~Aventuras en mi serie favorita~
Capitulo 1
Mi madrastra ò.ó
Hola
Yo soy Luciana, pero mis amigos me dicen Luna, soy una chica 'normal' de 14 años. Mi cabello es negro, largo hasta mi cintura, siempre... bueno casi siempre, lo llevo suelto. Es muy difícil de peinar, no se crean que por ser largo es la cabellera de rapunzel, siempre bien peinada. No señor.
Bueno. Mis ojos son de color azul cielo, y mis amigas siempre, sieeeeeempre, siempre dicen cosas como:
"Que lindos ojos tienes", "Yo quisiera tener ese color de ojos" o "Seguro que le gustas a todos"
Ellas están locas, más locas que yo. Pero por eso las amo.
Volviendo al tema inicial de todo esto, les voy a contar algo muy raro que me sucedió.
Pero antes quiero decirles que lo que mas amo en esta vida es cantar y bailar. Es algo que me hace sentir diferente y especial; única. Como si... fuera libre. Como un ave.
Día tras día trabajo para conseguir mi sueño de ser cantante y actriz, como las de Disney o Nickelodeon. Amo esos canales, mi serie preferida es de Nick, es una serie considerada para niños pequeños, pero yo la amo de todas formas: Las Tortugas Ninja. Si, lo sé, creerán que soy rara por mi obsesión por ellos, pero es que... son tan adorables.
Volviendo al tema anterior, el punto es que quiere ser una actriz, bailarina y cantante de uno de esos canales. Y todo iba bien, hasta que una intrusa entró en mi vida y en la de mi padre... bueno, más bien fueron dos intrusas.
Todo comenzó hace tres días...
Yo me encontraba tranquila en mi habitación, acostada en mi cama boca abajo leyendo 'Hielo Negro', un libro genial, el cual recomiendo, cuando el timbre sonó. Bajé las escaleras para abrir la puerta, en cuanto lo hago me topo con una mujerzuela de unos 32 años aproximada mente, rubia, con cabello liso, se notaba de lejos que era teñido, largo hasta la mitad de su espalda, de ojos cafés, vestida elegantemente, todo su atuendo era blanco. Y a su lado una chica de mas o menos mi edad, castaña, con el cabello igual de largo que la otra, de ojos negros profundos, con un vestido rosa claro y sandalias blancas. Ambas venían con maletas.
- ¿En qué puedo ayudarlas? - Hablé mientras la mujer sonreía.
- Hola querida, soy Gabriela Alcobedo, vine a ver a tu papá - Alcé una ceja, pero ella seguía sonriendo. Suspiré.
- Un segundo - Dije sin ganas y volteé mi cabeza - ¡Papá!, ¡Te busca una mujerzuela en la puerta! - La mujer abrió la boca sorprendida por como le había dicho, la miré e hice un gesto de burla. En seguida mi padre, un hombre de cabellos negros y ojos verdes, apareció en la sala, estaba en el jardín arreglando la casa de Nico, mi perro.
- Oh, Gabi, ya llegaste - Tenía una sonrisa de bobo en la cara - Hija, recuerdas que te dije que estaba de novio? bueno, ella es Gabriela... y nos comprometimos en la cena que tuvimos hace una semana, cuando te fuiste con tus amigas - Abrí los ojos como platos ¿Prometida?, ¿De qué estaba hablando? - Ella y su hija vivirán con nosotros - Esto no puede ser. Mi padre siempre había tenido novias, las cuales dejaba a la semana, o antes, y ahora sale con esto. ¿Cómo puede ser posible?, ¿de qué me perdí?, ¿cuanto tiempo estuve encerrada en mi habitación?.
- Hola soy Amanda - Saludó la chica, se notaba en su voz que era una de esas típicas chicas consentidas y vanidosas. Sin embargo me extendió su mano, la cual no estreché. Miré a mi padre con cara de '¿Es en serio?'.
Trató de hablar conmigo, pero me fui a mi habitación muy enojada.
Cerré la puerta de un portazo, encendí mi equipo de música, subiendo al máximo y me acosté en mi cama.
Y así estuve todo el día, en mi cama con la música al palo, hasta que llegó la cena. Tanto enojo me había dado hambre, así que bajé a cenar con mi padre y las otras dos. Me senté en mi silla y comencé a comer callada, mientras la mujerzuela miraba a mi padre para que me hablara, como si yo no me diera cuenta pff.
