Axis Power Hetalia © Hidekaz Himaruya

Aclaración: Debido al contenido de la serie original, por favor no se ofenda nadie, es sólo con fines cómicos.

Advertencia: Comedia histórica. Shonen ai.

De antemano gracias por los reviews.

A little kiss

Kiku era una persona peculiar, diferente de todo lo que conocía Feliciano. El pequeño Italia siempre ha estado rodeado de los conocimientos del occidente, de su cuna, Europa. Nunca creyó ser tan cercano de alguien tan distinto, un hijo de oriente, un país nacido en la casa de Asia.

En bastantes ocasiones las diferencias de culturas chocaban entre ellos, Kiku no entendían a los europeos mucho menos a los americanos (se refiere al gentilicio de Estados Unidos), y viceversa, Feliciano siempre confunde las cosas que hace el azabache. En especial, el día que lo abrazo, para Feliciano es normal desear abrazar a las personas que quieres mucho, y le nació abrazar a Japón, pero desde entonces, el azabache no le dirige la palabra.

En algún bar alemán…

—*snif, snif* Kiku me odia…—gemía el pequeño Italia muy triste.

—¡No llores! ¡Los hombres no lloran!—exclamo su amigo más cercano, Alemania para consolarlo, pero no funciono.

—*snif, hic, snif* ¡Ahora Ludwing me odia!—lloró Italia con más fuerza.

El adorable castaño se dejo caer sobre la mesa, ni siquiera le interesaba seguir bebiendo o tener lindas (pero grandes) chicas alemanas a su alrededor. No dejo de llorar en toda la noche, hasta que cayó dormido por el cansancio, entonces Alemania pensó que su amigo Italia era resistente cuando se lo proponía. El rubio lo levantó de ahí, y se lo llevo a su casa, era seguro que si iba a la casa de Italia, el hermano mayor estaría molesto.

Feliciano abrió los ojos cuando su espalda se encontró con la suavidad de la cama. Su amigo estaba sentado en la orilla de la cama, estaba vestido para dormir, inclusive su cabello estaba desordenado. Italia sonrió contento, era la primera vez que Alemania no lo corría de su casa.

—¿Nee, Ludwing? ¿Qué puedo hacer para que Kiku me perdone?—pregunto Italia despierto.

—Habla con él, Japón es alguien muy maduro, él entenderá…—dijo Alemania con tranquilidad.

El castaño se levantó de golpe de la cama y quiso emprender la búsqueda de su amigo asiático pero fue detenido por el fuerte brazo de Alemania, el rubio dijo que era imposible por ahora hacer el viaje a casa de Japón, que debía esperar hasta mañana.

Alemania e Italia durmieron juntos toda la noche.

Casa de Honda Kiku = Japón

Sumimasen, sumimasen, Nihon-sama… —llamo una dulce niña que ayudo a Feliciano.

Los ladridos de la pequeña y peluda mascota de Japón resonaron por toda la casa, pronto se escucharon las pisadas del azabache dirigiéndose a la puerta. La niña se despidió de Feliciano antes de que la puerta corrediza se abriera. Los ojos de Kiku se abrieron de par en par cuando vio la figura de Italia frente a su puerta.

—¡Wah! Kiku… ¡Perdóname! ¡Perdóname!—exclamo Italia llorando, del impulso volvió a abrazar a Kiku.

El azabache se quedo congelado sin poder responder nada, en teoría, él era mucho mayor que su amigo ahí presente, pero en ese momento se sentía como un novato. El sollozo de Italia creció cuando no obtuvo ninguna respuesta por parte del azabache.

«Entonces, Italia-san estaba triste todo este tiempo por mi culpa…» reflexiono Kiku por un momento.

En ese momento, Kiku estaba lejos de comprender a los europeos, pero correspondió el gesto de Italia con un pequeño beso en la frente de su amigo. Feliciano dejo de llorar cuando sintió el roce de los labios de Japón sobre su piel.

—Eso significa que… ¡Kiku no me odia! ¡No me odia!—gritó de felicidad Feliciano.

El castaño se quedo como invitado en casa de Kiku. Esa noche, aunque para el azabache era muy extraño, durmió junto con Italia.

Italia y Japón durmieron juntos toda la noche. Italia fue muy feliz.

FIN