Sencillez
Milk había planeado con entusiasmo una salida familiar a la Cuidad Oeste para celebrar la resucitación de Goku...sin embargo, había un pequeño percance: una pequeña impuntualidad.
El retraso de la familia Son no se debía a Goku. Era curioso, porque la mayoría de las veces él era el causante de apuros pero esta vez no había sido así. Al contrario, el saiyajin se encontraba esperando en la sala de estar junto a sus dos hijos, los tres vestidos formalmente esperando a que Milk terminara de prepararse. Porque de ella se trataba: la señora Son había estado horas retocándose para estar bonita en la salida familiar, y aún no terminaba.
-No es normal que mamá tarde demasiado-comentó Gohan, mirando el reloj que colgaba en la pared.
-Mejor iré a ver qué sucede-se ofreció Goku, extrañado de que su esposa tardase tanto. Ella no era una mujer impuntual.
Fue hasta la habitación que compartía con su esposa y comprobó que la puerta del cuarto estaba cerrada. Pegó la oreja a la madera, con curiosidad, oyendo ruidos de toda clase en su alcoba. Abrió la puerta, y lo sorprendió el desastre que reinaba en ella: ropa tirada, cajones dados vuelta, las puertas del armario abiertas, trastes de aquí para allá. Y allí, entre medio de todo ese cachivache estaba Milk, tirada bajo una cama (al parecer, buscando algo).
Goku se sorprendió de ello enseguida, porque su esposa era una mujer muy ordenada ¿Qué mosca le había picado? Hasta esos días atrás, se había comportado con la misma pulcritud de siempre...pero ahora parecía haberse olvidado de toda la prolijidad que la caracterizaba.
-¿Se te perdió algo, Milk?-preguntó por fin.
Ella se paró, saliendo debajo de la cama. Se había vestido con esmero, hasta se había maquillado y peinado con fineza. Entonces ¿qué era lo que estaba buscando?
-Oh, Goku...-le respondió con tono de lamento-Hace horas que estoy buscando el perfume que me regaló mi padre en mi cumpleaños...Quería usarlo para una ocasión, y pensé que quizás esta era la adecuada...
-¿Un perfume?-peguntó él, inclinando la cabeza sobre su cuello-¿Acaso hueles mal?
Los ojos negros de Milk se tiñeron se furia por unos instantes. Luego, se calmó (después de todo, era Goku). Pero la amargura por haber perdido su valioso perfume seguía vigente.
De repente, su esposo se acercó a ella y comenzó a olisquear su cabello. Fue un acto tan repentino, que Milk retrocedió levemente.
-Pero si tú hueles muy bien...-exclamó, mirándola sorprendido.
Los ojos de Milk, ante lo que le había dicho Goku, se llenaron de lágrimas.
-¿Acaso dije algo feo?-indagó, algo alterado por aquella reacción.
"Oh, Goku...¿Cómo lo haces?" pensó, cuando sintió las tibias lágrimas bañando sus mejillas.
Lo abrazó. Esas simples palabras, escondían algo profundo para ella. Pocas veces, con la inocencia en su esplendor, le había dicho algo tan hermoso, tan dulce. Se lo había dicho, pero no para consolarla sino porque sabía que era cierto, porque en serio pensaba que ella olía bien. Goku no tenía pelos en la lengua, por lo que jamás lo había oído decir una mentira.
Se dijo afortunada por tener a alguien que no le dijera piropos a toda hora, sino a alguien que la hiciera emocionar con su sinceridad, aunque fuese proferida de manera peculiar. Adoraba su sencillez aunque a veces ésta la sacara de quicio.
Era una de las tantas razones por las que amaba a su Goku, aunque éste no comprendiera tanto acto de emoción. Rascándose la nuca, aún se preguntaba qué había hecho de malo.
FIN
NA: Hacía tanto que tenía ganas de escribir sobre esta pareja. La verdad es que la amo tanto que no sé...me vino la inspiración XDD Es muy cortito, ya se, pero la situación no se prestaba como para que escribiera algo más largo. Espero que les haya gustado, le puse mucho cariño a esta historia. Gracias por leer.
Saludos!
DRAGON BALL Z NO ME PERTENECE, TAMPOCO SUS PERSONAJES!
