En una pequeña aldea muchas chozas y casas de maderas eran destruidas misteriosamente, las personas que vivían en aquel lugar salían huyendo ante aquel misterioso ataque. Un pequeño de unos ochos años de edad y una pequeña de seis años corrían detrás de las demás personas, despavoridas pero de pronto la pequeña niña cae al suelo, cubriéndose contra las personas que pasaban a su lado. El pequeño niño al darse cuenta que su hermana no se encontraba a su lado, sin pensarlo dos veces corre hacia donde yacía su hermana menor
En aquel cielo gris, un enorme dragón sale entre las nubes dirigiéndose a toda prisa hacia sus presas. Ambos pequeños se abrazan y cerrando sus ojos temiendo lo peor, por unos segundos vuelven abrir sus ojos, pero esta vez de sorpresa al notar frente suyo la silueta de una mujer de largos cabellos negros que detenía con facilidad al enorme dragón, con un campo formado por ella misma. Ambos pequeños sonríen al sentirse protegidos
- llevaos a los niños, fuera de esta batalla –ordena la mujer, desviando su mirada hacia atrás hacia un grupo de cinco chicos
Uno de los cinco muchachos toma a los dos pequeños y como por arte de magia desaparece del lugar
- vosotros, alejaos de aquí –ordena nuevamente la mujer con voz seca a los otros cuatro muchachos, pero uno de ellos se niega hacerlo- alejaos!!! –grita con más enojo la mujer, al resistir aquel campo que quería destruir el dragón
Una extensa y cegadora luz invade todo el lugar, hasta que por unos momentos todo se encontraba en silencio para luego escuchar un ensordecedor sonido de explosión…
Encuentros
Lo más aburrido de todo era escuchar a su profesor de Historia dar la clase, muchos de sus compañeros se encontraban dormidos, era de esperarse que el profesor era un señor mayor de los 50 años de edad, sin remedio alguno se recuesta en el pupitre de su silla esperando que finalizara la hora, su vista se encontraba en la venta pero aun seguía recostada, que vida más aburrida se decía la joven de cabellos castaños de ojos miel, quién cierra sus ojos con lentitud, era cierto tenía que estudiar para su ingreso al instituto, como le gustaría tener aventuras, vaya que era una soñadora llegando a sus oídos el sonido del timbre que daba finalizado las clases.
El profesor había salido, seguido por algunos de sus compañeros, acomodando su mochila, para luego estirarse un poco, escucha una voz conocida, mira a su lado encontrándose con su mejor amiga de cabellos lilas
Caminando por las calles de la ciudad se encontraba, las dos chicas en compañía de otras dos chicas una era de cabello rojizo y la otra de cabellos chocolate corto, todas de la misma edad, se encontraba conversando alegremente
- oh si claro –dice la chica de cabellos chocolates cortos- la próxima semana será esa fiesta, van siempre? –pregunta la chica a sus amigas
- pues claro, es de suponerse que sora ira con tu hermano –sonríe pícaramente la chica a la pelirroja, quien no duda en sonrojarse- o me equivoco?
- bueno… yo… -la pelirroja se limita a jugar con sus dedos, en forma de no saber que decir
- vamos yolei, deja de estar molestando a sora con mi hermano –le dice la joven de cabellos cortos
- bueno ya dejen, de hablar de mí –pide sora sonrojada- lo mejor es hablar de otra cosa, no lo crees? Mimi
- eh?... si, claro –afirma la chica con la cabeza
- oye en que mundo estás?! –pregunta la de cabellos lilas, dándole un pequeño golpecito en la cabeza de su amiga- no estarás pensando en un chico o si?
