Hace mucho tenía ganas de escribir un fanfic Gruvia, había hecho un Oneshot hace tieeempo, pero en serio quería algo más. Este fanfic es corto, apenas tiene tres episodios, pero me logró quitar un poco la espinita. De todos modos, estoy preparando algo mucho más largo y con una trama más dramática, así como me gustan a mí xD

Estoy nerviosa porque pronto se vienen los episodios más tristes de Fairy Tail, aunque, según yo, los mejores. ¡Estoy ansiosa!

Disclaimer: Fairy Tail le pertenece a Hiro Mashima.

Advertencia: Historia ubicada después de la última saga del manga, suponiendo que la de los 100 años no ha ocurrido o ya terminó.

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Capítulo 1

Era un día totalmente normal en el gremio. Fairy Tail era ruidoso como siempre, con Natsu y Elfman gritando un montón de sandeces sobre desafiar a Erza a un duelo o sobre ser un hombre. Gray estaba sentado en silencio, mientras observaba un punto inexistente. Últimamente, el mago de hielo había estado comportándose un tanto extraño. Era bien sabido que Juvia, la maga de agua del gremio, estaba locamente enamorada de él y que lo perseguía y siempre trataba de estar a su lado. Todos pensaron que, después del trabajo que fueron a hacer juntos y a solas, finalmente regresarían siendo una pareja, pero había sucedido todo lo contrario. Después de volver, ambos se ignoraban el uno al otro.

El Devil Slayer suspiró hondamente, se sentía aburrido y algo abrumado por todo lo que había pasado en el último mes.

—¡Erza, pelea conmigo! –exclamó Natsu Dragneel, desafiando a la maga de clase S del gremio, la que era conocida como Titania.

La pelirroja, que se encontraba sentada en silencio, se puso de pie, re equipando su armadura por aquella que tenía ventaja sobre las flamas.

—Ya que insistes… –contestó la mujer, sonriendo altivamente.

—Ara, ara –se escuchó reír a Mirajane—. Por favor, háganlo afuera, podrían destruir el gremio –les aconsejó, pero Natsu le ignoró y se lanzó contra Erza, con su puño ardiendo en llamas, la cual, tan sólo le dio un golpe en la cara y lo dejó estampado contra el piso del edificio.

Gray suspiró.

—Qué idiota… –murmuró.

—Gray, tu ropa –la voz de Lucy le hizo darse cuenta de que sólo estaba en ropa interior, así que pegó un fuerte grito, pues no había notado en qué momento se había desvestido.

Erza volvió a sentarse luego de vencer a Natsu, quién seguía en el suelo, desmayado. La maga de espíritus celestiales se acercó a él, dándole ligeros toquecitos en la cabeza con su dedo de la mano derecha, para tratar de despertarlo.

—Oi, Natsu, no duermas aquí –murmuraba Lucy.

—Natsu, has perdido olímpicamente, aye –decía Happy, volando sobre el peli rosa.

En ese momento, por las puertas del gremio se vio entrar a Juvia, la chica de cabellera azulada y mirada perdida. Normalmente, iría corriendo a abrazar a Gray, profesándole todo su amor, pero hoy, como venía pasando desde hace un tiempo, sólo lo ignoró, dirigiéndose al tablón de trabajos. Escogió uno de los que estaban ahí y se acercó a la barra, en donde Mirajane estaba limpiando unas copas con un pañuelo.

—Mira-san, Juvia tomará este trabajo –le avisó a la albina, la cual asintió con la cabeza.

—Oh, Juvia, ¿no acabas de volver ayer de un trabajo? Últimamente casi no estas en el gremio, ¿ha pasado algo? –le preguntó curiosa, pero más que nada, preocupada. Juvia, como todos los que pertenecían a Fairy Tail, era su amiga y no le gustaba saber que ella estaba mal, al menos quería intentar ayudar un poco.

—J-Juvia se siente espléndidamente –respondió la chica, ligeramente nerviosa—. Es sólo que necesita dinero, nada más.

Mira asintió con la cabeza, notando de pronto que Gray no dejaba de mirar a Juvia, mientras ésta permanecía dándole la espalda para poder hablar con ella.

