Una Familia

Cap. 1 : Los Newman

Harry se despertó sudando frío. Otra vez había tenido ese horrible sueño en que veía, una y otra vez, las imágenes de Cedric Diggory desplomándose, sin vida, en el suelo. Veía continuamente esos ojos rojo sangre que lo miraba amenazante… a sus padres saliendo de la varita de Voldemort…cada noche soñaba lo mismo, era una pesadilla que nunca acababa… nunca…

- ¡Harry, levanta!!- tía Petunia golpeó la puerta- ¡YA!

- Ya va…- sin ánimo alguno, se levantó y se vistió, aún con el sueño en los párpados. Al mirarse en el espejo su reflejo era el de un muchacho que estaba a punto de cumplir los 15 años, más alto pero igual de delgado, con el pelo aún más desordenado que el año anterior e incluso un poco más  largo y con unas ojeras que le apagaban el brillo de los ojos.

Bajó al comedor y encontró, como todas las mañanas, a tío Vernon leyendo el periódico y al gordo de  Dudley esperando, impaciente, su desayuno.

- Buenos días- dijo sin aliento mientras se dejaba caer en una de las sillas.

- Hum…- tío Vernon miró al chico por encima del periódico. Le empezaba a parecer raro que "su" sobrino cada día estuviera más somnoliento- Llevas 2 semanas aquí y llevas 2 semanas despertándote con un grito. ¿Acaso ya no sabes dormir como una persona normal?- quiso burlarse.

- ¿Eh? ¿Qué?- le miró con los ojos medio cerrados y se los fregó- Lo siento…

- Toma, tu desayuno- tía Petunia le puso en el plato unas tortitas.

- No tengo hambre, gracias- miró el plato con ojos apagados.

- Haz el favor de comer, desde que has llegado casi no has probado bocado. Si sigues así te morirás.

- Sería lo mejor- refunfuñó Dudley.

- No digas eso, Dudley. Si se muere nos podrían culpar a nosotros y eso no me hace ni pizca de gracia. ¡Despierta Harry!- le sacudió por el hombro, el chico se había quedado dormido en la mesa.

- Mmm… per… perdón…- se incorporó fregándose los ojos.

- ¿Se puede saber qué te ocurre?- preguntó tío Vernon algo enojado.

- Una pesadilla…

- ¿Una pesadilla que se repite cada día?- frunció el entrecejo, lo estaba sacando de sus casillas.

- Cada vez que cierro los ojos- contestó cansado- Cada vez que dejo de pensar en algo vuelven una y otra vez esas imágenes… todo por mi culpa, todo… apoyó su frente con su mano, abatido. Sus tíos y Dudley se miraron encogiéndose de hombros.

- Mira chico, no sé qué fue lo que pasó antes de que vinieras, pero seguro que tú no tienes la culpa- dijo tía Petunia. Incluso Harry abrió los ojos como platos y la miró incrédulo- Ahora quiero que te comas las tortitas y duermas un poco en el sofá- Harry obedeció y, con desgana, se comió las tortitas y se tumbó en el sofá. Quedó dormido enseguida.

- ¿Qué mosca te ha picado?- tío Vernon miró a su mujer, sorprendido.

- Ninguna. Si este chico muere por falta de comida  o de sueño aún nos detendrían por asesinato. Pero imagina lo que nos harían esos tipos del mundo de Harry…recuerda que su padrino es un asesino,  y recuerda lo que ese gigantón le hizo a nuestro niñito…- Dudley volvió a agarrarse el trasero como si se le fuera a escapa- Así que tendremos que intentar que no se nos muera.

Tanto Vernon como Dudley estuvieron de acuerdo. Visto de esa manera, deberían ser más "buenos" con el chico.

Harry durmió prácticamente toda la mañana, hasta que volvieron las imágenes de lo sucedido aquel fatídico día. todos contemplaron como el chico empezó a moverse con cara de asustado y murmurando cosas como "no toques la copa" y "maldito asesino". Cuando vieron que el chico lloraba en sueños, tía Petunia lo despertó. Decidieron que sería mejor no preguntar, esas imágenes parecían terribles de verdad (por algo que deducen…). Harry siguió algo somnoliento, pero al menos podía mantenerse despierto.

