Aun no lo podía creer, ni en sus más alocados sueños lo hubiera imaginado, ¿Qué fue lo que paso? ¿Cómo fue que cayó tan bajo? Definitivamente era algo sorprendente.
Ahí estaba en una habitación en la que estuvo varias veces en el pasado pero nunca de tal manera… quizás era un sueño… no, eso no podía ser.
Estando ahí recostada tomo una sabana verde esmeralda de seda… era del mismo tono que sus ojos, con sumo cuidado se levanto, para buscar su ropa y ponérsela, al finalizar se dispuso a salir de la amplia habitación claro no sin antes echar un vistazo al joven con él que hasta hace no más de dos minutos, compartía la cama. Un joven del cual se podía apreciar un rostro armonioso, se veía apuesto, sus cabellos castaños oscuros mas alborotado que de costumbre, los ojos tenían unas pestañas algo rizadas y unas cejas pobladas, además de una boca con esos labios tan jugosos… y su abdomen se notaba que hacia ejercicio claro sin exagerar al grado de verse desagradable.
