Disclaimer: Los personajes no me pertenecen.


Desde pequeño, Adrian siempre ha odiado el otoño

Curiosamente, ocurre en otoño, cuando las hojas comienzan a caer y durante un tiempo parece que el mundo se muere. Cada noche, cuando no ve el mundo marchitarse, es justamente cuando su vida se rompe un poco más.

Al principio son toses que intenta ignorar acercándole más a su cuerpo, abrazándole y diciéndole que no pasa nada, que seguramente es solo un resfriado. Michael le sonríe y agradece que sea lo suficientemente de noche como para que no se note que tiene los ojos empañados.

Más tarde, frío que le cala hasta los huesos. Una cama de hospital en la que tiene que dormir solo y una manta que no sirve para nada. Michael pasa las noches en un sillón, sin poder conciliar el sueño.

Y pese a que la vida de Michael se convierte en un invierno constante, él ni siquiera llega a ver la nieve.