Disclaimer: Pokémon no me pertenece, si lo hiciera Ash y Misty ya estarían juntos de nuevo~.
Ni los años pudieron hacerme olvidar
Capítulo uno: Vive…
— No me importa que seas un adolescente, eres un estorbo y yo no soporto a los estorbos, así que... ¡Desaparece! —la agente alzó su mano como indicación para lanzar las primeras bombas.
Las bombas iban directamente hacia donde él estaba, pero aunque quisiera moverse no podía; si lo hacía… la chica a quien estaba protegiendo saldría gravemente herida. No podría vivir con la culpa si algo le pasaba a su amiga, por lo que no le quedó más opción que esperar el impacto.
Muy pronto comenzaron a escuchar cómo es que las bombas hacían contacto con el suelo y explotaban. Se escuchaban cerca, relativamente cerca.
¡Este es el fin! Fue el pensamiento que cruzó la cabeza del muchacho antes de escuchar una voz.
— ¡Haz una barrera con tu chorro de agua, ahora! —gritó una voz femenina. El joven de mirada café no pudo identificarla bien por el estruendoso ruido que hacían las bombas y luego por el sonido del agua. Una persona se le vino a la mente; pero no podía ser… ella también estaba herida, no había posibilidades de que hubiera podido levantarse.
Unos cuantos minutos después comenzaron a oírse las sirenas de la policía, ese sólo sonido bastó para que los ataques se detuvieran y los maleantes ordenaran la retirada. Los adolescentes quedaron mal heridos en el suelo pero parecía ser que los jóvenes entrenadores sólo tenían unos cuantos rasguños y una que otra herida que se debía tratar, pero nada que fuera de vida o muerte.
Pronto la barrera de agua cayó, lo que permitió al muchacho levantarse al igual que su amiga. Miró hacia donde se suponía que estaban todos sus amigos con un poco de temor. Temió que alguien tuviera una lesión mayor, pero todo parecía en orden según él; todos… estaban bien.
— Que alivio… —susurró. Pero antes de poder relajarse sintió un leve tirón de su rasgada manga.
— A-Ash… —el entrenador miró a su amiga confundido.
— ¿Qué sucede? —él sólo vió a su amiga, que los ojos abiertos completamente y con lágrimas en ellos, apuntando hacia una dirección que se encontraba a sus espaldas.
Se giró para ver a qué cosa señalaba su compañera, esperando ver a uno de los subordinados de la Agente "J"; pero lo que vió fue completamente diferente.
— No... —su corazón se paralizó—. No puede ser... —estaba en shock, le era difícil aceptarlo, no quería hacerlo. Este intentó caminar con dificultad—. No es… cierto. No…, no…, no, no, no, ¡NO!
El grito que pegó el entrenador llamó la atención de los policías y sus demás amigos.
La desesperación que sintió en ese momento fue tal, que ni siquiera se dio cuenta de en qué momento había corrido hacia la dirección que su amiga había señalado con horror. Allí, un cuerpo se encontraba recostado, y junto a ella se encontraba una Pokébola, la cual estaba un poco dañada. Cuando se acercó tomó la esfera y la miró.
No puedo creerlo, ¿por qué? ¡Por qué expusiste tu vida y la de tu pokémon! Pensó para sí mismo mientras apretaba delicadamente la Pokébola contra sí antes de guardarla.
Y después sólo se dejó caer de rodillas, la tomó en brazos y la miró con dolor. Esa persona había salido totalmente herida, la mitad de su rostro se encontraba totalmente quemado al igual que parte de sus extremidades del lado derecho.
El moreno no podía estar más en shock. Si no fuera porque pudo sentir cómo es que ella se movía con lentitud al momento de intentar respirar ya hubiera pegado un grito muchísimo más desgarrador.
Apretó con fuerza los dientes intentando contener su enojo antes de hablar.
— ¡Por qué! ¡Dime por qué! —comenzó— ¡Por qué te interpusiste! —su voz se escuchaba temblorosa. No parecía haber lágrimas en sus ojos, pero eso no significaba que estos no expresaran la desesperación, y más que nada, la desaprobación ante esa acción.
— No quería que... salieras…—respiró levemente pero tosió al hacerlo— lastimado —estaba teniendo dificultades para hablar, sus pulmones le decían que no resistiría mucho pero eso no le importó.
— ¡Habría sido mejor haber salido lastimado yo a que lo fueras tú!
— Que... egoísta —pausó—. No te importa... arriesgarte, aun cuando... los demás se preocupan… por ti.
— ¿Y tú no has sido egoísta con esto? —le preguntó gritando.
Realmente estaba molesto, no entendía bien el por qué de sus palabras.