- por supuesto que no –contesta la chica- solo pienso en el examen, pero bueno, oigan aquel no es tu hermano kari
- que? –voltea hacia donde miraba la castaña- hermano? Es cierto
- oye! Tai! –lo llama la de cabellos lilas con gran entusiasmo al chico- que suerte sora
- ay!!! No sigas yolei –pide la pelirroja con pena de ver al hermano de su amiga
- hola chicas! –saluda el muchacho con una sonrisa en sus labios
- hola! –saludan las chicas con excepción de kari al muchacho
El aviso de un "ya llegue!" se escuchaba por toda la casa, la jovencita de cabellos castaños fija su vista en el pasillo sin encontrarse con nada, dejando escapar un suspiro talvez sus hermanas no se encontraban en casa, se encamina hacia la sala, para ver si sus hermanas habían dejado un recado, entrando hacia la sala pero dando un grito de susto al sentir el abrazo de alguien, se trataba de una chica de cabellos rubios de ojos azules que la abrazaba con gran felicidad
- ah!!! Ya suéltame!!! –pide la chica al dar muchas vueltas con su hermana quien no la dejaba- ahhhh!!! Ayúdame hermana –le pide la chica a otra chica de unos veinte años de edad de cabellos rojizos de ojos violeta
- zoe! Ya basta –dice la mayor de las hermanas con los brazos cruzados observando como su hermana menor es soltada y cae directamente en el sillón con los ojos desorbitados
- se puede saber ¿por que tanta alegría? –pregunta la jovencita reponiéndose a los mareos, fija su vista en su hermana del medio quien sonríe- no me digas –dice ella con una sonrisa en sus labios- el joven kanbara te pidió ser su esposa?!!! –pregunta la chica con emoción
- si!!! No claro que no!!! –Dice la chica mirando a su hermanita, la jovencita riendo por su broma hecha, de igual forma se encontraba la mayor riéndose- que graciosa, aun no
- bueno… ya son novios –deduce la jovencita, siendo respondida por un si de parte de la rubia- hasta que se te hizo
- si! Lo invite hoy a cenar –dice la chica muy alegre mirando a su hermana mayor
- eso quiere decir, que no solo Ryo vendrá hoy –dice la castaña mirando a su hermana- también vendrá Takuya, cielos muy pronto me llenaré de sobrinos –bromea la chica a sus hermanas, quienes la atacan con las almohadas- jajajajaja no basta!!! –pide la chica al ser ahora atacada por cosquillas de partes de sus hermanas
Durante unas horas, la joven de cabellos castaños se encontraba en la cocina dando los últimos detalles a la comida, ya que hoy era un día especial para sus hermanas, una sonrisa formándose en sus labios, el sonido del timbre sacando de sus pensamientos ¡ha de ser ryo o takuya! dice la chica, corriendo por los pasillos hasta llegar a la puerta, respirando hondo, abriendo la puerta encontrándose con un joven de cabello castaño de ojos celestes
- buenas noches, como has estado pequeña gatita –efectivamente como no olvidar de ese apodo que le puso el joven akiyama desde que tenía sus diez años de edad
- muy bien –contesta alegre la jovencita al verlo
Se encontraban cenando, era de esperarse que se encontraran conversando sobre los trabajos de la universidad en fin cosas de jóvenes adultos, solo deja escapar un suspiro hubiera ella invitado a una de sus amigas y así con alguien poder conversar, fija su vista en sus hermanas quienes conversan alegremente con los chicos, sin remedio fija su vista en su plato, se sorprende un poco ya que al alzar su vista se encuentra con una repentina aparición de un lobo, detrás de su hermana mayor, que la miraba esta dejando caer la cuchara que sostenía en su mano derecha
- mimi? –la llama con extrañeza la rubia mirando a su hermana menor que miraba para otro lado- mimi…
La castaña sobresaltándose, dándose cuenta de las miradas de los demás, apenándose un poco, disculpándose con los cuatro, lo mejor era no comentar nada de lo que acababa de haber visto en ese momento. Al terminar la cena, decide despedirse de los dos chicos, ya que debía terminar con un trabajo pendiente
- esto es más complicado de lo que pensé –suspira la chica, estirando sus brazos- bueno creo que es todo, después de todo, las chicas se encargan de lo restantes –opina ella levantándose de su silla, tomando en sus manos su reloj- lo mejor es que ya me recueste ya que mañana debo encontrarme con las chicas –dejando su reloj en su mesita de noche
- que?! creíste que esto era fácil?! –pregunta la voz de un hombre que se encontraba sentado en un trono- después de todo, no hay nadie tan poderoso como ella que pueda manipular los emblemas celestiales, de este mundo
- y que piensas hacer? –pregunta otra voz masculina fijando su vista fuera de aquel castillo en el que se encontraban- los has olvidado a ellos? –pregunta este volteando a mirar al hombre que yace en el trono
- no –contesta con tranquilidad el hombre- pero sin ella, ellos no son nada –sonríe con malicia, tomando en sus manos una copa de vino
El sol anunciaba un nuevo día, en aquella ciudad, las calles comenzaban a llenarse de autos.