—Ya veo –dijo la chica—. Espero que te vaya muy bien, es un trabajo sencillo, pero nunca está demás tener cuidado –le recomendó, dedicándole una de sus hermosas sonrisas—. Regresa pronto y por favor, si tienes algún problema, no dudes en decirme, ¿sí?

La maga de cabellera azul asintió con la cabeza, sonriendo dulcemente. En ese momento, Mira pudo darse cuenta de que algo sucedía con ella, pero no sabía qué.

—Juvia agradece mucho la preocupación de Mira-san, Juvia tendrá cuidado y regresará pronto.

Después de decir aquello, la Loxar se alejó para salir del edificio del gremio, nuevamente, sin siquiera voltear a ver a Gray Fullbuster, lo cual pareció molestarle, pues bufó apenas la vio irse.

Erza, ya en su asiento, notó lo mismo que había notado Mirajane, así que intrigada, no dudó en preguntar para resolver sus dudas.

—¿Crees que haya sucedido algo entre ellos? –la pelirroja cuestionó—. Se ve que se han estado evitando, es normal que Gray lo haga, ¿pero Juvia? Ella es sumamente efusiva cuando se trata de él.

—Lo sé, también pienso que sucede algo raro –le respondió Mira—. Tendremos que tratar de averiguar qué es.

Era una bonita mañana en Fiore y Lucy Heartphilia se encontraba haciendo las compras de los víveres para su casa, había regresado hace poco de un trabajo con Natsu, el cuál les tomó tres días y les habían pagado muy bien, aunque el mismo no estuvo exento de una que otra destrucción de propiedad privada, como siempre.

—¿Cuánto cuesta este? –preguntó la rubia, indicando algunos vegetales que el puesto en la calle ofrecía.

Gray, quién iba pasando por ahí, vio a Lucy y no dudó en acercarse a saludar.

—Hey, Lucy, ¿qué haces por aquí? –le preguntó el pelinegro, a lo que ella le observó sonriendo.

—¡Gray! –exclamó, moviendo su mano en un saludo.

Minutos después, ambos magos se encontraban sentados en una banca del parque de la ciudad. El espíritu celestial de Lucy, Plue, se entretenía caminando por la orilla de una fuente, mientras ellos dos conversaban.

—¿Así que Natsu volvió a destruir todo? No me sorprende –dijo Gray, quién acababa de volver también de un trabajo fuera de la ciudad—. Por cierto… –hizo una pequeña pausa, le costaba un poco preguntar aquello—. ¿Juvia ya regresó?

—¿Eh? –Lucy le miró, un poco desconcertada—. Es raro que preguntes por ella, ¿sabes? –la rubia sonrió al ver como Plue casi perdía el equilibrio, pero había logrado mantenerse en pie—. Juvia volvió ayer, un poco después de que Natsu, Happy y yo llegamos. Estaba algo apagada, como siempre, pero se veía bien, dijo que había completado el trabajo con éxito.

—Ya veo… –el Fullbuster tan sólo bajó la mirada.

—Gray… –Lucy nuevamente lo observó, preocupada—. ¿Sucedió algo entre ustedes? Normalmente Juvia siempre está muy pendiente de ti, ya sabes. Además, es bastante alegre y su imaginación es algo increíble. He notado que ya ni siquiera te mira, parece como si tratara de evitarte por todos los medios…

—Es mi culpa… –le confesó el pelinegro, arrugando la tela de su pantalón al agarrarla con sus manos empuñadas—. Yo… Lucy, en ese mes que estuvimos fuera… sucedieron cosas, luego lo arruiné.

—¿Cosas? –cuestionó la rubia, confundida.

—Me acosté con Juvia.

Lucy abrió mucho los ojos al escuchar aquello, después de eso, Gray le explicó todo lo que había pasado en aquel mes, cómo terminaron acostándose y cómo él había echado todo a perder.

El día parecía bastante tranquilo, Natsu y Happy no estaban en el gremio, tampoco Erza, ni Lucy o Gray. Juvia se encontraba hablando con Gajeel animadamente, haciéndole un montón de preguntas sobre Levy.