- Hija... Sé que fue algo... - buscó la palabra correcta para decirlo - repentino pero, debes aceptarlo, y... -
- No voy a aceptar nada, no puedes casarte con ella - Dije parándome de golpe. - Desde cuando te interesas por casarte?, nunca tuviste una relación seria y de la noche a la mañana vienes con... estas - Las señalé con desprecio.
- Mira, querida, deberías... - Pero quien se cree que es, primero invade mi casa y después me dice que hacer.
- Tu cállate, no eres nadie para mandarme, vieja conchud - La señalé con el dedo.
- No le hables así a mi madre - Gritó la otra.
- Tu no te metas zaparrastroza - Volteé a ver a mi padre, esperando una respuesta.
- Mira Luna, cuida tu vocabulario, no le faltes el respeto ni a Gabi, ni Amanda. - Trataba de sonar calmado, pero se notaba que se guardaba todo para evitar el quilombo - Ahora, termina de comer en silencio, o vete a acostar - Me miró.
- Aash - y subí a mi cuarto. Cerré la puerta con seguro y me acosté. Cómo odiaba esto, de un momento a otro mi vida era un desastre total. No sé si me enfado por que ella está aquí, por que su hija deberá compartir cuarto conmigo, desgraciadamente, o por que cree que cualquiera puede reemplazar a mamá.
Varias lágrimas brotaron de mis ojos al recordarla, desde que ella murió... yo... la extraño... mucho... la necesito... aquí... conmigo
De tanto llorar, me quedé dormida
Estaba en la calle, parada en el medio de una cuidad dormida, en pijama, no se oía nada... solo silencio.
- Booyakashaaaa - Ese grito... esa voz... era de... naaah...
Volteé mi mirada hacia atrás, y vi una escalera de incendios, subí hasta arriba del todo y los vi... esto no era real, ellos no pueden...
- Chicos, hay una... chica - Habló Mikey, era tan adorable como en la serie, y igual de lindo.
- Ay, no - Dijo Leo, tan preocupado como siempre.
Estaban ahí, frente a mi. No puede ser, estoy tan... confundida, el enojo se me había ido, pero ahora estaba confundida y perdida, ¿qué estaba pasando?, ¿por que no estoy en mi cama?, ¿donde estoy?.
Escuché unos ruidos muy conocidos; los kraang.
Volteé y justo uno me disparó en la pierna. Caí hacia atrás, ¡Diablos si que arde!. Por suerte Raphael me agarró antes de caer al suelo. Los demás estaban luchando mientras el trataba de parar el sangrado.
No puedo creerlo... Mi personaje favorito me estaba curando ¡Creo que me voy a desmayar!.
Sin darme cuenta hice una mirada de fangirl enamorada, cosa que él lo notó y me miró un poco raro. Yo me sonrojé levemente, pero ninguno dijo nada. Pude ver como los otros tres peleaban con los Kraang, era fascinante verlos en vivo y en directo. Era como... estar en una película.
Al acabarlos, ellos se acercaron.
Donnie me revisó.
- Debemos llevarla a la alcantarilla, está herida y necesito revisar la- Dijo mirando a Leo. ¿Yo? ¿Ir a la guarida de los chicos? ¡Hay Dios Mio!.
- No podemos Donnie, ¿que dirá Splinter? - Uuuy, Splinter... si es tan estricto como en la serie, creo que ellos tendrán problemas.
Leo y Donnie comenzaron a discutir sobre llevarme o no.
- Si no la llevamos podría resultar ser algo serio Leo, ¿Qué quieres? ¿Que pierda una pierna? - Ante eso me asusté, no quería perder una de mis piernas, sino nunca mas podría bailar y no cumpliría mi sueño... además... quiero seguir caminando.
- Aggh, bien - Leo se resignó y me volteó a ver - Pero debes jurar que no le dirás nada a nadie sobre esto - Me señala con el dedo. Mientras Rapha y Mikey hacían burlas desde atrás, a lo que yo sonreí, pero al ver la cara de Leo, borré la sonrisa.
- Lo juro - Dije seriamente. Rapha se me acercó y me cargó al estilo 'princesa', lo cual no me gustó para nada, yo odio que me carguen, y me llevaron hasta su guarida, no puedo creerlo.
Que sueño mas extraño.
Si, aquí es donde comienza mi aventura con los chicos. Pero aguarden, aún hay mas.
Como por ejemplo, la reacción de Splinter al verme, o la de April al ver a Donnie con otra chica. También la mía al quedarme en la guarida. Upss, ya hablé de mas.
Pero ahora no puedo contárselos. Deberán esperar hasta el siguiente capitulo. Jiji saludos y nos leemos pronto.
