Ni MSLN ni sus personajes me pertenecen u.u

e.e ya habrá unos que sí e.e

Amar a alguien más

Capítulo 00: Lo que fue

Era un día de verano, lo recordaba bien, un triste día de verano. Él ya lo presentía, en realidad ya lo sabía y decidió ocultarlo, ella nunca podría saberlo, ¿cómo lo iba a saber? si él en ningún momento mostró expresiones de dolor o algo. Era un día, una tarde y una noche, para ella todo fue tan rápido, solo hubo tiempo de la despedida, si despedida podía ser eso de alcanzar a tocar su mano y verlo cerrar los ojos con una sonrisa como diciendo "disculpa" o "perdona".

Tal vez sería la primer experiencia para ella eso de sentir que el corazón "se rompía en mil pedazos" y vaya que se rompía fácil, así ella se descubrió como una persona frágil, quién lo iba a imaginar, ella mostraba por primera vez su fragilidad.

¿Dónde desaparecía "eso" que él se llevaba para siempre? ¿A dónde se iba sin ella? ¿Dónde quedarían las promesas y los planes a futuro? Todo se iba con él, y como dejando el recuerdo de su existencia para ella, se quedaban ellas.

Era una tarde de verano que las niñas, no sabiendo por qué, se dirigieron al hospital. Era esa noche de verano que, en medio del llanto se esforzaban por no llorar, porque por primera vez su madre estaba llorando. Era una noche de verano, calurosa y fría, la única noche que Precia Testarossa lloró frente a sus hijas.

Era en la mañana calurosa, un hombre de cabellera rubia y ojos color carmín terminaba de preparar los alimentos favoritos de su esposa y sus niñas, en esa misma mañana desayunaron juntos, se abrazaron y sonrieron como en un día cualquiera, poco antes del mediodía las niñas salieron a jugar; poco después de que se fueran a jugar, la mujer escuchó un fuerte ruido provenir de la cocina y se apresuró a ver qué había ocurrido. Solo habían pasado unos minutos, el hombre de cabellera rubia estaba en una camilla de hospital, conectado a unos tubos. Era en la tarde calurosa, la mujer caminaba en los pasillos, entraba y salía de áreas de análisis, revisaba en otro cuarto unos encefalogramas, y mientras más revisaba sus ojos parecían desconcertarse más. ¿Cómo no se había dado cuenta? ¿Cómo era posible que siendo ambos médicos eso pudiera ocurrirles? La culpa le invadió.

Ya estaba anocheciendo, ya se acercaba lo peor, lo sabía y seguía siendo tan difícil.

-Si lo hubiéramos sabio antes…-

Pero ¿cuánto tiempo significaba ese "antes"? ¿Un año, dos años, tres, cuatro?

-Precia, cuando lo descubrimos ya era irremediable-

En sus pensamientos estaban esas palabras de maldición y de reproche, expresadas como lágrimas repentinas.

-¿Lo sabían, él lo sabía?-

Sus colegas inclinaron la cabeza.

-Era algo irremediable, él dijo que prefería no decírtelo… así podrían pasar muchos momentos feli… - por un momento el hombre sintió su cuerpo ser acribillado con aquella mirada- después podrías reprocharle todo lo que quisieras, nos hizo prometerlo-

Ni siquiera ellos tuvieron tiempo de hacer algo, solo aceptar lo inevitable.

Era una noche calurosa y fría, esa habitación era fría como si intencionalmente quisiera decirle que la muerte ya tocaba la puerta…

Un día caluroso de verano aquel hombre fue sepultado.

El cantar de las cigarras parecía insoportable, como el calor quemante y el dolor en su corazón. Ya todos se habían marchado excepto ella y sus pequeñas hijas.

Ya se asomaban las estrellas en el cielo cuando por fin decidió que era hora de marcharse.

-Alicia, Fate, es hora de ir a casa- la mujer miró por última vez el lugar donde ahora descansaba su difunto esposo, inhaló profundo y por fin dio la vuelta para irse de ese lugar, abrió sus manos y al instante una pequeñas manos tomaron las suyas. A su derecha estaba la mayor de sus hijas, Alicia; a su izquierda, tomándola con más fuerza y con sus dos manitas, estaba Fate. Ambas niñas eran como un reflejo de su padre, rubias y con esos ojos de color peculiar. Sus simples existencias serían lo único que importaría de ahora en adelante.

Seis años después:

-Mamá ya nos vamos- Un par de chicas bajaba a prisa por los escalones.

