sentirse en el bosque, donde tanto los lobos como la familia Cullen se había reunido alrededor de los restos de un pobre cazador. Su estómago estaba completamente abierto, exponiendo en circunstancias normales las vísceras; pero éstas eran las únicas partes que faltaban. El resto del cuerpo había sido respetado, la cosa que lo hizo ni siquiera se tomó la molestia de drenar la sangre, ésta de hecho se había coagulado alrededor del cuerpo y mostraba una horrible imagen.
Jacob, en su forma humana, tuvo que apartar la vista.
—Demonios, he cazado como lobo antes pero esto es demasiado asqueroso.
—Esto no puede seguir así — murmuró Jasper. — ¡Es el décimo esta semana! ¡Y apenas si es martes!
—Es una forma muy extraña de devorar a la víctima — dijo Carlisle inclinado sobre el cadáver. — Pero claramente esto fue trabajo de una criatura sobrenatural, en circunstancias normales hubieran devorado algo más, pero eso me lleva a preguntarme; ¿por qué sólo las entrañas? ¿Cuál es la naturaleza de esta criatura?
—Lo que sea que hizo esto, se ve que es por lo menos tan resistente como nosotros — dijo Edward tomando un pequeño objeto del suelo, una bala aplastada por completo. — Este hombre quiso defenderse, pero no pudo. No hay nada en la bala más que los rastros de pólvora; luego no hay sangre ni nada.
—Patrullaremos más profundamente en el bosque — aseguró Sam. — No sé quién haya hecho esto pero no lo dejaremos salirse con la suya. Se metieron en el territorio equivocado.
—Nosotros ayudaremos — dijo Bella. — No quiero podemos permitir que las personas se expongan a una criatura así.
—Mamá ya me dijo que Charlie ya ha mandado a la policía a poner barreras en el bosque — informó Seth. — Nadie entra…
—Más me preocupa qué puede salir — dijo Jacob oliendo el horizonte, pero más allá de la peste de vampiro no había otro olor fuera de lugar en la escena. — No siento nada sospechoso en el aire, es como si lo que hizo esto se hubiera esfumado sin dejar rastro.
—Sabemos que eso es imposible — siseó Rosalie.
—No lo sé — dijo Alice. — Tampoco puedo ver qué sucede, mis premoniciones sólo se aplican a humanos y vampiros; una clara señal que lo que sea que hizo esto no es algo que hayamos visto antes.
A nadie le gustó lo que ella dijo, pero no dijeron nada. Al final decidieron retirarse, no es que pudieran hacer mucho más ahí en el bosque; pero sí prometieron estar alertas e informarse unos a otros si hallaban algo más. De lo único que podían estar seguros es que no podían dejar que la criatura siguiera suelta mucho tiempo más.
…
En un hotel de tantos en la localidad, en la suite más espaciosa y lujosa, un grupo de bellas mujeres de esculturales cuerpos, cabellos rubio-platinados y unos extraños y fríos ojos plateados se mantenían calladas viendo a una de ellas discutir alocadamente por teléfono. Por su tono cualquiera podía decir que andaba muy molesta, pero en realidad por su rostro se veía que se la estaba pasando de lo más bien. Claro que era la única, la situación no estaba para tomarse las cosas a la ligera.
—¡Pero tiene que ser razonable señor jefe de la policía! ¡Nuestro grupo no viene a cazar sólo una vez al año! ¡No puede matarnos la gana de ir a caza clausurando el bosque y todas las actividades, sea razonable!
En la otra línea se distinguía la voz de un hombre hastiado pero armándose de paciencia para tratar con esa turista problemática, mientras que Helen, que así se llamaba la rubia, se aguantaba la risa ante la mirada desaprobatoria de sus compañeras; pero bueno, no le podían decir mucho porque esa llamada no era más que una estrategia para disimular sus verdaderas intenciones y un grupo de turistas enojadas era una coartada demasiado perfecta como para desperdiciarla.
—Bien, olvídelo. ¡Adiós!
Colgó al tiempo que soltaba una alegre risotada.
—¡Qué lindos! Clausuran el bosque, como si eso pudiera salvarlos! — Aplaudió alegremente Helen cuando se guardó el teléfono por fin. — Pobrecillos, están perdidos bien perdidos. Apuesto que el jefe de policía tiene muchos agentes patrullando su bosque en busca del "lunático suelto". ¡Ja! ¡Los próximos en ser devorados serán los uniformados!
—Pues a mí no me hace ni pizca de gracia Helen — su líder que tenía el cabello largo como espinado y era conocida como Fantasmagórica Miria — ¿Te das cuenta que este maldito asunto está llamando demasiado la atención de los vampiros de este territorio? Quiero evitar a toda costa un enfrentamiento pero parece que ya no hay más remedio, va a ser tarde o temprano.
