Un chico peculiar

Sakura Mamiya era una chica de bellos rasgos con una personalidad introvertida y tranquila. Jamás perdía la compostura y se la veía la mayoría del tiempo en una biblioteca leyendo historias de suspenso y romance. Estaba cursando segundo año de instituto y era una de las chicas más populares de la institución de "Haru no Hana", a pesar de que ella consideraba que no había hecho nada para ganar su popularidad.

Sakura desde muy niña podía ver espíritus y aunque se sentía una loca por hablar con ellos, se sentía feliz al tener "amigos" del más allá que le contaban lo que pasaba luego de morir, algo a lo cual desde muy niña temía desde que perdió a su abuelo Mushin.

Ella tenía dos mejores amigas que estaban en el instituto Rika y Miho chan, que siempre estaban junto a ella y alejaban a los múltiples pretendientes que Sakura tenía en el instituto.

Pero ella no necesitaba que la adoraran, ni que la protegieran. Desde muy niña había tomado clases de karate y se sabía defender muy bien de los aprovechados, así que siempre le insistía a sus amigas que no hicieran nada, pero como siempre, Miho y Rika no la escuchaban y complicaban más las cosas.

-ahhh- un profundo sus piro salío de sus labios al darse cuenta que en el tiempo que llevaba en ese lugar no había encontrado nada que le llamara la atención y la sacara de la rutina que era su vida. De la casa a la escuela, de la escuela a la casa y tal vez, al centro comercial con sus amigas, si no fuera porque hablaba y veía fantasmas de seguro su vida sería muy aburrida.

-ocurre algo Sakura-chan?- le pregunto Rika con una soda en las manos. Estaba en una plaza a las afueras de la escuela tomando un helado. Ese día habían tenido un examen de biología para el cual había estudiado dos días completos.

- estas nerviosa por los resultados del examen?- le pregunto su amiga Miho quien estaba saboreando la pequeña cuchara con el helado de vainilla.

- no lo estoy- le dijo tranquilamente Sakura a sus amigas mirando el cielo- solo pensaba que mi vida era muy normal…

- tranquila Sakura-chan – le dijo Rika con una sonrisa- a todos nos gustaría tener una vida fuera de lo común, pero ya vez… no siempre se tiene lo que se desea…

- yo quiero tener un novio y mira…- le dijo Miho con una sonrisa triste- estoy más sola que un escorpión en el desierto…

- ya lo creo- respondió Sakura riendo junto con Rika. Su amiga Miho siempre quería un novio y eso no lo entendía. Que tenia de especial tener un novio? Por lo que veía solo perdías el tiempo, ya que las relaciones de pareja absorbían completamente tu tiempo y tu energía. Entonces para que Miho quería algo como eso?- oye Miho-chan – la llamo suavemente. Su amiga la miro expectante- que tiene de genial tener novio?

- ya sabía yo que eras rara- le respondió Miho- lo tiene todo! Un novio te consiente, te abraza, te invita a salir…

- puedes salir con él a hacer muchas cosas, lo puedes mimar y él a ti, hacen cosas juntos, se besan- Rika siguió hablando con Miho, pero Sakura ya no les prestaba atención.

-"para eso mejor me compro un gato"- se dijo con una sonrisa leve. No tenía nada de grandioso tener un novio, junto como lo había pensado- ya me tengo que ir- anuncio botando el envoltorio de su helado de chocolate.

- oh- dijeron sus amigas mirando la hora en sus teléfonos celulares.

- hasta el lunes- agito su mano y se puso en marcha hacia su casa. Al llegar a ella se vistió con un pantalón corto hasta la mitad del muslo y una polera sin mangas de color celeste. Hacía calor y era lo único que encontró primero y se sentó en su cama a pensar.

POV Sakura

Ya me lo había imaginado, las relaciones de pareja eran ridículas y sin ningún sentido lógico. Aunque no sé porque hablo de lógica cuando puedo ver gente muerta… esto de lo más extraño. Como me gustaría salir de la monotonía en la que se convirtió mi vida desde que llegue a Tokio. Todo era más emocionante en Nerima donde podía hacer lo que quería y siempre había algo nuevo que hacer, pero ahora es cosa de mirar a mi alrededor y darme cuenta que todos aquí hacen lo mismo, van apresurados a todas partes y no se detienen a mirar lo sencillo, siempre están los mismos autobuses y no pasa nada nuevo, ah! Claro a parte de los accidentes que son lo único novedoso de este lugar. Ojala hubiera aceptado la propuesta de mi tía Miyako y me hubiese quedado a vivir con ella, pero no… tenía que elegir venir a vivir con los locos de mis padres.