Esa tarde, mientras Dudley miraba la televisión y Harry leía un libro sobre pociones mortales que tenía como deberes, tía Petunia estaba especialmente pegada a la ventana. Harry lo notó y se atrevió a preguntar como quién no dice la cosa.

- Los del número 5 se han mudado- contestó ella sin dejar de mirar por la ventana- Están llegando los nuevos… ¡Oh, tienen unos muebles preciosos!- Harry supuso que estarían entrando los muebles en la casa- ¡Mira Dudley! Tendrás dos vecinitos de tu edad.

- Qué ilusión- dijo irónicamente.

Aproximadamente unas 3 horas después, cuando acabaron almorzar, llamaron a la puerta. Le hicieron abrir a Harry. Quien había llamado era una mujer de unos 37 o 38 años, bien conservada, de pelo castaño casi rubio y rizado que le caía como cascadas por los hombros y suave de vista. Miró al chico con unos ojos de color ambarinos muy enigmáticos y a la vez muy vivos y alegres.

- ¡Hola muchacho!- le sonrió tiernamente- ¿Puedo hablar con tu madre, por favor?

- Sí…bueno… pase por favor- le cedió el paso. 

- Gracias, eres muy amable- entró, y mientras Harry cerraba la puerta, tía Petunia se asomó por el pasillo- ¡Hola, buenas tardes!- sonrió yendo hacia ella- Me llamo Holly Newman, soy su nueva vecina del número 5.

- Mucho gusto, mi nombre es Petunia Dursley- se estrecharon la mano- Permítame presentarle a mi hijo, Dudley- el aludido asomaba la cabeza en esos momentos y su madre lo había atrapado antes de que se pudiera escabullir.

- Es un placer, jovencito- sonrió la mujer.

- Encantado, señora- Dudley hizo gala de su pelotilleo.

- Bueno, ¿y este muchachito no tiene nombre?- miró alegremente a Harry.

- Harry- dijo casi en un susurro de mala gana.

- Mucho gusto, Harry- le sonrió de forma más amable y cálida que con Dudley.

- Es un placer, Sra. Newman.

- A lo que venía…- miró a Petunia- Me gustaría mucho que mañana vinieran a comer a nuestra casa para conocernos un poco.

- ¿De verdad? Muchas gracias, iremos encantados- sonrió.

A la mañana siguiente tía Petunia los hizo arreglarse a todos para la comida. "La primera impresión siempre es la que más cuenta" repetía una y otra vez. Harry batalló sin éxito con su pelo más de 10 minutos antes de darse por vencido con un suspiro de resignación. En cuanto salieron por la puerta, tío Vernon lo apartó un poco y, con el bigote erizado, le amenazó:

- Escúchame bien muchachito. Compórtate como Dios manda o juro por Dios que no vuelves a ver a tus amigos nunca más durante todas tus vacaciones. Nada de trucos, nada de llamar la atención y, sobretodo,- alzó la voz- nada de tontear con la comida o quedarse dormido. ¡¿Entendiste?!- Harry sólo afirmó con la cabeza- Por tu propia vida, eso espero.

Sin decir nada más, Harry siguió a tío Vernon hasta la casa, donde la Sra. Newman les recibió con muy buenos modales. A su lado, Harry pudo ver a un niño de unos 10 años que le recordó a Ron, pues tenía el pelo de color rojo fuego como él,  y los ojos verdes, como los suyos propios. Un poco más adentro de la casa vio a una chica que parecía tener más o menos su edad, era tan pelirroja como el otro niño y tenía el pelo rizado como la Sra. Newman. Cuando la chica, que había estado colgando el chal de tía Petunia en el perchero, se giró, Harry vio que tenía los ojos azules. La chica se acercó a Harry y a tío Vernon y muy amablemente le pidió la chaqueta (las típicas chaquetitas de verano), que fue a colgar en el perchero mientras la Sra. Newman se llevaba al tío de Harry al comedor. La chica se volvió a acercar a Harry.

- Hola- dijo con una sonrisa.

- Hola- Harry sonrió levemente, no estaba acostumbrado a que le sonrieran y notó que ese gesto era muy reconfortante.

- Me llamo Linda, ¿y tú?

- Harry.

- ¿En serio?- la chica lo miró abriendo bastante los ojos, sorprendida- Vaya, te llamas igual que mi padre.

