Los personajes no me pertenecen. Son propiedad de Kohei Horikoshi.
PROLOGO
P.O.V.
Kaminari.
Hey. Te contaré algo. Quizá no es la historia más interesante del mundo; pero, es sobre mí. O mejor dicho escribiré. Estoy cansado de estar acostado viendo el techo blanco de esta habitación viejo; sin embargo, seguro falta un rato para que me den el alta del hospital.
Esto comienza así...Más o menos.
Yo solía ser un chico atractivo y popular, todas las chicas andaban tras de mí. Ya sabes, alguien cool y genial que no te encuentras todos los días y Kyoka Jirō, seguro negaría esto rodando sus ojos y diciendo que soy un idiota. Bah, ¡NO LA ESCUCHEN! Ella solo me tenía envidia. Porque era mi mejor amiga y solia fumar cigarrillos en los baños de la escuela. Jirō creía que yo no me daba cuenta, pero por supuesto que lo hacía. Les hablaré un poco de Jirō. Verán.
Al principio pensé que ella y yo teníamos una conexión, ya saben. Esa tensión sexual que no sientes con cualquiera, porque yo bromeaba con ella y ella me golpeaba; y si eso no era señal de cortejo, yo no sé qué era. Le pedí su número telefónico al finalizar el primer día y ella resistente me lo dio, yo le marqué esa misma noche. Jaja. Lo sé, lo sé, deben estar pensando, que soy muy atrevido; empero, no puedo evitarlo. Tengo la suficiente confianza para hacerlo. ¡Soy el más guapo de la clase! Quiero decir hay un tipo atractivo, pero tiene la mitad de la cara quemada. Pobre. No tiene nada que competir conmigo, si somos honestos. Como decía... Llamé a Jirō y no parecía muy contenta de que lo hiciera. "¡¿Para qué me das tu número entonces, idiota?!" Le grité. Mala jugada mía. Discutimos y debió colgarme en tiempo récord. Me perdonó rápido, no sin antes darme una buena patada en los testículos. Lo admito. Me lo gané.
Jirō Kyoka no es una chica muy atractiva, tiene el cabello corto y es demasiado delgada, su inseguridad por sus pechos, la suele camuflajear con el mal humor que se carga. ¡Aunque no te dejes llevar por la apariencia! Ella es un chica dulce a pesar de que parece querer patearte el trasero. Su estilo suele ser de una chica gótica o algo así. Cuando la descubrí fumando la primera vez mi cara fue todo un poema, le lancé un discurso acerca de cómo podía morir de cáncer y ella lo ignoró. Me la pasé haciendo pucheros y me retó a fumar con ella. Accedí para que viera que no soy un cobarde.
Luego de toser como imbécil millones de veces y no lograr mi cometido, pero sí que ella riera de la forma más hermosa me fui a besarla como estúpido. Ahí me enteré que era lesbiana y estaba enamorada de una chica que conoció en internet. Vivía en uno de los barrios más ricos y lujosos de Japón. Su nombre era Yaoyorozu Momo. Oh. No supe qué decir. La chica parecía una modelo de revista, y mi mejor amiga era todo lo contrario. Su aspecto en ese momento con esas ojeras y el olor a cigarrillo impregnado en su ropa, parecía alguien que le amenazaria en un callejón por un poco de plata.
La felicité por tener un buen gusto cuando se me pasó la envidia. No duró mucho. No suelo ser alguien mezquino, ni desearle el mal a mis amigos, al contrario. Pero, si hubo un comentario estúpido que debí haber soltado el cual no recuerdo que me hizo ganar una bofetada. Debió ser algo sobre los pechos de ambas.
Al pasar los días. Entre a internet y me llegó un correo que podría llegar a considerarse como spam. Tenía un montón de frases sin sentido y un link al final que me llevó a un vídeo. Uno de los vídeos más aburridos que jamás había visto en mi vida. Era imposible dejar comentarios. Lo cerré. Y me llegó otro vídeo del mismo usuario. ¿Lo qué contenía ese vídeo? Solo eran tormentas eléctricas.
Por favor, mirarse cada noche, antes de dormir.
Citaba el texto.
"Ni de joda, hombre. Prefiero ver pornografía" pensé para mis adentros riéndome.
