SPOILER
Los muertos no respiran
Se sentía extraño. Insignificante. libre. Más ligero que una pluma. Una paz desconocida emergía desde lo mas hondo y no podía definir con exactitud si era nostalgia, tristeza o felicidad el sentimiento que lo abrumaba.
Oía ruidos. Muchos. Alaridos y llantos. Pero no podía ver. Se frotó los ojos intentando que la oscuridad desapareciese pero no sólo no lo hizo sino que algo lo aterrorizó. Se llevó las manos a los ojos una vez más. Debía ser un error, pero nuevamente sus manos palparon algo diferente. Todo seguía negro. Ahogó un grito de horror achicando sus ojos, intentando ver aunque sea algo entre esa mata de sombras. Pero nada. Más gritos. Más llantos. Más oscuridad.
Comenzó a moverse, intentando hallar algo. Un mueble, una pared, lo que fuese. Devuelta el vacío. Corrió. Corrió dentro de la nada en la que se encontraba respirando agitado, no por cansancio pero por desesperación. Los ruidos comenzaban a cesar, pero aún seguía sin ver. Más corría y mejor se sentía. Más corría y el miedo a lo desconocido era cada vez menor. Más corría y el silencio se volvía más y más lúgubre, pero extrañamente era a la vez hasta agradable. Más corría y más ansias tenía de llegar a quien sabe donde.
Oyó algo en medio de ese silencio sepulcral. Un sonido extraño, un sonido que no era sonido. Se detuvo. La oyó a ella. Sin verla pudo sentirla, y oírla pero sin realmente oír, estaban conectados más allá de cualquier explicación. Extendió la mano. Sabía que ella estaba ahí de la misma forma que ella sabía de su presencia. Sus manos se tocaron y experimentaron la sensación más extraña y maravillosa. El tacto de lo inmaterial. Se tocaban, se miraban y se sentían.
Y de pronto otros sonidos. Murmullos, risas. La oscuridad comenzó lentamente a esclarecerse. Tan imperceptiblemente que no fue hasta que la blancura los rodeó que se dieron cuenta de este cambió. Y finalmente la vio. Su pelo rosa chicle caía apenas sobre sus hombros. Tenía un brillo diferente, particular. Se miró su propia mano. El mismo brillo. La miró sin decir nada y pudo verla, mirándose también. Buscaron el suelo pero este no existía, un aura blanca los rodeaba. Algo de pronto les llamó la atención.
-James, ya llegó- Una voz femenina se oyó en el vacío, amplificada de alguna extraña manera pero sin locutor aparente. Y de pronto otra, y otra más.
-Ya era hora – Esta vez fue un hombre
-James, te dije que tarde o temprano estaríamos de nuevo juntos, tenés que empezar a confiar un poco más en mi- Otro hombre.
Remus Lupin miró a su alrededor. ¿Había acaso alguna duda? El sabía perfectamente de quienes venían esas voces. Los había encontrado, finalmente. Tres figuras comenzaron a materializarse a sus espaldas, caminando lentamente hacia ellos. No podía verlos pero tampoco lo necesitaba. Los sentía. Un sentimiento de pertenencia irrumpió en su cuerpo. Algo dentro de sí le decía que estaba justo donde debía estar. Volteó y su mundo dio un giro de ciento ochenta grados. No pudo evitar que una sonrisa se dibujase en su rostro. El reencuentro estuvo lejos de ser lo que ellos hubieran esperado jamás. Nada de abrazos, bromas ni carisias. Se limitaron a observarse y el silencio volvió a adueñarse del ambiente. Un silencio hermoso, increíblemente acogedor. Tan profundo que si prestaba atención podía hasta oírlos respirar, lenta y pausadamente. Pero eran respiraciones inexistente porque el tenía muy sabido que los muertos no respiran, por más reales y vivos que parezcan.
Un pequeño delirio que se ocurrió hace unas horas...dejen su opinion :)
