Cena para cuatro

Crónicas de un mal entendido

Tengo que hablarte una cosa, estuve celosa y perdí la razón.

Revisando tu correo encontré la causa de mi sensación.

Lo que tú has hecho es inútil, no recibí nada comprometedor

Te prepare una sorpresa he puesto la mesa para más de dos…

Casa Mulder-Scully 22:30 – Washington DC

Dana Catherine Scully era una mujer paciente o por lo menos ella se consideraba paciente.

Durante ocho largos años estuvo en el sótano del Hoover con su compañero de investigación Fox Mulder. Había aguantado estoicamente todas sus teorías sobre extraterrestres, conspiraciones gubernamentales y fin del mundo según el calendario Maya; se había convencido de algunas u otras posturas, que le parecían tenían un poco más de fundamento científico, y si hablamos del aspecto personal, le soportó a cuanta mujer castaña de piernas largas, ¿Quién era Phibi, Dayana o Bamni, al lado de Dana Scully?, pues nadie, ella había logrado llegar a la cima de sus locuras, Mulder.

Llevaban poco más de 10 años juntos y solo hace unos pocos meses se habían reintegrado al FBI, reestructurando el antiguo Archivo X, que desde ahora pasaba a ser Departamento de Asuntos Paranormales del señor y la señora Spooky, para pasar a ser los padres de toda una oficina de Spooky´s reconocidos a nivel de todas las oficinas gubernamentales, que por cierto el departamento de defensa no estaba muy contento de ello.

Podría decir que su vida era tranquila, si era tranquila, hasta que hace unas semanas atrás su camino se había cruzado con una antigua amiga, Dana había sido tutora de la mujer durante su último año de medicina, específicamente en el área de patología forense y que hoy trabajaba para el FBI, como agente externo, la famosa y reconocida antropóloga forense Temperance Brennan.

No era que le cayera mal, de hecho había utilizado una serie de artículos y partes de las investigaciones de la misma, en sus constantes artículos y trabajos de campo, pero Brennan era simplemente alguien que por mucho llamaba la atención y eso puntualmente le molestaba, aun no sabía porque, hasta que vio la computadora de Fox sobre la mesa del comedor, su curiosidad científica podía más, o sí que podía más, así que se sentó y comenzó revisando algunos archivos.

Miró la computadora y volvió a mirar a su pareja, que estaba sentado sobre el sofá, tomando una cerveza y mirando un partido de baloncesto, al parecer lo NY eran más atractivos que ella, que se pasaba con un pijama transparente por toda la casa.

Al llegar al correo, dudó un poco revisar o no, talvez ella se estaba pasando alguna película, o las secretarias habían visto mal o ¿desde cuándo Dana se dejaba guiar por habladurías de pasillo?, ¡con un demonio!, si nada había que ocultar, ella tenía todo el derecho de revisar los archivos que correspondían a las investigación del departamento. Al ingresar al email, vio la bandeja de entrada, una gran cantidad era de sus contactos habituales, un par de ufólogos y otros pirados, pero había un total de 8 mensajes de su "amiga".

Fue al primero y nada relevante, un par de fotografías y explicaciones sobre las osamentas, nada de qué preocuparse. Los anteriores seis, solo información, nada que pudiera rebelar alguna situación extraña, con respecto a la vida laboral de su novio… Pero el primer correo decía algo extraño.

Asunto: Personal.

La pelirroja tragó en seco, ¿acaso esa pequeña palabra podía cambiar el rumbo de todo?, mirando nuevamente la espalda del hombre el sofá, se decidió a abrir el correo.

Agente Mulder, espero que lo que ocurrió hoy en su oficina, quede en absoluto silencio, no quiero problemas con su novia, ni mucho menos con el padre de mi hija.

Espero su comprensión.

Cordialmente TB

¿Pero qué demonios había pasado la otra noche en el sótano?, las mujeres esas y los rumores de pasillo ¿eran acaso verdad?. Frunció el entrecejo, miró a su novio y luego sonrió de forma maliciosa… Ya sabía que debía hacer.

Mulder… ¿algún plan para el viernes en la noche? – pregunto de forma inocente al hombre en el sofá, mientras que escribía rápidamente un nuevo correo.

No que yo recuerde Scully – respondió, pero no se volteó a mirar… Aun así un frio recorrió su espalda. Su prometida estaba planeando algo.

Casa Booth-Brennan 22:35 – Washington DC

En la inmensidad de la casa sonaba un móvil, Brennan gritó desde el baño – Booth ¿puedes ver quién es? – aquel día había estado llena de sorpresas, mucho trabajo y por unos días tendría que cooperar con el resucitado departamento de asuntos paranormales del FBI.

El amante esposo, miraba la televisión, un buen partido de baloncesto no le hacía mal a nadie, él prefería el joki, pero aun no era temporada. Estiró su mano sobre la mesa de noche de su esposa y leyó atentamente el contenido del correo electrónico.

Huesos… ¿estamos invitados a una cena en casa del Agente Mulder? – Brennan se sentó rápidamente en la bañera y como nunca en su vida, sintió que algo le oprimía el estómago… Esto no podía ser nada bueno, más cuando le había costado tanto convencer a Booth, que nada extraño había ocurrido esa noche en el Hoover.

Eso parece… ¿Qué dice el correo? – Brennan ya se aprontaba a una perorata de parte de Mulder.