-Les he dicho que no bajen corriendo- una mujer de cabellera púrpura salía de la cocina y se dirigía al pasillo principal – y no olviden sus almuerzos, no quiero que estén comiendo basura- miraba a sus pequeñas de manera inquisitiva, no era secreto que sus niñas gustaban de comida chatarra pero sabía que aún con sus almuerzos ellas comían igual cosas "no sanas".

-Mamá los almuerzos de las expendedoras no están tan mal- la hija mayor, de diecisiete años, agarró su lonchera de la mano de su madre, quien estaba en el pasillo a la salida de la casa, después de agarrar el almuerzo besó su mejilla – y no puedo creer que sigas aquí un jueves, creo que me tardaré un poco en acostumbrarme a verte en casa tan temprano- dijo divertida.

La hija menor también agarró su caja de almuerzo – Pero es agradable, me alegra que te hayan cambiado los turnos en el hospital, ahora podremos verte todas las mañanas y los fines de semana – por inercia la mujer se inclinó un poco y la menor también besó su mejilla.

-Jeje es divertido llevar almuerzos, ¡así podemos comer el doble! – dijo con emoción la mayor.

-¡Sí!- su hermana le siguió.

-Vayan con cuidado- la mujer se despedía ya en la entrada de la casa, las chicas estaban ya caminando hacia la calle.

-Tú también mamá, cuídate- la menor se despidió moviendo la mano.

-Nosotras nos encargaremos de la cena- dijo la hermana mayor.

Después de ver a sus hijas partir, Precia entró a la casa y miró la fotografía que estaba en el buró del pasillo - nuestras pequeñas se parecen tanto a ti- después de mirar esa fotografía un rato más, arregló unas cosas y salió de la casa, subió a su auto y empezó a conducir hacia su trabajo.

-x-x-x-

Era una noche de invierno, había una amenaza de bomba en el edificio, había rehenes y los policías hacían lo que podían. La oficina de investigación criminal envió personal de la quinta división y la sexta división, entre el personal participante de este caso estaban ellos, los esposos Harlaown. Eran bien conocidos en sus propios equipos y pos sus superiores. Él, con un futuro prometedor con su conocimiento de bombas y explosivos; ella, una persona capaz de tomar las decisiones correctas en todo momento, siempre con la mayor cautela.

Se diría que todo iba bien, si tan solo las personas con las que trataban tuvieran un poco de cordura. Entre risas que rápido pasaron a ser carcajadas uno de los sujetos armados se acercó a un grupo de rehenes y los apartó de los demás. La construcción donde sucedían los hechos estaba formada por dos edificios, uno ligeramente más alto y estrecho que el otro, el sujeto los llevó al edificio menor y entre carcajadas y vitoreos y el llanto de los rehenes, el edificio menor hizo explosión enterrando en el derrumbe a los rehenes y el sujeto demente.

Si la mujer se preguntaba ¿dónde fue todo mal? La respuesta nunca dejaría de ser "en ese momento". Sus ojos miraron con terror, la explosión, el derrumbe… las llamas consumiendo partes de aquella construcción.

Durante todo ese rato la quinta división se encargaba de los explosivos pero no hubo tiempo suficiente. Después ocurriría que la mujer perdería la cabeza, dispararía a uno de los sujetos armados y en ese instante un enfrentamiento armado se inició, algunos rehenes fueron alcanzados por las balas, mientras ocurría eso la mujer se apartó y buscó a su fuente de preocupación.

Escuchó unas voces, quejidos y palabras de aliento, una de esas voces la reconoció, corrió al lugar del que venían las voces y solo llegar llamó su nombre. El hombre sorprendido la miró "¡¿Qué haces aquí?! ¡Esto va a colapsar!", para cuando dijo eso ella ya le ayudaba a sacar a su compañero de entre los escombros, al parecer unos fierros incrustados en sus extremidades… "!Lindy, todavía quedan explosivos en el segundo edificio, tienes que avisar que evacúen rápido, esas bombas estallarán en cualquier momento, mira!" le indicó con la mirada hacia un pilar del edificio, había otra bomba. Un breve silencio se hizo entre los presentes al escuchar algo crujir, en seguida… una nube de polvo lo cubrió todo, las parques que quedaban de aquel piso cedieron y con estas ellos.

Era una noche de invierno cuando una segunda y más potente explosión despertó a la ciudad entera y en medio del caos de las calles cercanas y las sirenas de las ambulancias y la policía y la muchedumbre aún en histeria, la mujer se desplomaba en una camilla.

