El húmedo edor de las mazmorras aturdía a Harry, quien se tambaleaba entre sudores deseando que llegaran las ocho en punto... Sólo quince minutos más.

-Concentración, Potter. Su mente simple no es capaz de durar dos minutos sin distraerse.

Snape dio un rodeo a la habitación, se aseguró de que el pensadero estaba en su lugar de siempre y pareció mas aliviado.

-Ya lo intento, pero no puedo evitarlo. Usted nunca avisa de cuando va a...

-Oh,claro Potter mis mas sinceras disculpas- Interrumpió irónicamente Snape, enseñando sus desordenados dientes.- Tal vez deba avisarle también el señor tenebroso de cuando va a invadir su mente, asi no tendía que perder el tiempo con usted dos horas casi diarias.

Como un murcielago sigiloso se acercó a Harry en dos zancadas y volvió a levantar su varita con decisión, y con una horrible mueca en el rostro:

-¡Legeremens!

Miles de dementores en el lago se acercaban, Sirius convertido en perro ocultado en Hogwarts en el torneo de los tres magos, el propio Snape mirandole el primer año en el primer día en Hogwarts y esa horrible punzada en la cicatriz, Dobby avisando sobre terribles peligros en hogwarts, Duddley pegándo a Harry en el colegio con sólo siete años y sus compañeros riéndose, tia petunia diciendo que no soportaba ese pelo suyo, que crecía sin parar a pesar de las veces que había sido cortado, tia petunia de nuevo, el día que dijo delante de Hagrid que su hermana era "un monstruo", Harry sacando la espada de Gryffindor del sombrero seleccionador mientras un enorme basilisco acechaba, Tom Ryddle y Ginny en la cámara de los secretos, el progesor Quirrel desenvolviendo su turbante junto al espejo de oesed, y inmediatamente después, Harry frente a ese mismo espejo, junto a sus padres... Snape e Igor karkarof el año anterior, Igor mostrándole la marca tenebrosa y Harry espiando detrás de la puerta...El tren de Hogwarts detenido a causa de los dementores, y entonces... entonces... Un sonido muy agudo, un grito espeluznante de una mujer y una risa malévola de fondo... Era una voz familiar para ambos, esa terrible voz suplicante que más de una vez había invadido más de un sueño. ¡Cómo dolía escucharla! era insoportable y muy real para ser sólo una visión. Quería tapar sus oídos o podrían estallar... y entonces... oscuridad.

Harry no sentía nada, sólo sabía que se había desmayado. Abrió los ojos y encontró a Snape en la misma posición que él: Tirado en el suelo, con la mirada perdida en un punto fijo. Era una expresión de horror que nunca había visto en el profesor, rompiendo como pocas veces su barrera de impasibilidad.

-Señor ¿Se encuentra bien?- Preguntó Harry confuso por no saber cómo actuar.

Snape levantó su mirada y ambos se encontraron. Algo brilló por un momento en los ojos negros del profesor, pero Harry no supó el que, pues se levantó tan rápido como había caido al suelo.

-La clase de hoy ha terminado, Potter. Puede irse y continue practicando.

Harry recogió su varita muy despacio y se levantó, mientras que Snape iba al pensadero y recuperaba sus preciados recuerdos. Había tensión en el aire, y Harry no podía soportarlo, asi que decidió marcharse lo antes posible.

-Hasta mañana, señor...

Cerró la puerta y volvió a sentirse confuso, aturdido. Sería mejor no comentarles nada a Ron y a Hermione. Sobre todo a Hermione...