Paths Found.
DESPEDIDAS CAP. 1
Vivir yendo de un estado a otro, no era precisamente como me veía a los 16 años. Desde que era muy chica, me la pasaba viajando de una punta a otra, debido al trabajo de mi papá.
Al principio me parecía emocionante conocer lugares hermosos y sentir que todo era una aventura, pero hacía unos años que estaba percibiendo que algo no iba con todo esto, me había cansado de las aventuras y era el momento de parar.
Charlie, era comisario y había sido trasladado a Forks, un pueblo que se encontraba en el estado de Washington, donde su población llegaba apenas a 3120 habitantes, al menos, eso había encontrado en internet cuando mi padre me informó de que ese lugar sería nuestro nuevo hogar.
Dejar Nueva York, para mí sería muy difícil. Me había enamorado de esa ciudad desde el momento en que Charlie me confirmó que viviríamos aquí y me estaba por ir de ella dejando a mis dos mejores amigas, Angela y Lauren … y a Jacob, que en ese momento creía que era el amor de mi vida.
A Angela y Lauren las conocí en mi primer día de clases hace 3 años atrás. Con sus 14 años, Lauren mostraba ser ya una señorita preparada, lista para convertirse en una hermosa mujer...
Con su metro cincuenta de altura y a esa edad, tenía el cuerpo soñado: una cintura bien definida y unos pechos que llamaban la atención de todos los chicos y que eran la envidia de todas las chicas... y eso a ella, le encantaba.
En cambio, Angela era una chica que vivía escondiendo su cuerpo tras una chaqueta grande y yo me parecía más a ella que a Lauren. Sus ojos estaban ocultos detrás de unos lentes enormes, pero con el paso del tiempo y por supuesto con la ayuda de Lauren; su look y el mío cambiaron rotundamente... y hoy vestimos como las mujeres fatales que según Lauren, somos. Ella nos recomendó usar jeans ajustados y remeras mucho más acordes a nuestras figuras, en cierta parte, nos habíamos convertido en su proyecto de cambio de look y eso a Angela y a mí nos parecía divertido, así que no pusimos objeciones y dejamos que ella hiciera magia con nosotras.
Cuando las conocí, yo era una niña de 14 años que ingresaría a un colegio a mitad de año y como me imaginé, volvía a ser el centro de atención dado que era nueva en ese lugar. Estas dos chicas se acercaron a mí, sin miedo de lo que dijeran y me ofrecieron su amistad. Me sentí muy contenta por eso, primero porque siempre me costaba dar el primer paso con la gente y segundo porque me hicieron sentir bienvenida.
Vivimos momentos inolvidables y siempre estábamos muy unidas.
Fue a mis 16 años cuando conocí a Jacob, de la misma manera que yo, él era el chico nuevo en Regis High School, pero con una diferencia notable. Logró que todos quisieran estar con él desde su primer día. Tenía actitud de chico popular y las chicas se derretían por él.
Pero su cuerpo era lo que llamaba la atención de todas, con una altura que no estaba muy lejos de los dos metros y su cuerpo, lleno de musculatura, debido a que era el capitán del equipo de futbol. Tenía un color moreno en su piel y ojos bien negros que dejaban a todas las mujeres anonadadas. Su sonrisa era lo que más cautivaba y ponía a todas locas; era una sonrisa grande, hermosa y en ella se veía unos dientes bien blancos y perfectos.
Siendo sincera, Jacob no era mi estereotipo de hombre, pero gracias a esa sonrisa fue que caí ante él.
Fue en clase de cálculos que hablamos por primera vez. Se había sentado al lado mío y con un simple "hola" me sacó una sonrisa. No podía creer que semejante hermosura estuviera hablando conmigo, a mí, Isabella Swan una simple chica que no llegaba ni a ser la menos popular, ya que prácticamente solo existía para mis amigas en esa institución.
Con el paso de los días, Jake y yo compartimos más que la clase de cálculos, almorzábamos juntos, dábamos paseos por la soñada Nueva York, leíamos poesía pero en realidad la que leía era yo, pues él me decía que le gustaba mi voz y cuando me escuchaba sentía que tocaba el cielo con las manos. Nos habíamos hecho muy buenos amigos.
Al decirme esas cosas me ruborizaba, él tenía mucha facilidad en hacer que yo me pusiera así.
Después de casi cuatro meses de amistad, entendí porque me decía esas cosas hermosas.
Después de cenar con mi papá; Angela, Lauren, Jake y yo salimos a caminar por Central Park donde Jacob se animó a hacerme la gran pregunta.
—¡Eh Bells!, no soy muy bueno en estas cosas... pero... quisiera preguntarte algo —soltó las palabras con muchos nervios—, hace... hace un par de días que quiero hacer esto y no me animo— Tocó su pelo nervioso y sonrió sin saber bien de qué.
—Te escucho —animé a que me cuente— Sabes que a mí me puedes decir lo que sea.
—Ok —respiró profundo dos veces y luego dijo—: ¿Cuánto hace que nos conocemos ya, unos dos o tres meses? En este tiempo que estuvimos juntos, como amigos —aclaró tomando mi mano—, te he querido decir que… —Se quedó en silencio un rato.
— ¡Ok ya! —Grité algo histérica— Creo que ya dejaste bien claro que querías decirme algo. Podrías decirme de una vez por todas, ¿qué es?
