Odio.
Los personajes y lugares mencionados a continuación son propiedad de J.K. Rowling.
Este fic participa en el reto temático de julio "Familia Riddle" del foro "La Noble y Ancestral Casa de los Black".
Tom Riddle miró hacia la ventana. La lluvia calmaba sus pensamientos y aquella noche de 1943 llovía mucho. La mansión de Gran Hangleton dejaba entrever la sofisticación con la que se manejaban, los buenos modos. Se llevó las manos al rostro, cubriéndoselo, al recordar el rostro duro de su padre mientras le decía cuán estúpido había sido (y era).
Por supuesto que no había podido decirles sobre el niño. O niña, no sabía en realidad. No le importaba. ¿Cómo ver a su madre a los ojos y decirle que había abandonado a la loca Merope Gaunt mientras que ésta estaba embarazada? No se lo perdonaría jamás. O aún peor, lo haría volver con esa arpía.
Aun así se auto convenció de que su razón era completamente válida. Sin embargo, nadie le creía del todo. Y pensar que cuando se enteró de que Merope lo había embrujado estaba seguro de volver y buscar a Cecilia.
Qué imbécil.
Era obvio que una mujer hermosa e inteligente como Cecilia ya estaría casada. Incluso embarazada. Y la belleza con la que lucía aquel embarazo. Quiso morir cuando al ir a verla, notó el brazo que rodeaba su cintura. La devoción en los ojos del hombre al mirarla. Claro. ¿Quién no adoraba a su Cecilia?
Su alta, fina, dulce Cecilia. Pensó en sus ojos verdes y su cabello rubio. Evocó los labios llenos, que resultaban seductores sin esfuerzo. Una vez más maldijo a Merope. A ella y a su locura, a su obsesión. A su hijo también.
Apretó los puños, que se aflojaron repentinamente al escuchar el golpe en la ventana.
Un rostro idéntico al suyo fue lo último que vio, además del chorro de luz verde.
