Los personajes de esta historia no son de mi propiedad. Pertenecen a Rumiko Takahashi.


1º. Solos en el dojo.

Estaban solos, su familia se había ido el día anterior y los dejaron solos. Los mandaron a comprar, y al volver a casa con la compra, la encontraron vacía y una nota de su familia que decía que se iban a pasar unos días a un hotel de la montaña. ¡Su familia los había mandado a comprar para poder huir y dejarlos solos!. Los dos chicos se miraron con asombro, de nuevo esa familia de locos los había engañado y dejado tirados. Pero desde que estaban solos todo había ido bien, durante ese tiempo no habían tenido ni una sola pelea.

Realmente los dos chicos querían olvidar el día anterior. Habían tenido otro intento de boda, uno al que ninguno de los dos se opuso. Aunque parecían que iban obligados, en realidad los dos fueron a esa boda por propia voluntad, deseaban casarse. Todo iba bien, hasta que aparecieron los de siempre... y adios boda. A ninguno de los dos prometidos le sentó bien esa intromisión. Se enfadaron, y mucho. Ese día voló Kuno, y el resto huyó... con la promesa de volver.

La familia huyó al ver el pesimo humor de los dos jóvenes, temían enfadarlos y sufrir las consecuencias.

La noche de la huida familiar fue tranquila, los dos jóvenes disfrutaron de una noche muy relajante y sin sobresaltos. Se pasaron la velada riendo y bromeando. No se enfadaron ni buscaron ninguna razón para hacerlo. Sólo tuvieron una pequeña disputa, pero fue casi en broma. No hubo ni gritos, ni insultos, ni nadie volando. Unos segundos después de acabar ese simulacro de pelea volvían a hablar y reírse como si nada hubiera pasado.

La chica bostezó y él no pudo evitar imitarla. Se quedaron mirando y se rieron y los dos decidieron ir a dormir.

Al día siguiente, el joven se despertó, y se levantó. Cuando pasó por la habitación de la joven notó que aun dormía, no quiso depertarla, que descansarse un poco más. Por culpa de los examenes y demás trabajos escolares, los dos dormían poco. El chico bajó, se aseó y preparó el desayuno,

La chica se despertó y oyó ruido en el piso de abajo. Se vistió y bajó. Allí se reunió con el joven y desayunaron entre risas y bromas. Los dos pasaron una buena mañana, hacía tiempo estaban tan tranquilos.

Habían comido y estaban pensando en echarse una pequeña siesta y por sorpresa se presentaron los seis rivales, y por segunda vez en pocos días, en unos minutos le destrozaron el día.

Hasta ese momento podía haber sido un buen día, pero ya no lo era. Podía haber sido un día tranquilo para disfrutar de la paz y descansar, pero ni era un buen día ni tampoco era un día de paz y armonía. Era un día pésimo, un mal día. Un día que alguien había decidido torcer, y ese alguien lo pagaría muy caro. En realidad, fueron más de una persona quienes les estropeo el día perfecto, y esas personas recibirían el castigo que se había ido buscando desde dos años antes. Cuando los dos jóvenes se recuperasen de sus heridas nadie los detendría, esas personas pagarían su rabia acumulada de dos años de ataques e intromisiones.

Ese día, esos idiotas, habían cruzado la linea roja que nunca debieron cruzar, y con ello firmaron su sentencia.

Horas después de llegar esos malditos al dojo, Ranma estaba en el hospital. Tenía varias heridas vendadas, estaba sentado nervioso y mirando la puerta de la habitación con ansia, al abrirse esta salió el doctor… seguido por la chica. La joven salió en una silla de ruedas y tenía cogidas en su regazo unas muletas. Tenía una pierna rota, heridas en la cara y en los brazos y uno de ellos lo llevaba vendado.

El joven la miró y bajó la cabeza avergonzado.

-Lo…lo…siento Akane, esto ha sido culpa mía… si hubiera resuelto esto hace tiempo no había pasado nada. Y ahora no estarías herida.

Ella lo miró y sonrió.

-No es culpa tuya, cari. Tú no hiciste nada, fueron ellos lo que se metieron en el dojo y se pelearon entre ellos allí. Nosotros no pudimos intervenir. Los echamos y no nos hicieron caso.

-Pero… yo…-dijo el chico se sentía culpable.

