Capítulo 1

Advertencia: Los personajes pertenecen a S. Meyer, la trama es mía.

Clasificación: M

Aclaratoria: esta secuela será un tanto fuerte, por favor si ustedes es en extremo de mente sensible, leer bajo su propia responsabilidad, y abstenerse de comentarios insultantes o irrespetuoso.

Resume de la precuela: Edward está enamorado de su hermana Bella. Cuando ella tenía 7 años y él casi 19, Edward toma la decisión de alejarse de su hermana para siempre, ya que no se cree capaz de seguir controlando el impulso de cometer una locura...

8 años después, que él está a tres meses de casarse con su prometida Irina, por circunstancias del destino, se reencuentra con su hermana, y en la convivencia con ésta, descubre que su amor es correspondido. Edward decide que lo mejor para ambos es mantenerse alejado de ella, ya que su parentesco no le permitirían llevar una relación bien vista ante los ojos de Dios y la sociedad. Pero cierta noche hace a un lado todos éstos prejuicios, dejándose llevar por su amor y deseo, haciendo suya a su hermana, diciéndose que un amor tan grande como el que ellos se tenían, no podía ser un pecado...

Edward, segado por la lujuria, no se da cuenta que, mientras él y su hermana se demuestraban sus sentimientos...

Alguien los observaba con cara de asco y horror, sufriendo las consecuencias de su acto.


1.-

— ¡Un Médico, por favor un Médico!

Edward gritó pidiendo ayuda al entrar al hospital con Irina en los brazos. Su cara estaba descompuesta y parecía que había doblado su edad en segundos. Varios enfermeros se acercaron a él rápidamente, ayudándolo con el cuerpo inconsciente de Irina, colocándolo en una camilla, para luego emprender un camino hacia un pasillo.

— Lo siento. Usted no puede pasar.

Uno de los enfermeros le dijo, impidiendo que él cruzara la puerta que daba hacia la zona de emergencia, no quedandole de otra que quedarse a fuera. Pronto, imágenes de lo sucedido hace algunos momentos se presentaron en su mente y tuvo que sacudir la cabeza intentando no recordar para no volverse loco. Caminó hasta recepción y como pudo dio los datos de Irina, luego se dirigió a la sala de espera y se sentó.

Horas despúes...

— ¿Es usted el familiar de la Señorita Denali?

Edward escuchó que le preguntaban y abrió los ojos al tiempo que se ponía de pie. La persona que le había hecho la pregunta era una mujer de mediana edad, cabello rubio, piel blanca y ojos azules. Parecía más una modelo de pasarela, que personal de un hospital

— Sí... Bueno, no, pero soy su prometido. —Edward respondió dubitativo. Era cierto que no era su familiar, pero después de haberle pedido a Irina que se casara con él, era como si lo fuera. Además, estaba el hecho de que ésta no tenía a ningún otro familiar: su madre había muerto cuando apenas tenía cinco años, y a su padre nunca lo conoció, lo que llevó a Irina a criarse en un orfanato.

— Bien. Mucho gusto, soy la Doctora Rosalie Hale. —La Doctora se presentó, extendiendo una de sus manos, la cual Edward estrechó con la suya temblorosa

— Edward... Cullen —le dijo su nombre y continuó con una pregunta, dudoso de querer escuchar la respuesta. Algo en su interior le decía que lo que le contestara la Doctora, no le sería de su agrado:—. ¿Cómo... Cómo está Irina?

— Ella está bien, aunque sigue inconsciente, pero —Rosalie suspiró largamente. En sus años como Doctora, lo que iba decir era común, pero no podía evitar que su humanidad le hiciera sentir pesar por la noticia tan trágica que tenía que dar. Es especial porque Irina le había caido bien desde un principio «Con lo emocionada que estaba» pensó, recordando como la rubia había tomado la noticia de su estado.—... pero lamentablemente no pudimos hacer nada por la criatura, fue un aborto espontáneo. ¿Sabe qué fue lo que le pasó?

A Edward le costó un momento asimilar las palabras de la Doctora, cuando lo hizo, respondió nervioso y de manera apresurada.