—¿Entonces cómo está Levy-san? –ella parecía alegre e ilusionada, como lo estaba todo el gremio, ya que, en menos de dos meses, Levy daría a luz a sus bebés, porque sí, esperaba mellizos.

La noticia del embarazo de Levy había tomado por sorpresa a todo el gremio, más al saber que Gajeel era el padre. Jet y Droy parecían almas en pena cuando se enteraron, pero al final, acabaron por aceptarlo y apoyar a su querida compañera de equipo. Levy ya no salía a hacer trabajos fuera de la ciudad y aparecía poco por el gremio, debido a que se encontraba en su último trimestre.

—Ella come demasiado –fue la respuesta de Gajeel, de forma desinteresada.

Lo cierto era que podía verse muy rudo por fuera, pero por dentro estaba que se derretía de felicidad, estaba ansioso por el nacimiento de sus hijos.

—Ah, qué bonito debe ser esperar un bebé de la persona que amas –dijo la maga de agua, provocando que el Dragon Slayer se sonrojara ligeramente, él no era muy dado a hablar de cosas románticas, pero podía asegurar que amaba a Levy.

—¿Y tú para cuándo con el desnudista? –Gajeel le había preguntado aquello tan sólo para molestar, pero se sorprendió al ver la expresión triste que Juvia ponía en su rostro. Desde hace rato sentía que las cosas estaban un poco tensas entre su amiga y Gray, pero no se atrevía a preguntar qué era lo que pasaba.

—Eso no… –Juvia iba a responder, pero repentinamente, volteó a ver cómo Droy se comía un gigantesco sándwich de pollo con muchísima mayonesa, mostaza, cátsup y algunas lechugas, cebollas y demás ingredientes. Sintió tanto asco, que no pudo seguir hablando y tan sólo se fue corriendo al baño a vomitar, dejando al mago de hierro solo y extrañado.

—¿Qué le pasa? –se preguntó.

Gray venía llegando al gremio, acompañado de Lucy. Al verlo, el Redfox no dudó en acercarse a él.

—Fullbuster, tenemos algo de qué hablar –dijo, jalando a Gray de la camisa. Lucy tan sólo observó cómo su amigo era llevado fuera del gremio y suspiró.

Aún no podía creer todo lo que Gray le había contado, quería ayudarlo a él y también a Juvia, la verdad era que estaba un poco molesta, pues su amigo, el mago de hielo, realmente había sido un patán.

¿Qué? ¿Cómo que Juvia y tú…? ¿Entonces sí sientes algo por ella? –cuestionó la rubia, poniéndose de pie por la sorpresa de haber escuchado la historia de Gray, de cómo ambos habían acabado enredados.

Sí –contestó el Fullbuster, mirando nuevamente hacia el suelo—. Yo… yo la quiero, Lucy… pero no sé qué hacer. Es complicado.

¿Por qué es complicado, Gray?

El mago de hielo suspiró.

Le dije cosas muy feas –confesó—. Al día siguiente de que tuvimos… bueno, ya sabes –Gray enrojeció un poco, avergonzado—. Yo me desperté primero, estaba asustado por lo que había pasado, así que decidí volver a Magnolia antes que ella, le dejé una nota diciendo que algo había surgido. Juvia llegó varias horas después, ese día vino aquí Lyon.

Oh, sí, lo recuerdo.

Gray prosiguió.

Bueno, pues cuando Juvia llegó, Lyon estaba esperándola afuera del gremio. Yo salí para irme a mi casa y fue cuando los vi, Lyon estaba besando a Juvia.

Nuevamente, Lucy le miró con sorpresa, no esperaba que algo así hubiera sucedido.

Ella lo alejó, pero no sabía que yo los había visto. Yo estaba demasiado celoso, ¿sabes? La chica que hace unas horas había sido mía, besando a mi ex compañero de entrenamiento… a mi hermano…

Pero Gray, ¿no crees que fue Lyon quién la besó? Juvia se muere de amor por ti, ella no haría algo así –la Heartphilia intentó explicarle, observando a Gray asentir con la cabeza.