— Sí, lo fui. Pero... no me arrepiento. De una u otra forma… impedí que... tu vida terminara aquí — respondió con dificultad antes de comenzar a toser. Esto estaba mal, había empezando a escupir mucha sangre—. Podrás... seguir tú sueño.
— Mejor ya no hables —pidió sin importar que su ropa se manchase de sangre—. Te llevaremos al hospital, aquí está la policía… no tardaremos en llegar; pero por favor, ya no digas nada.
— Es imposible, estos, estos son… mis momentos finales... —volvió a toser.
—No, eso no es cierto, aún te falta mucho por recorrer. Te falta mucho por vivir —dijo con una angustia indescriptible—. Me dijiste que viajaríamos siempre juntos, buscando nuevas aventuras, conociendo más gente, otros lugares –expresó—. No puedes irte así nada más. No puedes romper tu promesa... ¡No me puedes dejar solo!
— Pero… no estás solo, nunca lo... estarás —calló. Ya no podía más, pero tenía… ¡Tenía que decirle algunas cosas más!—. Jamás... permitiré que te quedes solo.
— Entonces no digas que te irás —le pidió suplicante.
— No me iré —respondió antes de levantar lentamente su brazo izquierdo y apuntar de manera tambaleante su cabeza—. Siempre estaré ahí y… —apuntó hacia el pecho— aquí dentro.
— Por favor ya no digas nada… ¡te lo ruego! —rogó. Cerró los ojos con fuerza mientras una de sus manos tomaba la que estaba apuntando hacia su pecho— No quiero que digas nada más.
— Ash, te diré algo… muy importante así que es-escúchame —el chico levantó su mirada y la dirigió hacia ella. Estos temblaban demasiado. Lo que la joven pudo ver en ellos fue un mensaje, uno que le decía "hazme caso de una buena vez"—. Ash, te…, yo te... —el muchacho sintió su corazón detenerse, se estaba despidiendo, ¡le estaba diciendo adiós!—. Te... am-amo —el entrenador de Pueblo Paleta abrió de par en par los ojos, eso no se lo esperaba.
— Tú…, y-yo… —dijo tartamudeando.
— No digas... nada, me lastimaras —dijo cerrando el ojo que era más o menos distinguible.
El morocho bajó la mirada. Ash no pudo creer lo que escuchó. ¿Qué la lastimaría? ¿Qué no era algo que ella estaba haciendo también al despedirse? ¡Maldición!
Por lo que, ante esa petición, dijo…
— ¿Qué te lastimaré? Tú eres quien me lastima… —respondió casi con la voz quebrada. Alzó la vista nuevamente, un par de lágrimas eran visibles pero no caían—. Tú eres quien me hace daño al pedirme… que no te diga nada al respecto.
—…
— Lo siento, pero no puedo callarme, no cuando al fin sé que… me quieres. Cuando por fin reconozco que yo también siento lo mismo —respondió mientras se fue inclinando en busca de los labios de quien sostenía—. Yo..., yo también —confesó ya acortando la distancia—. Yo también te amo, demasiado. Por favor, no me dejes… —rogó mientras finalmente acortó la distancia y un pequeño beso se produjo.
Los demás miraban estupefactos la escena, no podían creer lo que sus ojos veían. Las lágrimas no tardaron en llegar, la despedida estaba cerca… y ellos lo sabían.
— Misty, no… —dijo el criador con la voz entrecortada gracias a las lágrimas que corrían por sus ojos.
— Amiga… —susurró una joven de mirada azulada y cabellos castaños entre lágrimas.
Tras unos minutos el joven se separó y la miró.
— A-Ash… —llamó con pesadez. Ya casi era hora—, por fa-vor… vive… —y así, sus ojos finalmente se cerraron para jamás volverse a abrir.
Finalmente… había abandonado el mundo terrenal.
—… —sólo vió cómo, en cámara lenta, cómo es que sus ojos agua marina se cerraron. Habiendo realizado que aquellos bellos ojos jamás volverían a abrirse dejó correr sus lágrimas, las cuales había estado intentando retener—. Ugh... no..., no… ¡NO!
Continuará…
Suki: Ay, mátenme, enserio… ¡He asesinado Misty! ¿Cómo puedo ser yo capaz de eso? ¡Cómo me han permitido hacer esto! Ay… respira Suki, respira… —se tranquiliza un poco—. Ah, mi Dios… no sé cómo es que me dio por escribir esto. ¿Cómo pude tener el valor? Quién sabe. En fin, este fic fue re-editado con toda la extensión de la palabra. Antes era un one-shot y ahora será un two-shot. Espero que lo disfruten como la primera vez. ¡Nos vemos!
