Este fic participa en el Reto Especial: "De Batallas, héroes caídos y cumpleañeros" del foro "First Generation: The story before books".
Si siguen leyendo un poco más abajo, se van a encontrar con un hermoso personaje al cual -si todo anda bien en su cabeza- deberían amar. Bueno, ese personaje es de JK Rowling, no es mío, ni nada de lo que hay aquí tampoco, si vamos al punto...
Una eterna noche de luna llena
Un silencio mortal llena el pequeño apartamento de Londres, un silencio que alcanza cada rincón del lugar. Apenas entra por la ventana la luz de los faroles de la calle. La luna mengua tras las nubes en esa oscura noche de octubre. El frío quema la piel. Y el silencio está a punto de romperle los oídos.
Unas horas atrás, el sol brillaba en el cielo; brillaba tanto, además, que parecía que jamás dejaría de hacerlo. Hacía unas horas, era de día y la noche parecía un mito imposible. El sol calentaba la piel y los niños pidiendo dulces llenaban de voces la calle y sus oídos.
Pero el sol se ha ido y solo queda la luna, que es sinónimo de dolor.
Unas horas atrás, el mundo parecía un lugar adecuado para vivir. Ahora, le gustaría estar en cualquier otro lado. Incluso, preferiría vivir en la mismísima luna, que hasta ahora había sido la culpable de sus mayores dolores.
Pero el dolor que siente en este momento es mucho mayor. Su vida será una eterna noche de luna llena, pero sin compañía, atado a unas cadenas y en total soledad.
El silencio y la oscuridad hacen que todo parezca irreal. La luna, las nubes, Londres, su apartamento. Él mismo se siente irreal. Solo hay una cosa real en el mundo en ese momento. La carta que tiene aferrada en su mano derecha. Allí está la real letra de Albus Dumbledore, contándole una realidad que parece lejana y, a la vez, se mete bajo su piel hasta separarla de la carne y perforarle los huesos.
James ha muerto. Lily ha muerto. Peter ha muerto. Y el culpable de tanta muerte es, nada más ni nada menos, que Sirius Black. Solo Harry, el pequeño Harry, ha sobrevivido, derrotando de alguna forma incomprensible el poder de Lord Voldemort.
Siente estremecerse de la cabeza a los pies. Un calor le recorre la mejilla, una tibia lágrima que se desliza entre sus largas pestañas y cae por la punta de la nariz, dando paso a miles de lágrimas más.
Dumbledore dice, además, que esto no ha terminado, que Harry es la prueba de ello.
Sonríe con amargura. Él sabe que es cierto. Porque Sirius está tras las rejas, y si algo ha aprendido Remus después de tantos años con él, es que Sirius siempre tiene la última palabra.
Palabras: 394
N/A:
Sinceramente, no sé qué es esto. Intenté escribir sobre cómo estaba Remus cuando terminó la guerra y... salió esto.
Quiero justificarme diciendo que solo me dejaban 400 palabras :(
Por otro lado, con lo único que quedé satisfecha fue con el final: más allá de todo, Remus sigue siendo un merodeador y, una parte de él al menos, sabe que Sirius también lo es. Como que de alguna forma, Sirius es la razón por la que Remus siguió resistiendo, porque sabía que algo de su amigo seguía por ahí. Pero bueno, si lo explico mucho pierde la gracia.
Saludos desde este rincón del mundo,
Ceci.