Yo lo sé, Lucy, sé que fue Lyon quién lo hizo, pero en ese momento yo no pensaba… –hizo una ligera pausa, era evidente que Gray se sentía mal y muy culpable por todo lo que había pasado—. Cuando Lyon se fue, me porté mal con Juvia, ella intentó abrazarme y le dije que no se me acercara, que lo que había pasado entre nosotros había sido sólo sexo y que no se hiciera ilusiones conmigo.

Una vez más, los ojos de Lucy se abrieron con la sorpresa, ahora se daba cuenta de que las cosas eran peores de lo que las había imaginado. Podía entender a la perfección por qué Juvia ignoraba a Gray y por qué Gray se sentía de aquella manera.

Ella lloró, fui un estúpido, no pude decirle que sólo estaba celoso… Yo… soy lo peor… desde entonces ya no me habla, ni siquiera me mira. En el gremio actúa como si yo no existiera y… no sé, Lucy, todo esto es tan confuso.

¿Por qué no tratas de explicarle?

No puedo… no me atrevo –Gray desvió la mirada, comenzaba a nublarse el cielo y parecía que iba a llover.

Lucy suspiró cuando el recuerdo que ocupaba su mente se disipó. ¿Quién más que Natsu podía sacarla de sus pensamientos?

—¡Ah, maldita Erza, hoy sí te venceré! –exclamaba el Dragon Slayer de fuego—. ¡Estoy encendido!

—Deja de ser tan subnormal –le dijo la rubia, halándole de la bufanda para hacer que se sentara en una de las sillas del gremio y se quedara callado.

—Luce, ¿por qué no me dejas? Hoy sí que venceré a Erza –decía el muchacho, pero sólo vio cómo su amiga se cruzaba de brazos y ponía una expresión pensativa y preocupada en su rostro—. ¿Lucy? –la llamó el chico, pero nada, ella lo ignoraba.

—Parece que Lucy te está haciendo la ley del hielo, Natsu –le dijo Happy, mientras se comía un pescado.

—¡¿Eh?! ¡¿Por qué?! –gritó escandalosamente, aunque no se trataba de eso, sino de que ella pensaba en cómo ayudar al idiota de Gray y a Juvia.

Afuera del gremio, Gajeel y Gray se observaban mutuamente.

—¿Qué necesitas? –preguntó el Fullbuster en tono altivo y algo grosero, el cual no le agradaba a Gajeel, a pesar de que odiaba a las personas que no iban al grano.

—¿Qué fue lo que le hiciste a Juvia para que este tan deprimida? Y ahora hasta vomita cuando ve a alguien comer, hoy no es la primera vez.

Gray se preocupó un poco al oír lo segundo.

—¿Qué? ¿Está enferma? –preguntó, frunciendo el ceño—. De todos modos, eso no tiene nada que ver conmigo.

Se dio la media vuelta, dispuesto a entrar de nuevo al gremio, pero una barra de metal se deslizó frente a sus ojos, impidiéndole el paso.

—Si le haces algo o la haces llorar, te mato –le amenazó, pero Gray simplemente lo ignoró.

Juvia había vomitado todo lo que había comido durante la mañana y también en el almuerzo. Sus ojos estaban llenos de lágrimas, mientras se limpiaba la boca con una pequeña toalla de papel y luego se quedaba en aquella posición durante un rato, aún sollozando.

—Juvia está asustada… –murmuró, pues comenzaba a tener ciertas sospechas y si aquello resultaba ser cierto, significaría una pesada carga tanto para ella como para Gray y el gremio.

Sin poder evitarlo, un par de lágrimas se le escaparon. Realmente estaba ansiosa, por un lado, el pensar que quizá tendría un bebé de Gray le hacía feliz, pero por el otro, sabía que él no la amaba, le había dejado muy claro que lo que hubo entre ellos fue una calentura del momento y le daba mucho miedo que él se molestara si se llegaba a dar el caso de que ella estuviera embarazada. No sabía qué hacer, necesitaba ayuda urgentemente.

—¿Juvia? –la voz de Kana la sorprendió, la maga usuaria de las cartas mágicas acababa de entrar al baño y se sorprendió al ver a su compañera agachada junto al retrete, claramente había estado vomitando—. ¿Qué tienes? ¿Estás bien? –le preguntó, acercándose a ella para agacharse a su lado.

La peli azul comenzó a llorar, abrazándose de Kana, la cual no entendía qué sucedía, pero sólo la abrazó también.

