Disclaimer: Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer, yo solo juego con ellos.
Por petición de todas, decidi hacer la continuación a "Ella y Bartender" en forma de fic.
Para las que leyeron los one-Shot: NO es necesario que se lean el prologo, ya que solo copie las partes mas importantes de Ella y Bartender., literalmente, sin ningun cambio.
A las entran por primera vez: este es resumen de dos one-shot que hice, les recomiendo que se pasen primero por ellos. De todas formas creo que se entiende bien si no quieren pasarse por los otros.
No todas son malas.
Prólogo.
Jasper Hale con tan solo veintisiete años, es uno de los mejores abogados de Chicago, trabajando horas extras todos los días, ganando casos imposibles, sacando a inocentes de la cárcel y encerrando a los verdaderos culpables, está punto de convertirse en socio de la firma en la que trabaja, haciendo que pase poco tiempo en casa; su esposa, que vive tan ocupada como él, lo comprende, después de todo ella regresa solo una hora antes que él todas las noches.
Su esposa siempre lo comprendía, nunca se molestaba porque llegaba tarde, él siempre escuchaba a sus compañeros quejándose de sus esposas que no los comprendían y que se molestaban con ellos por trabajar demás, por eso es que él la adoraba.
Ella su hermosa y comprensiva esposa.
Edward Cullen un talentoso músico de veintisiete años, todo un prodigio con el piano y con una voz digna de un ángel, después de una exitosa gira por Europa regresó a su ciudad natal, Chicago, buscando inspiración para nuevas canciones. Un día caminando por un parque la encontró, una joven de cabello rojo eléctrico, piel blanca como porcelana y con la cara llena de pecas, que le daban un aire inocente.
Edward almuerza con ella y pasean juntos por aquel parque donde se conocieron en las tardes; pero eso es todo, nunca la ve por las mañanas porque ella esta estudiando arte y en las noches hace de voluntaria en un hospital para niños.
Nunca ha dejado que la acompañe al hospital, a pesar de las infinidades de veces que Edward se ha ofrecido, siempre lo despide en la puerta de su apartamento con un beso, un dulce y apasionado beso, que siempre lo deja queriendo más, pero ella nunca lo ha dejado entrar, nunca han pasado de eso, pues ella es de las mujeres que quiere llegar virgen al matrimonio y eso hace que Edward la quiera aun mas, aunque cierta parte de su cuerpo no piense lo mismo. Pero no le importaba pues Edward ya tenia un anillo en su bolsillo solo estaba esperando el momento adecuado para pedirle matrimonio.
Ella su dulce e inocente novia.
Emmett McCarty el mejor luchador de Boxeo de veintisiete años de todo Chicago y sus alrededores, un luchador profesional retirado temprano, ahora es dueño de la mejor escuela de Boxeo, enseñando desde pequeños de cinco años hasta adultos, con sus casi dos metros de altura y brazos y piernas tan gruesos como una cabeza humana, Emmett es adorado y respetado por todos sus alumnos.
Con sus hoyuelos que se forman en sus mejillas al sonreír, su actitud de "Métete conmigo y terminarás en el hospital" al caminar y sus ojos grises tan inusuales, Emmett podría tener a cualquier chica que él quisiera y él lo sabia. Y se aprovechaba de eso.
Por suerte para el resto de los hombres, desde hace un tiempo solo hay una mujer que Emmett quiere y que por supuesto que Emmett tiene, la chica mas sexy que él a conocido alguna vez en su vida, ella era una fiera, insaciable, hambrienta de él y Emmett es implacable y estaba gustoso de complacerla, no podía, ni quería dejarla, era como una droga para él, la necesitaba y aunque sabia que algún día iba a terminar esa… relación, pensaba disfrutarla cuanto durara, a él nunca le había preocupado el futuro, él vivía en el presente, que pasara lo que tenia que pasar y ya se las arreglaría después.
Ella su sexy y fiera amante.
