Bueno, soy nueva en esto de los fics xD, y es el primero q hago y q termino, x q siempre empizo a escribir y nunca termino, asi q estoy orgullosa de el.
Aclarando, Cinema Bizarre no me pertenece, sino, Strify estaria todas las noches en mi cama.
Cap: 1
Conseguir la beca para irme a estudiar modelaje a Alemania no fue nada fácil. Siempre he tenido la convicción de que mientras más desees algo, mas rápido se te cumplirá, claro, siempre y cuando sean deseos fáciles de ser realizados. El día que me notificaron que iría al viejo continente, salte de alegría: no solo era una excelente noticia, sino que había llegado justo en el momento en el que necesitaba buenas noticias. Mis padres acababan de divorciarse, después de 4 años de separación y constantes peleas en las que siempre me tocaba ser testigo. Acababa de terminar con mi novio, el cual había sido mi relación más larga, casi 3 años, después de descubrirlo besándose con la que creía era mi mejor amiga. Suena como si mi vida fuera una novela, y tal vez sea así, tal vez la vida de todos es una novela: contiene drama, romances y acción, mucha acción.
Pero volviendo al tema del viaje, este había llegado justo en el momento necesario, me serviría para "escapar" de esta realidad, para irme a otra aun mejor.
Como ya tenía 19 años, no necesitaba el permiso ni la autorización de mis padres, pero si el dinero para irme allá. La beca, por fortuna, pagaba todos lo que yo consumiera en Alemania: hospedaje, comidas y otras cosas necesarias. Además la academia de modelaje a la que iba te daba bonos si participabas en alguna sesión, ya fuera interna o externa a la academia. Mi padre, Ryan Madden, aceptó feliz. Se sentía un poco culpable por haberme hecho pasar un mal rato con su separación y su divorcio. Se ofreció a mandarme dinero cada mes, por si necesitaba algo.
Mi madre, Elisa Madden, fue un poco más reacia a aceptar que me fuera, por lo que tuve que convencerla durante varias semanas. Al final, lo logre, y ella también se ofreció a mandarme dinero cada mes para gastos extras.
Me subí al avión un 29 de julio, después de tres fiestas de despedida organizadas por mis amigas de la escuela. Les di un largo abrazo a mis padres, lloramos un poco, nos separábamos y volvíamos a abrazarnos y llorar. Debí saber que la despedida no sería nada fácil. Abordar sola el avión me hizo sentir triste, no deje de derramar lagrimas silenciosas durante todo el vuelo, y las azafatas me preguntaron más de una vez si se me ofrecía algo, aunque yo siempre me negaba. Trataba de tranquilizarme, pensando que era una magnífica oportunidad, una beca genial y una buena academia. A ratos me regañaba diciéndome porque demonios había elegido Alemania, pudiendo haberme quedado en Estados Unidos, pero en el fondo sabia que aunque me dolía estar sola en un lugar muy diferente en cuanto a cultura, idioma y otras cosas más, se debía a que era muy buena en lo que hacía, y me preparaba para vivir una gran experiencia. Esta perspectiva me hizo sonreír más de una vez.
Llegue a Hannover, Alemania muy tarde en la noche. Estaba cansada, harta de estar sentada más de 11 horas en el avión. Solo quería llegar a la residencia donde viviría por el próximo año y dormir. Arreglar el papeleo en el aeropuerto fue desastroso y desgastante, porque tuve que hablar muy lento en inglés para que me entendieran. Mi alemán era malo, solo sabia decir unas cuantas cosas. Mis maletas fueron las ultimas en aparecer. Por suerte, pude encontrar rápido un taxi, así que le di la dirección de la residencia y dormite un poco en el camino. Cuando por fin llegue, el chofer me ayudo a bajar mis pesadas maletas, y una de ellas le cayó en el pie, cosa que fue muy graciosa, pero procuré no reírme en su cara.
Entré algo nerviosa y me acerqué al recibidor. Una chica de pelo largo y muy rubio me miró con cara de fastidio. Decidí presentarme.
-Hola, buenas noches. Me llamo Vanessa Madden.
La chica chasqueo la lengua y se puso a revisar una pila de papeles que se encontraba en frente de ella.
-Tu llegada estaba programada para el día de hoy?-preguntó. Tenía la voz muy profunda, como si estuviera enferma de la garganta. Asentí.
-Academia de modelaje eh? No pareces modelo.
Fruncí el ceño. Como se supone debería tomar ese comentario?
Se agacho y revolvió algunas llaves, lo supe por el tintineo que hicieron éstas al moverse, y me entregó una que tenía el numero 309.
-Esta es tu habitación. Compartes con otra chica que también asiste a la academia. Esto- me entrego un documento- son las reglas de la residencia. Y esto- me entrego un pesado sobre manila- es la documentación para la academia. Las clases empiezan el lunes. Que tengas buenas noches.
-Habrá alguien que me pueda ayudar a subir mis maletas?- pregunté.
Ella asintió. Tomo un walkie talkie y dijo:
-Dave, una chica nueva necesita tus servicios. De botones eh? No seas mal pensado. Apresúrate.
Sonrió con falsedad.
-Ya viene.