—Más vale que sea temprano — murmuró otra de ellas, que estaba viendo hacia la ventana sin emoción aparente. Su cabello rubio-platinado se extendía hasta las caderas mostrándose suave y sedoso; pero lo que más la distinguía de sus compañeras eran sus ojos, que no tenía y en su lugar mostraba una gran cicatriz como de una cortada. — Siento una actividad muy fuerte en el bosque, esos vampiros están alterados, demasiado.
Otra de ellas, con su cabello atado en una pequeña trenza que se asomaba tímidamente sobre su hombro asintió.
—Galatea tiene razón, se están poniendo en movimiento.
El grupo entero asintió en silencio, esas dos chicas: Tabitah y "Ojos de Dios" Galatea eran expertas en detectar enemigos y saber exactamente qué estaban haciendo exactamente cómo y cuando; la distancia podía ser de kilómetros pero a ellas jamás se les escapaba nada pues eran maestras en leer las auras de sus oponentes, un arma muy letal si se sabía cómo utilizarse. Desgraciadamente no podían detectar lo que realmente estaban buscando; en fin.
Al final todas se dispersaron a sus habitaciones, casi siempre en grupos de dos, pues luego de siglos y siglos sin más compañía que ellas mismas, las asesinas de los ojos plateados tenían relaciones muy especiales las unas con las otras. Helen, la que estaba discutiendo con el jefe Swan y Deneve; que tenía el cabello corto como el de un chico pero era extrañamente femenina. Yuma, hermosa con su largo cabello suelto y su Cynthia, quien tenía el cabello atado en dos hermosas trenzas, ellas eran las "sanadoras" del grupo ya que tenían la habilidad de incrementar la capacidad de regeneración de cualquiera; Miata, una muchacha autista que había adoptado como madre a Clarice, la única de ellas que no era rubia pero igualmente tenía esos perturbadores ojos plateados. Tabitha y Miria, quienes estaban juntas desde hacía mucho tiempo. El resto de ellas, Dietrich, Galatea, Clare y Anastasia tal vez no tenían una relación especial con ninguna pero como siempre contaban con la compañía de sus amigas y juntas eran un equipo demasiado poderoso.
Al día siguiente se dividieron rápidamente en busca de una información útil: con Clare yendo al supermercado; Miria, Tabitha, Miata, Clarice, Cynthia y Yuma a Port Angels para diferentes centros comerciales; Helen y Deneve a la playa de La Push. Galatea prefirió quedarse en el hotel, muy cercano al bosque, junto con Dietrich y Anastasia esperando sentir algo y reaccionar a tiempo.
Clare se encogió de hombros ante el trabajo que le habían asignado, prácticamente hacer las compras de todo el equipo; que en su mayoría eran productos de limpieza varios pero nada más. También podría comprar un periódico aunque dudaba que le diera mucha más información de la que ya tenían, era en general una tarea bastante aburrida.
Pero entonces andando con su carreta perdida en sus pensamientos, se topó con alguien que andaba igual o más distraída que ella.
…
Alice estaba haciendo la compra, prácticamente la comida que compraban los Cullen para disimular pero también para los lobos que ahora se mantenían mucho tiempo en la casa gracias a Renesmee, pero también estaba viendo, o intentando ver, el futuro para tener una pista sobre lo que se estaban enfrentando; pero nada. Sólo veía negro.
Y fue en sus frustradas visiones distraídas cuando se topó contra una joven que andaba de compras. Era muy bonita, de hermosa piel blanca y aterciopelada, sedosos cabellos rubios cortados a la altura de la barbilla y llevaba gafas de sol; teniendo en cuenta que era verano nada del otro mundo aunque algo ridículo. ¿A nadie más le parece innecesario usar lentes de sol en espacios cerrados por cierto?
—¡Perdón, ususalmente no me pasa esto! — Se disculpó Alice levantándose rápidamente y ayudando a la joven, que sonrió amablemente.
—No hay problema, no hay problema, yo iba distraída también.
Alice sonrió lo mejor que pudo, por lo menos era simpática. Entonces la chica se despidió rápidamente… cuando sus gafas se deslizaron de su nariz el tiempo suficiente para que Alice notara el antinatural brillo plateado en sus ojos.
…
Clare sintió el cambio en el aura de la vampira y de inmediato supo que sospechaban de ella, pero no dijo nada; sólo se arregló las gafas como si nada y tras una leve inclinación de cabeza, se despidió y terminó de hacer sus compras. Con un poco de suerte podría irse e informar la situación sin crear un escándalo. Desgraciadamente Alice intentó ver el futuro que la envolvía, y al no notar nada; sacó su celular.
—¿Edward? Puede que tenga una pista de lo que ocurre, pero no puedo hacerlo sola, algo en ella me da escalofríos.