- ¿Ah sí? Qué coincidencia- sonrió. Antes de que dijeran algo más, el niño que Harry había visto antes salió del comedor con cara de susto.

- ¿Qué ocurre?- preguntó la chica mirándolo.

- Ese chico gordo me da miedo, me ha mirado muy mal- dijo mirando levemente hacia la puerta del comedor, como temiendo que le oyera y fuera a matarlo- Y no creas, se hacía  el amable, cogimos la videoconsola y en cuando los adultos no nos miraban… ¡Qué mirada más espantosa, qué horror!- dijo cogiéndose el pecho con la mano derecha- ¡No me he atrevido quedarme jugando con él!

- Bueno, tranquilo- Linda puso una mano en su hombro para reconfortarlo- Quédate a mi lado y no te hará nada- se giró hacia Harry- ¿Le podrías decir a tu hermano que no asuste al mío, por favor?

- No creo que pueda o terminaría muerto- suspiró- Me tiene manía desde siempre… y no es mi hermano, gracias a Dios- se cogió el pecho como había hecho el niño de forma graciosa y los dos se rieron- Aunque tengo la desgracia de estar emparentado con él: somos primos.

- Ah, bueno, ahora se entiende cómo es que no os parecéis en nada- dijo el niño con una sonrisa poniéndose delante de Harry- Me llamo Tim, ¿y tú?

- Yo me llamo Harry- sonrió.

- Qué coincidencia, nuestro padre se llama igual.

- Sí, me lo ha dicho tu hermana.

- Pero si eres su primo…- Linda parecía haberse quedado en pausa para luego poner de nuevo "play"- ¿Y tus padres? ¿Acaso pasas el verano con tus tíos?

- No, vivo con ellos.

- ¿Y eso?- tanto Linda como Tim notaron que los ojos del chico entristecían.

- Mis padres murieron cuando yo tenía un año más o menos.

- Oh, yo… lo siento… no debí…- Linda no sabía qué decir.

- No te preocupes, no pasa nada- Harry le sonrió y Linda le devolvió la sonrisa con ternura, antes de ver que su hermano la miraba mal.

- ¿Qué? O.ó

- No sabes tener la boca cerrada. ¬¬

- ¡Cállate! -__-#- dijo enojada- ¿Te vienes al jardín, Harry? Nuestro padre no llegará hasta dentro de una media hora… y hasta entonces no comeremos. Por lo menos nos divertiremos un poco. ¿Quieres venir?

- Claro- no pensó ni un momento ante la idea de estar en el comedor al lado de Dudley o de sus tíos y dormirse y ante la idea de jugar con los primeros amigos que hacía en Privet Drive… en toda su vida.

- Mamá, ¿podemos ir a jugar al jardín?- los tres se asomaron levemente en el comedor, donde los adultos conversaban y Dudley jugaba a la videoconsola.

- Claro que sí- Holly Newman se levantó y, acercándose, le  sonrió a Harry- Id a jugar, pero en cuando llegue vuestro padre venid aquí enseguida. ¿Cómo te encuentras, Harry?- se puso delante de él.

- Bien, ¿por qué…?

- ¿Lo pregunto? Bueno, ayer parecías estar muy cansado, y tus padres ya me han comentado que estos días no duermes muy bien. No lo canséis, ¿vale niños?

- Sí mamá- dijeron a la vez.

- Vamos, id a jugar un rato- sonrió- Dudley, ¿no quieres ir con ellos?- miró al gordo muchacho que la ignoraba y lo siguió haciendo- Vale, entendido, no te esfuerces- dijo con muy poco tono sarcástico y tanto Harry como los hermanos Newman esbozaron una sonrisa- Bah, vosotros id a jugar- dijo mirando a los niños y moviendo la mano donde estaba Dudley, para ignorarlo.

Harry y Tim salieron al jardín mientras que Linda iba a buscar unos juegos en alguna parte de la casa. A Harry le encantó el lugar, parecía mágico: aunque sólo llevaban dos días en Privet Drive, tenían un jardín con unas flores tan hermosas y unos árboles tan crecidos que más bien parecía que llevaban años cuidándolo.

- Mi madre adora las plantas- dijo Tim mientras los dos se sentaban en la sombra de un ciprés- Hizo auténticos milagros para transportar las plantas aquí, es como si hubiese hecho un… un  "copia / pega" del antiguo y lo hubiera puesto aquí- los dos se rieron ante la expresión del copia / pega.