Pero, debo admitir que me sentí...Inquieto. Tenía ganas de verlo de nuevo. Mi diestra puesta sobre el ratón tembló y tuve que sostenerla con la otra mano.
Fui al baño y me eché agua en el rostro para volver al escritorio.
Al estar navegando de nuevo en mi ordenador vi una noticia que llamó mi atención. Una chica había desaparecido. Ochako Uraraka, un momento, conocía a esa chica. ¡La conocía antes! Por supuesto tenía buenas tetas y una linda cara. Alguna vez intenté pedirle una cita. Fue en mi antigua escuela, antes de mudarme; sin embargo, jamás salí con ella. No acabé de leer la noticia, solo el encabezado donde dejaba su información, pues mi escritorio comenzó a temblar. ¡¿Un terremoto?! Alterado me levanté de la silla y apenas giré hacia atrás vi que muchas cosas a mi alrededor empezaban a volar por todos lados, por lo menos los papeles y objetos pequeños; y yo alcancé a cubrirme el rostro. Bajo mis pies el suelo no temblaba, hombre. Pero, te juro que yo seguía sintiendo que lo hacía. Por lo menos mis rodillas no dejaban de hacerlo. Salí disparado hacia atrás contra el escritorio y un chico junto conmigo.
Tenía la cara agachada, su cabello de picos en colores rojizos picaban mi rostro, causandome un poco de cosquillas. Noté su brazo deformado. El brazo que justo golpeaba mi computadora destrozandola en mil pedazos. Solté un grito, agradeciendo que en mi casa hubieran salido a comprar víveres hacía una hora; y el supermercado a dónde solíamos ir quedaba a una hora exactamente.
"¿QUÉ HACES, HERMANO? ¡NO!" ¿Notan el hecho de qué me preocupe más por perder mi computador qué porque un extraño hubiera aparecido de pronto en medio de mi habitación? Lo siento, tengo prioridades. "¡MI MAMÁ ME VA A MATAR, IDIOTA!" Reclamé gesticulando frenéticamente.
El aroma de ese chico, o mejor dicho, la colonia que tenía me hizo sonrojar. Era algo que mi nariz agradecería olfatear todo el día. A diferencia de cuando Jirō me echaba el humo de sus cigarrillos en la cara.
Yo no era tan materialista; pero necesitaba ese computador.
Cuando levantó su rostro lo vi analizando sus duras facciones. A pesar de ser un chico de aparentemente unos años más que yo, lucía lleno de vida. Tenía una cicatriz en su ceja que seguramente debió haberse ganado en una pelea. No era atractivo. Por lo menos lo que dictan los estándares de belleza actualmente. Yo sabía reconocer el atractivo en otro chico. Y éste tenía la cara más de hombre. No existía nada afeminado en él. Cuando abrió la boca me llevé la sorpresa de que tenía los dientes afilados, como de un tiburón y eso le hizo bajar puntos en la calificación que yo le estaba dando en mi cabeza como buen juez sobre rostros masculinos. Ni siquiera con esa protección oscura como de metal, puesta en su cabeza le volvía interesante.
"¡HEY, DIME QUÉ LLEGUÉ A TIEMPO Y NO VISTE EL VIDEO!" Gritó el pelirrojo alterado. Tenía una mirada como si hubiera visto una película de horror segundos antes.
Me tomó de la cintura, presionando contra su aparente fuerte cuerpo. Casi olvidó decir que estaba medio desnudo, bueno, por lo menos de la parte superior. Porque vestía una ropa tan ridícula. Que yo no entendía qué estaba pasando y de dónde salió ese loco.
"¿HUH? P-PERO. EN PRIMER LUGAR..." Presioné mi dedo índice de mi diestra contra su cara. "¡¿POR QUÉ NO HABRÍA DE VERLO, AH?! Alguien lo mandó y estaba en mi correo. Además no era un virus. No soy un imbécil, yo tengo el mejor antivirus actualizado de esta ciudad". Me jacté con arrogancia.
Maldijó.