—Kana-san, Juvia necesita ayuda –fue todo lo que la chica dijo.

Era un nuevo día en el gremio, todos se comportaban como siempre. Natsu se reía a todo pulmón de alguna tontería que había dicho Happy, mientras que Lucy sólo veía a ambos con reproche. Wendy estaba sentada comiendo, mientras Charle le regañaba y decía que esa clase de comida le haría mal a su salud. Erza degustaba un delicioso pastel y Gray, Gray estaba sentado de manera despreocupada, sin camisa.

—Ya cállate, retrasado –le dijo a Natsu, molesto. Lo cierto era que su humor no era el mejor, no había visto a Juvia en el gremio hace varios días -otra vez- y aquello le enojaba. Realmente quería disculparse con ella, pero no había sido posible, pues ella no aparecía.

—¿Qué dijiste, cubo de hielo? –la voz de Natsu le hizo enfadar, provocando que observara al mago de fuego con furia.

—¿Acaso quieres pelear, ojos bizcos?

—Cuando quieras, desnudista.

Ambos chicos pegaron sus frentes, enojados. Parecía que salían rayos de sus oíos, cualquiera diría que trataban de imitar la magia de Laxus.

—Ya van a empezar –susurró Lucy, con una gotita de sudor frío esparciéndose por su frente.

Se dio un palmazo en la cara al ver cómo Gray y Natsu comenzaban una pelea que parecía más bien una revuelta de animales. Sillas, platos y hasta mesas comenzaron a volar de un lado para el otro, golpeando a la mitad del gremio. Pronto Elfman, Gajeel y algunos más también se unieron a los golpes. Lucy no podía dejar de observar la estupidez de sus amigos. Jet y Droy habían quedado inconscientes cuando Natsu cayó volando encima de ambos y lo mismo había pasado con Freed, que por hacerse el cool, recibió un golpe en la cara que lo dejó noqueado.

—Realmente son estúpidos… –murmuró la rubia.

—Déjalos, los hombres son así –le dijo Erza tranquilamente. En ese momento, Lucy observó cómo Gray salía de la turba, completamente desnudo.

—Ah, qué idiotas –murmuró el Fullbuster, volviendo a su asiento en la misma mesa de Lucy, Wendy y Erza. Al acercarse, notó la cara roja de sus amigas—. ¿Qué?

—¡Gray, vístete! –le gritó Lucy, entonces Gray se miró.

—Pero ¡¿Cuándo pasó esto?!

Erza regresó a su compostura para seguir disfrutando de su delicioso pastel, pero entonces, la ropa interior de Gray le cayó encima a su preciado postre.

—Re equipar… –murmuró la furiosa Titania, poniéndose su armadura favorita, la emperatriz del cielo. Sin más, le dio un golpe a Gray en venganza por su pastel y luego se unió a la feroz batalla con el resto de los chicos, pues había sido uno de ellos quién se atrevió a arruinar su comida.

Después de quejarse del golpe, Gray se volvió a vestir, ya que Lucy no dejaba de gritarle que no deseaba ver sus indecencias.

Mirajane, en un intento por calmar a la turba enfurecida, acabó recibiendo un golpe que la dejó inconsciente, como al resto de los del gremio.

Juvia entró al edificio acompañada de Kana, sin prestarle atención a la habitual pelea que se llevaba a cabo, se acercó hasta la mesa en donde Gray se encontraba sentado, charlando con Lucy y Wendy.

—G-Gray-sama… –la chica lo llamó. Al instante, el Devil Slayer la miró, con el ceño fruncido, no había podido evitarlo, la expresión había aparecido en su rostro de forma automática.

—¿Uh?

—Juvia tiene algo importante que decirle… –la maga de agua parecía asustada, pero se calmó un poco cuando sintió una de las manos de Kana sobre su hombro.

—Vamos, Juvia, tú puedes –dijo la castaña, procediendo a mirar ahora a Gray—. Escúchala, ella tiene algo realmente urgente que debes saber.

—Pues dime –le contestó el Fullbuster. Era tan raro hablar con ella ahora, llevaba más de un mes sin escuchar la voz de Juvia dirigiéndose a él, se sentía un poco nostálgico, había extrañado mucho sus "Gray-sama", sólo ahora se daba cuenta de ello.