- Por cierto, ¿de dónde sois?- preguntó el chico- Tanto tu hermana como tú tenéis un acento algo diferente…

- Es que somos de Fénix, cerca de San Diego, en el sudoeste de Estados Unidos- respondió Linda, que había vuelto con unos cuantos juegos de mesa.

- ¿Tan lejos?- se sorprendió.

- Nuestro padre trabaja en los negocios, y le obligaron a cambiar de país más de una vez. Pero tanto él como mi madre en realidad son de aquí.

- ¿En serio?- Harry aún se sorprendió más.

- Sí, en serio- la muchacha sonrió al ver la cara de Harry- Cuando se mudaron a Fénix, yo estaba en camino- Harry sonrió.

- ¿Cuantos años tienes?

- ^^ Cumpliré los 14 en diciembre y Tim ha hecho los 11 hace un par de meses.

- ¿Y tú, Harry?- preguntó Tim.

- Yo cumpliré los 15 a finales de mes. ^^

Así pasaron el rato, jugando en la sombra del ciprés y hablando de muchas cosas (excepto de los colegios, nadie de los tres mencionó nada cosa que hubiera puesto en un apuro a nuestro protagonista) y sin darse cuenta, vieron un coche que entraba cerca de ellos, en el garaje.

- ¡Es papá!- gritó Tim levantándose y corriendo hacia allá.

- Ven Harry, te presentaremos a nuestro padre.

 Linda tiró del brazo del muchacho para levantarlo y lo condujo hacia el garaje. Vieron un coche  hermoso, nuevo a juzgar por su estado, y de color gris brillante. Y al lado de una de las puertas abierta, un hombre de espaldas a ellos.

- ¡Vamos Tim, suelta, que quiero entrar en casa!- dijo el hombre entre risas.

- ¡Ah, papá mira!- Tim les había visto- Hemos hecho un amigo.

- ¿A sí?¿Quién?

- Está detrás de ti- dijo Linda.

Harry sintió que su corazón latía más fuerte mientras el hombre se giraba y sintió algo extraño, como si estuviera a punto de ver a Sirius, Dumbledore o alguno de sus mejores amigos después de mucho tiempo. Entonces le vio. El Sr. Newman era bastante alto y parecía algo musculoso, de pelo rubio oscuro y ojos marrón miel. Nunca antes lo había visto, pero algo en su interior le decía que era de confianza, como si le hubiese conocido. Por su lado, Harry Newman se había quedado mudo.

- Mira papá, éste es Harry- Linda hizo las presentaciones- Él es mi padre, Harry Newman- dijo mirando al chico.

- ¿Has dicho Harry?- preguntó el hombre algo pálido.

- Sí, os llamáis igual- rió Tim.

- Mucho gusto, Sr. Newman- dijo Harry.

- Igualmente- Harry Newman sonrió- Dime Harry, ¿dónde vives?

- En el número 4.

- ¡Ah, así que eres nuestro vecino de enfrente! Entonces has venido con tus padres, ¿no?

- Sí… bueno…no son…- empezó a decir el chico.

- ¡¡Harry!!- los dos mencionados se giraron y vieron a Holly Newman desde la puerta, haciendo señas para que entrasen.

- Bueno vamos adentro, parece que vuestra madre nos necesita- dijo el hombre mirando a sus hijos y miró a Harry- Vamos Harry, entremos- le puso una mano en su hombro y los 4 se dirigieron a la casa.

Una vez dentro, Harry Newman se presentó a los Dursley y empezaron a comer mientras hablaban de cosas como el traslado a Privet Drive, los trabajos (Harry se enteró de que Holly Newman era enfermera). Más tarde mientras los mayores seguían con sus charlas, cosa que aburría a  los niños, éstos siguieron jugando en el jardín toda la tarde.

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- Ha sido una estupenda comida, Holly.

- Muchas gracias, Petunia. Ha sido un placer que vinierais. ^^

- Mamá…- Tim tiró de la camisa de su madre- ¿Harry podrá venir mañana?

- Pues no sé… ¿Puede venir?- dijo mirando a Petunia.