- muy buenos días –saluda la castaña a sus dos hermanas, quienes les responden de a misma forma- he? Pensé que ya te había marchado, hermana –fija su mirada hacia su hermana mayor
- hoy no tengo clases de la universidad –contesta la mayor para luego probar un poco del té
- y los muchachos se quedaron hasta tarde? –pregunta ella comiendo un poco de u desayuno
- si, se fueron a las doce –responde la hermana del medio- te has levantado más temprano de lo acostumbrado
- lo que sucede, es que me voy a encontrar con las chicas –contesta ella levantándose de su puesto- bueno debo ir me
- oye pero que rápida –opina la de ojos azules- recuerda que debes llegar temprano, hoy visitaremos al abuelo
- claro! –responde la chica desde el pasillo de la casa
Durante parte del día, algunos profesores no habían asistido a las clases
- ayyy!!! Esto es el colmo me quede hasta tarde para que el profesor takanaka no haya venido hoy –se queja con gran enoja la de cabellos lilas
- vamos yolei, debes calmarte, quien iba saber que eso sucedería –le dice la de cabellos cortos- y mimi?
- se retiro, me dijo que ella y sus hermanas iban a visitar a su abuelo –contesta la de cabellos rojizos
- es cierto, que el abuelo vive a las afueras de la ciudad y cuida un templo? –pregunta kari a las chicas, quienes afirman con la cabeza
Su gritos eran de gran felicidad, al ver a sus tres nietas visitarlo, Las dos más grandes solo se limitan a negar con la cabeza
- como estás mi pequeña?!!! –pregunta emocionado el señor- seguro ya tienes novio, a ver cuéntame
- he? No, por ahora no –responde la chica con una gota en su sien
- hace tiempo que no e visitaban las tres –dice el hombre con gran tristeza
- vamos abuelo, sabes que estamos ocupadas –le dice la rubia dándole un abrazo- recuerda que nosotras siempre pensamos en ti
- si, pero solo las veo un día al mes –les recuerda el hombre con ojos llorosos
- oh, abuelo no seas tan llorón, acaso nos dejarás aquí fuera o que? –pregunta la mayor cruzando sus brazos
- no, claro que no, vamos entren –pide el anciano a las jovencitas- mimi?
- enseguida voy! –avisa la chica quien se encontraba abajo, tocando aun pequeño gato- bueno nos vemos –se despide la chica del animal, empezando a correr por las escaleras de aquel gran templo, pero un deteniéndose en seco al escuchar un sonido detrás de unos arbusto, dando unos pasos hacia atrás temiendo lo peor- quien anda ahí?! –pregunta la chica tragando saliva, abriendo grande sus ojos al ver salir de aquellos arbustos aun joven de cabellos oscuros de ojos del mismo color malherido- un chico…
El chico se mantenía con los ojos idos, caminando sin darse cuenta de la presencia de la chica, susurrando en voz baja un nombre hasta que sin aguantar más lentamente cae. Ella al darse cuenta corre antes de que el chico misterioso cayera al suelo, atrapándolo en sus brazos, sin saber que hacer solo se limita a mirar al muchacho herido- de donde salió? –se pregunta moviendo algunos mechones de la cara del chico- oye… puedes escucharme –el chico solo se limita a decir en voz baja un nombre- oye! Me escuchas! –tratando de despertar el chico
La rubia sale de la casa en busca de la menor a ver por la razón de su tardanza, buscando por el jardín sin encontrarse con la jovencita
- debo llamar a mis hermanas –dice ella recostando al chico en un árbol, se voltea con rapidez al escuchar la voz de una de sus hermanas- es mi hermana… hermana!! –grita la chica con felicidad al ver salir a su hermana de cabellos rubios- aquí!!!
