Notas iniciales: ¡Hola! Aquí vengo con una nueva idea para un one-shot, que surgió después de ver un fanart de Eren y Levi, sólo que éste último era tamaño de bolsillo :V y pues pensé en algo que sería un Levi pulgarcito. Espero que me salga bien y les guste a ustedes.
Advertencias: Eren x Levi/ Ereri, contenido BL, fantasía en el mundo moderno, romance y no contiene Lemon.
Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son de propiedad de Hajime Isayama, sólo la idea es mía.
Espero que lo disfruten.
LEVI PULGARCITO.
Eren vivía solo, en una casa modesta en un barrio tranquilo; sin bullicios ni ruidos fuertes, sólo gente tranquila que vivía su día a día en estas humildes casas. La de Eren era pequeña y con colores pasteles, como el verde agua; fue una herencia de sus padres tras morir en un fatídico accidente de tránsito a causa de un conductor ebrio hace dos años, cuando Eren terminaba la secundaria.
Eren era un chico tranquilo, que no se metía en problemas con otras personas, que se preocupaba por lo suyo y por sus amigos, siempre tenía una sonrisa para cualquier momento. Físicamente era alto, algo bronceado, con cabello que todo el tiempo estaba desaliñado, y unos grandes ojos de color aguamarina que le adornaban en toda su cara. Actualmente contaba con los 20 años de edad y estaba en el segundo año de la carrera de literatura; leer fue un pasatiempo para él desde pequeño.
Tras la muerte de sus padres, este chico ya contaba con un trabajo a medio tiempo mientras estudiaba, por lo que en el sentido económico no tuvo un problema mayor, la casa era suya en su totalidad más una pequeña cantidad de dinero que sus padres ahorraron para emergencias y que ahora le permitiría vivir sin pasar preocupándose por ello durante al menos cinco años.
Tenía amigos que siempre la hacían compañía en todo el momento, con tal de hacer que Eren no se sienta solo. Según Mikasa, una amiga de la infancia, el chico, a pesar de sonreir todo el tiempo, no tenía brillo en sus ojos, estaban opacos. Por lo que ella intentaba sacarlo todo el tiempo para que no estuviera solo en su casa.
A menudo, y cuando no tenía que salir, Eren que quedaba en casa leyendo uno de sus amados libros. Empezaba desde temprano, después de asear su casa y ponerle seguro a su puerta principal, y terminaba hasta altas horas de la noche. A veces se quedaba dormido en el lugar en donde estaba leyendo.
Aunque dijera que leyera sólo por que es lo que ama, en realidad también lo hace para escapar de su realidad, no mintiera si dijera que le afectó la muerte de sus padres, aunque lo superó unas semanas después de su muerte, odia estar solo, y aunque tiene amigos que lo acompañan no es lo mismo comparado con el abrazo y beso de su madre, y menos con los consejos de su padre. Su mayor deseo era estar con ellos, aunque sabía que no podía; por lo que menos que podía hacer era recordarlos todo el tiempo.
…..
Uno de esos días, en los que Eren se quedaba en casa, se levantó para hacer lo que más amaba, la lectura y avanzar en algunos proyectos que tenía pendientes; lo haría en cuanto terminara de desayunar y hacer el aseo de su hogar, pero cuando vió la fecha en el calendario se dio cuenta que ese dia tendría que limpiar su casa a fondo; era de esos días en que tenía que sacar el polvo de todas las habitaciones de su casa y desechar lo que ya no servía. Cuando sus padres vivían tenían ese hábito un día al mes, en el que todos no tenían nada que hacer. Aún con la muerte de sus padres, Eren mantenía esa costumbre.
Suspirando, se levantó de la mesa en la que estaba y se cambió de ropa por una más cómoda y vieja para poder ensuciarla y tirarla después. Empezó por la cocina, limpiando los platos del polvo y las alacenas para luego acomodarlos en el mismo lugar. Luego siguió con la pequeña sala de su casa, limpiando y sacudiendo. Y así siguió con todas las habitaciones, que no eran muchas, solo tres, la que era de sus padres, la suya y una extra, al igual que un baño que tenía. Al ver la hora se dio cuenta que eran las doce del mediodía; por lo que decidió hacer una pausa para pedir una pizza a domicilio y descansar mientras almorzaba, para luego continuar con el desván que llevaba más tiempo por la cantidad de polvo que acumulaba.