-Ranma, cariño, no es culpa tuya. No te culpes de nada. - lo miró con pena y le acarició la cara- hace dos días nos destrozaron otra boda...- añadió con rabia-...y con esta van tres intentos de boda que destrozan.- esos imbéciles no aceptaban que ellos se quisieran. Ellos dos ya hacían meses que se habían declarado y siempre había alguno de esos seis para intentar destrozar la relación- No aceptan que tú y yo no pensemos como ellos, no aceptan lo que hay entre tú y yo, no aceptan que estemos juntos y nos amemos. Siempre tendremos problemas con ellos.-dijo ella furiosa.

-Pues ya es hora que le enseñemos que no seguiremos su camino- dijo el chico, no menos furioso que ella, esos ya se habían pasado del límite. No iba a tolerar más ataques en su contra o en contra de su prometida- es hora que le devolvamos todo lo que nos han hecho estos últimos meses.

Ella lo miró y asintió. Estaba de acuerdo con el chico. Empezaba a estar harta de que esos seis los molestasen y al chico le pasaba igual.

Cuando el médico le dio instrucciones de cómo proceder con las curas de ambos, salieron del hospital, y en un taxi llegaron al dojo y entraron en la casa, miraron con tristeza a su alrededor. Esos seis imbéciles la habían destrozado casi en su totalidad, tardarían meses en repárala. Los dos prometidos se enfurecieron, alguien pagaría eso y lo haría muy caro.

Horas después, el chico estaba sentado en el tatami del dojo, a su a lado dormía la joven. Dentro de casa era imposible hacer vida, era una ruina. Lo invadía la rabia. Habían mirado los papeles del seguro, no les cubría toda la reparación. Pero, si le podrían pagar a un abogado para que demandase a los que cometieron ese destrozo.

Ella se despertó y tembló de frio. Los dos chicos se miraron, al día siguiente llegaría la familia y ellos dos se llevarían parte de la culpa. Se acostaron y lo hicieron juntos, tenían frio. Esos seis en su pelea hicieron agujeros en el dojo por donde estaba aire. Se pegaron uno al otro para darse calor.

Al día siguiente se levantaron, se lavaron con el grifo que había en el jardín. El día anterior en el hospital declararon como se accidentaron y unos policías tomaron nota y prometieron presentarse a primera hora en el dojo para tomar nota. Y así pasó, los dos policías hicieron fotografías a la casa, también se presentó la compañía aseguradora, como pensaban el seguro no cubría todo el destrozo provocado. Los dos prometidos presentaron una denuncia contra los seis que le habían provocado heridas y la destrucción de la casa.


Cuando llegó la familia y vieron el dojo se enfadaron y como ellos pensaban les cayó una buena bronca.

- ¡Os dejamos dos noches! ¿Y qué hacéis? ¡destrozáis la casa! - exclamó furioso Soun. -Pensaba que habíais madurado. Que ya habíais dejado atrás vuestras absurdas peleas. Y nos vamos unos días y cuando volvemos nos encontramos la casa destrozada y a vosotros heridos.

-Esta vez nos fuimos nosotros- se defendió Akane exaltada- Vale tuvimos una pequeña pelea, pero no hicimos nada, duró poco, ni un minuto, enseguida nos calmamos. Ni siquiera le golpeé, ni el me insultó. Hace tiempo que no tenemos una buena pelea. - comentó con añoranza la joven. - La de ayer… ¡no!, fue la de anteayer, fue que nos aburríamos y la hicimos en broma.

-Fue por la cena, a Akane se le quemó un poco la cena, pero arreglamos esta disputa sin muchos gritos, nadie se enteró. -la apoyó Ranma, él también echaba de menos una buena pelea con su prometida- Ayer comimos tranquilos y en paz, vimos un poco la tele y...

-Y cuando nos íbamos a echarnos una siesta, aparecieron esos seis. De alguna forma se enteraron que estábamos los dos solos. Y vinieron a no dejarnos solos y molestar. Se imaginaban que haríamos cosas para adultos. Ellas se pelearon quien por quien se llevarían a Ranma y ellos quien de ellos se me quedaría. Se pelearon dentro de casa y la destrozaron.

-Cuando acabaron con la casa, intentaron destrozar el dojo. Pero llegó la policía y huyeron. A nosotros se nos cayó la casa encima, literalmente, y nos tuvieron que sacar heridos. Por suerte somos fuertes y resistentes y no lograron hacernos mucho daño.

