Hola, Hola Rukia Bawa Reportándose~

Me alegra el haber podido participar en esta tercer entrega XD. Si bien no me fue posible participar en el pasado reto por falta de inspiración, esta vez fue lo contrario.

Espero disfruten de mi primer Omegaverse Toothcup.

Respuesta al Reto #3 Caldo de Toothcup para el Alma: El celo de Hiccup.

Summary/: En ocasiones el celo puede ser una perra que te patea cuando menos te lo esperas. Especialmente si esta llega y te golpea por primera vez…cuando has pasado por mucho la mayoría de edad.

Fandom/: How to train your Dragon.

Disclaimer/: Obviamente ninguno de los personajes me pertenece, esa es propiedad de sus respectivos creadores/adaptadores. Porque de ser así Stocik estuviera vivo y la pareja sería otra.

Advertencias/: Posible sexo explícito entre Dragón y Humano. Rimming. Auto lubricación en Omegas masculinos. Knotting. Mordidas. Sexo anal y oral. Rimming. Eggpreg. Entre otras.

Aclaraciones/: Esto es un Omegaverse, o al menos un intento de ello.

AU donde Hiccup y Astrid no son pareja pero si grandes amigos, Stoick no murió y Valka nunca dejó Berk, además que los vikingos y dragones viven en armonía desde hace varios años.

Parejas/: Toothless/Hiccup.

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Un caluroso día de Invierno.

Capítulo Uno.

¡Surprise!

El invierno daba señales de haber llegado a Berk, el viento frío susurrando, los pequeños copos de nieve danzando al compás del aire, nieve blanca alrededor y la risa de los niños jugando en ella la anunciaba.

¿Y qué anunciaba mejor el inicio del invierno? La ya conocida festividad de Berk, Snuggle Talk. Y por supuesto, la época de reproducción de los dragones. Un período donde los dragones se dedicaban en tener crías en una isla lejana y especial. Al menos hasta que los aldeanos adaptaron una parte de la isla haciéndola adecuada para que los dragones de Berk tuvieran a sus crías sin tener que dejar la isla.

– ¡Más arriba Astrid! ¡Buen trabajo con los adornos Fislegs! –eran los gritos dados por Hiccup– ¡Ruffnut, Tuffnut, quiten ese pescado del árbol! –ordenó fulminando a los gemelos con la mirada.

– Aaaaaww –dijeron a coro.

– Aguafiestas –se quejó Ruffnut, descolgando un bacalao.

– Sí, el estar a cargo te ha vuelto un amargado –secundo su hermano, comiendo un pedazo de pollo.

Hiccup solo bufó molesto, regresando la atención a su labor de terminar el trabajo encomendado por su madre, porque de haber sido otra persona lo más seguro es que hubiese escapado a la más mínima oportunidad. Lástima que su madre le conociera tan bien ya que el otro día lo había interceptado momentos antes de su vuelo matutino con Toothless.

– ¿Tan temprano y con problemas ya? –le dijo Astrid entre risas– Solo ignóralos, están algo aburridos sin su dragón cerca.

– Solo espero que no causen problemas, porque de ser así me veré en la obligación de darles un escarmiento –refunfuño, riendo luego de ver la cara de su amiga– ¿Qué?

– Nada. ¿Seguro que no eres un Alpha?

– No Astrid, estoy seguro que no lo soy.

Aunque por su comportamiento algunos dirían que Hiccup era un Alpha, siempre lanzándose al peligro, haciendo todo a la manera que él creía correcta, dando órdenes a los demás y esperando ser obedecido.

Otros creerían que era un Beta, siempre mediando para solucionar los problemas sin llegar a la violencia, ayudando a los y las Omegas a hacer su celo más llevadero en caso de ser el primero o no tener a alguien.

Si te ibas por su apariencia se pensaría que era un Omega, además por su cuidado de no ser el centro de atención y tomar responsabilidades innecesarias.