Al terminar de almorzar, limpió lo poco que había usado y ensuciado, y se encaminó al desván, que estaba en la parte alta de la casa. Iba preparado con un pañuelo en su cara para protegerse del polvo, que a pesar de que lo limpaba una vez al mes, parecía acumularse en grandes cantidades en ese lugar. Revisó cada baúl que había en el lugar, que no eran muchos; sus padres no eran de las personas que gustaban de acumular cosas y desechaban lo que no usaban o lo regalaban a alguien que se dedicara a la venta de cosas usadas. Por lo que para Eren no era mucho. Abrió los baules que estaban sólo con la poca ropa de sus padres que no había regalado ya que era de los pocos recuerdos que le quedaban. Luego de sacudirlos y ordenarlos, se dirigió hacia otro en el que estaban los utensilios de jardinería de su madre. Su madre tenía ese pasatiempo de la jardinería, gustaba de las flores y las plantas, y tenia el conocimiento para ello; por lo que en cuanto se casó con Grisha, lo primero que hizo fue construir con sus manos su propio jardín en la parte trasera de su casa. Muchas de las vecinas le preguntaron que por qué no lo hacía en la parte de frente para que los demás vieran sus flores a lo que ella respondió que no le gustaría que alguien se lo dañara.
Eren, que nunca fue bueno para la jardinería, guardó las herramientas de su madre y después de su muerte se dedicaba a regar el jardín que habia dejado, aunque ante el poco cuidado que Eren le daba, las flores se marchitaban poco a poco. Al terminar de limpiar las cosas que estaban, en el fondo vio una pequeña cajita que al abrirla contenía unos sobrecitos con semillas de algunas plantas; la mayoría de ellas ya no servían al pasar mucho tiempo sin germinar pero habia una en específico que no tenía dibujo de la flor en su sobre como las otras, pero tenía la siguiente inscripcion:
"Flor de Luna" no tiene fecha de caducidad.
El sobre era de color plateado muy brillante y las letras eran de color azul con detalles brillantes. En la parte atrás tenía las instrucciones de como debía sembrarse y cultivarse. Eren al ver esto, se extrañó que hubieran semillas que no tuvieran vencimiento, pensó que tal vez saldría alguna planta de ellas. Las examinó con su tacto dándose cuenta de que esas semillas eran como el tamaño de las semillas de pistacho, grandes en comparación con otras semillas para jardín. Eren la guardó en el bolsillo de su pantalón para examinarla mas tarde, por lo que ahora tendría que terminar de limpiar el desván.
…
Terminó con su tarea a las cuatro de la tarde; por lo que se dirigió a su habitación para recostarse en su cama y descansar. Tenía suerte que al día siguiente no tendría que salir, alegrándose por ello, pensando que haría lo que se habia propuesto en la mañana. Al recostarse se acordó de las semillas que había guardado en su bolsillo, por lo que sacándoselas las observó sin abrir el sobre. Si bien era cierto que no conocía mucho de las flores, estaba casi seguro de que nunca había escuchado sobre esa flor, ni siquiera sabía que existía tal tipo. Por lo que decidió que despues de bañarse buscaría información en la red sobre dicha flor.
Mientras se daba una ducha, quitándose el polvo que se le pegó, no dejaba de pensar en esas semillas, empezando por el tamaño de las mismas; recordaba que cuando era pequeño su madre le ponía en sus manos algunas de las semillas de las flores que sembraba y recordaba que eran muy pequeñas, algunas más que otras, pero no pasaban del tamaño de sus dedos, de hecho las semillas más grandes que conocía eran las semillas de girasol, por lo que era extraño que éstas que encontró eran mucho más grandes que la de sus recuerdos.
Al salir del baño, se cambió por su pijama y abrió su computadora para buscar sobre dicha flor. Puso en el buscador "flor de luna" y le dirigían hacia sitios que hablaban sobre fantasía, sobre mundos de magia y criaturas como hadas, duendes y otros. Extrañándose aún más, se dirigió hacia el primer sitio que le aparecía, encontrándose con información que le decía que de esa flor, existía la posibilidad de que naciera un duendecillo si la cultivaba de manera correcta siguiendo las instrucciones que el sobre le indicaba, apareciendo a la par una foto con un sobre idéntico al que tenía sobre su escritorio. Más abajo le decía que el duendecillo sería su fiel compañero y nunca se le separaría hasta que la persona que cuidó de la flor muriera, muriendo el ser a los pocos minutos. Eren, que gustaba de libros de fantasía, no se creía del todo esa información, además su madre tampoco fue creyente de dichos cuentos e historias. Por lo que le sorprendía el porqué su madre tenía un sobre como ese y cómo lo había adquirido.