Todo parecía irreal, era como si todo lo que había planeado hubiera estado mal, tal vez si hubiera sido más rápida, más temeraria, menos ingenua… pero estaba ocurriendo, uno de los peores escenarios estaba ocurriendo y ella debía sobrevivir. Con las fuerzas que tal vez obtuvo por la adrenalina logró hacerse camino entre los escombros del edificio causados por la primer explosión, su mano derecha empuñando una promesa, su cuerpo claramente golpeado y adolorido, la sangre en su cabeza, las heridas expuestas, un brazo colgando y unas lágrimas que desaparecieron para cuando ella por fin salió del laberinto de escombros. Afuera sus colegas ya estaban sacando a los rehenes que quedaban, algunos cargando, otros en camillas. Un escenario que jamás había vivido, "cuando lo planeado no se logra realizar", miraba alrededor suyo como si estuviera furiosa, y sus colegas, entre apoyo para sacar a las personas y sometiendo a los que quedaban del grupo homicida, la miraban todos con sorpresa, alivio y confusión. Así como iba, se dirigió a una ambulancia, no escuchó a las personas que la llamaban, tampoco miró a nadie, solo siguió caminando, ya todo estaba perdido, ya todo se había acabado, "da igual" ya no había peligro.

No identificaba si estaba fatigada o era lo que acababa de ocurrir, porque eso era real, tan real como las personas que la atendían, tan real como las caras de preocupación de esos paramédicos y sus compañeros, tan real como el hombro izquierdo dislocado y el tejido expuesto de su antebrazo y la mano derecha que empuñaba algo.

En un edificio lejano a lo acontecido un pequeño niño dormía tranquilamente, tan tranquilamente que no se percató de que alguien había abierto la puerta del cuarto.

Un adulto caminó hasta la cama del niño, las luces seguían apagadas – Chrono, despierta – el adulto se sentó a orilla de la cama y posó su mano en la cabeza del menor – Chrono… debemos salir-

Tres años después:

-Mamá, ya hice la comida- el niño entró al estudio donde su madre leía unos informes en la computadora.

-Vaya, qué autosuficiente es mi muchacho- la mujer dejó lo que hacía y con una alegre sonrisa tomó la charola con sándwiches que llevaba su hijo – se ven deliciosos, gracias – besó la frente del niño que al instante sonrió y se sintió satisfecho.

-Ah, espera, también te preparé el té que te gusta – salió corriendo del cuarto.

La mujer liberó una mesa de centro que estaba en ese lugar, acomodó dos cojines frente a frente de la mesa y colocó la charola en el centro de la misma.

-Le he dicho que no haga eso… - se dijo pensativa – está bien, está bien, debe ser autosuficiente- su manos estaban hechas puños, en realidad que su hijo fuera a la cocina solía preocuparle pero ya le había enseñado todo lo que podía y él mismo se esforzaba por aprender, tampoco podía decirle que no así que solo le quedaba esperar que su pequeño aprendiera bien y no ocurriera algún accidente.

-¡Ah!- se escuchó un quejido de la cocina, a toda velocidad Lindy bajó a ver lo que ocurría.

-¡¿Qué pasó?! ¿te quemaste?- se acercó de inmediato al niño.

-Estoy bien mamá, no te preocupes tanto, solo se me cayó un poco del té, ¿ves?- señaló el contenedor de las hojas de té- ahora, porque ya bajaste ayúdame con estos – le acercó las tazas de té en la mesa – yo me llevaré esto otro, anda ya vámonos-

Al mirarlo no podía evitar recordar a su esposo, era la viva imagen de él, lo que le daba el valor para creer que todo iba a estar bien –está bien, está bien. Que hijo tan meticuloso tengo, veo que limpiaste y acomodaste lo que usaste-

- ¡Ja! Eso fue fácil- llegaron al estudio y ambos se sentaron en los cojines.

-Hora de comer- dijeron ambos.

-Oye Chrono -

-¿Hm?-

-¿Recuerdas que te conté que posiblemente podrían cambiar mi horario de trabajo?-

-Sí, pero eso significaba que ibas a pedir que te asignaran a un puesto inferior-

-Bueno pues parece ser que sí me lo darán-

-¡¿Qué?! ¡¿Entonces solo trabajarás seis horas?!- el niño se emocionó tanto que se incorporó en sus rodillas, sus ojos brillaban de emoción, al instante intentó recuperar la compostura- ¡ehm!, perdón, es decir, eso me alegra mucho mamá, felicidades- volvió a tomar asiento y le sonrió ya con más calma.