- ¡Oh, no! No queremos que el chico sea una molestia…

- ¡Pero si no es ninguna molestia! Harry ha hecho muy buenas migas con mis hijos y nos cae muy bien- le sonrió al chico, que miró al suelo de la vergüenza.

- "Bien pensado… así me lo quitaría de encima buena parte del día…"- pensó Petunia- Bien, que venga cuando les vaya bien a ustedes.

- Puedes venir siempre que quieras, Harry- volvió a sonreírle.

Los Dursley se fueron deprisa de allá y Harry fue detrás de ellos, sonriendo y diciendo adiós a los chicos.

- Harry, ya estás preparando las cosas para la cena, rapidito- ordenó tía Petunia justo cuando el chico estaba travesando la puerta.

- Voy- dijo sin poder borrar esa sonrisa que había hecho al despedirse de la familia Newman.

- ¿Y eso?- tío Vernon miró a su mujer y luego a Harry- ¡Potter!- dijo severamente- Después de comer quiero que limpies la cocina, los baños y luego te quedes encerrado en tu habitación.

- Sí- respondió robóticamente el chico, aún con la sonrisita en su rostro.

- ¬¬- tío Vernon estaba algo "mosca"- Y borra esa estúpida sonrisa de tu cara, pareces un idiota.

- Vale- Harry siguió igual mientras empezaba a hacer la cena.

- ¬¬#- tras echar un gruñido, miró a su mujer- ¿Y tú… se puede saber porqué has aceptado de que vaya mañana a esa casa?

- ¿Acaso no lo ves?- sonrió su mujer- Nos quitaremos al chico de encima un buen rato.

- ¡pero ahora tiene amigos!- gruñó Dudley- ¿Quieres que les amenace para que dejen de serlo, mamá?

- Dudley, eres un cielo (digo yo menudo concepto de "angelito" tiene esta mujer ·_·U), pero no quiero que les hagas nada a esos niños. Me he trabajado mucho la reputación de familia normal, honrada y generosa- aquí Harry tuvo ganas de vomitar pero siguió con los suyo como si les oyera- y si esos niños dicen que les haces algo, se echaría todo a perder. Seríamos tema de conversación de todas las vecinas, ¡qué horror!- se puso las manos en la cara- Y por cierto, no me acaban de caer muy bien esos Newman, tienen un algo raro… ¡pero eran tan perfectos que no sé qué criticarles!- dijo horrorizada- ¿Qué cotillearé con las vecinas ahora? Les había prometido que seguro que serían horrorosos- los tres "hombres" la miraron con cara de "Lo que hay que ver… y oír".

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Harry estaba sentado en su "escritorio", una mesa medio rota, con una pata más corta que las demás mantenida en equilibrio gracias a unos pliegues de papel y con una vela, haciendo sus deberes y leyendo un libro sobre Los Aurores y las Artes Oscuras que Sirius le regaló pocos días después de llegar a casa de sus tíos a través de una lechuza. Se preguntaba por él y sus amigos, tenía ganas de volver a verles. Estos días se había sentido solo, demasiado solo después de lo ocurrido en el Torneo. Una gran tristeza volvió a inundar su cuerpo y cerró el libro de golpe como intentando espantar esos recuerdos que inevitablemente le deprimían. Hoy se había sentido tan bien, había dejado a un lado las preocupaciones y la tristeza y había disfrutado el día como un chico normal. Y todo gracias a los Newman. Le caían muy bien, y tenían muchas cosas en común los tres chicos… Y Holly y Harry eran los primeros adultos que mostraban afecto hacia él, exceptuando a los de "su" mundo, claro.

Se levantó y miró por la ventana, aún había luz en dos habitaciones de la casa de los Newman. En una pudo distinguir 2 figuras, una más alta que la otra que  se acercó a la ventana y la abrió: era Linda. Harry también abrió la suya y se vieron. Se saludaron con la mano y entonces apareció Tim saludando. Cuando los tres a la vez bajaron la mano, Holly Newman apareció pero no para mirar a fuera, sino para coger a los dos hermanos por el cuello de la camisa y meterlos dentro. Harry sonrió, probablemente les estaría mandando a la cama. La vio aparecer por la ventana buscando algo hasta que le vio. También agitó la mano, saludándolo. El chico sonrió y también saludó, seguro que los chicos le habían dicho que estaba allí y se había asomado. Holly Newman le lanzó un beso de buenas noches antes de cerrar la ventana y Harry cerró la suya. Sonriendo, muy feliz, se puso en la cama y se dispuso a dormir, cuando una pregunta entró en su mente. Si Holly era de pelo castaño  y Harry Newman rubio… ¿Por qué los chicos eran pelirrojos? Con ese pensamiento, algo tonto pero que tenía su intriga, se quedó dormido al instante.