Buscando aún más pareció encontrar una respuesta a su anterior interrogante: la página le decía que ese sobre aparecía cuando la persona se sentía muy sola y necesitada de compañía. Eren empezó a sudar un poco y un escalofrío le recorrió por su columna; él era una persona que siempre se encontraba sola; pero era tan extraño que algo como eso coincidiera con las descripciones que le daban en la página. Miró el sobre y por unos breves segundos tuvo la intención de que probaría lo que la página le decía, sólo para constatar que si lo que le explicaba era cierto.
Apagando su computador, bajó a la cocina a prepararse algo de cenar y luego de eso leyó un libro que le ayudara a conciliar el sueño, aunque luego de lo que pasó le fue un poco difícil al no poder creerse lo que encontró.
…
Al día siguiente busco alguna maceta entre las cosas de su madre, al igual que una pequeña pala y la regadera. Luego salió al patio de su casa para comprobar si lo que encontró era cierto. Antes de buscar todo lo anterior leyó con detenimiento las instrucciones del sobre que decían:
-La maceta debe estar en un lugar en sea iluminado por la luz de la luna.
-Debe ser regada con agua muy fría todos los días, de preferencia en la noche.
-La tierra debe provenir de un antiguo jardín, no importando si ya no se usa para ello.
-Se deben usar las dos semillas que provienen dentro del sobre, pues una es el alimento de la otra.
-Debe ser cultivada dentro de la casa, para que este cerca de la persona y lograr que la planta identifique a su cuidador
-No debe cortar ninguna de sus hojas.
-La flor tardará en germinar en 30 días, al término de ese plazo saldrá lo que más desea.
Según la opinión de Eren, las instrucciones eran singulares y contrarias a lo que se esperaría de una flor normal, empezando por la luz de la luna en lugar de la solar, como las demás. Decidió poner la maceta en la ventana de su habitacion para que este mas cerca de él tal como se lo indicaban, pero primero la llenó con la tierra del jardín de su madre, que tenia pocas plantas.
Con la pala en su mano, la llenó hasta la mitad y abrió el sobre sacando las dos semillas que estaban dentro. Las observó muy bien sorprendiéndose de su singular forma: eran ovaladas y gruesas, como las semillas de pistacho, estaban envueltas en dos hojas muy verdes por los lados y en medio estaba la semilla del mismo verdor pero con una pequeña vena de color azul que se le enredaba.
Puso ambas semillas dentro de la maceta con tierra y le agregó mas para cubrirlas luego con la regadera con agua fría (la puso en el refrigerador desde la noche anterior), roció la maceta hasta que la tierra quedó muy húmeda. Luego la puso en su habitación en el suelo al lado de la ventana para que recibiera la luz solar.
"Debo estar un poco loco para creer esto", pensaba mientras la observaba.
En su calendario contó treinta días contando ese para poner una fecha en que tendría el resultado que esperaba, por lo que se dispuso a seguir con su rutina diaria.
…
Durante ese mes no pasó nada fuera de lo normal, lo único que el chico observaba era que la semilla empezó a germinar en los primeros tres días. Día tras día, Eren la regaba en la noche con agua muy fría que constantemente preparaba poniéndola en el refrigerador. La miraba crecer poco a poco, aunque debía de reconocer que la planta era muy rápida en su crecimiento comparándola con las demás especies de flores. Le preguntaba a su amigo Armin sobre información de la botánica en general mientras estaban en la biblioteca, para así tener una base para sus comparaciones. Su amigo le preguntaba el motivo de tales dudas teniendo como respuesta que Eren había encontrado unas semillas y que había decidido sembrarlas.
-Dime, ¿qué clases de semillas son?- le preguntó con curiosidad. Eren se quedó callado durante unos minutos, preguntándose si contarle o no todo lo que sucedía a su amigo. Luego pensó que no lo juzgaría de loco al tratarse de un pequeño experimento.
-Créeme, si te lo cuento pensarás que estoy loco- dijo mientras soltaba una breve risa. –pero es sobre unas semillas de fantasía.
