Aclaración: Los personajes aquí aludidos no son de mi propiedad, sino que pertenecen a Bisco Hatori. Yo sólo los utilizo sin fines de lucro y con el propósito de entretener.
La canción utilizada pertenece en música y letra a Ismael Serrano.
Y tu sonrisa se asoma, despreocupada, ingenua a todo. Sonríes con timidez, y en mi pecho la tensión resulta insostenible.
La felicidad y la tristeza tan cercana.
Te odio.
Odio las canciones de amor
que traen tu recuerdo a mi casa.
Las ganas de verte.
Y odio
el cielo en tu rostro y las dudas
de echarte al olvido o llamarte
para contarte,
qué sé yo,
que sigo existiendo,
que te odio por fin,
que no sé
si el mundo resiste sin ti.
Tanto, tanto, tanto, tanto te odio.
Te odio.
Odio la incoherencia de amarte de este modo. Odio, decir "amarte", odio que me mires y lo ignores. Odio el aroma irresistible de tu pelo. Odio el viento que se cuela entre tu ropa y siente de cerca lo que yo ya siento tan lejano.
Odio la trampa del tiempo y mi cobardía. Odio la melodía alegre de tu risa. Odio los pasos que doy antes de alejarme de ti, otra vez.
Te odio.
Odio la mañana, el café
sin planes, sin ti y en ayunas
perdura tu aroma y lo odio.
Envuelto en papel de colores
te envío bengalas, rencores.
Quizá recuerdes así
que te odio. También tu sonrisa
y la brisa arañando tu piel,
y mi corazón ya de paso.
Tanto, tanto, tanto, tanto lo odio.
Tanto odio el sentimiento que me une a ti, que no puedo ser otra cosa que odio y desamor. Lo entiendes?...Sólo soy capaz de odiar en lo que me he convertido contigo.
Odio que seas aquel mar donde me pierdo. Odio el amor con que soy capaz de verte.
Odio sentirte de este modo enfermo.
Odio a lumbre de la luna y el sol que te alumbran los caminos que te alejan de mí.
Odio a soledad fría en la que me sumerjo cuando te espero, a pesar de que sé que no vendrás.
Te odio.
Odio tu belleza y a mí
me odio al saberme tan lejos
del viejo camino andado
rastreando hadas y cometas,
la estrella prendida en tu pelo.
Maldito lucero. Lo odio.
Odio odiarte tanto,
saber que te encuentras perdida
y la vida me impide encontrarte.
Tanto, tanto, tanto, tanto te odio.
Odio la vida que me impide encontrarte.
Odio las luces que me recuerdan a ti, las canciones de amor, de desamor.
Odio las personas que te ven con el mismo amor que yo.
Odio el color de las caídas de la tarde cuando no estás. Odio los días y las noches que pasas cada vez más lejos de mí.
Yo odio
perseguir tu rastro,
cansado en este laberinto.
Cual hilo de Ariadna tus huellas
me llevan hasta el dulce tiempo
de besos, promesas. Lo odio.
Soy tan feliz
a tu lado que odio
que ya no estés cerca
y empieza a cansarme este odio.
Quizá si tuviera tus manos
Pero te odio tanto, tanto, tanto, tanto.
Este viejo odio
que hiela los jazmines,
ama tu figura aborrecible.
Y así, si te marchas,
quedan los rencores
para recordarme las razones
de por qué me eres imprescindible,
de por qué te extraño aunque me olvides.
Odio la felicidad de estar a tu lado.
Odio amarte.
Akari [09/07/2012]
"Mantén a Ítaca en tu mente, llegar a ella es tu destino..."
