El pequeño papel voló directamente desde el sombrero hacia la mano de uno de los rubios.

Draco Malfoy lo abrió con cuidado y lo leyó. Se tensó e hizo el papel un bollo. Sus ojos parecían casi hervir en llamas, y sus mejillas habían tomado un curioso color rosado.

Draco nunca se sonrojaba, menos por una chica.

-Que salga otro-comentó el rubio platino, con desdén. No quería que ella indirectamente rompiera con aquella tradición. Él tenia la rancha ganadora, había ganado durante dos años consecutivos.

"El juego", como los tres Slytherin le habían llamado, era fácil; debían meter nombres de chicas, y luego el sombrero elegía una por ellos. Y el ganador era aquel que enamoraba a la chica y rompía su corazón.

Había creado esa tradición en primer año, y todos los años la repetían.

-Venga, Malfoy-Theodore Nott le arrebató el papel y lo leyó. Sonrió para si mismo, satisfecho con al elección del sombrero-Así que hay que romperle el corazón a Lilian-Blaise, quien estaba intrigado por saber el nombre, simplemente se relamió los labios.

-Podéis darme las gracias por ponerla-comentó el moreno, mientras le quitaba importancia con un movimiento de mano.

-Saben que si le pasa algo, nos mataran. Es la princesa de los leones-Draco los observó, muy en el fondo no deseaba romperle el corazón. Sin embargo pensó en todas las veces que ella le había fastidiado y se le pasó.

-Créeme cuando te digo que cualquiera puede sacarle el puesto de repente-comentó Theo. La idea de conquistar a la pequeña Black se le hacia excitante-Apuesto a que Lilian besa increíble-comentó, mordiéndose el labio.

Draco hizo una mueca y empujó a Theo con suavidad-Créeme, Nott; no llegaras a besarla, no a menos que quieras morir joven-comentó.

Draco salió de la habitación; aun tenia puesto su disfraz y le quedaba un rato antes de que la fiesta de Hallowen acabara.

En cuanto llegó al gran comedor la vio, y supo inmediatamente que ella debía ser suya.