-¿Semillas de fantasía?- preguntó un tanto extrañado por lo último.
-Sí, semillas de fantasía. Encontre en un viejo cofre entre las cosas de mi madre a un sobrecito con estas semillas. Y me pareció extraño que tuvieran esto…- le mostró el sobre que siempre llevaba con él para buscarlo en algún libro de la biblioteca cuando tuviera la oportunidad.
Armin tomó el sobre y lo observó con detenimiento durante un buen rato, luego miró a su amigo preguntándole sobre las semillas, a lo que Eren se las describió con detenimiento del mismo modo que la información que encontró sobre la misma en las páginas de Internet.
-Sé que esto es raro, pero al buscar información en la red me sorprendí mucho; pero quiero comprobarlo. Por esto estoy siguiendo las instrucciones que dicen.
-¿Y estás viendo resultados?
-De hecho sí, aunque es muy pequeña. Tiene un verde tallo y dos hojas muy verdes. Ha crecido de ese tamaño en estos tres días desde que la sembré.
-…¿puedo ir a verla un día? Quiero verla con mis propios ojos.
-Si quieres podemos ir ahora después de clases.
-¿No tienes trabajo ahora?
-No te preocupes por eso. No nos tarderemos mucho y el señor Hannes me deja llegar a cualquier hora, aunque me descuenta de mi salario si llego unas horas tarde, pero por eso no hay mayor problema. Sólo iremos a verla y luego me puedes preguntar. Sólo que te pediré un favor: no le diegas a Mikasa sobre esto.
-¿Por qué lo dices?
-Pensará que necesito ayuda psicológica, ya sabes como es. Esto es sólo un experimento, pero ella tiende a exagerar todo y cambiar los hechos y no quiero problemas con ello.
-Sí, tienes razón, cuenta conmigo.- dijo con una sonrisa en sus labios.
Ambos se marcharon a sus clases, Eren hacia la facultad de Literatura y Armin a la facultad de ciencias naturales, pues estudiaba biología. Quedaron en que se reunirían en la casa de Eren para evitar a Mikasa. Por suerte ella tenía sus clases en la tarde pero a veces faltaba con tal de estar cerca de Eren.
Ella tendía a exagerar todo al llegar al nivel de "todo es malo", por lo que si algo le pasaba a Eren, como una pequeña herida, su amiga ya pensaba en llevarlo al hospital de emergencia por la posible "pérdida de sangre", a veces llegaba a decir que si se le acababa toda la sangre, ella se la donaría. Por eso el chico le escondía muchas cosas que le pasaba con tal de no ser fastidiado por las ocurriencias de Mikasa.
…
Al llegar a la casa de Eren sin ningún problema subieron a su habitación y le indicó a Armin en donde estaba la maceta. El rubio la miraba dándose cuenta de que parecía una planta común y corriente y que no tenía nada fuera del otro mundo. Le preguntó a Eren que cuando tendría el resultado que esperaba a lo que le respondío que en treinta días lo tendría listo.
Armin le pidió que diariamente le mandara una foto sobre el crecimiento de la planta, alegando que sólo así vería los resultados, ya que con sólo observarla no era suficiente. Tambien le dijo que en la tarde vendría a observarla y anotaría los progresos en una pequeña libreta, ayudando a Eren a realizar una investigación mas seria sobre esto.
Del mismo modo le pidió al ojiverde que cuando se cumpliera el plazo que le informara sobre lo que sucediera. A Eren le sorprendió esta petición, pero tratándose de su amigo no le tomó importancia.
…
Durante esos treinta días todo transcurrió con normalidad. La planta crecía como cualquier otra y no mostraba signos de algo fuera de lo común, con la única diferencia que a los veinte días salió un capullo de hojas azules envuelta en dos hojas verdes y grandes, y con la pequeña vena que le enrededaba, casi igual como la semilla. Eren la cuidaba y regaba día a día en las noches, antes de irse a dormir. En algunas ocasiones se disponía a leerle en voz alta debido a que su amigo Armin le había comentado que a las plantas les gusta que se le hablen y así crecen con más fuerza. Sin querer había llegado a tenerle cariño a esa planta, habiendo decidido que si no sucedía nada la cuidaría igual como si fuera otra.
No le había comentado nada a Mikasa, desde el principio pensaba en no decirle nada hasta que se acabara el plazo y dependiendo de los resultados se lo contaría.