De mientras, en casa de los Newman, Holly entraba en su habitación, donde su marido la esperaba ya metido en la cama.

- Por fin se han dormido- suspiró ella mientras entraba en la cama- ¿Sabes qué hacían? Estaban en la ventana, saludando a Harry.

- ¿Al chiquillo de los Dursley?- preguntó éste.

- Sí, yo también le he visto y le he saludado- sonrió- Es tan majo…Pero tiene unos ojos tan… serios… como si hubiese vivido cosas demasiado fuertes para su edad.

- Sí, yo también me he fijado. Incluso se le veía triste.

- Nunca hubiera imaginado que le pondría el nombre de Harry a un hijo suyo- pensó la mujer en voz alta y miró a su esposo- ¿No has pensado que tal vez ese niño…?

- No empieces otra vez, por favor. Ya hablamos de esto: nuestro hijo está muerto, lo vimos con nuestros propios ojos. ¿Recuerdas? Él murió.

- Lo sé- sus ojos entristecieron y se dejó abrazar- Pero siempre tengo esa esperanza… ese algo en mi interior…

- No te quieras hacer daño, cariño, mejor deja el tema- le dio un beso en la frente.

- Pero es que se parece tanto a nuestro niño…

- Sí, incluso me sorprendió. Pero este Harry debe tener unos 12 o 13 años, es imposible que sea nuestro hijo.

- Si estuviera vivo… ahora tendría casi 15 años…

- Vamos, mujer, no te entristezcas. Debemos seguir, por Linda y Tim.

- Lo sé- se sonrieron- Buenas noches.

- Buenas noches.

-

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Harry pasó todos los días de la semana siguiente yendo y viniendo de la casa de los Newman. Los tres chicos se hicieron inseparables enseguida y hacían de todo: jugaban, hacían travesuras, leían (la familia tenía un montón de libros interesantísimos) e incluso ayudaban a Holly Newman sin que ella llegase a pedirlo.

- Muchas gracias por ayudarme, Harry- dijo Holly cuando Harry la ayudó a limpiar los armarios de la cocina. Linda y Tim estaban en el comedor, uno pasando el aspirador y el otro el plumero.

- Ha sido un placer, Sra. Newman.

- Ya te he dicho que no me llames "Sra. Newman", llámame Holly- dijo con voz de desesperada.

- De acuerdo, Sra. Newman- Holly le miró frunciendo un cejo.

- No me quieras tomar el pelo- dijo revolviéndole el pelo.

- ¡Eh, vale, vale!- rió el chico. Holly le soltó la cabeza.

- Tienes un pelo indomable, ¿lo sabías?- sonrió.

- Pues no, no me había dado cuenta- respondió sarcásticamente, intentando "peinarse" con las manos.

- Je, je, je… ^^ Ah, por cierto…- se agachó delante del chico y le quitó las gafas, mirando fijamente sus ojos- Vuelves a tener cara de cansado, no has dormido ¿verdad?

- Pu… pues… esto…

- Explícame qué te ocurre. Soy enfermera, ¿recuerdas?- le guiñó un ojo- Si me lo cuentas te sentirás mejor, ya verás, incluso puede que desaparezca esa preocupación- los ojos de Harry entristecieron.

- No creo que nada pueda hacerme desaparecer esta sensación.

- ¿Por qué no?- preguntó Linda, que acababa de entrar con su hermano.

- Bah, no tiene import…

- No cuela, Harry- dijo Tim.

- -_- Ay…- dejó caer los hombros.

- Harry…- Holly le susurró dulcemente mientras ponías las manos en sus hombros- No pasa nada, no tienes porqué decirnos algo que no quieres- él la miró con los ojos llorosos, y notó que una gran tristeza y desesperación los habían invadido- No te preocupes- le abrazó y Harry no pudo más.