De vuelta con clare Clare, luego de poner sus compras en el maletero, la joven rubia comenzó a conducir de regreso a su hotel, cuando sintió algo extraño. Miró por el retrovisor y aunque sus ojos no le decían nada, su habilidad para leer el aura de sus oponentes los delató; corrían tras ella. Clare no era buena para detectar auras a largas distancias como Galatea y Tabitha; pero en corto alcance era la más perspicaz de sus compañeras.
En un punto sin testigos, Clare paró a un lado de la carretera y se bajó de su auto como si nada, los Cullen aminoraron la velocidad de su carrera sin entender qué estaba haciendo, entonces la rubia de los ojos plateados abrió el maletero y sacó de ahí una enorme espada tipo claymore escocesa la cual se miraba enormemente pesada, demasiado para un pobre humano; pero ella la blandió como si nada en un solo brazo y apuntó hacia los árboles.
—Bueno basta, me han estado fastidiando desde que salí de mis compras y odio que me sigan. ¿Les importaría mostrarse chupasangres?
Edward, Alice y Emmet salieron de entre los árboles.
—Bien, no sé cómo nos sentiste — dijo Edward, — pero está claro que eres más que humana; tus ojos son suficiente prueba de ello, además que no puedo leer tu mente.
Clare levantó una ceja, ¿leer la mente? Vaya, otro de los vampiros psíquicos; ya qué no es nada de lo que no me preocupe.
—Tú no eres bienvenida en este territorio y punto — dijo Emmet flexionando los músculos. — Vete ahora que puedes hacerlo.
—No pienso irme, no sin antes cumplir mi misión — dijo Clare sin bajar su espada. — Y no pueden detenerme, mejor manténganse al margen y miren a otro lado. Es su única oportunidad.
Los vampiros sisearon ante la amenaza de la chica, pero al final se lanzaron contra ella. Emmet que era el más grande pensaba en inmovilizarla y lograr así sacarle unas respuestas; así pues se deslizó hábilmente tras ella, pero Clare reaccionó más rápido dando una hábil patada giratoria hacia atrás, lo cual hizo caer a Emmet; seguidamente ella rápidamente le dio un rápido puntapié en la espalda que lo estampó contra el pavimento y finalmente lo levantó y lo arrojó contra los otros dos atacantes; que saltaron evadiendo el cuerpazo que se les venía encima. Y todo esto la tipa lo logró con una mano, en la otra blandía su amenazante espada.
Edward rugió y se posicionó tras ella y Alice de frente; ambos estaban frustrados, sus habilidades no les permitían saber qué haría ella. Tenían que improvisar, así pues Alice saltó hacia el frente; cuando Clare comenzó a mover su espada a gran velocidad, tanto que no parecía que estuviera atacando el aire pero Alice sintió cómo su cuerpo comenzó a llenarse de peqeuñas cortadas que eran cada vez más profundas y poderosas; todo en milésimas de segundo. Edward trató de flanquearla por la derecha y Clare levantó su espada.
Al parar de mover su espada para concentrarse en Alice; la vampira gritó de dolor al caer hacia atrás, dándose cuenta que el estado en el que se encontraba su cuerpo era muchísimo peor del que pensaba: cubierto de innumerables cortadas bastante profundas por las cuales goteaba ponzoña cual sangre. De vuelta con Edward, él cayó limpiamente al suelo cuando Clare blandió su espada eludiéndolo, pero apenas él se posicionó para atacar de nuevo, su parte superior cayó hacia delante separándose por completo de sus piernas. Edward desde el suelo soltó un horrorizado gemido al ver sus propias piernas ahí, pero entonces la rubia de los ojos plateados guardó su espada de regreso al auto.
—Y esa fue una advertencia amistosa. En serio, son vampiros; se van a recuperar de esa, pero por favor manténganse alejados del bosque. Si yo no tuve que esforzarme siquiera para quitármelos de encima, no le durarán ni dos segundos a esa cosa que ronda los bosques. Si se creen que ustedes son monstruos y que están en el tope de la cadena alimenticia, es porque no conocen a esas bestias y lo terribles que pueden ser. Salven su vida y manténganse al margen, para eso estamos las profesionales.
Dicho esto subió a su auto y se encaminó hacia el hotel. Sacó su celular.
—Miria, soy Clare. Tuve una situación…
—Ahórratelo — replicó la capitana. — Galatea ya me dio los detalles. Ahora, recibí un reporte de Deneve y Helen; tienen problemas con una criatura local y tú eres la que está más cerca de La Push. Ve inmediatamente y por favor que esto no termine en tragedia, quería que pasáramos desapercibidas pero esto ya no puede contenerse. Ni modo…
Y una remasterización de los primeros crossovers que he hecho en mi larga carrera de fanfictioner; Claymore de Yagi-Sensei y Twilight de la señorita Meyer. Espero que les guste a los que me leen por primera vez en este género y eso, pronto daré más detalles de las guerreras todopoderosas del sensei y las horribles criaturas que combaten.
Chao; nos leemos!