Un día estos tres viejos amigos se reunieron en un bar y comenzaron a hablar de sus vidas. Descubriendo la peor de las traiciones.
− Ella es pelirroja, su cabello es como el fuego, normalmente lo trae recogido en un moño, pero suelto es rizado y largo. Sus ojos son azul intenso, de piel blanca y tiene un cuerpo de modelo, perfectamente proporcionada…− Jasper se detuvo al ver lo tenso de sus dos amigos.
− Tiene pecas en su cara si no usa maquillaje, que le dan un toque de inocencia − Dijo Edward apretando los dientes, haciendo que Jasper se tensara de pies a cabeza, pues era cierto.
− Labios suaves, el inferior un poco mas relleno que el superior, siempre pintados de rojo y un lunar debajo de su ojo izquierdo − Agregó Emmett en un susurro.
Los tres se quedaron en silencio solo observándose, sus mentes estaban hechas un caos, no podía ser que fuera la misma, simplemente no podía ser.
− ¿Cómo se llaman? Sus mujeres − Emmett fue el que rompió el silencio, rogando que no dijeran el nombre de su amante, el le había preguntado si estaba sola, ella le había dicho que sí, tenia que ser otra mujer, no podía haber estado con las mujeres de sus mejores amigos, eso no podía pasar.
− Victoria − Dijeron todos al mismo tiempo.
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− Se fue, no están sus cosas − Su voz era vacía, se sentía totalmente engañado, ¿Desde hace cuanto había vivido una mentira? aunque no la amaba, la quería y pensaba que ella era feliz con él, se sentía como un imbécil, por eso es que nunca le reclamaba por llegar tarde, en las tardes estaba con Edward y en las noches con Emmett, observó a sus amigos que se veían casi tan mal como él.
Edward se sentía fatal, su inocente novia, a la que estuvo a punto de pedirle matrimonio, estaba casada con uno de sus mejores amigos, su virginal novia, se había acostado infinidad de veces con su otro mejor amigo. Se sentía tan enojado que quería gritar y eso hizo, un grito tan fuerte al que se le unieron sus amigos, un grito de decepción, de rabia, de traición y sobretodo de solidaridad, pues los tres habían sido engañados.
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− No se ustedes, pero yo no pienso acercarme a una mujer en un buen tiempo − Dijo Emmett, observando su vendaje.
− Estoy de acuerdo contigo − Respondió Jasper.
− Yo igual − Agregó Edward.
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─ Vamos Emmett ¡Apresúrate o te dejamos! ─ Amenazó Jasper a uno de sus mejores amigos.
─ ¡Ya voy! ─ Gritó desde su habitación.
─ Juro que a veces se tarda mas que una mujer ─ Murmuró Edward, lo que hizo que Jasper riera.
─ Listo ─ Dijo Emmett, apareciendo extendiendo sus brazos y sonriendo.
─ Ya era hora ─ Se quejaron sus amigos. Emmett les ignoró y abrió la puerta de su apartamento. Los tres salieron, hace un mes los tres se habían mudado juntos después que Ella jugara con ellos.
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─ ¡Bartender! ─ Llamó Edward.
─ Danos un trago ─ Pidió Jasper. Cuando un chico moreno, de cabellos y ojos marrones fue a donde estaban.
─ Que queremos bailar y hacer estragos ─ Agregó Emmett. El chico vio el rostro de ellos, se notaban que estaban pasando un mal rato. Y no estaba seguro de que el licor les sirviera.
─ ¿Están bien chicos? ─ Preguntó.
─ ¿Alguna vez as sufrido una desilusión amorosa? ─ Le preguntó Jasper, a lo que el moreno negó con la cabeza.
─ Pues nosotros si ─ Dijo Emmett intentado leer el nombre del chico que estaba bordado en su camiseta, pudo distinguir que decía "Jacob" ─ y hemos tomado una decisión, Jacob ─ Le informó, Jacob alzó las cejas, preguntándoles con la mirada ¿Cuál?