-Sí, por fin podré pasar más tiempo contigo- la mujer bebió un poco de su té – ahora iré a tus reuniones escolares, y podremos ir a comprar la despensa juntos, también podremos remodelar la casa, heh será divertido- la mujer dio una mordida al sandwich- ¡mm! Está delicioso-

-Claro que lo está, le puse las cosas que te gustan-

Continuaron platicando mientras hacían planes.

-x-x-x-

-Precia, si un día yo ya no estuviera contigo, por favor no me hagas tu único amor, me gustaría que pudieras volver a enamorarte- el hombre arreglaba su corbata frente al espejo.

-¿Hm? ¿De qué estás hablando? Date prisa, las niñas ya nos están esperando y te recuerdo que estamos casados hasta que la muerte nos separe, no me enamoraré de alguien más – la mujer le sonrió amorosamente y después salió de la habitación. Ese día festejarían un aniversario más.

-Ah, Doctora Testarossa, ya la esperan en la sala de operaciones, el paciente acaba de llegar – una enfermera le avisaba en el pasillo.

-Bien, en unos minutos estaré ahí- la mujer se quitó el añillo de matrimonio y lo guardó en un estuche dentro de su bata.

"Te extraño."

-x-x-x-

-Lindy, por favor tienes que ser fuerte… ¡agh! Ahora vete de aquí-

-¡Pero…!-

-¡Por favor ya vete!- el hombre estaba atrapado entre los escombros y la bomba estaba a punto de explotar.

-¡No! ¡No te dejaré aquí!- la mujer empezó a remover los escombros pero había un enorme bloque de concreto que obstruía casi toda la parte baja el cuerpo de su esposo - ¡Somos una familia, no pienso dejarte…!- no podía seguir hablando, el llanto y todo su esfuerzo no servían – Por favor… no me pidas que te deje aquí – dijo apenas audiblemente.

-Gh… Por favor, piensa en Chrono, no podemos dejarlo sin ambos, apenas tiene cinco años, él todavía te necesita-

-No quiero… - Lindy seguía llorando pero ya no forcejeaba con el bloque de concreto – no quiero…-

-Escucha, eres una mujer excepcional, estarán bien-

-¿y qué hay de ti?- se inclinó y agarró la mano de su esposo, este le correspondió.

-Ya me las arreglaré, ahora vete- diciendo esto deslizó un objeto en la mano de la mujer, cuando ella lo miró sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas y una expresión de angustia y desesperación.

-… Te amo- dijo inclinándose dando un último beso a ese hombre, él correspondió y le sonrió. Ella se puso de pie y apenas sintiendo el dolor avanzó rápido buscando la salida.

Si él pudiera decirle esas cosas… pero siempre había sido así, por lo tanto ella lo sabía -Si es posible, espero que haya alguien que te pueda amar tanto como yo ¡gh!- se quejó del dolor otra vez mientras veía a su esposa alejarse del lugar en llamas - o un poco más… - su visión se empezaba a hacer borrosa rápidamente, apenas distinguía la lejana silueta de aquella mujer de cabellera aguamarina -sí… -ya no veía ni escuchaba nada, solo sus pensamientos-que… te ame… mucho… m…-

Se hizo la explosión.

-Con esto he terminado los formatos- Lindy daba una última revisión a unos archivos finales para el proceso final del trámite de su cambio, por un momento miró sus manos y puso especial atención a su mano izquierda, había dos anillos en el dedo anular.

"Te extraño."

-x-x-x-x-x-x-x-

N/A:

El preludio a una historia cómica.

¿Dónde?

No, es en serio, será medio cómica o.o no tanto porque no sé hacer comedia o.o e.e pero lo intentaré.

Años, siglos, milenios sin leernos. Bueno, yo si leo pero no había escrito en ¿un par de años? o.o

En fin, nótese el descaro del autor.

Y como ya casi tengo el capítulo final de K-ON! ¬.¬ ya era hora…

Decidí subir esto que es la apertura, la intro, el catalizador, el… el…! No sé, creo que son tiernas XD y maduras XDDDD

mmm! Maduras…

Ok no D:

Con esto inauguramos la nueva sesión de escritos que deben tener conclusión.

(Ya borraré mi promesa del profile DX)

Próximo capítulo:

-¡Oye tú, ayúdame a bajar!-

o.o/ Saludos!

Autor del mal.

TwT ah, nuevas cosechas, nuevos platillos TwT y quiero ver la peli reflection TwT y nuevas chicas mágicas T-T y…