Disclaimer: El Universo de Harry Potter, sus personajes y todo lo reconocible son propiedad de JK Rowling, yo solo juego con sus creaciones y todo es sin fines de lucro. La trama de esta historia sí es mía y su distribución, adaptación y/o traducción está prohibida sin mi previo consentimiento.

Aviso: Esta historia participa en el juego de Quidditch de Marzo para La Copa de la Casa 18/19 del foro "La Noble y Ancestral Casa de los Black".

Material escogido: Snitch dorada.


La señora de capa negra.

—¡JAMES, CORRE! — gritó su padre.

Estaba muy asustado, los adultos lanzaban rayos de brillantes colores que atravesaban el patio de la madriguera y no sabía si eran peligrosos o no. Tal vez si los tocaba, quedaría protegido, o tal vez…

—¡CORRE! —esa vez fue tía Hermione quien gritó mientras lo empujaba desesperada. Él obedeció, no sabía hacia dónde debía ir, quería llorar, un puchero se comenzaba a formar en su rostro, pero continuaba con su tierno trote.

No sabía qué ocurría, en un momento estaba celebrando su cumpleaños número cuatro y al segundo siguiente todos gritaron, corrieron, se alborotaron y unas personas con máscaras aparecieron de la nada. No sabía dónde estaban sus primos, ni sus hermanos y tardó un poco en darse cuenta de que aún sostenía en su pequeña manito el último regalo que alcanzó a abrir; la snitch dorada de su padre.

No sabía cómo la había conseguido, qué era esa cosa o cómo funcionaba, no había alcanzado a oír la historia que estaba a punto de contarle su padre antes de que el caos comenzara.

A lo lejos logró ver una cabellera pelirroja, a pesar de la oscuridad. Era de su prima, Rose. Lo sabía por esos alborotados rizos. Comenzó a correr un poco más animado, levantando exageradamente sus cortitas piernas.

—¡Rose! —gritó, pero su prima no lo tomaba en cuenta. Ella corría sin mirar atrás — ¡Rose! —volvió a gritar, y esa vez sí escuchó una respuesta. Su prima giró muy levemente la cabeza y con su voz chillona le dijo:

—¡HUYE!

Si hasta Rose se lo decía, entonces era mejor hacerlo. Sobre todo cuando una señora más alta que su padre, con manos huesudas, boca enorme y cubierta con una capa negra se acercaba volando hacia él.

Corrió en dirección contraria, apretando muy fuerte la snitch en su mano. Iban a usarla para jugar un partido con sus primos, pero al final no se pudo hacer. Al rato se percató de que solo se estaba acercando a otra de esas señoras. Tenía frío, quería llorar, aún escuchaba los gritos de los adultos, aún apreciaba algunos rayos de colores.

Dos señoras lo acorralaron contra un árbol. Apretó fuerte la snitch contra su pecho, le daba seguridad. Lágrimas comenzaba a caer de sus ojos y se resistía para no soltar sollozos.

Oía los gritos de su madre y de su padre. Oía a su tío Ron llamándolo a él y a Rose, que estaba con una señora igual a las que él tenía en frente. Los gritos de su tía Hermione eran cada vez más cercanos, pero no tan cercanos como esas dos señoras.

Una de ellas estaba comenzando a levantar la capa de su cara, y lo único en lo que pensaba era en el desgarrador grito de su madre y la snitch dorada que cayó de su mano y revotó una vez en el piso.

—JAMES.


Uff, bien, aquí está mi segunda historia para el juego de quidditch. No sé de dónde ha salido la idea, pero el género debía ser horror y solo esto se me ocurrió. Vino de la nada, no tengo la menor idea de cómo mi cabeza imaginó toda esta situación.

Por si no ha quedado claro, esas "señoras de manos huesudas, bocas enormes y cubiertas por una capa" son dementores, solo esa descripción se me ocurrió para un niño de cuatro años XD.

Y al final, cuando la "señora se levanta la capa" se supone que es el beso del dementor. Si se llegó a realizar o no, eso lo dejo a la imaginación del lector.

Eso es todo, Besos : )