Era gracioso que aún me mantenía entre sus brazos y yo no me quejara; no obstante, él estaba como si no pudiera creer que viera al mismísimo Kaminari Denki. Tal vez era un acosador o algo, intentando impresionarme con uno de esos trucos de internet al aparecer en medio de mi habitación. Ya les digo. Soy un genio. Debía ser la parte en que podía acostumbrarme a estar cerca de esos músculos. Nah, era el perfume. No me van los hombres. O por lo menos esos ojos rojizos y la mata de cabello que sobresalía en ese peinado más escandaloso que el mío, buscando verse cool, no era mi tipo.
"¿Y quién eres tú, eh?" Añadí. Obviamente yo era el más conversador ahí. Ya que el contrario parecía shockeado. Me miraba como si yo fuera una deidad o algo así. "¡Viejo, apareces en mi habitación como si fueras uno de esos tipos raros que siguen a sus crush sin darme explicaciones rompes mi computadora, a lo mejor por celos, yo que sé, y...y...!"
Me interrumpió.
"Denki, soy Eijiro Kirishima...Y soy tu novio"
La puerta de mi habitación se abrió en ese instante. Era mi madre "Hijo, traje carne y..."
Un silencio por parte de ambos y mi cara de pánico era digna de merecer un premió. Mi mamá, acababa de encontrarme siendo abrazado por otro chico con mi habitación toda desordenada. Eso sólo podía ser explicado de cierta forma. ¡Era como sumar uno más uno! Ella cerró la puerta de inmediato, porque inclusive ahora caía en la cuenta que mi cama estaba destendida, había ropa por todos lados y sólo podía significar que yo tuve sexo salvaje con ese desconocido.
Trague saliva apenas vi la puerta cerrarse y mis deducciones en la cabeza, al girarme hacía Kirishima, lo empujé con fuerza "Anda a ser gay a otra parte"
"Lo siento, Denki. No quería qué tu mamá nos viera en esa situación poco varonil" Rió apenado llevándose una mano tras la nuca y luego pareció recordar algo. "Oh, no. Cuando destroce tu computadora el aparato que me dió Hatsune San se dañó"
El joven traía un dispositivo extraño en su brazo, o por lo menos, lo que quedaba de él. Alce una ceja y luego llevé una mano a mi mentón sin entender mucho de lo que pasaba. El iba conseguir que yo estirará mi cabello como loco. "¡AGH, NO ENTIENDO NADA" "¿QUÉ TIENE EL VÍDEO Y TU APARICIÓN, Y SOBRETODO POR QUÉ DEMONIOS DICES QUÉ ERES MI NOVIO? ¡YO PEDÍ ESPECÍFICAMENTE UNA NOVIA EL AÑO PASADO EN EL TEMPLO, NO UN NOVIO!" Miré hacia el cielo. No es que me gustará hacer todo dramáticamente; pero. ¡¿Y POR QUÉ ASÍ?! ¡¿QUÉ HICE DE MAL EN OTRA VIDA?! Angustiado caminé por la habitación llevando las manos a mi rostro. ¡NI SIQUIERA TIENE LOS DIENTES DERECHOS !
Nunca lo noté hasta que lo ví. "Siento que mi forma de héroe no sea tan estética como la de los demás; sin embargo. Vine a ponerte a salvo, Kaminari" Suspirando hondo continúo. "Soy un héroe. Mi nombre es RED RIOT"
La enfermera entró a mi habitación y pregunté inevitablemente con una sonrisa cansada si ya podía retirarme. Respondió simplemente que no estaba autorizada para darme esa información. El líquido que inyectó por aquella jeringa del cual desconocía, hizo que cayera rápidamente dormido de nuevo. Ugh. Quizá no sería hoy mi día en el que podría estar fuera. ¿Cuanto más se necesita para curarte de...
Kaminari Denki dejó caer la pluma junto con su pequeña libreta en la que escribía de su mano. Unos pasitos de cierta chica con una enfermedad terminal llegaron a su habitación y levantó la libretita. Agarró unas hojas limpias y comenzó a hacer un dibujo. La pequeña solía escapar de su habitación y andar por el enorme hospital sin que se dieran cuenta al ser tan menudita y escurridiza. Escuchó unas voces de ciertos adultos y se metió bajo la camilla del chico con el mechón en forma de rayo.
Nota final. Esto es un fanfic de la pareja KiriKami. No triángulos amorosos. No infidelidades.
