Disclaimer: Naruto y sus personajes no me pertenecen, todo es de Masashi Kishimoto, excepto la historia.
N/A: He editado este y más escritos de mi propiedad para corregir algunas cosas. Sin más, espero que disfrutéis de la lectura, y no olvidéis regalarme un comentario, sería maravilloso conocer vuestra opinión.
El Cuaderno de Sakura
por Nam Min Hee
Sakura soltó un pequeño suspiro apagado y le echó un rápido vistazo al reloj de la clase. Sus ahora aburridos y cansados ojos verdes se movieron hasta la hoja de su cuaderno, la cual permanecía casi impoluta excepto por los corazones y divagaciones amorosas en distintos colores y caligrafrías, aunque había una que destacaba más de entre las otras:
Quiero besar a Sasuke-kun.
Este chico en cuestión, Sasuke, era su compañero de pupitre. Inexpresivo y callado, él era cómo un soplo de aire fresco para ella, tan distinto a los demás muchachos de su edad, los cuales siempre eran ruidosos y pesados. Sin embargo, él era Sasuke Uchiha, uno de los chicos más populares en su instituto. Y aún cuándo las chicas babeaban por él, siempre las rechazaba. Si alguna se arrimaba a él para batirle las pestañas, él las ignoraba. Si se sentaban en su regazo, simplemente se movía y las dejaba caer duramente en el suelo. Tenía fama de chico malo, y el reto que suponía dominar a un chico malo fue uno de los factores que influyeron para catapultarlo hacia la popularidad.
Pese a todo aquello, ella estaba enamorada de Sasuke. Y era consciente de que él nunca se dirigiría hacia ella con otras intenciones diferentes a las académicas... cómo siempre ocurría.
Algo desconsolada por aquellos pensamientos, continuó decorando el margen de la hoja en vez de tomar apuntes.
— Haruno.
La pelirosa se sobresaltó al escuchar su nombre de los labios del que era sujeto de sus pensamientos. Con el corazón apunto de salírsele del pecho, movió el libro de matemáticas para esconder las vergonzosas declaraciones de amor y garabatos que escribió a lo largo de la clase.
Se mojó los labios y acomodó un mechón rosa detrás de la oreja, todavía un poco cohibida y nerviosa para hacer contacto visual con él.
— ¿Sí, Sasu-... ? ¡d-digo! Uchiha-san. —se abofetéo mentalmente ante ese desliz.
Sasuke entrecerró los ojos, y ella no pasó por alto el rápido y silencioso análisis que le hizo... ni el brillo de diversión que bailaba en aquellos profundos pozos negros.
— Préstame un bolígrafo.
— Uh, sí.
Cuándo ella se disponía a buscar en su estuche, se sintió repentinamente apenada. ¿Por qué no se compró uno nuevo aquel año? uno más neutral, menos rosa e infantil, o podría haberse deshecho de aquel llavero de conejito. Sí, tendría que haberlo cambiado.
También tendría que haber comprado otros bolígrafos.
Un poco insegura de si entregarle aquella pluma tan... exótica, él se la arrebató sin dirigirle una mirada.
— Te lo devolveré al final de la clase. —prometió, o eso supuso ella.
— No te preocupes, tengo muchos más, así que puedes quedártelo.
No creía que se lo fuese a quedar. Vamos, ¿quién guardaría un bolígrafo de Rilakkuma? aunque ese era uno de sus favoritos.
Estuvo esperando unos segundos, quizá más, a que el volviera a pedirle otra cosa, sin embargo esa vez él no volvió a hablar más. Sus hombros cayeron, y con un pequeño suspiro de decepción, se echó hacia atrás, contra el respaldo de la silla mientras fingía estar concentrada en el libro de la asignatura. Desde su periférico, notó que varios de los alumnos no se molestaban en esconder su aburrimiento. Por un lado estaban los que se estiraban y se tallaban los ojos intentando recuperar el sentido de la realidad, por el otro, había algún que otro que dormitaba encima de la mesa.
Sakura sacudió levemente la cabeza y suspiró —por quinta vez— acomodándose en el asiento.
— ¡Haruno! sal y resuelve el ejercicio trece, por favor. —Bueno, maldición. Resignada, se incorporó llevándose el libro con ella. Era un problema fácil, y no tardó más de dos minutos en recibir la felicitación el profesor, una vez terminó.
Entonces la campana sonó y las sillas se arrastraron, algunos estudiantes bostezaron y se quejaron mientras recogían y se preparaban para irse a casa. Y sobre todo el barullo, la voz del profesor consiguió imponerse durante unos segundos, en los cuales dictaba la tarea para el día siguiente. Sakura regresó a su sitio, y al llegar se encontró a un Sasuke terminando de recoger. Sorprendentemente, este hizo un singular comentario:
— Me gusta tu cuaderno. Creo que nuestros gustos no son tan distintos después de todo.
Y rodeando a los grupos de alumnos en medio de la clase, desapareció. Sakura, estupefacta, parpadeó intentando descifrar sus palabras. Pero no lo hizo hasta tiempo después de encontrase con una gran sorpresa a la hora de coger su libreta para guardarla, y entonces su rostro perdió todo el color.
En una bonita y limpia letra de color azul, habían escrito lo siguiente en la misma hoja en la que ella había estado garabateando toda la clase:
Estoy esperando por ese beso.
FIN.
N/A: No sé de dónde salió esto. Sólo me vino la idea e intentando desarrollarla, así quedó. Pero me ha gustado, he cambiado algunas cosas mientras he ido corrigiendo hasta dejarlo a mi gusto. Espero que os haya gustado ese One-shot, a mí me gustó escribirlo, y aunque casi lo alargo más, el resultado final no sería lo que tenía en mente. Y bueno... no sé si habéis pillado el último comentario de Sasuke. Sino... pues, eh, analizadlo profundamente, que tampoco es muy complejo.
Por cierto, si no sabéis lo que es Rilakkuma... googleadlo, que es más fácil y rápido.
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