La rubia fija su vista en aquel árbol, sin encontrarse con nada- donde se habrá metido esa niña
- hermana! Que ocurre?! –pregunta la jovencita notando que su hermana la ignoraba- espera! –notando que su hermana entraba nuevamente al lugar- que esta pasando
Todos a su alrededor empezando a girar entorno a ella, dentro de su cuello algo de color rosado brillando, lentamente cierra sus ojos dejándose caer por un misterioso hoyo dimensional. Abre con lentitud sus ojos, encontrándose con un cielo azul, para luego girar su vista hacia un lado encontrándose con el enorme pasto verde y flores a doquier, con lentitud se levanta
- donde, donde estoy? –se pregunta al darse cuenta que no se encontraba en el templo de su abuelo, fija su vista a otro lado- él! –Corre hacia el muchacho para tomarlo en sus brazos- está muy mal, debo hacer algo –notando que el muchacho se encontraba agitado y con fiebre- debo ayudarlo… que puedo hacer?, que debo hacer? –se pegunta ella cerrando sus ojos
- quien eres? –pregunta la voz agitada del muchacho que se encontraba con los ojos abiertos observando a la jovencita
- eso es lo de menor, debo ayudarte –responde ella mirando a sus lados, sin saber por donde coger
- no hace falta… que me ayudes –habla el muchacho con orgullo separándose de la chica, pero antes de levantarse cayendo
- espera! Estas lastimado –ayudándolo a reincorporarse- no puedes solo, después de todo no es mala idea ayudarte, déjate de orgullo
- quien eres? –pregunta el muchacho siendo ayudado por la jovencita
- mimi… ese es mi nombre –contesta la chica mirando a su al frente con seriedad- y tu eres?
- kouji… -contesta el chico sin dejar de mirar a la jovencita- de que región eres?
- región? Pues soy de Tokio –contesta la chica con simpleza
- Tokio?? –se extraña el chico al escuchar un nuevo nombre- tu vestimenta
- que hay con él? –pregunta ella notando que el chico miraba de arriba a bajo
- nada… olvídalo –contesta el chico, dando un gemido de dolor- maldición…
- estás bien? –pregunta ella mirando al chico con preocupación
- si –contesta él con sequedad- se siente la presencia de un monstruo
- que?! un monstruo –exclama ella sorprendida hacia lo dicho por el muchacho- no bromees así
- no es una broma, es verdad –contesta él, sin aviso alguno empujando a la chica aun lado, recibiendo a la criatura con su estomago ocasionando que sangre saliera por su boca- maldito! –susurra él, con gran enojo y fuerza propinándole a la criatura un golpe en la cabeza dejando aturdido al monstruo, este por su parte tambaleándose al tener su vista borrosa
Aquella criatura reponiéndose de aquel gran golpe, que rápidamente se dirige hacia donde se encontraba el muchacho
- cuidado!!! –grita con fuerza la chica temiendo lo peor, el chico sin saber que hacer se limita a cerrar sus ojos- no te acerques a él –grita ella con más fuerza
Abre sus ojos al ver a solo centímetros a la criatura que de pronto desaparece inexplicablemente, fija su vista a lo lejos y con grandeza nota el cuerpo de la chica brillar intensamente tan solo por unos segundos- quien es ella? –se pegunta el chico, cerrando sus ojos, cayendo al suelo escuchando muy a lo lejos la voz de la chica que lo llamaba por que? por que? posee el mismo poder que ella se dice muy en su interior
