En Asgard...

Thor y su madre mantenían una conversación acerca del príncipe desterrado

Thor: ...La gravedad de sus crímenes es indiscutible, no pueden perdonarse... Sin embargo, es mi hermano... Crecimos juntos...

Frigga: Como podría sentirse una madre que acaba de perder un hijo? Me gustaría que fuera capaz de regresar a casa...

Después de que el Bifrost fue destruido Loki desapareció, su hermano lo lloraba al igual que su madre pero lo hecho ya estaba... Sin embargo Loki era un experto en materia del engaño y conocía muchas otras maneras de cruzar los nueve mundos además del puente...

Pero hay que comenzar por el principio...

Al parecer los hijos de Odin, tenían debilidad por las mortales, y Loki no era la excepción, a pesar de ser adoptado.

Una de las tantas veces que estuvo en la tierra conoció a una jovencita, encantadora, a su manera... Con un peculiar gusto para vestir en comparación con otros mortales, algo descuidada pero inteligente. Fue capaz de darle a Loki lo que necesitaba.

Su hermano siempre había sido el favorito de su padre, mientras el era dejado de lado, todos en Asgard celebraban a Thor cada cosa que hacia, pero nunca reconocieron sus habilidades; la única que lo hizo siempre fue su madre.

Cansado y frustrado comenzó a recurrir a diversas formas de desahogo, entre ellas sus visitas a la tierra resultarían increíblemente relajantes, nadie le conocía y podía hacer lo que quisiera... Y por supuesto no tendría que aguantar ver ni oír cosas que le recordarán a su sobrevalorado hermano.

Entre uno de esos días una fiesta entre gente de alta sociedad se dio acabo:

"Por qué no?" Pensó. Esa noche había gente muy importante ahí; millonarios, ministros, el gobernador... Sería una lástima si alguien decidiera atacarles... Pero no en esa ocasión, aún no; esa visita tenía el objetivo de perder el tiempo y conocer las debilidades de esa sociedad, probablemente sus planes de gobernar el mundo no habían surgido (o por no menos no en tales magnitudes como para ejecutarlos), en ese momento.

Entrar? No era difícil, era una fiesta exclusiva y el era un príncipe, el príncipe del engaño. Un museo, interesante... Música lenta y personas influyentes y poderosas ataviadas con sus mejores galas, era lo que se veía desde el piso de arriba. Al darse la vuelta una obra de arte llamo su atención, a su lado una escultura, luego un cuadro y termino dirigiéndose a la dirección opuesta de la velada, la exhibición de le hacía interesante, más que el propio evento al que había asistido. Recorrió el pasillo hasta llegar a una sala diferente. Una jovencita con un vestido rojo de corte A, con un largo un poco más abajo de las rodillas y peinado recogido alto se paseaba por ahí. Al notar su presencia se volvió para ver quien estaba ahí, justo en ese momento, Loki que la había visto en entrar supo que lo veía y adrede volteo su cabeza hacia ella con un leve sonrisa que más que amabilidad sugería arrogancia, en cuanto lo hizo la chica de puso como un tomate y regreso a mirar la pared mientras pensaba "QUE VERGÜENZA! de verdad..." Soltó un suspiro discreto y camino sin quitar su mirada de la pared hasta una vitrina que exhibía unas bellas joyas, pertenecientes de seguro a una antigua civilización. Él bajo la cabeza con una sonrisa, no estaba muy acostumbrado a interactuar con las mujeres, su hermano siempre había sido más popular entre el sexo opuesto y el no recibía mucha atención. Se acercó a ella

Loki: te gustan?- dijo mirándola desde arriba

?: Si.. Son bonitas- dijo con la cabeza abajo, poco a poco la comenzó a subir sin apartar la vista de la vitrina y con la cara roja- debieron haber pertenecido a una reina...

Loki: Cual es tu nombre?

?: María Silene... Dijo ella girando su cabeza hasta que sus ojos coincidieron con los de él