Solo había uno o dos inconvenientes.

Hiccup no olía a Alpha ni mucho menos la musculatura de uno. Tampoco se estaba seguro que fuera un Beta, no olía como uno tampoco.

Y era imposible que fuera un Omega. Hiccup no olía igual a uno. ¡Ni siquiera había tenido un celo! Lo que originaba cierta intriga y recelo en escasas ocasiones.

– Estás haciendo un excelente trabajo hijo. Será la Snuggle Talk más animada –le dijo su madre con una gran sonrisa, viendo las farolas servir de adorno al igual que las diversas figuras hechas de hierro, madera y paja esparcidas en el enorme árbol.

– Gracias mamá. Por cierto, ¿has visto a Tooth? No lo veo desde el vuelo de prueba esta mañana.

– ¿Probando una nueva cola para Toothless? –Hiccup asintió– Bueno, es posible que le este sacando provecho o intentando destruirla como la última –dijo riendo ante el puchero de su hijo– ¡Oh Hiccup! Sabes mejor que nadie que a tu dragón no le gusta la idea de volar sin ti.

– Lo sé mamá, pero algo me dice que por el momento es necesario. Y si me disculpas, el terminar este trabajo también es algo importante –dicho lo último dio un beso a Valka en la mejilla, dando media vuelta encaminado a finalizar sus labores.

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Toothless se había despertado inquieto esa mañana y no se debía a la falta de la montura en su lomo o repentino peso en su cola, ni mucho menos al hecho de ver a su jinete despierto tan temprano. Lo que explicaba su actual estado. Era algo en el ambiente, una sensación de expectativa, de un posible gran acontecimiento; ¿y que era ese sutil dulce aroma a cereza y menta? un olor que se iba tan pronto como aparecía.

El sentimiento no pareció irse después de su vuelo de prueba. Si bien su nueva cola funcionaba de maravilla a pesar del viento frío y la nieve, seguía sin gustarle el volar solo, prefería por mucho la compañía de su jinete pero al parecer eso era algo que Hiccup aún no entendía. Sin embargo, ese día fue diferente pues a Toothless no le molesto su nueva prótesis.

Al terminar su vuelo y luego de darle unas lamidas al rostro de Hiccup, Toothless emprendió camino lejos de la aldea, en busca de un lugar específico, una cueva en especial; no supo cuánto tiempo estuvo buscando hasta que se vio parado en tierra firme, una isla nueva según pudo ver, y una conformada por piedra e hielo con cascadas y algunas plantas.

Toothless estuvo un largo tiempo recorriendo el sitio, olfateando y examinando todo con ojo crítico hasta finalmente encontrar lo adecuado, requería de algunos arreglos pero cumpliría con lo destinado a ser. Usando su fuego derritió lo que no le parecía bien y aliso las asperezas, con sus garras dio forma y profundidad, una vez satisfecho emprendió el regreso a Berk. Si quería que todo fuese perfecto necesitaría algunas cosas y pedir algunos favores.

Suerte para él el tener una isla llena a su disposición.

– Bien, ahora esto es raro. ¿Qué le sucede a esos dragones? –Fishlegs miraba el cielo pensando en posibles repuestas, no era normal que un grupo conformado por nadders, terribles terror y pesadillas monstruosas cargaran sacos, menos aún verlos volar al lado contrario de Berk.

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– Hay un olor nuevo en el aire –dijo Stoick desconfiado, olfateando el aire y dando una barrida con la mirada al lugar en busca de algo fuera de lo normal.

– Quizás tenga que ver con que algunos dragones estén actuando raro –le respondió Gobber terminando de limpiar la boca de un cremallerus.

– No lo sé Gobber, además está este extraño presentimiento. Puedo sentirlo en mi barba, algo importante está a punto de suceder –aún con esa presente molestia a Stoick no le quedó de otra más que ignorarla, había mucho que hacer antes de dar inicio al Snuggle Talk.