Dave llegó segundos después. Era un chico alto y fuerte, con el pelo largo, hasta los hombros, y de color castaño, muy brillante. Sus ojos eran cafés brillantes. Tenía la nariz larga, la cara cuadrada y una complexión robusta.
-Cuáles son?
Señalé las enormes maletas. Durante una fracción de segundo puso cara de desaliento, pero se acerco con decisión a cargarlas.
-Te sigo hasta tu habitación- sonrió. Tenía una sonrisa agradable.
Subimos hasta el tercer piso. Lo escuchaba jadear detrás de mí, a causa del peso de las maletas. Saque la llave y abrí la puerta.
-Hum.. Ponlas aquí por favor.
Dave coloco las maletas en el piso de la habitación y sonrió.
-Muchas gracias Dave.- le sonreí de vuelta.
-Que descanses.
Hizo un ademan despedida y salió, cerrando la puerta lentamente. Suspire y me senté en la cama. Observe detenidamente el cuarto. Era amplia. Las paredes estaban pintadas de color lila, con una cenefa de flores azules tipo hawaianas. Había dos camas individuales, un escritorio con una computadora, dos burós, un tocador con un espejo grande, otro espejo de cuerpo completo, dos closets y el baño. En eso, una chica salió del baño. Era alta, con su cabello castaño y largo, ojos azules brillantes, muy lindos. Eran como azul oscuro, con pestañas largas. Su nariz era recta, y cuadraba perfecto con las otras facciones de su rostro. Tenía labios delgados y una sonrisa que se contagiaba. Yo también sonreí.
-Hola rommie!- saludo con efusividad.- qué tal? De donde eres?
-Estados Unidos. Nueva York, para ser exactos.
Ella se sorprendió. Se sentó en la cama, a mi lado.
-Neoyorkina eh? Interesante. Vienes a la academia?
Asentí.
-Súper. Yo también. Me llamo Stephanie, puedes llamarme Steph, pero no me digas Fannie, lo detesto. Cómo te llamas?
-Vanessa. Puedes decirme Vane, pero no me digas Nessie. Me recuerda al monstruo acuático.
Ambas reímos.
-Pues bienvenida a Alemania, Vane. Si necesitas ayuda con el idioma o algo así, aquí me tienes. Espero que lleguemos a ser buenas amigas.
Empecé a desempacar.
-Tú eres de aquí?- pregunté, mientras acomodaba mi ropa en mi closet.
-Sí. Bueno, no soy de Hannover, soy de Köln. Pero sí, soy alemana. Quieres que te ayude a acomodar.
-Si por favor.
Estuvimos en silencio, acomodando mis cosas.
-Vaya traes bastante ropa. Esta blusa es linda.
-Si quieres, pruébatela- dije- mi ropa es tu ropa.
-Gracias, lo mismo digo.
-Te gusta salir?- preguntó.
-Claro! Me gusta mucho.
-Te gustaría salir mañana? Mi hermano tiene una banda y va a tocar en un famoso bar que está aquí cerca. Me invitó, pero la verdad no quiero ir sola.
-Claro. Qué tipo de música tocan?
-Rock, glam rock. Son buenos. Y algunos están muy buenos- rio.
-A que te refieres?
-Pues uno de ellos está muy guapo y me gusta. Pero creo q está quedando con otra chica.
Sonrió con tristeza.
-Como se llama tu hermano?- pregunté.
-Sebastien. Pero le dicen Jack Strife, o Strify.
Reí.
-Strify?
Steph también rio.
-Locas ideas de los chicos, Todos tiene apodos raros en la banda, pero mañana te los presento. Tal vez alguno te agrade. Tienes novio?
-No- mi cara se ensombreció- termine con el después de descubrir que se beso con la que era mi mejor amiga.
-Patán- dijo Steph, con voz amarga- sé exactamente como te sientes. A mí me paso lo mismo. Aunque trato de no pensar demasiado en el asunto. Solo conseguiría atormentarme más. Además- sonrió con coquetería- hay muchos peces en el mar.
Reí.
-Buena filosofía. Creo que empezare a seguirla.
Stephanie sonrió. Entonces golpearon la puerta. Steph abrió y hablo con un alemán muy rápido y fluido, Me maravillaba escucharla hablar. Solo pude entender mi nombre y algo así como chica nueva. La chica que toco la puerta se asomó, me sonrió y se despidió de Steph, quien cerró la puerta riendo.
-Ella es Lena. También va a la academia, pero no quiso entrar porque estaba en "fachas" –hizo las comillas con los dedos y movió la cabeza riendo nuevamente.
Bostecé sin censura.
-Cuál será mi cama?
Steph señaló la cama más cercana a la puerta. Saque mi pijama del cajón y me metí al baño con mi canasta de productos. El baño era igual de genial que el cuarto. Las paredes eran color crema, con una cenefa de caracoles. Había una tina, y su regadera. El tocador del baño era muy amplio. Me lavé la cara, los dientes, me puse mi pijama y salí. Steph ya estaba metida en su cama.
-Si quieres deja la canasta en el baño.- sugirió. Asentí y la coloque en uno de los estantes de cristal. Salí y me metí en mi cama.
-Buenas noches Steph.
-Guten nacht Vane.
Apagó la luz y caímos en un profundo sueño.