Asunto: Invitación "cordial"

Querida Temperance: me he enterado por medio de MI marido que estás trabajando para el FBI, los invito a una cena muy especial en mi casa, a ti y a tu pareja,

saludos afectuosos Dana Scully

Se suponía que todo lo que ocurrió durante la noche de la semana pasada en el sotano de Hoover, había quedado claro, fue solo una demostración de algunos de los huesos que su esposa estaba revisando, o por lo menos eso le había explicado Brennan a él… ¿y si acaso no era así y realmente estaban haciendo algo más?... No Brennan no era de esas mujeres, ella misma lo había dicho, eran una simbiosis como la anemona y el pez payaso, quisiera lo que quisiera decir la palabra simbiosis sonaba hermosa entre ellos, así que Huesos no le estaría engañando o ¿sí?, sinceramente no quería ningún drama como la esposa de Mulder, si bien en alguna época, él mismo Booth anduvo babeando fuerte por ella, la mujer era una pared de hielo, fuera de la burbuja que compartía con Mulder, talvez en eso se parecían, nada en este mundo tenía más sincronía que ellos.

Casa Mulder-Scully 22:40 – Washington DC

¿Pero qué demonios está pasando? – preguntó frente al ordenador, el partido ya había acabado y él simplemente se sentó a ver los correos que le habían llegado durante el día. Cuál fue su sorpresa al ver que los mensajes que le recibió de Temperance por el trabajo de las osamentas con malformaciones, estaban todos revisados y en la búsqueda de contactos estaba solo el correo de la antropóloga.

Dana – habló un poco más alto, para su compañera que estaba en la cocina, le respondiera - ¿tienes algún interés en particular por el caso de las osamentas? – preguntó pasando saliva y pidiendo a cualquier ser supremo, si es que existía lo salvara de lo que posiblemente se le venía el día de mañana en la oficina.

Si Mulder, es mi labor como parte del departamento, además la doctora Brennan es una vieja amiga – respondió la mujer desde sus labores, pero algo extraño había en la tonalidad ocupada por esa hermosa pelirroja, así que como buen galán que era, se acercó por la espalda, tomándola por la cintura. ¿acaso había preguntado por la antropóloga?

¿Celosa señora Mulder? – expresó jocoso el castaño, deseaba que como siempre Scully se diera la vuelta, riera y lo mandara a volar de forma imperativa, ella no era una mujer celosa, pero esta vez no hubo reacción, solo se quedó estática y le acaricio le acaricio el brazo.

El viernes vendrá a cenar mi amiga y su pareja – sentenció en voz casi lúgubre y por fin rio de forma macabra, mientras posaba sus hermosos ojos azul cobalto en su pareja – Tengo que preparar las cosas para mañana – un pequeño beso en los labios de su pareja y se fue a la habitación.

Mulder tendría mucho de qué preocuparse, las cosas se podrían oscuras, muy oscuras.

Casa Booth-Brennan 23:00 – Washington DC

Luego del relajante baño, Brennan había salido del cuarto de baño envuelta en una toalla, que no le cubría lo necesario, por ello su marido se había lanzado cual lobo a besar la húmeda y cristalina piel de Huesos.

Así que en esos momentos se encontraba respirando fuerte y bajando de uno de los orgasmos más rápidos y fuertes de su vida.

Un beso – Hermosa, aun no pierdo mi toque – dijo Booth, sobre el cuerpo de su esposa, con aquella sonrisa característica.

Así es agente – pero al volver a su estado normal, recordó súbitamente la invitación a cenar - ¿Realmente quieres ir a esa cena? – pregunto Brennan, mientras se acomodaba en el hombro de su esposo.

¡Oh si, será como revivir viejos tiempos! – Y ahí estaba la respuesta que no quería escuchar.

Dana Scully fue casi una de sus mentoras, tanto en la escuela de medicina, como en la especialización de lo poco que sabía de patología, en algunos cursos que había tomado con el FBI, cuando aún no tenía ningún vínculo con su actual compañero.

Admiraba su trabajo, la agente Scully era por lo demás, una mujer muy experimentada en su ámbito, podría rivalizar sin ningún tipo de problema con Camile o incluso con Hodgins, pero también sabía que pese a ser una muy experimentada científica, tenía un punto débil y ese punto se llamaba Fox Mulder.

Por supuesto no era como que ella misma no tuviera la misma debilidad por su marido, solo que a ella no la le habían encontrado en una situación que podía doblemente malinterpretarse.

Ya esperaría a mañana para preguntarle a Spooky Mulder, ¿Qué diablo había ocurrido para que Dana Scully pusiera los ojos en ella?, no quería ni pensarlo.

Mientras que Brennan cavilaba sobre la situación actual de su vida, el teléfono de la casa sonó fuertemente. La mujer se hizo la dormida, si era Dana lo discutiría mañana.

Casa Booth – respondió el agente, haciendo una pequeña mueca a su esposa, quien lo miraba con el rostro molesto.

¡Oh Booth, soy yo Sweets!, necesito un concejo por favor – el agente pensó que algo grave le ocurrió a su pequeño hijo adoptivo, así que se sentó en la cama a escucharlo.

Dime Sweets, ¿te pasó algo?

¡Oh, nada de eso agente Booth!, solo una consulta… Se acerca el aniversario del FBI y el sub-director Hacker quiere que sea la voz representante… - dijo, entre emocionado y complicado – y pues… ¿Qué me recomienda usted?, ¿lo hago o no?.

La pregunta era estúpida, la carrera del psicólogo no correspondía a que si cantaba bien o mal, solo si hacia su trabajo de perfiles.

Hazlo, será una experiencia nueva… Ahora si me disculpas… Seguiré en lo que estaba – cortó la comunicación de súbito y se volvió para besar a su esposa.

¿En qué estábamos? – preguntó Brennan con una sonrisa de lujuria pura.

...

Esperamos sus comentarios y rew, saludos!