Mientras los vikingos reunían leña, arreglaban el gran salón y preparaban el enorme festín, Valka se encargada de que todo siguiera un ritmo continuo, ningún retraso o evento inesperado era permitido. Así que era su deber y responsabilidad el ayudar a que todo saliera perfecto, por lo que se disponía a buscar más pescado hasta que fue asaltada por un Night Fury con exceso de energía.

– ¡Toothless! –exclamó sorprendida al darse cuenta de quién se trataba.

– Grouuohuhuhuh –gorgojeo. No tenía tiempo que perder y necesitaba la ayuda de la madre de su humano para la parte más importante. Conseguir alimentos.

Llevó a Valka a la casa donde guardaban la comida, dejándola suavemente en el suelo y quedando a su lado. Por su lado la mujer le miraba entre curiosa y aún sorprendida por la actitud de Toothless .

– ¿Y bien?

Toothless hizo su mejor cara de apaleado, recibiendo una carcajada y caricia bajo su barbilla. Usando sus garras hizo algunos dibujos en el suelo, intentando comunicar su pedido a Valka; círculos, óvalos con lo que parecía ser una cola y algunas otras de extraña forma fue el resultado final.

– Bueno, esto es nuevo. Peces, fruta, vegetales y lo que parece ser bolsas de agua. ¿Estoy en lo correcto? –el dragón asintió entusiasmado– ¿Y necesitas todo eso para…?

Toothless ladeo la cabeza, ¿cómo explicarle eso a Valka si ni él mismo lo sabía? Solo sentía la necesidad de tener todo eso antes de que "eso" sucediera.

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Hiccup estaba agotado. Le había tomado pasado el mediodía terminar con los preparativos para la noche, y si bien el clima fue frío a pesar de algunos rayos de sol, tuvo un insoportable calor la mayoría de la mañana obligándolo a cambiar sus ropas por otras más simples, los Alphas estuvieron olfateando a su alrededor y por si fuera poco, su ropa le era incomoda y su cuerpo estaba insoportablemente sensible. El continuo roce con su piel le ocasionaba placenteros escalofríos, el contacto con otros por más mínimo que fuera le resultaba molesto y no había podido ver a Toothless.

¡Y en verdad extrañaba a su dragón! Echaba de menos su presencia, el tenerlo a su lado todo el día, el escaparse juntos de sus labores para ir a volar, incluso empezaba a extrañar las lamidas sorpresa.

– ¿En dónde demonios estás réptil inservible? –se quejó pateando el piso de su habitación, lamentándolo al sentir como la tela rozaba su entrepierna– Mmmmgh…¿Qué es lo que me sucede? Esto nunca me había pasado –gimió frustrado.

– ¿Gruooow?

– ¡Waaaaah! ¡Toothless! !No vuelvas a asustarme así! –Hiccup se llevó la mano al pecho con la sorpresa impresa en el rostro. No había notado la presencia del dragón dentro de la habitación y vaya susto el que le había dado. Respiró profundo varias veces para calmar su acelerado corazón pero un profundo olor a bosque y fuego llenó sus sentidos, delicioso y embriagador.

Cerrando los ojos se enfocó en encontrar el origen dando con el casi de inmediato.

– ¿Toothless? –dijó dudoso acercándose a su dragón, olfateando y gimiendo por el aroma que le golpeo– Dioses Toothless hueles tan bien, tan bueno –susurro sonriendo embobado sin darse cuenta que se encontraba restregando su rostro contra el pecho de Toothless, el cual miraba sin comprender el comportamiento de su jinete.

Toothless resopló, estaba a punto de apartarse hasta que una explosión de flores en primavera, menta y fresas le envolvió, haciéndolo ronronear gustoso e inhalar fuerte, cayendo en cuenta que el portador de tal placentero bálsamo no era otro más que su humano el cual no había parado de restregarse contra él.