De igual forma le mandaba las fotos diarias a Armin para tenerle seguimiento. En más de una ocasión le había mostrado la investigación hecha en una libreta. A Eren le sorprendía que tenía fotos y dibujos de la maceta. No es que él no hacía investigaciones para sus trabajos; de hecho tenía cinco proyectos cada semestre, sólo que el método era totalmente distinto por ser diferentes ciencias. Por tal razón le agradeció mucho a su amigo por ayudarle con esto.
A menudo y cuando no tenía nada que hacer se quedaba mirándola por horas por encontrar algo fuera de lo común y se preguntaba cómo sería lo que saliera de ese capullo cuando rompiera. Lo único anormal en las hojas era que tenían una especie de relieve en forma de espiral. Las hojas azules del capullo eran muy brillantes como si tuviera un poco de diamantina en ella. No soltaba olor alguno como esperaba, pero en la noche y bajo la luz de la luna brillaba más de lo común. El ojiverde estaba muy ansioso para que llegara el día en el capúllo rompiera.
….
La noche anterior al día de la fecha límite del plazo, Eren no podía dormir por lo emocionado y ansioso que estaba por ver el resultado. Constantemente tomaba fotos con su móvil y la observaba. Le parecía extraño que el único cambio en el capullo era el tamaño pues, era de una pelota de tenis con la forma ovalada.
Se le caían los ojos del cansancio pero a medida que los cerraba no podía conciliar el sueño pues a los minutos se levantaba para observar la planta. Sin embargo de tan cansado que esta no sintió cuando cayó profundamente dormido. Por suerte dejó una pequeña cámara de video para grabar todo en caso de que esto ocurriera.
Mientras tanto, exactamente a la una de la madrugada el capullo botó las hojas verdes que lo rodeaban a los lados y la vena verde que lo rodeaba empezó a desenredarse quedando debajo del capullo sin caerse. Luego el capullo empezó a soltar una pequeña luz azul mientras se abría mostrando la misma luz con más intensidad. Luego la luz se apagó poco a poco mostrando una flor con la apariencia de un clavel, con el color azul muy intenso y con destellos brillantes en las orillas de los pétalos. En medio de ella se encontraba un pequeño ser dormido. Pero al sentir la luz de la luna abrió sus pequeños ojitos y se sentó en la flor estirándose como si hubiera dormido una larga siesta. Era pequeño y un poco regordete, con apariencia humana; su piel era muy pálida, tenía sus ojos de color gris azulado y su cabello era negro azabache. Su rostro era muy serio y parecía no sonreir. Sintió que la flor se movió y se inclinó hacia abajo para ver a las cuatro hojas que tenía la planta moverse para ayudarle a bajar. Con cuidado y bien sostenido de las hojas bajó de la flor y de la maceta para caminar hacia la persona "gigante" que estaba a su lado.
Con sus manos intentó tocar el cabello del chico que estaba dormido y le empezó a pinchar las mejillas. Luego las acarició y soltó una leve sonrisa. Le entró mucho sueño y se acomodó a un lado de la cabeza de su "cuidador" para dormir a su lado.
….
Sintió la luz del sol golpearle la cara. No queriendo abrir los ojos ni levantarse se arropó con la sábana hasta cubrirse levemente la cabeza. Iba a caer dormido de nuevo cuando sintió que algo tiraba de su cabello, tanto que dolía un poco.
-¡Despierta! ¡Despierta! ¡Ya es hora de levantarse!- Escuchó una pequeña voz, parecida a la de un niño pequeño.
-¡Tengo hambre! ¡Tengo hambre! ¡Hazme comida! ¡Quiero fruta!
Abrió los ojos con pereza y vio que un niño con el tamaño de un muñeco pequeño le miraba con molestia.
-¡Quiero comida! ¡No seas perezoso!
Luego de verlo Eren soltó un grito nada masculino
-¡AHHHHHHHHHHH!
CONTINUARÁ.
Notas finales: Disculpen la demora, lo tenía hasta la mitad desde hace dos semanas pero tuve un pequeño bloqueo mientras me adaptaba al inicio del semestre. Ya comencé un nuevo ciclo en la universidad y mi horario quedó feo. Así que disculpen la demora. Espero que les haya gustado y pueden dejarme lo que quieran, sus críticas y sugerencias son bienvenidas. Trataré de actualizar lo más pronto posible.
Nos leemos pronto