—Está bien, está bien, tienes razón —Se movía nervioso—. Yo... nunca conocí a alguien más hermosa en toda mi vida; eres inteligente, divertida, sencilla, te gusta la poesía, algo que me fascina y eres un poco loca de vez en cuando — Solté su mano para cruzarme de brazos y fruncí mi ceño al escuchar eso— Pero, ¡una loca linda! O sea, esa locura que hace a uno también hacer locuras —Trató de arreglar lo que dijo cada vez más nervioso.
Sonreí y él siguió diciendo— Siempre que estamos juntos me sacas una sonrisa y cuando lees poesía mi corazón siente que no hay otra cosa más hermosa y dulce que tu voz.
En ese momento sentí y entendí lo que Jacob estaba tratando de decirme. Se acercó más a mí y volvió a tomarme de las manos. —No voy a dar más vueltas, lo voy a decir... Bella ¿quieres ser mi novia?
Mi corazón latía a mil y respondí en un "sí". Entonces él tomó mi rostro y me besó.
Fue un beso muy tierno, pero siendo sincera conmigo misma, sentía que en ese beso faltabaalgo.
Quería a Jacob y había esperado ese beso desde el primer día que lo vi, pero esa sensación de vacío se hizo presente. No le di importancia y disfruté, ya que era ¡Mi primer beso! y merecía ser disfrutado a pesar de sentirme incompleta.
Desde ese día, Jacob y yo fuimos inseparables y cuando después de un años de relación le anuncié que me iría de Nueva York, sintió que lo abandonaba y que no luchaba por él, dado que no discutía con mi padre para que no nos marcháramos.
Su desesperación fue tal, que llegó a pedirme que nos fugáramos juntos, pero no podía hacerle eso a Charlie. Mi madre nos había abandonado cuando yo era una niña y prometí nunca dejarlo solo. No podía hacerle eso, él ya había sufrido muchísimo cuando esa mujer, que Charlie aún me obligaba llamar mamá, se había ido. Y yo no podía y no quería hacer sufrirlo otra vez.
Pero Jacob seguía reclamándome que no lo amaba, que por eso no me quería ir con él. La situación se tornó muy pesada y a la vez me asustaba. Su humor había cambiado y vivía constantemente metiéndose en problemas en el colegio.
Una semana antes de irme de Nueva York decidí terminar mi noviazgo con él, después de ese año de relación, por el bien tanto de él como el mío, era necesario hacerlo, debido a las situaciones que estábamos viviendo en los últimos tiempos.
Como era de esperar, Jacob reaccionó muy mal. Entre gritos y llantos, deseó nunca haberme conocido.
Esa noche lloré hasta quedarme dormida, entendía su malestar y tristeza, yo también lo iba a extrañar, pero habíamos llegado a esta situación por su culpa. Es de tonta pensar que no iba a ponerse mal por mi mudanza, pero nunca pensé que iba a tener esas reacciones tan fuertes y a la vez creí que hablando, iba a llegar a entenderme, pero nunca lo hizo.
No podía abandonar a Charlie y menos por Jacob, lo amaba o al menos eso creía pero mi papá me necesitaba más.
El día había llegado. Angela y Lauren vinieron a despedirme. Abrazada a ellas, lloré y les dije que seguiríamos en contacto.
—Claro mi vida. No podrás deshacerte de nosotras muy fácilmente, ni siquiera yéndote al mismísimo fin del mundo. —contestó Lauren, secando mis lágrimas.
Angela me entregó una foto de nosotras tres juntas, puesta en una hermosa cartulina decorada con muchas flores y corazones, con un "friends forever" escrito en grandes letras por debajo.
—Bella, mi amor, es hora de irnos —anunció Charlie, sentado en el auto que nos llevaría hacia el aeropuerto.
Abracé por última vez a mis amigas y dirigiéndome hacia el auto, miré alrededor para saber si Jacob estaba cerca, pero él no apareció. Subí al auto y nos encaminamos hacia el aeropuerto.
Cuando estábamos saliendo del barrio, donde había vivido mis últimos tres años, vi que Jacob observaba el auto, apoyado en su moto.
Levanté mi mano en señal de saludo y le sonreí con un poco de nostalgia y tristeza. Él respondió de la misma manera y deseé que estuviera bien. Con esa sonrisa que me regaló, me imaginé que él iba a tratar de estar bien.
Ya alejados de la gran ciudad, miré hacia la carretera y con angustia me animé a expresar esas palabras que hace tanto tiempo quería decirlas y no me animaba— No quiero seguir haciendo esto Charlie, ya no más, no creo soportar otra despedida.
Charlie me miró y acariciando mi cabeza, respondió— Bells, esta será la última vez, necesitaba este traslado, porque quería un lugar más tranquilo. Ya estoy viejo y deseó prepararme para mi retiro. Pero Nueva York no me lo permitía, hija.
Wow eso me sorprendió.
— ¿No más mudanzas? —pregunté sonriendo.
—No más mudanzas.
Y por primera vez, sentí esperanzas de que esto fuera a ser así.
Nueva historia ! Espero que les guste. como saben no tengo beta, asi que pido mil disculpas por los errores que puede haber tanto en la narracion como muchas veces en la ortografia.( No es escusa pero pido mil disculpas)
obviamente espero sus review. me encantaria leerlas y saber que les parecio la historia.