Hiccup gimió al sentir como Toothless enterraba su trompa olfateando su cuello, enviando placenteros espasmos a su cuerpo. Ladeo su cabeza dando más espacio a su dragón, soltando un gemido de sorpresa cuando este lamio el área una y otra vez.

– Toothleeeessss –siseó– Creo aah…creo que deberíamos parar…aaaahh esto no es mmmgggh normal –logró decir entre jadeos ya que Toothless no se había dedicado solo a lamer sino también a dar pequeñas mordidas– Tooooothleeeeeeess –gimoteo al verse aprisionado contra el cuerpo de su dragón. Toothless había usado sus patas delanteras para abrazar a Hiccup y acercarlo más a él.

– ¿¡Hiccup hijo, estás aquí?! –fue el grito dado por Stoick en la planta baja, asustando de muerte a los de la planta alta y arruinando el ambiente creado.

– ¡Diablos es mi padre! –Hiccup ahogó el grito, separándose de Toothless de un salto.

– ¡Hmmngrrrrr! –gruño molesto por ser interrumpido. De no ser porque ese humano era el padre de su jinete o el esposo de Valka y que este le cayera bien…Pero eso no importaba ahora, empujando el hombro con su trompa trató de llamar la atención de Hiccup.

– Uumm ¿Qué sucede amigo?

No había tiempo que perder, el día avanzaba y sentía que el momento se acercaba. Tomando a Hiccup de su pantalón le hizo subir a su lomo, una vez asegurado que no iba a caerse salió volando rápidamente por la ventana justo en el momento en el que Stoick atravesaba la puerta.

– ¿Hijo est…? –sin embargo no pudo continuar debido al choque de olores que golpeo su sentido del olfato, mareándolo y haciéndolo enrojecer hasta las orejas. El lugar olía a feromonas, las de un Alpha y…Oh dioses, ¿ese era el aroma de su hijo o solo se debía a que era su habitación?

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– ¿¡Toothless a dónde me vamos?! –llevaban tiempo volando y si bien faltaban algunas horas para el ocaso el no saber su destino le estaba poniendo nervioso, sumado al hecho sus malestares anteriores habían regresado y con más intensidad. Deseaba tanto poder despojarse de esas molestas prendas.

Toothless por su parte no respondió, concentrado en llevar a su humano a la cueva, mantenerlo seguro y alejado de cualquiera que intentara hacerle daño o arrebatarlo de su lado.

No les tomo más de 15 minutos el llegar a su destino. Hiccup bajo del lomo amasando su retaguardia por la falta de costumbre al volar sin montura, sin embargo, Toothless no le dejo hacerlo mucho tiempo pues este le empujo al interior.

– Tooth…!Toothless! – dio la vuelta quedando frente a su dragón pero este le siguió ignorando y empujando haciéndolo caminar de espaldas, dejándolo tranquilo momentos después – Bien Señor Importante ¿Qué es tan urgente para que me trajeras a una fría…cueva? –Hiccup quedó boquiabierto cuando fijo la vista a lo que se encontraba tras su espalda.

Frente a él había un amplio nido de piedra relleno de paja y lo que parecía ser pieles y almohadas, al lado varias cestas llenas de carne, fruta y agua; una fogata esperando ser encendida en medio del lugar se le sumaba al panorama.

– ¿Qué es todo esto? ¿Quién? ¿Cómo? ¿Por qué?

– Fue hecha para ti Hiccup.

Continuará…

Rukia Notas/: Qué les pareció? Extraño? Difícil de seguir? Los dejé con las ganas eué? Pues esperen al segundo cap el cual subiré mañana XD.

Y para los y las que esperan la continuación de J'attendrai...solo les pido tenerme paciencia Q_Q se me fue la inspiración para seguirla pero prometo dar lo mejor de mi para no dejarlos con la incógnita XD.

Hasta la Próxima~

Besos de Dragón~