Hola. Tras tresmil años sin hacer un fanfic. Vuelvo a la carga, para felicitar el cumpleaños de Xanxus~~ Felicidades bossu~~
Katekyo hitman Reborn, no me pertenece... si no sería yaoi puro y duro, sobretodo duro.
Es el primer fanfic que escribo de esta serie, se lo dedico a mis niñas y bla bla bla... ahi va ~~
mal lenguaje de estos dos... xD LEMMON!
Asfixiante, esa sin duda, era la palabra para definir, la temperatura de aquella tarde de octubre. ¿Cómo era posible, que estando ya en otoño estuvieran por encima de los veinticinco grados centígrados?. Eso, era lo que se preguntaba el capitán de Varia, cuando volvía, en un vuelo privado de la última misión. Estaban a punto de aterrizar en un aeropuerto cercano y de ahí a la base, sólo tenía que caminar cinco kilómetros dentro de un denso bosque.
Apestaba, tenía que reconocerlo, a sudor, a barro, a tierra y sobretodo a sangre, eso le mareaba y le excitaba a la vez, así que debía calmarse. Por lo que sabía, Fran y Bel, estaban en una misión, Bossu de reunión, en cuanto a Levi, tenía unos días libres y se había marchado a unas termas, acompañado de un emocionado Lussuria.
Cuando llegó, fue recibido por un par de guardias, que estaban allí para cuidar la casa, le saludaron con respeto, y él solo saludó cordialmente. En eso entró una mucama, encargada de su cuidado, le había dejado la comida lista, y ahora le estaba preparando el baño:
- Squalo-sama, ¿tiene alguna herida?, puedo revisarle si lo desea. – dijo educadamente.
- Sólo son rasguños… nada que no cure el agua – comentó viendo a la muchacha. Medía unos pocos centímetros menos que el, su cabello era largo de color azul oscuro, al igual que sus ojos, su piel pálida, que poco tardó en teñirse de carmín cuando, se sacó la camisa, toda manchada.- Intenta sacar las manchas del escudo sobretodo, si no tendré que coger otra camisa nueva.- ordenó.
Squalo aprovechó para meterse en la ducha y sacarse toda la mugre que tenía encima, se cepilló el cabello con el acondicionador puesto para que hiciera más efecto. Alguien puede pensar que este gesto es algo gayer, pero, el capitán de Varia, tenía que tener su cabello, uno de sus bienes más preciados, muy bien cuidado, por que este era el reflejo de su fidelidad a la familia. Acarició este con sus dedos y se miró en el espejo de camino a la ducha, sonrió, ya casi pasaban veinte años.
- Oh…- dijo medio sorprendido, miró su reloj- mañana es el cumpleaños de bossu… mierda, no le compre nada.- chistó la lengua- Debería haberle comprado algo… aún que él no me dio nada por mi cumpleaños. – se puso a recordar esa fecha y algo pulso en su bajo vientre, sabiendo lo que pasó aquel día, se estremeció completamente.
Salió de la bañera momentos después, mas relajado, se secó un poco el cabello con la toalla, dejándolo aún algo húmedo y se dispuso a cenar tranquilo. Para después, tenía que rellenar una pila de informes enorme que estaba sobre la mesa de su habitación, la miró con desdén. Comió disfrutando aquella comida, era su plato favorito y el postre no estaba nada mal tampoco. Cuando acabó eso, se puso en su escritorio, eran como las nueve y media. Trabajó un por rato más, pero el cansancio le pudo y cayó dormido en el escritorio.
Mientras tanto, de vuelta de la reunión, venía cabreado el jefe de Varia, nada había salido como planeó y vino maltratando a todos fieramente, estaba desquiciado, ese viejo siempre le provocaba lo mismo, unas ansias de matar locas, que, por mucho que los años pasaran, seguían creciendo día a día, venía tan cabreado, que hasta Bester, su caja arma, le seguía por detrás, nervioso por la empatía que tenía con su amo.
Sabía que la misión que tenía asignada Squalo, era bastante importante, así que ansiaba tener buenas noticias para aplacar su ira, pero primero comería y se ducharía para sacarse el olor a bar, y quizás, con un poco de suerte, bajar el alcohol de más que tenía su cuerpo. Caminó encontrándose de morros con la mucama, que traía sábanas limpias para la cama del tiburón.
- Ostras…- renegó el mayor- a ver si vigilas por donde vas basura… ¡ largo de aquí!...- grito haciendo que la mujer saliera como alma que lleva el diablo.
El pobre animal, viendo que su amo cerraba la puerta con furia, se fue a la habitación mas cercana la del tiburón y rascó la puerta, para que le abriese. El pobre capitán, seguía en su fase rem, pero despertó rápidamente cuando escuchó los gritos del mayor:
- ¿Pero que?...- se preguntó a si mismo, yendo a abrir esa puerta, pero al abrir, escuchó la maldiciones de su jefe- entra Bester… - suspiró con resignación, haciendo entrar al animal y cerrando la puerta- al parecer hoy dormimos juntos ¿ no?.- acarició su cabello recibiendo un suave ronroneo de su parte.
Acto seguido, el felino, se tumbo a un lado de l cama de Squalo en el suelo, este viendo que su jefe no decía nada más, en el transcurso de dos horas, se fue a dormir, la noche era bastante fría y eso no le dejaba a dormir.
- Che…- chistó la lengua de nuevo- ¿ y yo que le regalo para mañana?. Mierda de frío… aún no van los radiadores…- estuvo un rato mas pensándolo, el gato despertó y se subió sobre el espadachín para darle calor y este medio feliz abrazó al peluche, calentito, suave y sobretodo, olía a Xanxus, se sonrojó un poco por eso.
Si, señoras y señores, había dejado de ocultarse a si mismo, que no a los demás, que aquel hombre, por muy mal que le tratase, tenía algo más que su lealtad. También en secreto,l e había entregado su cuerpo en algunas ocasiones, para que se desestresase. Aún sabiendo que el mayor, no sentía eso por él. Eso le destrozaba, entonces, empezó a recordar como fueron lo primeros encuentros carnales con su jefe.
La primera vez, le dejó que solo usase su mano par calmarle, le quería en silencio, solo que le tocase, terminar él y ya estaba.
Las próximas dejó que Squalo usase su boca y lengua para darle placer, siempre vestido, acabando en su cara, después empezó a exigir, que se tragase su leche, parecía que así estaba más encendido.
Un día, después de pegarse varias veces, que la sangre brotase, en una de sus disputas, Xanxus, se frotó en su capitán, al ver que este también estaba muy duro, rió con ganas, y le dio la curiosidad, de saber que cara ponía el mas pequeño cuando se venía y le pareció de lo más erótico aún que no lo admitiese, el hecho de tocarse para él.
Por último el sexo en si, era algo fantástico, la verdad, se sentía muy bien, pero su cuerpo siempre era tratado como si fuera una ramera cualquiera, siempre de espaldas a Xanxus, la misma postura, de perrito, menos cunando estaban en otro lugar que no fuera la cama, el mayor no gemía parecía que no disfrutaba y eso le dolía, no había en el ningún gesto de cariño. Bueno últimamente hacía unos cuantos años, era más suave con el tiburón, por suave me refiero a no dejarlo inconsciente de paliza y seguir.
No podía dejarle así, él tenía un mal presentimiento.