—Es privado –la chica intentó que fueran a otro lugar, le daba mucha vergüenza hablarlo frente a Lucy -su rival de amor- y el resto del gremio, que, aunque estaban enfrascados en su lucha, aún así estaban ahí.

—Está bien, dímelo aquí, no pienso moverme –lo cierto era que Gray no quería estar a solas con Juvia, temía no poder controlar sus impulsos y acabar abrazándola o besándola, tan sólo ahora que estaba viéndola le parecía tan bonita.

La chica se mordió el labio inferior, no tenia planeado que fuese así, pero ya no podía guardar más aquel secreto, del cual ya llevaba un par de días enterada.

—Bien, Juvia lo dirá –con sus manos empuñadas, se agarró la tela del vestido, nerviosa—. Gray-sama, Juvia está… J-Juvia… e… em…

—¿Eh? No te escucho… –el mago frunció el ceño.

—Juvia está… –la chica movió sus labios, pero su tono de voz era tan bajo que no se podía escuchar con tanto ruido, solamente Wendy había logrado oírla, así que tenía los ojos abiertos como platos. Lucy la miraba con curiosidad, queriendo saber qué la había puesto así.

—¡Juvia, habla más fuerte! –exclamó Gray, exasperado. Fue entonces que a la mujer de la lluvia no le quedó más opción que tomar aire y cerrar sus ojos, con el rostro rojo de la vergüenza.

—¡Juvia está embarazada! –exclamó.

Al instante, absolutamente todo el gremio se quedó de piedra.

Silencio.

Silencio.

Más silencio.

—¡¿QUÉ?! –se oyó el grito en conjunto por parte de todo el gremio, Fullbuster incluido.

—¡¿Qué dijiste?! –Gray se puso de pie, sorprendido y asustado. ¿Acaso había oído bien? ¿Juvia acababa de decir que estaba embarazada? Eso sólo significaba una cosa… ella esperaba a su bebé, porque era su bebé, ¿no?

—Juvia sólo quería que Gray-sama supiera –ella todavía tenía los ojos cerrados y las mejillas rojas, parecía que estaba a punto de llorar.

Gray bajó la mirada, estaba confundido, no sabía que decir, no sabia qué hacer. Todos estaban mirándolos, se habían vuelto el centro de atención de pronto, eso sólo lo ponía aún más nervioso, lo cual no era bueno para él, le hacía actuar como un tonto.

—¿Es mío? –en el momento en que hizo esa pregunta, supo que hubiese sido mejor que se quedara callado. Vio como Juvia lo miraba con dolor y tristeza, con los ojos aguados y algunas lágrimas rodando por sus mejillas—. Y-yo no quise…

—¡Idiota! –le gritó la maga antes de salir corriendo del edificio.

Gray se quedó paralizado, no la siguió, estaba en estado de shock.

—¡Gray! –le gritó Lucy, tratando de hacerlo reaccionar—. ¡No seas estúpido, ve por ella!

—Imbécil –esta vez fue Kana la que habló, agarrando al chico del cuello de la camisa, le miró con rabia—. Juvia estaba muy asustada y preocupada, no sabía cómo decirte y tú sólo le preguntas si es tuyo, ¿es que acaso eres retrasado? Ella te ama más que a nadie, reacciona, estúpido.

El mago de hielo se soltó del agarre de la hija de Gildartz. Era cierto, ella siempre lo había amado, ¿cómo pudo ser tan estúpido de sentir celos de Lyon? De dudar de los sentimientos de Juvia, si aquella noche que compartieron había sido maravillosa. Antes de que alguien más le dijera algo o de siquiera notar cómo Gajeel parecía querer matarlo, Gray fue corriendo detrás de Juvia, no sabía a dónde se había ido, pero tenía que encontrarla.

Continuara…

…..

Siempre me he imaginado alguna escena de Gray y Juvia muy comprometedora en medio de todo el gremio y a todos reaccionando y dando su opinión, porque son muy metiches. JAJAJAJA.

Gracias por leer, nos vemos en el siguiente episodio.