Moonlight Love Mondlicht Liebe

Capitulo I
- La primera estadística del año -

"Nobody said it was easy
Oh it's such a shame for us to part
Nobody said it was easy
No one ever said it would be so hard
I'm going back to the start"
- The scientist – coldplay –

Era un dia como cualquier otro. Un lunes común y corriente a la sombra de un mundo que no paraba de girar un solo segundo. No daba respiros a la muerte ni cadáveres a la vida, solo giraba y giraba. La tierra no tenia piedad para nadie, y por supuesto, no la tendría para mi.

Estaba en casa perdiendo el tiempo en cosas tan sencillas como un libro de suspenso y psicología barata cuando tocaron a la puerta. Sonrei al imaginar a mi vieja amiga Christine invitándome un café con su roído sueter morado y una singular sonrisa a pesar de los grados bajo cero que siempre nos rondaban en el pueblo de Whitehorse durante el invierno. Cuando vi al Alguacil parado con su sombrero de Sheriff en sus manos, lei en su mirada una pena y lástima, como si me encontrara en silla de ruedas y me quedaran seis meses de vida. Fue en ese momento que me di cuenta que había quedado huérfana y sola.

Mi hermano Mike y mis padres había salido a buscar chocolate caliente y bombones para inaugurar la chimenea, como parte de la costumbre Harker para inaugurar la cercana época navideña. Todo pasó tan rápido que el alguacil Robinson aseguró que ellos no sufrieron, claro, como si fuera eso un consuelo al nuevo aspecto de mi vida. Visualicé mi futuro viajando por Canada o Estados Unidos buscando un empleo estable y un departamento "habitable" para sobrevivir el resto de mi existencia.

Pude sentir el dolor de los imperios al caer después de grandes décadas de legados; ¿Por qué no? Era parecido, asi se sentía cuando se quebraba el corazón y una vida completa.
Lo que venia iba ser peor, hipócritas condolencias y falsas lágrimas rodando por rostros que nunca se habían tomado la molestia de visitar a la familia Harker, aun cuando el comienzo de nuestra familia tuvo la tentativa de acabar en divorcio y recuerdos amargos, serian tan cínicos como para darse una vuelta y observar como entonces nuestro legado "si" había sobrevivido después de todo.

Por ello, después del entierro, tome mi chamarra rosa tan singular de mi y hui a las montanas junto a la taiga espesa que siempre guardaba secretos y jamás revelaba nada ante nadie. Despues de todo, ¿cuanta gente había muerto ahí y sus cuerpos jamás habían sido encontrados? Sonrei complacida mientras cada paso era mas espeso que el anterior. Subia y subia, metro a metro…No sabia a donde me dirigía y cual seria mi destino, pero solo quería estar lejos de casa…si… de casa…por que ya no era un Hogar.

No paso mucho tiempo cuando me canse de andar cuesta arriba y me detuve un poco para tomar algo de aire. Me distrajo el modo en que mi aliento se convertía en fantasmales relieves blancos que se perdían con cada suspiro que daba. Imagine lo revitalizante que debía ser fumar en lugares asi, ya que al menos podias sentir la calidez. Por supuesto no me arriesgaría a matarme de esa manera y deseche la idea en el momento que comencé a continuar el paso.
Mi mirada se mantenía en el suelo, cansada y decepcionada de que una larga caminata pudiera despejar mi mente pero solo hizo lo contrario: deprimirme mas. Me di cuenta de que a pesar de la pureza que presentaba la nieve sobre el suelo, finalmente encontré lo que en cualquier bosque debía haber: rocas, hojas, ramas, piedras y demás "accesorios" naturales tan típicos del lugar.

Estaba tan distraída y tan cansada que comencé a arrastrar mis pies y solo oia el rechinido que causaban mis botas al pisar la nieve. Finalmente derrotada y con la intención de regresar a casa, alce la vista para reconocer el perímetro y ver si al menos había llegado mas lejos de lo que usualmente Mike y yo caminábamos cuando nos dabamos un descanzo de la escuela o los trabajos temporales. Mi mirada se paralizo en segundos y me quede quieta y en total silencio cuando a lo lejos divise aquello que dio el comienzo del cambio radical de mi vida.

Su tamaño no era colosal, pero tampoco era normal, y me asusto el hecho de que pudiese encontrar algo asi tan cerca de mi. No era un lobo totalmente negro, ligeras chispas blancas limitaban aquel colorido oscuro. Se reflejaba mas en el area de las caderas y por debajo del cuello del animal. Cuatro metros es lo que deduje al ver su tamaño, y sentí un pavor esquizofrénico invadir cada particula de mi ser, y pude comprobarlo al ver que mis manos temblaban y cada vez respiraba con mayor dificultad. Comence a verlo mas de cerca y esperando inevitablemente que me viera para devorarme viva.

Pero la bestia parecía estar ya bastante entretenida por si sola. Un sonido bizarro y estruendoso salía de su hocico y por fin me di cuenta que trituraba los huesos de algún animal. Fue entonces que vi el camino de sangre que corria desde sus dientes hasta sus patas, meintras que frente a el yacia un bulto negro y no menos asqueroso. Ni siquiera me dieron ganas de vomitar a pesar de que siempre fui sensible a ese tipo de imágenes, y aunque era algo natural en el bosque, jamás pude adaptarme a aquello. Trague saliva y la senti seca mientras seguía observándolo, y me fije entonces en sus ojos.