Lloró. Se echó a llorar como un niño lloraría en brazos de su madre después de una horrible pesadilla. Holly no dejó de abrazarle, mientras que con una mano hacía señas a sus hijos para que les dejaran solos y ellos obedecieron sin decir nada. Dejó que el chico se desahogara, sabía que lo necesitaba y se sentía como si fuera su deber el darle un hombro en qué llorar.

Por su parte, Harry notó un calor inmenso en su cuerpo, el calor que nunca nadie le había dado, ni siquiera sus mejores amigos. Sólo notó algo parecido cuando abrazó a Sirius, y no era tan fuerte como el de ahora. Se relajó un poco e intentó dejar de llorar, pero no podía, había guardado durante demasiado tiempo esa pena que algún día, por alguna parte, tuvo que salir.

- ¿Te sientes mejor?- oyó que Holly le volvía a susurrar en el oído y notó su mano pasando por su pelo, acariciando su cabeza. Él sólo pudo moverla un poco, afirmando.

- Fue… fue por mi culpa…- empezó a susurrar sollozando.

- No tienes porqué decirme nada, no te preocupes.

- Es que… es que… yo tengo la culpa… él murió por mi culpa…- Holly se quedó helada- Le mató… porque iba conmigo…¡¡Todo fue por mi culpa!!- volvió a llorar, más fuerte que antes. Holly no se esperaba aquello, no podía creerlo. Ese chico no podía haber vivido una experiencia así, era algo inhumano. No, no podía ser cierto eso que había oído. Con lágrimas saltándole de los ojos, abrazó al chico con fuerza, deseando que todo se fuera como el viento.

Estuvieron así un buen rato, hasta que Holly notó como el cuerpo de Harry se relajaba y se volvía un peso: se había dormido, o quizás desmayado. La tristeza, la desesperación, lo ocurrido ese día, el haber soportado algo tan doloroso dentro suyo habían terminado por agotarlo del todo. Linda y Tim entraron corriendo al verlo caerse de espaldas (por suerte Holly lo aguantó). Su madre notó que lo habían oído todo, puesto que sus ojos también estaban tristes, como los de ella. La mujer cargó con el delgado y cansado cuerpo de Harry  y se lo llevó a una habitación del piso de arriba para que descansara. Los chicos no quisieron molestar, así que no la acompañaron por temor a despertarle. Cuando Holly lo dejó encima de una cama, notó que el chico había cogido fiebre, y lo comprendió: todo eso era demasiado para un chico tan joven. Sin perder tiempo, le puso un pijama de Linda puesto que la ropa que tenía estaba empapada en sudor y lo arropó para que sudara y así le bajara la fiebre. Lo vigiló durante un rato y notó como el rostro de Harry pasaba de una sonrisa a toda expresión negativa posible, hasta palidecer considerablemente. Algo atormentaba sus sueños y eso no era bueno. La Sra. Newman salió de la habitación y al poco volvió con una botellita que contenía un líquido de un color raro, como amarillo tierra.

- Siento mucho tener que hacerlo- suspiró antes de coger e incorporar un poco al chico, para así apoyarle la cabeza en su pecho. Entonces el chico murmuró algo muy flojito, pero Holly se quedó helada y palideció - Harry, Harry…despierta…vamos Harry…- el susto se le pasó, lo más importante ahora era que el chico…- Vamos Harry…- levantó un poco el tono de voz. Harry gruñó un poco y se despertó sobresaltado y respirando fuerte. Sus ojos reflejaban miedo.

- ¿Qué… qué ha pasado… qué?- al darse cuenta de que estaba en otro sitio del que pensaba, se quedó desconcertado.

- No pasa nada, tranquilo- Holly sonrió- Quiero que te bebas esto y no te preocupes por nada- el muchacho dudó un segundo al coger la botellita pero se la bebió enseguida.

- ¡Puaj, qué asco!- se limpió la boca con la manga- Parece uno de los brebajes de… la… señora… Pro…mmm…- inmediatamente sus ojos se cerraron y su cuerpo quedó inerte, dejándose caer. Holly lo cogió y con cuidado lo colocó en la cama.

Cuando comprobó que el chico dormía sin soñar y realmente descansaba, bajó al comedor donde sus hijos estaban impacientes por saber como se encontraba el chico. Cuando terminó de dictar "el informe del estado de Harry" a sus hijos, se fue a ver a los Dursley un momento.