No los odio, claro que no, son lo único que me saca de la rutina todos los días, pero… ahora ya casi no veo a papá y mamá está demasiado ocupada con las funciones de caridad, no tengo ni siquiera un hermano a quien molestar o una hermana a la cual hablarle de cosas de chicas. Como me gustaría que las cosas fueran diferentes…

Y como si alguien hubiera escuchado mis palabras un rayo hizo estremecer el cielo y cortó la luz de mi casa desatando una tormenta feroz fuera de ella. Me asome para observar el cielo y vi como un resplandor caía de él a gran velocidad.

-un meteorito?- me pregunte ingenuamente. Abrí mis ojos con sorpresa al ver que esa luz se dirigía hacia mi casa- por Kami sama!- grite alejándome de la ventana. La luz que bajo del cielo atravesó mi ventana sin romperla y me hiso cerrar los ojos con fuerza por su luminosidad- que es…- pero la pregunta murió en mi boca al ver que la luz desapareció y con ello, reveló a un chico de cabellos rojos cereza.

- me las pagara…- murmuro el extraño con un aori largo puesto sobre él. Sakura lo miro perpleja y luego se enfoco en el color de ojos del chico. Las pupilas del muchacho eran del mismo color que su cabello y era apuesto.

- Disculpa- dijo Sakura calmadamente- quien eres y que estás haciendo en mi habitación?- le pregunto sin perder la calma.

- puedes verme?- le pregunto el muchacho revisando si tenía bien puesto su aori- como es posible?- pregunto mas para sí mismo que para ella.

- será porque tengo ojos?- le pregunte de forma burlona- pero ya en serio, que haces aquí? Quien eres?

- yo…- al muchacho lo invadió la timidez de repente, cuando lo había escuchado decir que se las pagaría de manera vengativa- pues…- el muchacho se sonrojo al verla vestida de esa manera- pues… ahhh- suspiro y se dio valor para continuar- mi nombre es Rokudou Rinne y… bueno tengo 16 años…- miro a Sakura y se sonrojo furiosamente cuando la vio mirarlo de cerca- que haces?

- mirarte que no es obvio?- le pregunto inspeccionándolo con la mirada- ya sé que no eres un ser humano normal… por tu ropa y por tu aparición, de donde eres?

- no me creerías si te lo dijera- dijo el muchacho tratando de parecer misterioso ella solo le regalo una mirada aburrida.

- te vi bajar del cielo envuelto en una luz, atravesaste mi ventana y saliste de un resplandor, creo que podre creer de donde provienes si me lo dices- el chico la miro apenado.

- vengo del mundo espiritual, donde los espíritus encuentran el camino a la rueda de Samsara, o la rueda de la reencarnación, como quieras llamarla…

- bueno es oficial- dijo Sakura de repente acostándose en su cama mirando el techo.

- que es oficial?- le pregunto el chico.

- que cada día estoy más loca… pensé que solo eran mis padres, pero creo que no…- dio un largo suspiro y lo miro fijamente- bueno Rokudou-kun…- le dijo luego de un rato- no quiero seguir interrumpiendo lo que sea que hacías, así que ya te puedes ir- le dijo de manera suave. Rinne solo suspiro al darse cuenta que la chica de la cual no sabía el nombre lo estaba echando de su habitación de manera muy sutil.

- no me dijiste tu nombre- le dijo Rinne. Sakura dio otro suspiro pensando que el chico no entendió el mensaje de "lárgate de una vez y déjame sola".

- "creo que tendré que ser más directa"- pensó mirándolo, pero luego lo medito y con un suspiro respondió- mi nombre es Mamiya Sakura y tengo 15 años… ahora ya lo sabes- le guiño un ojo de forma juguetona y luego los cerro esperando que Rinne se fuera. Por otra parte, Rinne se sonrojo al ver el guiño y sintió como su corazón se acelero.

- un gusto…- dijo bajito pensando que se había dormido. Se acerco a ella para mirarla y se sorprendió al contemplar que era muy bonita, pestañas tupidas, piel pálida y de apariencia muy suave. Dejo de mirarla y atravesó la pared para dejarla dormir.

- eso si que fue raro- dijo cuando estuvo segura que ya no estaba en su habitación- mas que raro diría yo…

Continuara…