Para mi sorpresa, perdi el aliento una vez mas al descubrir que sus colores embellecieron la bestialidad que lo deformaba de un animal normal. Ojos tan azules como el cielo o quizás el mar, no estoy segura…pero creo que jamás se es capaz de describir la belleza misma. Crei entonces que mis labios formaron una sonrisa, aun a pesar que la distancia entre la muerte y yo era la misma que la que tenia con aquel lobo.

Estaba tan sorprendida de aquel hecho que me sobresalte cuando esta criatura profirió un gruñido ante algo que le incomodaba. Fue entonces que fije mi vista en sus colmillos y desee con toda mi alma que lo que fuera que estuviera comiendo, ya estuviera muerto para cuando llegaran a sus colmillos. Como si la mala suerte llegara oportunamente, la bestia se movio bruscamente y fue entonces que escupió lo que quedaba en su hocico. Como algo grotesco y hecho a proposito, este comenzó a rodar lentamente al principio y luego gano velocidad; por supuesto con el fin de acercarse hacia mi. Queria alejarme de ello pero sabia en mi interior que aquella criatura me veria y entonces todo estaria perdido, asi que gire de nuevo mi vista a ello y espere a que se detuviera por el efecto y peso de la nieve.

Cuando el movimiento se volvió lento, dentro de mi morbo interno, quise darle forma al grotesco objeto y ver a que area del pobre animal devorado pertenecía. El rodar se volvió mas lento y consegui poco a poco verlo mejor. La sangre se me helo, las nauseas me cayeron como rocas pesadas y el corazón se desboco aterrorizado; aquello no eran solo huesos y sangre, eran los restos de una cabeza humana.

Aspire fuertemente, con el miedo de que el olor a podrido me llenaría en segundos, y gire mi vista de regreso al lobo, esperando a que por fin me encontrara y acabara esto de forma mas sutil. Pero no paso…la criatura siguio y siguió devorando lo que quedaba del cadáver y supe que no había notado mi presencia aun. Cerre mis ojos y gire el cuello con precaucion, creyendo que incluso el sonido de mis musculos me delatarian; era extraño que de pronto el silencio fuera tan sobrecogedor.

Detrás de mi no había mas que arboles y mas arboles, y vi mi oportunidad para perderme entre ellos si lograba hacerme de una distancia prudente de la bestia. Gire de nuevo mi cuello en torno a ella y tome otra bocanada de aire; esta vez no hubo olor a cadáver. Aprete mis puños y a pesar del demacrante frio pude sentir los musculos contrayéndose de decisión.

Alce el pie derecho e hice un paso hacia atrás; luego hice lo mismo con el izquierdo. Parecia un mimo en un escena graciosa en el centro del pueblo, pero no me importo; el estúpido mimo no estaba en peligro de convertirse en la cena de una bestia con forma de lobo. Poco a poco, metro a metro fui ganando mas distancia entre el depredador y yo, la presa. Sentia una presión en la boca del estomago, pero la tensión iba aflogandose paulatinamente; incluso sonreí internamente de que la criatura estuviera tan ocupada. Si no se había dado cuenta de cuando habia llegadi, tampoco lo haría si me iba con la misma lentitud, pero nunca olvidare lo estúpida que podía ser, y mas cuando no recorde la frase que decia: la suerte no toca dos veces la misma puerta.

Deje caer mi pie con demasiada ligereza y eso causo que cayera con mas peso; como dije, la suerte no estaba de mi lado y solo oi el crepitar de una rama rompiéndose detrás de mi espalda. Recuerdo haber cerrado los ojos y ver la imagen de la hilera de colmillos desgarrando mi cuello. Pero no había sido asi, como en camara lenta, fui capaz de pecibir todo en cuestión de segundos y vi entonces que el lobo ya estaba en posición de defensa y listo para saltar sobre mi. No pude evitar que entre el terror y la adrenalina, me sintiera solemne ante el animal que iba acabar con mi vida, algo extraño en momentos tan cruciales de supervivencia. Su salto me hizo reaccionar y trate de moverme con esa misma velocidad, pero solo alcance a dar un paso atrás y tropezar con la profundidad de la nieve. Senti el olor salvaje de la criatura cuando cayo justo frente a mi y solo pude reaccionar y alejarme de este, dejando caer mi espalda al suelo. Pero solo escuche un golpe seco y senti como mi espalda chocaba contra ello, no solo dejándome repentinamente sin aire, sino también acorralada a merced del lobo.

Senti su fetido aliento sobre mi cuello y a mi presionándome con toda mi fuerza contra lo que descubri que habia sido un arbol, tratando de separarme de la criatura. Me di cuenta que yo repiraba con dificultad y mi rostro estaba ladeado, no podía girarme pues aquella cosa ya se encontraba olfateando mi cuello.

No sabia que hacer, decir, o siquiera intentar. Morir atacada por un animal salvaje estaba dentro de las estadísticas mas bajas en el pueblo de Whitehorse, ya que nadie era tan estúpido como para arriesgarse a ser atacado por uno y menos en pleno invierno.

Pero yo, Michelle Harker, tal parecía…que me habia convertido en la primera estadística del año.