- ¿Ocurre algo?- dijo Petunia mirando a la recién llegada en la puerta de su casa- ¿Harry le ha hecho algo?- por un momento se le pasó por la cabeza que Harry podía haber hecho alguna de esas cosas horribles que hacen esos monstruos- ¡Ese crío se va a enterar…!

- Calma, Petunia. Harry no ha hecho nada de nada. Al contrario, me ha ayudado mucho- sonrió- Pero quería hablarte de él. Hoy ha hecho algo que…

- ¡¡Qué!!- gritó histérica- ¡¡¿Qué ha hecho?!! ¡¿No te lo habrás imaginado?! Es que Harry es un chico con problemas…- estaba al borde de un ataque.

- Sí, lo sé. Por eso quería hablarte, Petunia. ¿Cómo un niño de su edad ha podido ver una muerte?- dijo en tono serio.

- ¿Eh? ¿De qué me hablas?- se descolocó de sitio.

- ¿Es que no lo sabes? ¡Este chico me acaba de decir que alguien murió supuestamente por su culpa y se me ha desmayado en la cocina por culpa de todo lo que eso le ha supuesto psicológicamente ¿y ahora me dices que no sabes nada?!

- ¿Cómo voy a saber yo de su vida?- respondió más aliviada.

- ¡¿Que qué?!- respondió enojada, y después de dar un largo suspiro, pareció calmarse- Está bien, sólo quería decirte que Harry se quedará esta noche en mi casa porque está reventado.

- Ah, bueno, si no te importa…- respondió ésta moviendo la mano.

- Buenas noches- Holly se giró y casi corrió a su casa. Entró hecha una fiera, cosa que sus hijos notaron de lejos porque se alejaron corriendo de cualquier camino de la casa. Estaba realmente enfadada- ¡No me lo puedo creer! ¡¿Pero de qué va esa familia?!- miró a sus hijos- ¿Os podéis creer que no sabían nada de lo que le pasaba a Harry y tampoco les ha importado?

- ¿Qué?- exclamaron los chicos a la vez.

- ¡¿Por qué será que no me extraña?!- dijo levantando las manos y sin dejar el tono enfadado. Los chicos se miraron y se encogieron de hombros.

Aproximadamente una hora después llegó Harry Newman, que entró en la casa más feliz que un niño con zapatos nuevos.

- Adivinad, familia: ¡hoy he hablado con uno de mis mejores amigos del colegio!- dijo al entrar en el comedor donde le esperaban para cenar, y su sonrisa desapareció de golpe- Jo, qué caras… ¿quién se ha muerto?

- No es de broma- dijo Holly severamente.

- Vale, vale… ¿qué ha pasado aquí?

- Es Harry- dijo Linda.

- ¿Os habéis peleado?

- No- respondió Tim.

- ¿Entonces?

Holly le hizo sentar y le contó todo lo que había pasado, incluido lo que Petunia dijo palabra por palabra. Harry Newman se enfureció y estuvo a punto de salir a decirles cuatro cosas, a los Dursley esos.

Después de haber cenado, acordaron no mencionar nada de lo ocurrido al día siguiente para no hacer sentir mal a Harry, y se fueron a dormir. Había sido un día difícil para todos. Holly se pasó a ver al chico durmiente y le cambió de nuevo el pijama. La fiebre había bajado y su rostro seguía sin mostrar sentimientos, seguía sin soñar. Más tranquila, se fue a su cuarto.

- ¿Sabes?- Holly se sentó en la cama

- Dime- se acercó a ella.

- No sé si me estoy obsesionando con esto, pero- se calló.

- ¿Pero?

- No sé, me pareció oír que Harry murmuró en su pesadilla…- se calló de nuevo.

- ¿Qué murmuró?- preguntó el hombre, curioso.

- Me pareció oír que dijo: Voldemort.

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Notas de la autora:

Holaaaaaaaa!! He publicado otra vez el capítulo uno porque hice un pequeño error en cuanto a la edad de Linda, que cumple 14 y no 13 ^^U

¿Qué tal queda? ¿Interesante? ¿Divertido? ¿Ilógico? ¿Hay explicación a todo esto? ¿Puede ser que los Newman sean los… lo que se imaginan? :DD Bueno, todo esto se recolverá en el próximo capítulo, ¡les espero!

Kina-san @---                  

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