─ Borrarla de nuestro corazón ─ Anunció Edward. Al chico les dio un poco de lastima y quería preguntarles que les había pasado, a veces a las personas les ayuda hablar de las cosas, pero ellos se veían devastados, les sirvió los tragos.
─ Las mujeres son malas ─ Le dijo Emmett después de tomarse de un trago el Wisky, al bartender.
─ Algunas son malas ─ Coincidió Jake, mientras servia otro trago para otra persona.
─ Así son las cosas del amor, mientras uno se porta de lo mejor, le pasa lo peor ─ Habló Edward, estaba totalmente despechado, bebió de su vaso.
─ Hoy queremos olvidarla, para siempre, sanarnos de esto ─ Confesó Jasper y después su bebida había desaparecido por su boca. El chico no tuvo más opción, les sirvió de nuevo.
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En medio de la pista pasaban los chicos y chicas con bandejas repletas de tragos, los chicos los tomaban sin saber que era, ya que las parpadeantes luces no dejaban ver claramente el color de las bebidas; solo tomaban y tomaban sin contemplación al mismo tiempo que bailaban al ritmo de la música, cuando una chica se ponía muy intensa y buscaba algo mas que un baile, ellos simplemente se alejaban y buscaban otra, y había muchas que estaban dispuestas a bailar con ellos.
Sabían que no estaban haciendo lo correcto al beber y tratar a las mujeres de esa manera, pero no les importaba, su orgullo fue destruido hace un mes, y para un hombre hay pocas cosas más importantes que eso. Hoy era para disfrutar y habían decidido, después de pasar este ultimo mes tomando casi todas las noches hasta desfallecer, que hoy seria la ultima vez que lo hacían; después de hoy no pensarían mas en ella, como le dijeron a Jacob este día la borrarían de su corazón para siempre…
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─ "Plaff" ─ El sonido llegó de afuera del departamento, intrigados y asustados de que alguien se hubiera lastimado corrieron hasta la puerta y la abrieron. Encontrándose un completo desastre, había libros, ropa e incluso herramientas, dispersas por todo el piso del pasillo. Pero lo que los impresionó fueron las tres chicas que estaban en el piso junto a esas cosas, de la impresión se les quitó la resaca.
Una rubia de ojos dorados, su cabello estaba recogido en una cola de caballo; vestía un short de licra rosado oscuro, que dejaba de ver sus largas y hermosas piernas y una camisa pegada de hacer ejercicio de color rojo; Emmett quedó hipnotizado ante su belleza; para Emmett era una diosa.
La mas pequeña de ellas tenia el cabello negro corto, sus ojos al igual que la rubia eran de un dorado miel, sus facciones eran finas, vestía un mono de licra a media pierna con una camisa que dejaba ver su plano vientre, todo era de color verde y combinaban perfectamente; Jasper quedó sin aliento al observarla. Pensaba que estaba viendo a un hada.
La ultima de ellas, una mujer de cabello marrón oscuro y unos ojos de color chocolate, su piel era blanca y se veía suave, tanto que Edward tuvo que controlarse para no ir allá y comprobarlo, la chica estaba vestida con un mono largo de hacer ejercicios y una camiseta sin mangas, el traje era distintos tonos de azules, el color favorito de Edward. El creía haber visto un ángel.
Lo mejor de todo, ninguna tenia cabello rojo u ojos azules.
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─ ¿Qué tienes en tu frente? ─ Preguntaron Edward y Jasper al mismo tiempo. Emmet confundido se llevo su mano a la frente, tomó el papel y se lo entregó a Jasper, agarró el vaso con agua y la aspirina y se los tomó rápidamente.
Edward y Emmett, observaron a Jasper mientras leía y fruncía el seño, ellos no sabían si era por lo que decía o porque se le había olvidado como leer.
El papel cayó al piso y en este se podía leer:
"No todas son malas"
Jacob.