—No lo sé. Yo sólo la vi allí parada con sus piernas bañadas en sangre. Había mucha sangre. —se pasó las manos por el cabello y la cara, no sabiendo que más decir. Estaba como en estado de shock por lo que acaba de oír y su cerebro sólo mandaba la orden a su boca para que hablara. «¡Estaba embarazada!» le gritó subconsciente, haciendo que un escalofrío recorriera su columna vértebral a la vez que empezaba a sentir asco por lo que inconscientemente había causado y, sin poder evitarlo, le dio la espalda a la Doctora, doblando su cuerpo, empezando a vomitar una y otra vez en el piso. Rosalie se acercó a él, ayudándolo para que no se cayera, ya que había visto como éste se tambaleaba. Lo tomó de su cintura y espalda, guiándolo para que se volviera a sentar. Edward no opuso resistencia y se sentó sintiéndo que todo le daba vueltas.

— No... No lo sabía. —emitió en un susurro, aún con el malestar en su cuerpo, tratando de controlar las arcadas.

— Lo siento, pensé que ya lo sabía. La señorita Denali vino hace casi un mes a hacerse la prueba de embarazo, yo misma le realicé la ecografía luego de que ésta diera positiva. Para ese entonces, ella tenía una gesta de 8 semanas. El bebé estaba en perfectas condiciones y ella no presentó ningún tipo de traumatismo o patología, lo que me hace suponer que la pérdida pudo haberla causado alguna fuerte emoción. Por eso le pregunté si sabía lo que pasó.

Aunque Edward seguía aturdido por la desagradable noticia, se obligó así mismo a pensar con sus cinco sentidos alguna excusa que dejara satisfecha a la Doctora. Pero, digera lo que digera, Irina lo desmentiría una vez que se despertara, y él se iría a la carcel por mantener relaciones con una menor que, además, es su hermana. Aunque no era eso lo que más le importaba a Edward, pues pensaba que ir a la cárcel era lo mínimo que se merecia por haber matado a un inocente. Lo que realmente le preocupaba, era lo que pudiera pasarle a Bella; ella no iría presa, pero de seguro la mandarían a un refugio, ya que su hermana no tenía ningún otro familiar, excepto él. Y Edward sabía que su princesa se desplomaría en un lugar como ese, sola y sintiéndose culpable por lo que había causado, porque él estaba consciente de que ella no era culpable de nada, pero su hermana no pensaría igual; ella dirá que Dios la castigó "Manchando sus manos de sangre" por haber cometido un pecado.

Edward trató de no seguir con esa línea de pensamientos, ya que no lo ayudaban en su intento de pensar con cabeza fría, y dijo lo más convincente que pudo:

— Yo me encontraba durmiendo, cuando escuché un grito que me despertó. Me levanté de la cama y me dirigí rápidamente hacia dónde creí que provino el grito, y hallé a Irina tirada en el piso de la sala. Al darme cuenta de la sangre, reaccioné, cargándola para traerla hasta aquí. —luego pensaría que hacer para cuando Irina se despierte.

La Doctora lo miró con cierta desconfianza, sintiendo que algo no cuadraba, pero no sabía qué.

"Doctora Hale, se le solicita en el área de emergencia"

El llamado por la megafonía, no dejó que ella pensara un poco que era lo que se escapaba.— Está bien. En un momento pasarán a la señorita Denali al área de recuperación y podrá verla. Pediré que le informen cuando se haya realizado el traslado —se dio vuelta dejando a un Edward más tranquilo, pesando que se había salvado, por el momento, pero cuando Rosalie estaba llegando a la salida de la sala de espera, recordó que era lo que no iba bien, y giró su cuerpo al tiempo que decía:—. Me dijo que la había encontrado parada, con las piernas bañadas en sangre.

Edward palideció dándose cuenta que la doctora había descubierto su mentira y Rosalie, al ver su reacción, supo que lo que él le ocultaba era algo grave. Quiso deshacer sus pasos y encararlo, pero de nuevo la voz de la megafonía hacía el comunicado de que se le necesitaba en emergencia, con carácter de urgencia. Salió de la sala, no sin antes decirle, con una clara voz de advertencia:

— Ésta conversación no acaba aquí.

Edward dejó caer pesadamente su cabeza entre sus manos, mientras comenzaba a llorar, pensando que estaba perdido, y que sólo un milagro lo salvarían de las consecuencias que él mismo se había generado.


Bueno, espero que les haya gustado el primer capítulo de la secuela y quería agradecer a todas las chicas que comentaron la precuela y podieron que subiera la continuación.

También, gracias a todas las que me agregaron la historia a favoritos y las que la agregaron a alertas.

Disculpenm que no me extienda nombrándolas a todas. Lo que pasa es que ya empecé a trabajar y estoy sacando un tiempito para subir esto. Pero de verdad estoy muy agradecidas con ustedes.

Me despido, nos leemos luego.