ASYLUM

Ad: Los personajes pertenecen a S.M, de Twilight. La historia es de mi completa autoría, por lo qué, ligado a los derechos de autor o Copyright, está absolutamente prohibido la publicación de este escrito por otros medios que no sean los míos.

Nota: Actualizaciones lentas.

ADVERTENCIA: Historia rated R/NC-17. Escena fuertes: temas y/o actividades para adultos, lenguaje duro, violencia intensa o persistente, desnudez de orientación sexual, el abuso de drogas u otros elementos, etc. Tomar esta advertencia con seriedad. Angst. Rapefic.


PRÓLOGO


Una vez, papá me dijo algo.

No recuerdo qué, pero era muy profundo.

Papá era profundo.

Yo no.

Mi mundo siempre se había basado en tomar un solo tono de color y ampliarlo, convertirlo en algo más grande. Papá solía decir que tenía que ser más abierta a nuevas experiencias, mamá siempre lo regañaba por ello. Cuando ambos murieron, simplemente seguí con mi camino.

Pero yo solo estoy parafraseando.

En realidad, yo no tenía idea de que habían muerto. Cuando me habían citado para hablar con la Sra. Clifford, pensé que se trataba de algo mucho mayor. Obviamente no fue así. Me preguntaron - como si yo tuviera alguna mierda de idea de lo que ocurría - que sí ya había tomado la decisión con respecto a la herencia. Y yo estaba solo como: ¿si ya? Entonces me soltaron estas sartas de mentiras sobre yo estando al tanto del fallecimiento, del tiempo y del por qué. Porque al parecer ellos habían muerto hace cuatro años, y yo había pedido tiempo para pensar. Y ahora se me había agotado. Pero yo no tenía idea de nada.

Es decir, los había visto en la mañana. No habían pasado cuatro años entre el cereal y la leche, ¿o sí?

Bueno, la cosa es que por sincera me tomaron de loca y ahora estoy aquí.

El Instituto Constance.

Un sanatorio mental.

Porque estoy loca.

Luego de haberme metido mierda hasta la nariz sobre exámenes extraños y molestos, habían decidido dejarme aquí para morir. Porque morir es lo único que hacías. No sanabas. No evolucionabas. Solo morías. Y, como si no fuera suficiente con la comida y las habitaciones, teníamos un extraño doctor gay que hacía todas las preguntas equivocadas y que luego te enviaba al sótano cuando no contestabas como una dama.

Pero yo no era una dama, así que no tenía sentido. Ellos lo habían dicho.

Yo era una loca.

Una desequilibrada mental.

Alguien que no merecía ser mirado.

Bella Swan.

De cualquier forma, eso cambiaría muy pronto. Habían murmullos que decían que había una salida y sangre que demostraba la verdad.

Y estaba Edward, el único ser de ese maldito lugar que sabía que no estaba loca.

Porque él tampoco lo estaba.

Y saldríamos de allí. Juntos.

Como siempre debió de ser.