Para Kai.


Conversaciones de almohada

A veces recuerda los tiempos en los que todo era ambiguo, y siente que aquel tira y afloja paso hace siglos, o a otra persona menos afortunada que no es él, pero que a la vez lo es. Con la habitación a oscuras, a Dee le da por hablar.

-¿Recuerdas cuando me pediste un beso, después del primer caso con Diana?

-Hablas como un hombre viejo y jubilado, Dee.

Le abraza.

-Eres tu quién está un año más cerca de la jubilación.

-Bien, bien. Recuerdo el beso.

-¡Espera!

-¿Qué?

-¿Qué haré cuando te jubiles?

-¿Eh?

-Tienes más tiempo en el sistema, y te jubilarás antes. ¿Quién será mi compañero?

-Esto no es posible...

-¡Lo sé¡Nadie más puede ser mi compañero!

-Dee, quiero dormir.

-¡Pero...!

-Buenas noches -Ryo le besa.

-Muy bien, muy bien, lo dejo estar. Buenas noches -Dee le regresa el beso.

-Sabes que llegado el tiempo, renunciaré. ¿Lo sabes, verdad?

-¡Ya basta, Dee!