Akane se quedó parada y pensando.

-Lo extraño es, ¿Cómo sabían que estábamos solos y no fuimos con la familia?

Y todos miraron a Nabiki que sonrió incomoda, la habían pillado.

-Necesitaba dinero para la universidad. Tenía que comprarme vestidos nuevos y no se me ocurrió nada mejor- dijo la hermana mediana como excusa.

- ¿No pensantes en trabajar? - preguntó Akane irritada- Ranma y yo estamos estudiando mucho para ir el año que viene a la Uni, nos dan una beca, pero no cubre todo. Hemos estado dando clases en el dojo para conseguir dinero- la chica se enfureció y gritó- ¿Y qué haces tú? ¡Avisas a esos seis gilipollas que nos destrozan el dojo y la casa! ¡Se nos acabó la fuente para ganar dinero! ¡ya no podemos dar clases aquí en meses! - señaló el destrozado dojo- ¡Serás tú la que nos pague la universidad y el alojamiento! Y pobre de ti que te escaquees. ¡Ponte a trabajar! A Ranma y a mi nos debes mucho dinero y te cobraremos mucho de interés.

-Nabiki esta no te la perdonamos, estamos lesionados y sin trabajo por tu culpa, por tu afán a sacar rendimiento a costa de otros- siguió Ranma igual de furioso que su prometida- Mañana irás a busca un trabajo y no volverás hasta que lo encuentres, a parte de eso deberás pagar a un abogado para exprimir a esos locos. ¡Todo es culpa tuya! y como lo es, te toca reparar esta situación.

Nabiki miró a los dos chicos asustada. Estaban realmente furiosos, si osaba desafiarlos… Pero aún tenía una carta bajo la manga y decidió jugársela.

-No podéis hacerme nada- y sonrió. Se sacó una foto del bolsillo y se la enseñó a los dos prometidos. Estos la miraron y se asustaron, estaban los dos en la habitación de Akane durmiendo juntos. Nabiki había escondido una cámara y los había fotografiado. Nabiki estaba segura de su triunfo- como veis soy yo la que tengo la salten por el mango y la que...

La hermana mediana se giró y dio la espalda a Ranma y Akane confiada, se imaginaba que los dos prometidos se plegarían a sus demandas y se callarían, tampoco le harían nada, estando lesionado no podían... De golpe se sintió amenazada y cuando se giró vio a dos fieras saltando encima suyo.


Horas después:

La familia Tendo- Saotome estaba cenando. Los dos prometidos estaban tranquilos. El resto de la familia los miraba asustados. Nabiki estaba atada y colgada de un árbol.

- ¡Bajadme! - suplicó la chica- ¡me portaré bien! - suplicó la joven- ¡Aquí hace frio y va a llover!

Pero nadie se atrevía a rescatar a la joven. Temían la reacción de los dos prometidos, que miraban hacía Nabiki con una sonrisa malvada. A pesar de estar lesionados, los dos jóvenes habían atacado a Nabiki con furia, y la joven mercenaria recibió una gran y merecida paliza. Esa noche la hermana mediana la pasó donde la dejaron los dos más jóvenes de la familia. Nadie osó a desatar a la hermana mediana, desde que les habían destrozado la última boda Ranma y Akane estaban de un humor explosivo.

Al día siguiente demandarían a los seis que provocaron la destrucción del dojo Tendo, esos seis idiotas pagarían caro lo que habían hecho hasta la fecha. Pero no todo iba a salir como esperaban la familia Tendo-Saotome.

Continuará...


Nota del autor:

Cari: forma abreviada de decir Cariño, se dice a la pareja. En este fic Ranma y Akane ya se saben correspondidos, y son más cercanos y han tenido dos intentos de boda más, a parte de la boda fallida. y la pareja está más que harta de que la gente se meta por medio.

Este fic como "EL BAILE FIN DE CURSO" debía haberlo subido en "CUANDO ANOCHEZCA", pero un ataque de vagancia me impidió continuarlo, ahora si lo subo de forma independiente me motivaré a acabarlo. Aun que me queda un tercero fic por acabar, de ese sólo tengo el principio y el fin, y por ahora no puedo subir ni siquiera una primera parte.

De este fic no diré cuanto episodios serán, quiero que tenga al menos dos, pero se puede alargar un poco más.