Corre, Kyle, corre.


Hola y buen día a tods. Bueno, aquí llego con el primer episodio de este nuevo fic que hace tiempo que quería escribir; este fic es un tributo a una genial película alemana, "Lola Rennt" (Corre, Lola, Corre, en español). Originnalmente iba a ser un Candy (CartmanxWendy), pero cuando vi la peli ayer en DVD, me fijé en el curioso detalle de que los protagonistas son un rubio y una chica de cabellos rojos tirando a naranja... Y me acordé de Trent y Kyle (la neta, no me canso de esta pareja; se me hace peculiar y muy crack, pero al fin y al cabo, me gusta). Y como todos sabemos que Trent es un criminal de toda una vida, pues me aventé con escribir este fic.

Será de tres episodios o cuatro (no quiero hacerlo muy largo), así que ojalá lo disfruten ^_^.

DEDICADO A TODOS LOS FANS DE SOUTH PARK ;-).

Ahora, con ustedes...

"CORRE, KYLE, CORRE"


Prólogo:

La llamada.

El teléfono suena insistentemente.

Kyle, con el corazón corriendo a mil por hora, corre hacia él y los descuelga.

- ¿Trent? – inquirió.

- ¿Kyle? – respondía un angustiado Boyett desde el otro lado de la línea.

- ¿Dónde estás?

- ¿Qué en dónde estoy? ¡¿Qué en dónde estoy? ¡¿DÓNDE JODIDOS HAS ESTADO TÚ?

- Relájate, Trent – replicó el joven con calma -. ¿Dónde estás?

- Estoy en Denver.

- ¡¿En Denver? ¡¿Por qué estás en Denver y no en la plaza?

- Kyle… ¡Voy a morir!

- Trent… Por favor… Tata de calmarte.

- Dios… Kyle… Si hubieras estado ahí, nada de esto había ocurrido…

- Tranquilo, cariño… Tranquilo…


Trent respiró entrecortadamente entre las lágrimas y el sentimiento de la frustración, pensando en muchas cosas en ese momento. Aquella respiración alertó a Kyle desde el otro lado; conocía bien a su novio de hace un año, incluso diría que él estaba en un aprieto grave con Rufus, el jefe de los gángsters de Colorado…

- Trent – se aventuró el pelirrojo para confirmar sus sospechas -… ¿Qué ha pasado?

- ¡Coño! ¡Qué no me ha pasado! – respondió el rubio llorando - ¡Si hubieras llegado, nada de esto estuviera pasando y toda la operación habría sido un éxito! ¡Tú siempre eres puntual!

- Trent, no pude llegar porque el culón destruyó la motoneta hace unas horas.

- ¡¿QUÉ?

- Sí… Sabes bien que ese idiota y yo discutimos por cualquier pendejada. Y la discusión de hoy fue porque se enteró de nuestra relación…

- ¡MALDITO GORDO DE MIERDA!

- Lo sé. Todo pasó muy rápido, Trent. De un segundo a otro el malnacido tomó su auto e intentó atropellarme; afortunadamente salí ileso, pero la motoneta ya estaba hecha pedazos. Llamé a tu celular y no me contestabas. Pensé que estabas todavía en medio de…

- ¡CARAJO, VOY A MORIR! ¡VOY A MORIR! ¡Dios, y todo por mi culpa! ¡Dios! ¡Lo perdí!

- ¡¿Qué?

Trent respiró hondo y, ya con un poco de calma, explicó:

- Llegué a la bodega abandonada que estaba a las afueras de North Park con los diamantes; ahí me encontré con Romper Stomper, quien me guió hacia donde estaba el Cíclope. Dios, te juro que era el tipo más escalofriante que había conocido en mi vida. En fin, el tipo los examinó para ver que estuvieran en buen estado; luego, con una sonrisa, metió unos cinco gruesos paquetes de billetes en una bolsa de Sears y me la entregó…

- ¿Y luego?

- Luego te esperé; te esperé por dos largas horas, Kyle. ¡Te esperé y no llegabas!

- Ya te dije el porqué…

- Lo sé… En fin, tomé un taxi, el cual me llevó hacia Denver; pensé que podría hacer una parada por allá, dado que sobraba el tiempo para llegar a South Park y entregarle a Rufus el dinero en el lugar convenido…

- Sí…

- Me di un pequeño paseíllo y, como sabía que tenía que estar en South Park al medio día, tomé el metro para irme al paradero. Todo estaba tranquilo hasta que vi a unos policías, los cuales revisaban mochilas debido a esa ley que recientemente promulgaron sobre las drogas. Para evitar que me registren, guardé discretamente la bolsa debajo de mi asiento…

- Dios…

- Esos policías se me quedaron viendo con cara de sospecha; aquello me ponía nervioso, así que bajé en la primera parada en donde se detuvo el metro… No obstante, me di cuenta de que me había olvidado de algo…


Kyle abrió los ojos como platos.

- La bolsa.

- La bolsa…

- Dios – susurraba Kyle mientras llevaba una mano a sus labios -… ¡¿Trent, olvidaste la bolsa? ¡Trent, por Dios!

- ¡La había olvidado, Kyle, la había olvidado y ahora Rufus va a matarnos a los dos!

- ¡Carajo! ¡Trent, vete! ¡Vete de Colorado! ¡Vámonos los dos! ¡Encontrémonos en algún lado y larguémonos de aquí!

- No… Nadie puede huir de Rufus; no importa en donde te escondas ni como lo hagas, el maldito te encuentra con facilidad…

- ¿Cuánto había en la bolsa? ¿Era una cantidad grande?


Trent rió nerviosamente desde el otro lado de la línea y replicó:

- ¿Una cantidad grande? Sí… Una jodida cantidad grande… ¡¿Y quieres saber de cuánto? ¡700 MIL DÓLARES!

- ¡¿Qué?

- 700 mil dólares en efectivo se perdieron. Y con ellos mi jodido celular.

- ¡Maldición!


Kyle necesitaba pensar en algo a la voz de YA.

Ni él ni Trent querían morir a manos de Rufus Stevens, el tío de Bebe y uno de los criminales más peligrosos de los bajos mundos; tenía que recuperar ese dinero a como dé lugar…

- Trent… No te muevas de Denver.

- ¿Qué?

- No te muevas de ahí. Iré para allá. ¿En dónde estás?

- En el centro de la ciudad, justamente frente al Wall-Mart.

- Bien. No te muevas de ahí, estáte tranquilo… Y ya pensaré en cómo demonios consigo esos 700 mil dólares.

- ¡¿Qué? – exclamó el rubio al borde de la histeria - ¡No hay tiempo para pensarlo, Kyle! ¡Moriré dentro de una hora y media, ¿qué no lo entiendes? ¡Me descuartizarán y me lanzarán al Gran Cañón!


De repente una idea se cruzó por la mente de Trent… Una idea que pondría en juego su propia libertad en pos de las vidas de ambos jóvenes enamorados.

- ¿Trent? – llamaba el pelirrojo desde la otra línea - ¿Trent…?

- Kyle… Te esperaré media hora, no más… Asaltaré el Wall-Mart.

- ¡¿Qué?

- Kyle…

- ¡¿Estás loco? ¡¿Acaso piensas volver a prisión?

- ¡No me importa, Kyle! ¡No me importa volver a prisión si se trata de conservar nuestras vidas!

- ¡Trent, por favor…!

- Te esperaré aquí treinta minutos, cielo. Si no logras llegar, asaltaré el Wall – Mart y me llevaré ese dinero para entregárselo a Rufus…

- ¡TRENT!

- Te amo, Kyle.

Dicho esto, el rubio colgó…